Capitulo 24- Baile I

575 101 147
                                    

Observó el techo de la habitación, debería salir a caminar, conocer más el lugar donde estoy viviendo, aprovechar el día libre que me da la academia, sé que me daría tiempo de hacer algunas cosas antes del baile.
Pero aún sabiendo todo eso, me quedo acostada toda la mañana en la cama.

—Tengo hambre.

Lussy se asoma por la puerta y me observa, ella también tuvo el día libre y tambien irá al baile, todos los reintegrados irán.
Mis vacaciones acaban y salgo de las tibias mantas, tiro de la sudadera de Noah hacia abajo para que cubra mejor mis piernas. Bajo las escaleras y entro a la cocina para hacer el desayuno, aunque ya es medio día.

—¿Qué opinas de replicar el menú de Noah? —sugiero— ¿Cereales?

Se encoge de hombros, Sonrío colocando los cuencos en la mesa.
Sirvo los cereales y la leche.
¿Cómo sería mi vida con mi madre aquí? Quizás seria más normal y tendría más tiempo de relajarme. Sonrío por lo estúpido de ese pensamiento, si claro, normal. ¿Qué en mi vida es normal ahora?
Intenté aferrarme a la normalidad, pelee con dientes y garras lo que pude para mantener lo normal en mi vida, pero ya es tiempo de aceptar que no puedo serlo, es hora de ser una con mi rareza.

—¿Qué piensas? —pregunta mi hermana.

—Que soy rara.

La boca la tenía tan llena de comida mientras hablaba que todo se escurre por los lados.
Lussy se ríe de mi, sus coletas saltan en sus hombros y su cara se sonroja. Suspiro al verla feliz, parece no extrañar a mamá, quizás lo hace pero lo acepta.

—¿Extrañas a mamá?

Ella juguetea un poco con uno de los aros de colores en su plato, su rostro se acongoja, sus ojos se ensombrecen. Me arrepiento inmediatamente.

—Sí, claro que sí, pero este lugar se ha vuelto muy familiar para mi, tampoco es como si la viera muy seguido, hacía mucho ya que no estaba del todo con nosotras.

El silencio se instala en la cocina y cada una se centra en sus ideas, es cierto lo que ella dice, nuestra madre había tenido que dejar de estar todo el tiempo en casa hace mucho, aunque yo no lo había querido aceptar.

El tiempo ha pasado tan rápido, hoy se cumple un mes lejos de mi madre, entre llegar al lago y toda mi vida desde allí parece ser más lo que ha pasado hasta ahora. Lo que puede cambiar una persona en esa variación de tiempo es impresionante. Lo que cambie yo. Mi vida, lo que soy, mis sentimientos, todo cambio en cuestión de un mes.

La puerta suena y me sobresalto, últimamente cuando la tocan no suceden muchas cosas buenas.
Me acerco a ella y observo por la mirilla, afuera están mis amigas.
Abro la puerta y las recibo con un abrazo, ambas me ven detenidamente, se sonríen y se miran entre ellas con complicidad, no sé si sea por algo más que la sudadera de Noah, pero tiro de la tela nerviosamente.
Noto que cada una trae consigo una maleta llena de cosas.

—¿Se mudarán conmigo?

Solo se ríen y entran a la casa, todo con su particular forma de ser alegre.

—No seas tontita, venimos a pasar un día de chicas, con nuestras chicas favoritas. Nos veremos hermosas hoy, te lo aseguro. —Sol, que siempre es la más extrovertida se sienta en el sofá.

Trasladamos el día de chicas a mi habitación y Lussy nos acompaña, Domenica me pinta las uñas, mientras sol pinta las de mi hermanita.

—Juguemos algo, para hacer más divertido esto. —digo, mientras me acuesto con mis uñas listas, estiro mis manos para que no se dañen y las soplo.

—Verdad o reto. —Dome se estira también y se acuesta a los pies de la cama en la alfombra púrpura.

—¿Qué es eso? —pregunta Lussy con inocencia.

Secretos (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora