Capitulo 39- El inicio del fin

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Observo la carta en mi mano, es un papel viejo y amarillento que tiene mi nombre. Tan bellamente se dibuja la cursiva letra de mi abuela, la mujer a la que podría culpar por estar en esta posición, pero aún así la misma mujer que me amó durante tantos años.

Delante de mi entra el sol por una fina abertura de un traga luz, una ingeniería que desconozco deja entrar un poco de luz a través de tantas capas de tierra sobre nosotros.
Un banco de cemento alejado de todos los túneles me permite estar sola. Que más quisiera poder dar vuelta atrás y tener una vida normal como antes, me cuesta un poco asumir que todo esto está sucediendo, que el día de mañana estaré involucrada en una guerra de la cual hace más de dos meses nisiquiera estuviera enterada, aún no sé ni cómo voy a proteger a Lussy y a Sol de todo esto, nisiquiera sé cómo protegerme a mí misma.

A veces considero contraproducente estar sola, mis pensamientos me abordan más rápido cuando no tengo con que distraerme pero es necesario, no siempre puedo estar esperando una distracción divina de toda mi vida.
Escucho pasos que se aproximan, Noah de seguro estuvo buscándome después de haberme escabullido de la habitación sin esperar ser notada, pero es Nick el que se sienta a mi lado.
Su presencia se ha convertido en algo fraternal que jamás pensé que podría llegar a pasar, veo tan lejano el momento en que estuve enamorada perdidamente de él.

—Así que... ¿Eres una princesa?

Su voz es interrogativa, no hemos hablado desde que lo rescaté, no he hablado con él en lo absoluto a menos que sea en presencia de Noah.

—Segun tengo entendido, es una historia extraña y aún busco sentido a algunas cosas. ¿Eres un innifus? —pregunto con obviedad.

El solo asiente extrañado, todo es nuevo para él.

—¿Podremos volver a casa?

Que más quisiera decirle que sí, pero lo único que sé es que no se puede volver así que respondo moviendo la cabeza en negativa.
Escucho un suspiro provenir de él, se queda en silencio a mi lado mientras observamos el traga luz. Pocos días bajo tierra y ya quiero subir, me imagino a toda estas personas que casi nunca o nunca han visto la superficie.

El tiempo pasa lentamente mientras se ve la transición entre el sol y la luna, la noche llega y no debemos hacer más que ir a la habitación y esperar el día de mañana, la rebelión empezará y tendremos que estar listos y preparados para todos. Camino por los pasillos seguida por Nick, el ha perdido su identidad tanto como yo, tanto como Noah, como cualquier otro de los reintegrados.
Desvío mi camino excusándome, tocó la puerta de la habitación de mi amiga. Cuando la abre y me ve se lanza a mis brazos y me hace pasar, la noto nerviosa y ansiosa pero ¿Quién no?

—Tengo miedo. —Juguetea con su cabello.

—¿Exactamente a qué?

—¡Cómo que a qué! ¡Alguien podría morir mañana! Sé que Marisol se unirá y temo por mi hermana. No soportaría que nada le suceda.

Sopeso mi respuestas, pues yo también tengo el mismo temor, tenemos mucho que perder, pero también que ganar.
¿Han tenido ese miedo irremediable que algo sucederá?

—Te prometo que todo saldrá bien, ¿Nunca has derrocado una realeza? Yo lo hago todos los días mientras como galletas, así que relájate.

Ambas nos reímos por mi ocurrencia, la tensión sede un poco de mi cuerpo y me siento más ligera, más tranquila. Ella sirve un poco de té helado y como me conoce me da unas cuantas galletas, un subido de azúcar nunca cae mal para relajar el alma.
Nono entra por la puerta y se sienta con nosotras, el es bastante callado pero aún así la hace feliz y si la hace feliz yo estoy tranquila. Nunca había visto a mi amiga sonreír como lo hace con él, aún me sorprende no haberme dado cuenta que ella no veía los helados aquella vez, veía al chico innifus que tiene a su lado ahora. El amor es algo impredecible.

Secretos (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora