Cap.18 "Es hora de pagarme".

150 37 7
                                    

Caminé entre algunos árboles, esperando no distraerme mirando el suelo y llevarme puesta alguna rama con el rostro. Había visto que Atlas tomó su camiseta antes de irse así que, si la tenía puesta, sería más difícil visualizarlo en la oscuridad de la noche. Me puse mi camiseta antes de comenzar a buscarlo porque al quedarme quieta y dejar de beber, mi cuerpo se enfrió.

Oí ruidos detrás de mí y volteé rápidamente, abrazándome a mí misma. Mi respiración se agitó, sintiendo un poco de miedo.

—¿Atlas? —pregunté a la nada misma.

Sabía que los chicos no me estaban jugando una broma porque los había visto hacía tres minutos en las tiendas, aunque tal vez eran Wells y Scarlett follando por ahí. Continué caminando con más lentitud y apenas di dos pasos, una ramita se partió en el suelo detrás de mi. Di un respingo cuando dos manos me tomaron por la cintura y volteé.

Solté todo el aire que estaba conteniendo al reconocer su rostro poco iluminado por la luna.

—¿Qué haces aquí sola? Volvía a la fogata a buscarte —me explicó, moviendo sus manos por mis brazos helados.

—Quería verte y necesitaba pedirte disculpas. No debí pensar en tu reacción sin decírtelo, yo...

Tomó mi rostro y besó mis labios sin ningún miedo. El frío de mi cuerpo desapareció un poco cuando me envolvió en sus brazos que estaban menos fríos que los míos. Me besó como si hubiese pasado los últimos veinte minutos queriendo hacerlo. Nos separamos un poco y abrí mis ojos para verlo.

—No debí enojarme contigo. Sé que me tienes en cuenta para todo y me alegra saber que ocupo un lugar en tu vida, que soy importante para ti —explicó poniendo un mechón de mi cabello detrás de mi oreja—. Pero no debes privarte de nada. Ni cuando estoy aquí ni cuando no, ¿lo entiendes, verdad? —Asentí con la cabeza acariciando su mano apoyada en mi mejilla.

—Debí decírtelo cuando lo supe. Tenía miedo de irme y que sucediera lo de Rose. No me perdonaría jamás no estar contigo en ese momento —dije abrazándolo con fuerza. Él me devolvió el abrazo y besó mi frente.

—Yo intento perdonarme por los que no estoy aquí —susurró y se alejó de mí—. Mañana mismo le dices a Becky que aceptas ir con ella. Yo estaré aquí cuando vuelvas, te lo prometo.

Sonreí para verlo hacer lo mismo. Esta vez yo tomé su rostro y me acerqué para besarlo. Su lengua estaba por enredarse con la mía cuando oímos un carraspeo de garganta. Nos separamos y volteamos asustados.

—Perdón por interrumpir pero creo que nos perdimos —dijo Scarlett apoyada sobre un árbol.

—No estoy perdido, no necesito ayuda —le dijo Wells, tirando de su brazo para que continuarán caminando sin rumbo. Ambos nos reímos y caminamos detrás de ellos para volver a la fogata.

Cinco minutos más tarde, llegamos a las tiendas. Jaxon y Destiny ya estaban casi durmiendo, o eso esperaba yo, dentro de una de las tiendas. Brooke estaba dentro de la otra tienda, bebiendo de una botella y cantando a acapella Hopelessly Devoted To You de Olivia Newton John. No se detuvo de cantar cuando nos vio y nos señaló mientras le ponía más sentimiento a la canción.

Atlas negó con la cabeza, como si su hermana tuviese un problema irremediable. Yo a diferencia de él, me reí un poco. Scarlett se tiró sobre Destiny cuando entró en esa tienda y oí el quejido de mi mejor amiga. Atlas entró en la carpa donde estaba su hermana y se recostó sobre su codo.

Nosotros ante todoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt