Capitulo 34- Una princesa

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Primera posición, segunda posición y sigo. Giro, giro y otro más. Pies en punta, estiro.

El profesor me prestó el gimnasio para practicar ballet en el tiempo libre. Para este tipo de danza se debe tener precisión y delicadeza. Mis movimientos gráciles ya practicados no llegan ni a la mitad de lo que llegarían si bailara más. La danza me hace bien, es mi manera de canalizar mis pensamientos. Es esto o comer galletas. Y a decir verdad, creo que desde que tengo mucha ansiedad y como mas galletas, estoy engordando.

La presencia de la realeza en la academia me ponen los pelos de punta. Se están volviendo algo constante y desagradable. El pomposo príncipe asesino está cada vez más encima de mi. Me observan, me espían, me juzgan y miden cada uno de mis pasos. Antes me parecía extraño, ahora solo me causa miedo.

El miedo se ha convertido en parte de mi vida, acompañándome en cada paso que doy. Lo importante de los sentimientos negativos son aceptarlos, sobrellevarlos e intentar cambiarlos, es lo que intento hacer.

Estiro y empiezo otra vez. Primera posición...

—No podemos hablar esto aquí, Freddy. Podríamos simplemente ir al palacio. No entiendo ni el porque venimos.

Al escuchar las voces tomo mis cosas y me escondo tras un pilar.

—Sé que no debemos hablar esto aquí pero estoy harto, además se supone que empieza el toque de queda —da un grito de frustración—. ¿Sabes cuanto me costó matarlos? ¡Era un niño! Dios sabe que lo hice solo por él, pero todo eso ¿Y viene ella a arruinarlo? Sé que quiere nuestro trono, Luzze.

Revisó mi reloj y en efecto, el toque de queda ya empezó y estoy atrapada hasta que ellos se vayan.

—Sé que es lo que piensas, ¿Pero qué nos garantiza que sea ella? La edad es confusa ¿No debería ser mayor?

—Esas dos mujeres se llevaron a un bebé ¿No es mucha casualidad qué sea la nieta de la principal perpetradora? Además, esa chica se ve menor de lo que realmente es. Podría tener veinte y no estaríamos enterados.

Ella da una vuelta, parece de mi edad pero aún así sé que es mayor.

—Sí, es posible que sea nuestra hermana. Pero no es seguro. Además ¿Cómo se enteraría? Ya cálmate y vamos al palacio. Odio cuando te alteras y no puedes esperar.

El príncipe gruñe de frustración y sale por la puerta del gimnasio. Los tacones de la princesa Luzze repiquetean en el suelo de madera.

Aún retengo la respiración y todavía no puedo creer lo que acabo de escuchar ¿Yo una princesa? Ni en mis más locos sueños se me ocurriría. Pero tienen razón en cierto punto, soy la nieta de Margaret, ella se llevó a un bebé cuando escapó por última vez de esta dimensión. Recuerdo lo que leí, ella contaba que estaba en un constante viaje entre dimensiones hasta que algo ocurrió y no pudo ver más al abuelo.

Lo que ocurrió es unirse a la rebelión y llevarme a mi a la tierra. Mi madre no tiene fotos de cuando estuvo embarazada de mi, como las que tiene con Lussy.

La revelación impacta mi cerebro dejándome en shock. No puedo hacer más que boquear hasta que el teléfono en mi bolso suena. Me sobresalto y doy un brinco antes de contestarlo.

—¿Donde estas? —pregunta Marisol a través del teléfono—. Es tarde y me tienes preocupada.

—Yo... —Pienso en si decirle ahora o cuando llegue a casa—. Ya estoy yendo para allá.

Guardo nuevamente el celular en mi bolso. Me dejo las zapatillas de ballet en los pies. Camino sigilosamente por los pasillos oscuros de la academia. El lugar está solo y frío. Perfecto para ser atacada por Amiel, nuevamente. Así que tengo miedo. Aunque me siento más segura porque sé que mi tatuaje de alguna manera la repele. ¿Por qué un demonio tan poderoso me atacará a mi?

Secretos (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora