Cap.16 "Tendré que imaginarte".

150 30 2
                                    

Manhattan, New York. Marzo, 2011.

Desbloqueé mi iPhone para escribirle a mi hermana que más le valía estar lista porque no la esperaría mucho. Me coloqué la mochila a los hombros y cerré los ojos, visualizando el cuarto de universidad de Brooke frente a mi.

Mi garganta se sintió totalmente seca, mis oídos se taparon y mi cuerpo se sintió débil cuando caí de rodillas al suelo. Hacía tiempo que viajar de un lugar a otro no me causaba tanto dolor. Lo primero que hice fue intentar recuperar aire, sin importarme si alguien me había visto aparecer de la nada. Cuando me aseguré de que estaba solo en el cuarto, saqué la botella de agua para beberla de un solo trago.

El cuarto de Brooke era pequeño. Tenía dos literas, dos posters y un fichero que tenía dos fotos de mi familia y de otras personas desconocidas, quienes supuse que serían las compañeras de mi hermana.

Me senté en la que supe que sería la cama de Brooke, porque había dejado su pijama sobre la almohada y fue una manía que jamás se le fue desde pequeña. Observé mi reloj para calcular exactamente cinco minutos. Porque así somos los hermanos. Cinco minutos son solo cinco.

Cuando éramos pequeños, Brooke contaba la cantidad de raviolis que mamá ponía en cada plato para asegurarse que tuviésemos la misma cantidad y yo media los chocolates para darle el más pequeño cuando nos tocaba compartirlos.

Mi teléfono sonó y lo revisé al instante. Algo dentro de mi quiso que fuese un mensaje de texto de Zoey pero sabía que eso no sucedería, a menos que le llevara un teléfono celular a 1993. Negué con la cabeza mientras leía el mensaje de mi hermana.

"Me retrasé. Llegando".

Solté una suspiro sonoro y me dejé caer en la cama. Se sentía extraño viajar y que no sea para ver a Zoey. Mi mente la imaginó frente a mi y una pequeña sonrisa apareció en mi rostro, recordando cómo Teo lamía su nariz alegre.

Oí algunas risas detrás de la puerta y me senté rápidamente. Esta se abrió y dos chicas entraron riéndose cuando me levanté, casi trastabillando. La que entró primero, una rubia de ojos verdes, se me quedó mirando confundida mientras que la que venía detrás, una de piel y cabello más oscuro, sonrió de una forma espeluznante.

—¿Y tú quien eres? —preguntó la chica que me daba miedo.

Abrí la boca para responder algo. Mi cabeza pensó en desaparecer pero no era una opción, porque ellas me estaban viendo justo ahora. Se cruzó de brazos mientras que la rubia la miraba con miedo, como si yo fuese una especie de ladrón o algo así.

—Soy el hermano de Brooke —dije evitando la mayoría de las miradas de las chicas que pasaban por la puerta.

—¿Ah si? Pruébalo —espetó la rubia dando un paso hacia mi. Parecía desconfiada, como si no me creyera y yo tuviese otra razón para estar aquí.

Revoleé los ojos y estos se detuvieron en nuestra foto. Brooke y yo hace muchos años. La saqué del tablero de la cual estaba colgada y la puse al lado de mi cara. Ambas se acercaron a ver la foto y luego mi rostro. Lo repitieron varias veces, debido a que era un niño y no me parecía mucho a simple vista.

—¡Lo siento, lo siento! —repitió mi hermana entrando en la habitación.

Empujó a las dos chicas que se quejaron para llegar a mi y me dio un fuerte abrazo, luego de tirar sus libros sobre su cama.

—¿Por qué no nos dijiste que tu hermano estaba tan bueno? —preguntó la morocha sin descaro.

Le di una mirada de desaprobación porque no me gustaba la gente desesperada de atención y esta chica gritaba que la necesitaba.

Nosotros ante todoHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin