Observo la carta en mi mano, es un papel viejo y amarillento que tiene mi nombre. Tan bellamente se dibuja la cursiva letra de mi abuela, la mujer a la que podría culpar por estar en esta posición, pero aún así la misma mujer que me amó durante tantos años.
Delante de mi entra el sol por una fina abertura de un traga luz, una ingeniería que desconozco deja entrar un poco de luz a través de tantas capas de tierra sobre nosotros.
Un banco de cemento alejado de todos los túneles me permite estar sola. Que más quisiera poder dar vuelta atrás y tener una vida normal como antes, me cuesta un poco asumir que todo esto está sucediendo, que el día de mañana estaré involucrada en una guerra de la cual hace más de dos meses nisiquiera estuviera enterada, aún no sé ni cómo voy a proteger a Lussy y a Sol de todo esto, nisiquiera sé cómo protegerme a mí misma.
A veces considero contraproducente estar sola, mis pensamientos me abordan más rápido cuando no tengo con que distraerme pero es necesario, no siempre puedo estar esperando una distracción divina de toda mi vida.
Escucho pasos que se aproximan, Noah de seguro estuvo buscándome después de haberme escabullido de la habitación sin esperar ser notada, pero es Nick el que se sienta a mi lado.
Su presencia se ha convertido en algo fraternal que jamás pensé que podría llegar a pasar, veo tan lejano el momento en que estuve enamorada perdidamente de él.
—Así que... ¿Eres una princesa?
Su voz es interrogativa, no hemos hablado desde que lo rescaté, no he hablado con él en lo absoluto a menos que sea en presencia de Noah.
—Segun tengo entendido, es una historia extraña y aún busco sentido a algunas cosas. ¿Eres un innifus? —pregunto con obviedad.
El solo asiente extrañado, todo es nuevo para él.
—¿Podremos volver a casa?
Que más quisiera decirle que sí, pero lo único que sé es que no se puede volver así que respondo moviendo la cabeza en negativa.
Escucho un suspiro provenir de él, se queda en silencio a mi lado mientras observamos el traga luz. Pocos días bajo tierra y ya quiero subir, me imagino a toda estas personas que casi nunca o nunca han visto la superficie.
El tiempo pasa lentamente mientras se ve la transición entre el sol y la luna, la noche llega y no debemos hacer más que ir a la habitación y esperar el día de mañana, la rebelión empezará y tendremos que estar listos y preparados para todos. Camino por los pasillos seguida por Nick, el ha perdido su identidad tanto como yo, tanto como Noah, como cualquier otro de los reintegrados.
Desvío mi camino excusándome, tocó la puerta de la habitación de mi amiga. Cuando la abre y me ve se lanza a mis brazos y me hace pasar, la noto nerviosa y ansiosa pero ¿Quién no?
—Tengo miedo. —Juguetea con su cabello.
—¿Exactamente a qué?
—¡Cómo que a qué! ¡Alguien podría morir mañana! Sé que Marisol se unirá y temo por mi hermana. No soportaría que nada le suceda.
Sopeso mi respuestas, pues yo también tengo el mismo temor, tenemos mucho que perder, pero también que ganar.
¿Han tenido ese miedo irremediable que algo sucederá?
—Te prometo que todo saldrá bien, ¿Nunca has derrocado una realeza? Yo lo hago todos los días mientras como galletas, así que relájate.
Ambas nos reímos por mi ocurrencia, la tensión sede un poco de mi cuerpo y me siento más ligera, más tranquila. Ella sirve un poco de té helado y como me conoce me da unas cuantas galletas, un subido de azúcar nunca cae mal para relajar el alma.
Nono entra por la puerta y se sienta con nosotras, el es bastante callado pero aún así la hace feliz y si la hace feliz yo estoy tranquila. Nunca había visto a mi amiga sonreír como lo hace con él, aún me sorprende no haberme dado cuenta que ella no veía los helados aquella vez, veía al chico innifus que tiene a su lado ahora. El amor es algo impredecible.
—Tierra llamando a Zoey... —Nino se ríe cuando giro mi cabeza hacia ellos, de seguro debo tener cara de tonta—. ¿Qué piensas?
Su pregunta me descoloca ¿Por qué siempre me preguntan que pienso?
—Pienso que deberíamos descansar, mañana será un día... Extraño, así que hay que descansar para poder sobrellevarlo. —Camino hacia la puerta y me despido con la mano—. Descansen.
Sigo mi camino pasillo por pasillo hasta llegar a mi habitación, Noah me espera con galletas y leche en la mesa.
Me siento frente a él y me sonríe.
—Me siento consentida.
—No quiero que te vuelvas loca, se que las galletas son tu ancla a la realidad, así que decidí tener algunas.
—Eres el mejor. —Me acomodo detrás de él y lo abrazo por detrás.
Amo su aroma, el olor de chocolate y dulce es embriagador. No sé en qué momento me enamoré de este chico pero no puedo creer que no lo hice antes, aunque a veces nuestras personalidades chocan, aunque a veces todo nos lleve la contraria me siento bien a su lado.
Nos acostamos a dormir luego e comer galletas todo está dispuesto a que el día de mañana sea un día estresante.
Un golpe en la puerta me despierta sobresaltada, veo el reloj que marca las siete de la mañana, con un suspiro me levanto y me aseo para vestirme con mi traje de combate, que inicie el fin de todo esto.
Nos enfilamos junto con otros soldados. Los niños se quedan con algunas mujeres que están dispuestas a cuidarlos mientras sus familias luchan por la libertad anhelada, ellos se quedarán esperando que volvamos a buscarlos.
Los rebeldes son personas que en el exterior serían denigrados por ser mezclas, por ser mestizos, pero la verdad es que son más fuertes que muchos Novakwianos.
El sueño invade mi cuerpo pero aún así me dispongo a andar en la marcha con los otros "soldados" nadie realmente ha estado en una guerra como tal, pero aún así muchos de ellos están mejor preparados que nosotros.
Noah tomo mi mano para darme tranquilidad, caminamos por los túneles siguiendo la masa de personas hasta llegar a un elevador muy grande. Las personas suben por el en grupo de díez, Nino y Domenica están en el grupo donde voy con Noah, Nick se queda abajo, no puede luchar sin tener un don activo.
Mi corazón martillea en mi pecho con cada minuto que avanzamos, muchas parejas van tomadas de manos, todos dándose apoyo entre sí. Siento como mis manos sudan, mi cuerpo tiembla un poco por la espectativa.
El elevador sube por cinco minutos mientras mi desesperado corazón ansia ver la luz solar como muchas veces antes. En el momento de estar en la superficie el sol me ciega dándome directamente en los ojos, quema mi piel y la brisa rosa mi cara, es como revivir de nuevo.
—Grupo A, desplieguense con sumo cuidado a través del bosque por el este —grita Miracle—. Grupo B, desplieguense hacia el lado oeste. Grupo C, iremos por el centro, mezclense entre las personas.
Noto que los del grupo C llevan ropas indicadoras de las razas. Puedo ver a los tarzumis nimetizarse con los árboles haciendo parecer que son parte de todo, mientras que en sus manos cada uno lleva una letal daga.
Trago saliva en el momento en que mi grupo empieza a desplegarse, los seguimos de cerca, Miracle va conmigo, e supone que soy la princesa y deben mantenerme bien, con vida, se supone que seré yo quien gobierne justamente después de que todo esto acabe.
Los caminos son boscosos, mientras que el sol aún un poco opaco ilumina el cielo, corremos muy rápido gracias a la facilidad Arauzy. Se supone que nos desplegaremos y esperaremos hasta la noche mientras vigilamos que no sospechen nada y todos se despliegan por todos los alrededores de la capital.
Cuando llegamos nos escondemos en puntos extrategicos para observar con comodidad, la realeza no esta tan bien protegida como pensábamos, pocos militares abarcan el territorio del castillo.
Nos surten con binoculares para ver a la distancia, Noah a mi lado da un brinco mientras me muestra lo que está viendo.
Mi corazón se cae a mis pies en el momento en que veo a mi hermanita ser arrastrada por uno de los guardias de los viles monarcas, siento como si alguien estrujarse mi corazón, veo como llora, y me desespero.
—Tengo que hacer algo ¡No puedo esperar Noah! ¿Por qué la tienen a ella? Se supone que yo soy la princesa y ella no tiene nada que ver con esto.
Lágrimas corren por mi rostro, me siento desesperada y mi corazón roto, sé que no debo arruinar todo esto, pero no puedo dejar a mi pequeña hermana en manos de esas personas sin corazón, ¿Qué pasara con Sol? ¿Cuánto tiempo tendrá alli? Estoy confundida y movida por la irá y la desesperación, en el momento en que estoy a punto de levantarme y salir corriendo, volando o flotando hasta mi hermana, Miracle me detiene.
—¿A dónde se supone que vas? No puedes arruinar toda la rebelión, debemos esperar, en el momento justo iremos y la rescatas ¿Okay?
Sus palabras no me tranquilizan pero menos me tranquiliza que me apunta con un arma, estoy pasando de ser la princesa de la profecía a una prisionera de la rebelión. Me quedo quieta sentada mientras Noah me abraza, sollozos escapan de mi y hacen temblar mi cuerpo. Miracle pone un guardia con arma a nuestro lado, está claro que somos un problema justo ahora.
La frustración se instala en mi pecho pero no me dejaré manipular, debo rescatar a mi hermana y no es más tarde, es ahora. En mi mente se empiezan a dibujar planes como salir de aquí, pero no podría poner en peligro a Noah, todo tiene que ser mi obra.
Paso número uno, burlar al soldado encargado de mi, ¿Cómo? Exactamente no sé, pero si estoy segura de que lo haré.
Paso número dos, alejarme de Noah y dejarlo a salvó con la rebelión.
Paso tres, buscar a mi hermanita y ponerla a salvó de toda esta guerra, una niña no debe estar involucrada en esto. No sé bien cómo saldré viva de esta, pero lo único que debo hacer es no fallar en ningún momento, no pienso dejar a mi hermana abandonada, yo no soy mi madre.
Los capítulos que he estado subiendo no están editados, pueden tener dedazos este no se queda atrás, besos los amo, recuerden dejar su apoyo con un votito, nos vemos en el final...