Amarte en silencio (Completa)

By SarahyBV

4.9K 1.6K 220

Te amo desde que tengo memoria.Te amo desde que éramos niños. Mientras yo te he amado tanto, tú no me ves.Yo... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Epílogo
Jardín de Niños.
Nota de la autora
Agradecimientos.
EXTRA #1
EXTRA #2

Capítulo 23

61 27 7
By SarahyBV

 


Permanecemos sentados en silencio mientras su chófer nos conduce a la inmensa mansión. Mi ansiedad ha vuelto en plena forma, y me doy cuenta de que el rato que hemos pasado en el suelo fue considerablemente extraño.

  William no suele andar por esos lugares, tan lejos de su casa, él está callado y pensativo… inquieto incluso, la atmósfera relajada de hace un rato que había entre ambos ha desaparecido, es como si estuviese buscando algo, o tal vez a alguien.

  [El motociclista peligroso tiene sus motivos, recuerda que te ha dicho de todas las formas posibles que William no es lo que parece] espeta mi subconsciente.

  Lo más agradable es que estés de su lado, lo de Neil no son más que celos, o incluso miedo, tal vez teme que yo descubra algo de él que no debo. Él mismo lo ha dicho.

  [Sigue así de ciega, te ensañas en quien no debes. Pero seriamente niña hay gustos que merecen palo.] le ignoro como casi siempre.

  Ya me he artado de que dirijas mi vida como te place. Además en éstos momentos no me siento segura de él. Creo que aceptaré la propuesta de William, unos días alejada no me vendrían mal. Total ¿Qué podría pasar?

  [Definitivamente eres lo más indeciso que hay en la tierra y conozco muchas cosas que terminan mal después de decir cosas como esa.]

  Avanzamos hacia la enorme puerta de madera tallada. Eran divinas, me acerqué, coloqué mi mano sobre la superficie bien estructurada de éstas, deslizando mis dedos por cada hendidura, sintiendo el volumen del perfecto trabajo realizado en ellas.

William abrió las puertas sin más que un gesto normal, típicamente de niño rico, ya debe de haber contemplado esas puertas decenas de veces. Cuando se abrieron de par en par, aquello parecía un palacio de aquellos en los cuentos de hadas donde pudo haberse perdido un zapato de cristal en una noche de gala, o haber corrido por el suelo deslumbrante una joven de cabellos dorados sumamente extensos.

  La sala de estar mantenía unos preciosos dibujos intercalados en el piso, entre blanco y negro, cubiertos a partir de más o menos cuatro pasos por una densa y aterciopelada alfombra de tonos grisáceos, espejos como perlas, muchos en tan sólo la entrada, esto me recuerda a la casa de los espejos.

  Se me eriza todo el cuerpo nada más pensarlo, hay muchos adornos de la más fina porcelana europea, hay estatuillas miniaturizadas de damas con ropas color pastel, al igual que los caballeros, podría jurar que hacen alusión al neoclasicismo aunque no estoy del todo segura.

  Más adelante continúa la sala de estar, en medio hay una mesa redonda de madera oscura, con un color, cómo podría decirlo, similar al del whisky, lo que ésta es un poco más oscura, con un enorme ramo de flores rojas ya marchitas, ¿acaso no han podido cambiarlas?

  Luego me percato que el florero no tiene agua, pobres, se han secado, han muerto por falta de agua, ¿acaso no vieron que les faltaba agua a las rosas? Desvío mi mirada a las paredes que están llenas de cuadros, muchos cuadros de William, de su madre, retratos, cada uno de artistas distintos, que vanidad.

  Abre una puerta doble, donde el blanco y negro se entremezclan prolongados por un amplio pasillo que nos lleva hasta la entrada de una habitación inmensa, es el salón principal, de techos altísimos.

Calificarlo de «palacio» sería quedarse muy corto. La pared del fondo es de cristal y da a un balcón con magníficas vistas al jardín de la casa. Cuanta perfección aglomerada en un mismo lugar, es... muy... asfixiante.

  A la izquierda hay un imponente sofá en forma de U en el que podrían sentarse cómodamente unas quince personas. Frente a él, una chimenea ultra antigua de piedras matizadas en tonos, beige, color hueso, algunos grises, así como blancos y tonos miel… o a saber, quizá tengan un poco de caramelo.

  El fuego encendido llameaba suavemente. A la derecha, junto a la entrada, está la zona de la cocina. Toda blanca, con la encimera de madera oscura, un siena más o menos normal y una barra en la que pueden sentarse diez personas. ¿Para qué tantas sillas? ¿Los padres de William harán cenas familiares?

  Junto a la zona de la cocina, frente a la pared de cristal, hay una mesa de comedor rodeada de unas veinte sillas. Y en el rincón hay un enorme piano negro y resplandeciente. Claro… seguramente también toca el piano, ha de ser hermoso.

En todas las paredes hay cuadros de todo tipo y tamaño, pero con su cara, esto es un poco agobiante. En realidad, la inmensa mansión parece más una galería del tamaño de dos palacios unidos a una casa donde vivan personas.

  —¿Me das la chaqueta? —me pregunta William al ver la chaqueta negra que podría decirse que le resultaba familiar. —Es muy bonita, ¿dónde la has comprado? ¿Te la ha regalado alguien? — musitó dulcemente ocultando la gran intriga que le causaba la procedencia de ella.

—Me la regaló mi mejor amigo hace unos días, sabía que yo estaba loca por tener una... — mentí ante su súbito ataque de preguntas.

—Vaya... podrías preguntarle ¿dónde la ha comprado? Es que está súper cool, yo quisiera una así... — su mirada se vio tan sincera y tierna que me dio un ataque de vergüenza repentino por mentirle a la cara.

— Haber, realmente me la dio hoy, para que no cogiera un resfriado, Neil es un desastre pero se preocupa por mi salud.

—¿¡Neil Hawk!? — me suelta horrorizado, se agarra a los lados de la mesa y me mira fijamente.

Ya conozco esa reacción, otro más que conoce de sus andanzas.

—Sí, ¿qué tiene?

—¿Andas con Neil?

— Sí, la verdad lo conozco desde que éramos pequeños, estuve en el jardín de niños con él, y una parte de mis estudios, la verdad fue allí donde dejé de verle, pero hace unos días lo volví a ver... ¿Qué tiene? William estás pálido ¿sucede algo con Neil?

— Londra, yo no quisiera que pensarás mal de tu major amigo, menos aún que lo escuches de mi boca, ésas cosas, debe decírtelas él...

—William, me estás asustando, ¿de qué hablas? ¿Qué pasa con Neil?

—No Londra no, no puedo decirte.

—Por favor, dímelo. — le suplique.

— Neil no es la persona que crees que es.

  [Si el rubio supiera que el motociclista peligroso piensa lo mismo de él]

  Calla de una maldita vez.

— Mira, Neil tiene una red de contrabando...

—¿Qué... Qué? — mi corazón se parte en dos.

— ¿Por qué crees que tiene tanto dinero? Neil actualmente es multimillonario con tan sólo veintiún años, cosa que ni siquiera juntando la fortuna de sus dos padres él podría tener tanto.

— Pero... — quise hablar, más algo dentro de mí me decía que no dijese nada, ¿tendría realmente que creerle?

  Algo en toda ésta historia no me encaja.

— Sé que te cuesta creerlo, pero, es mejor que te mantengas alejada de él, Neil no es bueno para ti... ¿Nunca le has visto con un arma?

—Sí, hace ocho días aproximadamente.

—Ves, ¡ahí está la prueba! Lo más seguro es que para encubrirse dijo que tenía permiso de armas, es todo mentira. Él práctica contrabando de armas, tiene su propia línea de venta con drogas, incluso trafican en ocasiones con mujeres blancas, hermosas así como tú. Alejate de él, te lo digo de corazón, no quiero que te suceda nada. Él no te merece Londra. — las lágrimas comienzan a correr por mis mejillas.

—¿Cómo es que lo sabes?

—Londra, Neil... es mi primo.

—¿Tu... Tu primo?

—Sí, por parte de mi madre, es hermana de la suya, compartimos el apellido Mayer, sólo que él es Hawk por su padre, algo obvio. Neil siempre dice su primer apellido, odia que le recuerden el segundo. Mi tía se está volviendo loca con sus actividades ilícitas.

—William, yo, yo no sé... No sé que pensar. — añadí confusa.

—Mira, yo te enseñaré tu habitación, subes, te duchas, dejas que el agua recorra tu cuerpo, te refrescas, bajas comes algo y te acuestas a dormir. Debes de estar cansada, lo más seguro. — sus palabras me tranquilizaban enormemente.

  Mi móvil no paraba de sonar, era Neil, pero yo no planeaba contestarle, me ha mentido, en todos los sentidos de la palabra. Ya ni siquiera sé si es verdad aquello de que me persiguen, más bien pasé por todo lo de hace ocho días por culpas de él. Quisieron cobrarle algo y las terminé pagando yo.

[Sabes que estás rompiendo tu promesa]

Bueno justo como dice Tessa, parece que ambos hicimos promesas que no podríamos cumplir.

—¿Es él? ¿Piensas contestarle?

—No, no quiero, deseo que esté lejos de mí. — musite con la voz herida. — Sólo me tomaré un jugo, ¿te parece bien?

—Claro, ya te lo traigo. — él desapareció dentro de la cocina, para llegar a mi lado después de más o menos una hora. — Toma, espero te guste, no había mucho en la nevera.

—Está muy bueno, no tienes de que preocuparte, la verdad, yo... debería pedirte disculpas, no tenías porque hacer esto por mí, te lo agradezco mucho.

  Dejé el vaso sobre la barra extensa de la cocina. Sintiéndome adormilada subí las escaleras en dirección a la habitación que William me había mostrado después de terminar de tomarme el zumo de manzana, con un sabor algo extraño.

  Él decía que era manzana pero para mí era otra cosa. Tenía un gusto que nunca antes sentí en otro zumo. Me acomodé la almohada y clavé la mirada al techo de la habitación.

  Un sueño súbito, dulce y profundo amenazó con cerrar mis ojos. Un agradable cosquilleo recorría la extensión de mis piernas y los brazos, de repente, se tornaban pesados. En un suspiro, me llegó el sueño profundo que rozaba la inconsciencia.

Como cada noche, pasaba mucho trabajo para conseguir quedarme dormida al instante, hoy, simplemente fue pan comido.

  Me encontraba tratando de salir del trance en el que me hallaba. El sueño tan profundo no me permitía abrir los ojos, me pesaban mucho los párpados, como si estuviese drogada, ¿qué diablos está pasando?

  No tenía ni la menor idea de como despertar, pero luchaba para ello. Algo no iba bien. Sentía que me estaban observando. Que alguien me llamaba, que me incitaban a que saliera de la cama cuanto antes.

  Estoy sintiendo una amenaza, una punzada en el corazón, cosquillas en la boca del estómago al igual que la tía Charlotte. Debía despertarme.

¿Por qué no podía hacerlo?

  Nunca pasé tanto trabajo para ello. Saqué fuerzas de la flaqueza e intenté levantar los párpados. Imágenes borrosas de la habitación aparecían ante mí como sombras fantasmales de una maldita película de terror.

Empecé a ser consciente del sonido de la lluvia, del viento que acariciaba mi rostro.

¿Viento?

  Intenté abrir más los ojos y dirigí la mirada a la ventana.

¡Estaba abierta!

Intenté aclarar mi vista y un sudor frío se concentró por debajo de mi cabello.

¿Qué hacía la ventana abierta?

[Que te digo yo que hay algo raro, me duele incluso hablarte, me pesa la lengua] mi subconsciente hablaba pero se me dificultaba escucharle.

  Antes de dormirme estaba cerrada. William la cerró. Me sentía muy aturdida. Siempre que sucede algo malo las ventanas están abiertas.

[Exactamente]

  Me adentré rápidamente en el baño mirando el vestido de fina tela roja que traía en mis manos. William lo había dejado para mí, era de su hermana, según él.

  La verdad recordé que debido a ese repentino sueño ni siquiera me he bañado, es raro, nunca antes me sucedió eso. Continúo entonces con la misma interrogante ¿será lo correcto? ¿Debo quedarme? ¿Debería darle a Neil la oportunidad de explicarse? 

Simplemente trato de no darle más vueltas al tema de las que ya le estoy dando, por lo que coloque el pestillo, cerré la puerta, encendí el grifo y me permití relajarme durante unos cortos minutos, tal vez una hora, mientras el humo que destilaba el agua caliente se acumulaba por todo el lugar.

  Estiré la mano para tomar la toalla dando un salto al ver una sombra a través de los cristales, me aterraba la sola idea de tener que salir pero no podía quedarme desnuda dentro de la bañera, respiré hondo, me di valor y salí hacia afuera.

  Apenas podía ver algo, la luz comenzó a parpadear como si estuviese en una película de terror y me apegue cuanto antes al lavado puesto que era lo único que distinguía con total claridad debido a que era azul –si Neil y William no fueran primos, no se parecerían tanto– pensé al ver aquel color.

  ¿Desde cuándo el vapor del agua de grifo se había vuelto tan denso? Por momentos parecía la neblina que se había adentrado en mi sueño, en aquel donde casi me da un infarto.

  Entre los parpadeos de luz me dirigí al espejo y con la mano comencé a limpiarlo para poder distinguir mi rostro aunque sea, para continuar al menos colocándome la otra toalla en el cabello, pero fue entonces cuando la lámpara se apagó del todo, dejándome a oscuras, permitiéndome ver por el espejo aquella silueta masculina mezclándose con el vapor de agua.

  Quería gritar pero simplemente al pestañear ya no estaba, tomé fuertemente la toalla que cubría mi pequeño cuerpo y me fui corriendo hacia el cuarto, para vestirme. Estaba muy asustada, tenía miedo.



Continue Reading

You'll Also Like

137 125 54
Maeve Jenkins sopló cada vela deseando el amor que año tras año le seguía faltando. Una madre tan tóxica como ella misma y un padre ausente que apaga...
21.9K 7.7K 15
- Desde mi infancia, he anhelado convertirme en una destacada periodista, siguiendo los pasos de mis referentes Abby Phillip y Naomi schiff. Pero nun...
78.8K 4.1K 18
Para lenna el solo era el mejor amigo de su hermano aún si ella quería que fueran más. Para alessandro ella era más que que la hermana de su mejor a...
879 170 25
[COMPLETA] ~Historia corta. "Entonces vámonos de viaje, debemos huir y hacer lo que nos dé la gana, al final, ya somos adultas" le dijo Fefa a su gr...