La asíntota del mal [#1] - ✔

By Jos13JR

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¡FINALISTA WATTYS 2022! Miranda Roux está por cumplir tres años de noviazgo con Hunter Armentrout. Sin embarg... More

Epígrafe
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By Jos13JR

—¿Qué pasaría si miro directo al sol? —preguntó Hunter.

Arrugué la frente, confusa.

—Ya te lo he dicho hoy en la mañana, bobo —respondí con suavidad—, te quedarás ciego casi al instante. Además, tus ojos no poseen sensores que detecten el dolor —Hunter me miró sonriendo—. Significa que no sabrás que el daño ya está hecho. De un momento a otro, no verás nada, prácticamente.

Me estremecí de solo pensarlo.

Estábamos en el parque Denver, a punto de presenciar el eclipse solar.

Luego de dejar atrás las instalaciones del Colegio Bryn, nos tomó al menos unos diez minutos en llegar y era evidente la alta concentración de personas: unas estaban el pasto, probablemente eran familias, usando anteojos espaciales, murmurando y riendo. Otras personas estaban bajo carpas improvisadas y apuntaban sus celulares al cielo, sacando fotos y videos; incluso había parejas y gente en solitario debajo de los numerosos árboles ubicados en el parque.

Incluidos nosotros.

Del otro lado estaba el arroyo Caraval: una pequeña corriente de agua limpia y superficial que se desplazaba tranquilamente bajo un sonido quieto y suave.

Mamá y papá sabían dónde estaba, con quién y lo que haría. Cliff y Hanna, nuestros amigos, se habían negado en venir con nosotros. Intenté convencerlos, pero no funcionó.

Insistir no era lo mío, claro está.

Hunter y yo nos colocamos los lentes y esperamos.

Era raro presenciar un eclipse total, porque una sincronización de la luna con la lineación del sol, visto desde la tierra, no ocurría a menudo. En ese instante, me sentía algo inquieta y a la vez muy emocionada.

—Hay que tomarnos una foto —sugirió Hunter.

Acepté de inmediato.

Sacó su cámara y buscamos una posición adecuada para la foto. Capturó imágenes en diferentes ángulos, algunas muy divertidas que otras y al terminar, borramos aquellas que salían borrosas o simplemente no nos gustaban.

—Te ves preciosa —comentó él.

—Y tú muy guapo.

Guardó la cámara y se acomodó sobre el pasto, tarareando tranquilamente una canción que no pude reconocer.

—¡Mira! —exclamó Hunter, su tono era divertido. Se puso derecho y me sostuvo una mano—. Creo que ya empezó.

Y tenía razón.

Varias personas ahogaron gritos y otras empezaron a aplaudir de forma ruidosa; nosotros, al igual que el resto, observamos la transición del fenómeno. Fue extraño y hermoso notar que la luz solar cedía espacio a la oscuridad durante los minutos que duraba el eclipse. 

—Es increíble, me encanta—manifesté, sonriendo—. No sé cómo es que Hanna y Cliff se perdieran de algo así…

Miré a Hunter, dichosa de tenerlo cerca. Su cabello oscuro era un contraste perfecto para la ocasión, su piel aceitunada relucía de una manera atractiva; no podía evitar admirar el contorno de su rostro redondo, su nariz pequeña y la textura suave de sus labios delgados.

Hunter apretó un poco mi mano.

Torcí el gesto, reparando en su fuerza y dije:

—Hagas lo que hagas, no mires.

—¡Tonterías! No estoy usando un telescopio —Hunter me soltó de improviso.

Se quitó los lentes y avanzó, gateando como un bebé de dos años. Quise detenerlo, pero él fue más rápido. Buscó un espacio entre las hojas y las ramas del árbol donde estábamos y miró.

Al principio no pasó nada, creí que solo fue un susto temporal y todo había salido bien. Hubo un silencio terrible, interrumpido por el murmullo de la gente, música en todas partes y el llanto de un bebé en alguna parte del ajetreado parque.

Entonces Hunter gritó.

Se llevó las manos al rostro y se dejó caer de espaldas.

Mi reacción fue únicamente acercarme a Hunter y revisar que estuviera bien.

—¡Hunter! ¿Estás bien?

Él gemía y no dejaba de retorcerse.

—¿Cómo se te ocurrió hacer algo así?

Me costó trabajo levantarlo, él seguía ocultado el rostro con sus manos.

—¿Te duele? —él no respondió—. Vamos, Hunter, tengo que revisar el daño.

Miré a los lados, frenética.

Necesitaba actuar rápido, poco a poco iba perdiendo la calma y no sabía la gravedad de la situación. Respiré varias veces y me puse a pensar en lo siguiente que haría, incluso si eso significaba crear un alboroto.

—¡Ayuda! ¡Necesitamos ayuda! —grité, mientras me levantaba.

—No… no, estoy bien —jadeó Hunter, sujetando mi brazo.

—¡No es verdad! —rematé, impaciente.

Me di cuenta que varias personas nos miraban, algunos como si fingieran estar interesados en saber lo que estaba pasando. Escuché murmullos a nuestro alrededor, otros alzaban el cuello, llenos de curiosidad y el resto nos ignoraba.

Una pareja que estaba sentada a unos metros delante de nosotros, captaron mi escándalo y se apresuraron a acercarse.

—¿Se encuentra bien, señorita? —preguntó la mujer.

—Hunter… él… algo le pasó. Necesitamos ayuda —sostenía a Hunter en mi regazo, igual que un niño indefenso.

Estaba temblando de manera incontrolable.

—Déjeme ver… —el hombre que acompañaba a la mujer se inclinó, sin verse amenazante.

—Por favor, Hunter —supliqué.

—¡No! —gritó él, usaba una mano para tapar su ojo y con la otra mano ahuyentaba a la pareja de forma descortés—. ¡Váyanse! ¡No quiero a nadie aquí!

La gente comenzó a reunirse a nuestro alrededor y eso empezaba a incomodarme, más aún, debido a la reacción negativa de Hunter. Escuchaba las voces y los murmullos que nos rodeaban.

—Pero…

—¡Váyanse! —repitió Hunter con frenesí.

—¿Llamamos a la ambulancia, señorita? —quiso saber una mujer de entre la multitud.

Negué con la cabeza.

—Creo que no —mi voz vaciló.

Hunter dejó de gemir por lo bajo y de sacudirse, incluso. Y no supe por qué me había sonrojado, lo notaba por el calor en mis mejillas, en mi pecho y especialmente en la parte baja de mi cuello.

—¿Qué hacemos?

—Será mejor que se los lleven o podría pasarles algo todavía peor —opinó alguien.

—Es verdad, por eso no hay que traer niños a lugares abiertos como este —lo secundó otro.

—¿Quiere que nos quedemos? —preguntó una mujer a mi lado.

—Deberíamos hacerlo, ¿estarán sus padres por aquí? —dijo un hombre, el mismo que intentó ayudar a Hunter.

Negué de nuevo.

—Creo… creo que estará bien —susurré, aunque no sonaba muy convencida.

—Como usted diga, señorita —respondió alguien.

De reojo vi que se alejaban ya, no obstante, algunos nos seguían mirando por encima de sus hombros y murmuraban.

El calor en mi cuerpo se desvanecía con lentitud, pero la sensación de desconcierto y malestar, debido al comportamiento errático de Hunter, seguía ahí, cobrando fuerza a cada segundo.

—Ya se fueron —le dije a mi novio—. Déjame ver.

Despacio, muy despacio, quité una de sus manos, luego la otra.

—¿Cuál fue? —Hunter señaló el ojo izquierdo—. ¿Puedes abrirlo? —negó con la cabeza, apretando los dientes—. Tengo que revisarlo —supliqué. Entonces me dejó hacerlo.

Con una mueca de dolor, abrió el ojo y el azul del mismo había desaparecido. Solo había una mancha dorada entorno a la retina. Parecía brillar, incluso cambiar de intensidad… como un aro reflector en un espacio oscuro y siniestro.

El horro dentro de mí fue descomunal.

—Hunter… ¿te duele?

Él no respondió.

—Tengo que hacer algo —murmuré, nada aliviada—. O va a empeorar.

—No, no, ya me siento mejor —murmuró Hunter, respirando con dificultad.

No le creí.

—Déjame ver de nuevo —le pedí. Después de unos segundos, logré que se recostara en el tronco del árbol—. ¿Estás…?

El resplandor dorado seguía ahí.

Una alarma se activó dentro de mí.

—Hunter… tu ojo…

—Vámonos de aquí —me suplicó.

—¿Seguro?

A pesar de lo que estaba sufriendo, Hunter logró sonreír, me tomó de las manos. Sentí una calidez que me reconfortó.

—Perdóname, Miranda —comentó, parpadeando varias veces—. Siempre actúo con torpeza y lo arruino todo.

—Tranquilo, estarás bien.

—Te amo, Miranda —me dijo.

—Yo también te amo, Hunter —respondí. No había felicidad, algún rastro de tristeza o pequeñas dosis de miedo en sus palabras.

Mientras lo ayudaba a levantarse y dar los primeros pasos, no dejaba de pensar en su ojo y el extraño color que había adquirido. Le di rienda suelta a mi imaginación y temí lo peor. ¿Era real todo esto? ¿Cómo es que pasó? ¿Hunter mejorará pronto?

No lo sabía con certeza.

De todos modos, mientas nos alejábamos, algo dentro de mí me decía que aquella mezcla era nueva, imprecisa y terrible.

Arrancamos con esta aventura, estoy ansioso de que sean parte de este comienzo y espero que se queden hasta el final.

Actualizaré dos veces por semana a partir de hoy.


Gracias por el apoyo. ❤

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