❝CUANDO EL VERDE
SE ENCONTRÓ CON
EL AZUL.❞
Atenea despertó con un extraño dolor en su hombro. Después recordó porqué: Harry había estado dormido sobre su hombro una hora.
No podía evitar preocuparse por su Harry.
Estaba aterrorizada. Sentía una mala vibra de el torneo, y antes no le preocupaba tanto, pero ahora si que estaba casi histérica. Hermione la noche anterior tuvo que abrazarla hasta que se calme.
Sabía que pronto era la comprobación de varitas, y la noche anterior no había alcanzado a decirle a Potter que limpiara su varita.
Se dirigío a el Gran Comedor caminando a la par de Fred y George. Estaba enfadada con Ron, y Hermione no estaba en la habitación.
── Y. . .
── . . . ¿tu y harry?
Fred y George dijeron. Atenea sintió sus mejillas calentarse y colocarse de un dulce color carmesí.
──¿Q-qué? y-yo, n-no lo sé ── tartamudeó. Antes de replicar, los gemelos rieron y la abrazaron.
──Ay querida nea. . .
──Te queremos, pero date cuenta.
Dijeron.
──¿darme cuenta de qué?
──De que ambos están enamorados.
Y con esas palabras los pelirrojos se retiraron no sin antes depositar un beso en cada mejilla de Atenea. Su relación era bastante linda.
La castaña caminó a la sala común, esperando encontrarse con Harry y así fué.
──¡Haz!
El susodicho la miró. Se acercó a ella y envolvió sus brazos alrededor de su cintura escondiendo su cabeza en el hombro de la ojiazul. Ella repitió el acto, pero con el cuello de Potter.
──Ven, vamos a dar un paseo.
Y así fué. Ahora mismo se encontraban caminando por los jardines de Hogwarts diriguiendose a quien sabe dónde. Atenea tomaba a hurtadillas cada flor con la que se cruzaba, para después hacer una corona de flores.
Mientras caminaban, Atenea mantenía más de cinco flores en su mano derecha y la izquierda estaba junto a su cadera. Harry miraba hacía las nubes, pensando en el Torneo. Su mano derecha tenía una pequeña flor que había tomado a escondidas de Black y la izquierda sobre su cadera. En un movimiento extraño, sus manos se rozaron, prendiendo las mejillas de ambos gryffindor. Harry carraspeó y miró a Atenea a los ojos mientras que lenta y delicadamente acercaba su mano a la de Atenea.
Sintió su piel, era suave, sus manos estaban heladas, al contrario de la de él. Atenea lo miró con cariño y sus dedos se entrelazaron. No hicieron falta palabras.
Atenea balanceaba sus manos entrelazadas diriguiendose a un árbol cerca del Lago Negro.
Se sentó en el césped, golpeando el lugar junto a ella indicándole a Potter que tome asiento.
Aceptó.
Sus manos fueron nuevamente entrelazadas, sin olvidar el tono carmesí en las mejillas de ambos. La castaña se dispuso a hacer su corona, formando una hermosa corona con margaritas. Se la colocó sobre la coronilla orgullosa de su trabajo con la fija mirada verde de harry sobre ella.
Miró de reojo a Harry, analizando y apreciando sus labios cereza, sus ojos y su piel.
Cuando el verde se encontró con el azul.
Atenea admiraba los brillantes ojos de Harry. Le parecían tan preciosos, tan puros. Harry pensaba que los orbes de Atenea eran angelicales, cristalinos y perfectos.
Ambos se acercaron cada vez un poco más, admirando cada detalle del otro. Y más, y más. Sus labios se rozaron en un tierno beso.
Se habían besado.
Atenea saltaba en su interior, mientras sus mejillas tomaban un hermoso color carmesí.
Se separaron luego de segundos. Las palabras nuevamente no hicieron falta.
nuevamente, cuando el verde se encontró con el azul, se habían dado cuenta.
Estaban profundamente enamorados.
fue un capítulo corto, lo sé, pero quería hacerlo perfecto y creo que quedó bien :)
cuídense,
bohemianpotter, 2020©