¿Mi Problema? Tú

By coky2812

475K 33.7K 11.3K

Lib cree que todo en su vida está bien, es feliz en su relación perfecta con su novio y además piensa que pue... More

Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capitilo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capitulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII 28
Capítulo XXIX
Capitulo XXX
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII 32
Capítulo XXXIII
Capítulo XXXIV
Capítulo XXXV
Capítulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capitulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XL
Capítulo XLI
Capitulo XLII
Capítulo XLIII
Capitulo XLIV
Capítulo XLV
Capítulo XLVI
Capítulo XLVII
Capítulo XLVIII
Capítulo XLIX 49
Capítulo LI
Capítulo LII
Capítulo LIII
Capítulo LIV
Capítulo LV
Capítulo LVI
Epílogo
Extra I (Santiago)
¡SORPRESA!

Capítulo L

6.7K 419 290
By coky2812

Termino de arreglar mi cabello, reviso por última vez que mi maquillaje este bien y salgo del baño. Santiago está sentado en su cama jugando con Floyd, quien para no tener ni un año aún, se cansa con facilidad, es cómo una versión blanca de Garfield y no me sorprende porqué pasa la mayor parte del día comiendo y si no come duerme, y si, ese es el gato con sobrepeso de mi novio...

— Aún estamos a tiempo de no ir...

Levanta la cabeza y recorre mi vestido con la mirada; intente ponerme uno que me regalo Isabel en mi cumpleaños, pero digamos que dejaba muy poco a la imaginación, así que opte por el vestido de satén verde musgo que me compre con Gastón pensando en la fiesta de año nuevo, es más, recuerdo que él lo eligió; es algo corto y holgado, pero con el dobladillo ajustado, las mangas de murciélago y con una abertura en la espalda.

— Y ¿Por qué recién estoy viendo ese vestido? — pregunta Santiago y se pone de pie para acercarse a mí— Podemos quedarnos y esperar el año nuevo aquí... — posa sus manos sobre mi cadera— Tengo un par de ideas de lo que podemos hacer con ese vestido...

— No, ni lo pienses... —creo algo de distancia entre los dos. — Tu hermano nos invitó y aceptamos...

— Aceptaste — me corrige — Yo no lo hice.

Enarco una ceja y lo miro mientras vuelve a jugar con Floyd.

— Tienes razón, yo lo hice... — tomo mi bolso y mi móvil, pero él no me mira — Tu no te preocupes puedes quedarte, yo iré a la fiesta...

Voy hacia la puerta y escucho que él camina detrás de mí.

— Puedo convencerte para que nos quedemos — dice a mis espaldas.

— Claro que no puedes...

— ¿Y si lo hago?

Volteo para verlo y una sonrisa lobuna ilumina su rostro, da un paso en mi dirección y lo detengo con mi mano.

— Ni se te ocurra intentarlo.

— ¿Pinocho dudas de tu fuerza de voluntad?

Lentamente acorta la distancia entre nosotros.

— Si no salimos por esa puerta en los próximos cinco segundos, te aseguro que mi fuerza de voluntad durara semanas...

— Está bien — hace un gesto de rendición — Usar eso como amenaza es muy cruel de tu parte...

Me rio y lo veo ir por su chaqueta; lleva puesto unos pantalones oscuros elegantes de tela ligera y una camiseta blanca; la chaqueta de cuero le da un estilo muy vintage y le queda demasiado bien.

— ¿Te gusta lo que ves?

Esboza una media sonrisa cuando vuelve.

— Si te digo que no ¿Me crees?

— Imposible —responde y coge las llaves de su automóvil.

— Tu exceso de autoestima de verdad me preocupa...

Santiago suelta una suave risa y salimos del departamento.

Llegamos al salón de eventos de su hermano y hay demasiadas personas y carros estacionados... Las luces se pueden ver de lejos y parece que esta no es una fiesta sencilla como nos dijo Mathias cuando nos invitó.

Bajamos y Thiago pasa su mano por mi cintura para guiarme entre toda la gente que hay en la entrada, hay muchos que están intentado colarse o convencer a los guardias para que los dejen entrar, los pasamos a todos y siento que no nos miran mal cuando lo hacemos.

Santiago se acerca a uno de los dos gigantes encargados de la seguridad, les dice su nombre y nos dejan pasar. Adentro el ambiente es diferente, si bien hay muchas personas, no todos intentan empujarte para pasar como en la entrada.

Las luces son tenues y la música suena fuerte, en la parte de arriba; en algo así como un escenario está el grupo que toca en vivo. El vocalista del grupo dice algo y cuando menciona el nombre del local todos comienzan a aplaudir.

— ¿Superbia? — le pregunto a Thiago.

— Orgullo en latín...

A veces no me quedan dudas de que esos dos son hermanos...

No puedo ignorar como las chicas que pasan cerca de nosotros se quedan viendo a Santiago como tontas y me da risa porqué las entiendo, hay veces que yo también lo veo así... Pese a que ellas hacen su mayor esfuerzo por coquetear con él, Thiago parece no darse cuenta porque no voltea ni una sola vez.

— Vamos a pedir algo... — se acerca para que lo escuche.

No sé cómo, pero logra hacerse un espacio en la barra.

Él se pide una gaseosa y para mí un Mojito.

Miro con curiosidad su vaso.

— Tengo que conducir — dice con una sonrisa — Pero tú no, así que eres libre de tomar lo que quieras...

— ¿Quieres que me emborrache?

— Quiero que te diviertas...

Conforme va pasando la noche me voy sintiendo más alegre y creo que debo agradecerle al alcohol que está en mi organismo. Me siento bien y me siento feliz, y Santiago también parece estarlo, incluso acepto salir a bailar conmigo sin poner ninguna excusa. Después de varias canciones necesito un descanso, porqué los estúpidos tacones ya están comenzando a molestarme.

Volvemos a la barra, que ahora está más vacía porque todos se encuentran en la pista de baile, me pido otro trago y Santiago saca su teléfono para ver algo.

— Es Mathias... — dice y empieza a recorrer todo el lugar con la mirada.

— Si quieres puedes ir a buscarlo — digo cuando el bartender me pasa mi bebida.

— Y dejarte sola... ¿No te diste como te miran? No, le diré que venga...

Saca un cigarrillo y lo prende.

— Es a ti a quien no pueden dejar de mirar— es la verdad, al principio intentaban disimular porqué lo veían conmigo, pero ya no, lo miran descaradamente— Eso te pasa por parecerte a Danny Zuko...

Levanta una ceja divertido.

— El líder de los T-Birds... — me mira confundido —Grease... John Travolta... ¿Sabes? Mejor olvídalo, lo que iba diciendo es que puedes ir tranquilo, estaré bien, soy una chica ruda...

— Y también una chica algo ebria.

Estoy por darle un sorbo a mi bebida, pero su comentario hace que me detenga.

— Tal vez un poco sí, pero nada que no pueda controlarlo — sonrío — Ve a buscar a Mathias, estaré bien... Me quedare aquí sentadita hasta que regreses — no parece convencerle la idea — Vamos, no te portes igual de sobreprotector que Mauro, haces que me sienta como una niña...

Santiago niega ligeramente con la cabeza y se acerca para dejar un beso en mis labios.

— Solo no te muevas de aquí...

— No lo haré —levanto mi mano para prometerlo.

— Y trata de no beber más...

— Lo prometo.

Él me ve, suspira y se aleja con su móvil en la mano.

Me quedo en mi lugar, escuchando la música y viendo las personas que se acercan para pedir algo. Cumplo con mi palabra y no me muevo, pero la promesa de beber no puedo cumplirla, porque en cuanto termino mi vaso pido otro, el bartender lo deja y esta vez me regala una sonrisa luego de hacerlo.

Saco mi móvil para ver la hora y ya no falta mucho para que den las doce, busco a Santiago y no lo veo por ninguna parte.

Cinco minutos es lo que falta para recibir el nuevo año.

Alguien se acomoda a mi lado, intento ver disimuladamente quien es y lo reconozco al instante; su cabello perfectamente peinado, cómo siempre y esa sonrisa de chico bueno la conozco muy bien.

— Lindo vestido... —dice Gastón después de que le entregan su bebida. — Quien te ayudo a elegirlo debe tener un muy buen gusto...

— El vestido de año nuevo, que creo que lleva más de seis meses entre mis cosas.

— Te ves hermosa — sonríe y se lleva su vaso a los labios.

— Gracias — lo miro con atención — Tu también te ves muy bien.

El vocalista del grupo dice algo y todos comienzan a gritar.

— ¿Viniste con Renata?

— Si, con ella y su grupo de amigos — responde algo tenso — Acompañó a su amiga al baño. Supongo que tú viniste con tu novio...

Asiento con la cabeza y termino de beber lo que me quedaba de mi trago.

Todos gritan emocionados mientras comienzan la cuenta regresiva desde diez y Santiago aún no regresa.

¡Diez...!

— Lib, perdón por todo, sé que te lo dije antes, pero no me cansare de hacerlo.

¡Ocho...!

— Gaz está todo bien, en serio...

¡Seis!

Y no hay señales de Thiago, parece que recibiré el año con Gastón, irónicamente como los últimos tres años, los dos juntos.

¡Cuatro!

— Te extraño —eleva la voz para que lo escuche y se acerca un poco más — Y aún te quiero

¡Dos...! Toma mi mano entre las suyas.

¡Uno! ¡Feliz año nuevo! Gritan todos al unísono.

Siento que me sujetan de la cintura y hacen que gire de golpe, Santiago no espera y me besa... Se escuchan los sonidos de fuegos artificiales, todos empiezan a gritar y a aplaudir por el año nuevo.

— Feliz año nuevo... — dice contra mis labios y vuelve a besarme

De la fiesta de año nuevo, tengo demasiadas lagunas mentales; esa noche no volví a encontrarme con Gastón o eso creo, tengo la imagen de estar conversando con Mathias y dos personas más que si no recuerdo sus caras peor sus nombres, si sé que baile mucho y me torcí mis tobillos unas cien veces o tal vez me los torcí al caminar... Lo que sí puedo asegurar es que al día siguiente me prometí a mí misma dos cosas: primero no volver a usar esos estúpidos tacones y segundo, no dejar que ingrese ni una gota más de alcohol a mi pobre cuerpo, al menos no hasta nuevo aviso, ya son casi dos semana y el solo imaginar su sabor hace que me indisponga.

Me despierto temprano y entro a la ducha, hoy tengo una sesión con un restaurant que recién inauguro una de sus sucursales, lo que no me emociona mucho; la fotografía publicitaria no es de mis favoritas, pero tengo que trabajar, no puedo dejar que Santiago corra con todos los gastos, por más que él quiera hacerlo, de hecho cuando toque el tema de pagar un alquiler, él lo descarto ni bien lo mencione, fue un no rotundo sin derecho a réplica...

Termino de bañarme y me alisto rápidamente, se supone que tengo que estar temprano para que así no nos demoremos mucho, pero sé que por más temprano que vaya la sesión nos tomara casi todo el día.

Antes de salir me siento en el lado de la cama de Santiago para despertarlo y comienzo a pasar mis dedos por su cabello, se mueve un poco, pero no despierta. Mi mano va bajando pasa de su cabeza a su cuello, sus hombros...

— Si sigues así no me haré responsable de que llegues tarde a tu trabajo — murmura contra la almohada.

Me acerco y lentamente voy dejando besos por la curva de su cuello.

Se da la vuelta e intenta sujetarme de las caderas, pero soy más rápida y me levanto alejándome, él me mira son una media sonrisa y enarcando una ceja.

— Tengo que irme, no quiero llegar tarde...

Él se apoya sobre sus codos para verme mejor.

— ¿Te irás y me dejaras así?— pregunta entrecerrando los ojos. — No necesitamos mucho tiempo...

Sonríe ampliamente haciendo que sus hoyuelos se marquen.

— Podría quedarme un poco más... si me dejas tu automóvil...

— ¿Mi...? No, ni lo pienses — responde. — Además no sabes conducir...

Suspiro y tomo mi mochila para salir.

— Está bien, entonces nos vemos esta noche... Si es que llego...

— ¿Si es que llegas? Eso es chantaje...

— Tal vez pueda encontrar un novio que se preocupe por mí y me preste su automóvil... — bromeo, pero él no parece divertido. — Y que cumpla sus promesas.

Me mira levantando una ceja y yo me encojo de hombros.

— Me prometiste enseñarme a conducir ¿No te acuerdas?

— Yo no te prometí eso...

— Si lo hiciste, en la parrillada en la casa de mi prima.

Quizás no lo prometió, pero si dijo que me enseñaría a hacerlo.

— Pinocho, no fui yo... Debió ser otro de tus novios falsos. — me devuelve la jugada de unos segundos antes.

Muevo mi mano para despedirme ya que se me hará tarde de verdad y creo que no logré nada, pero vamos, por lo menos lo intente.

— Mañana... —dice y me giro para verlo sorprendida — Podemos comenzar mañana con las lecciones... Tengo esta sensación extraña, como si acabase de ser manipulado.

No espero nada y vuelvo a la cama para abrazarlo.

— Me dejaras conducir el coche que tanto quieres... ¿De verdad logre convencerte?— pregunto cuando ya estoy sentada encima suyo y él levanta ligeramente las comisura de sus labios.

Thiago sujeta mi cintura con sus manos.

— Acabo de descubrir que tengo un nuevo súper poder de convencimiento—digo sonriente mientras él no deja de mirarme. — Prometo usar mis poderes solo para él bien ¿Los súper héroes hacen un juramento? No recuerdo que Tony Stark lo hiciera... Aunque no creo que él sea el mejor ejemplo de principios y valores...

Me interrumpe dejando mi divagación de súper héroes a medias y haciendo que mi respiración igual se detenga

— Pinocho, te quiero...

Lo dijo ¿Verdad? No es producto de mi imaginación, esas tres sencillas palabras me dejan en silencio y con mi corazón a punto de salir disparado de mi pecho.

Nuestros ojos se mantienen conectados, repito las palabras que acaba de pronunciar en mi mente una y otra vez... Él entreabre los labios para decir algo y su mirada va directa a mis labios, coloco mi mano en su mejilla y me inclino hacia adelante para besarlo y puedo sentir como sonríe bajo mis labios...

Tengo que aceptar que me fue muy difícil concentrarme durante toda la mañana y parte de la tarde. Lo que Thiago me dijo... no es que no lo sabía, pero oírlo decir eso fue diferente y no sé si él esperaba que yo le dijera algo parecido o no... Si lo quiero y también sé que él lo sabe, pero creo que para decirlo en voz alta aún no estoy preparada, tengo miedo a hacerlo y que pase algo que me termine lastimando, es una especie de escudo que no estoy dispuesta bajar aún...

La sesión termina más temprano de lo que esperaba, mucho más temprano y eso me pone de buen humor: eso, que la fotos salieran bien, el volver más temprano a la casa de Thiago y el tener más tiempo para pasar con él hoy, es cómo si hoy todo estuviera saliendo bien...

Justo cuando yo llego a la puerta del edificio veo un coche color borgoña estacionarse frente a mí; uno minuto después veo a Mathias bajar de él, lleva puesto una camisa blanca, con las mangas remangadas y vaqueros claros, me ve y sonríe ampliamente, así que decido esperarlo para entrar con él.

Si al principio parecía que la relación que tenía con su hermano no era muy buena, ahora creo que las cosas han mejorado bastante... Si, son muy diferentes en algunos aspectos y pese a todo siento que ambos están poniendo de su parte para aprender a llevarse mejor; incluso sin que yo le diga nada, Santiago fue a visitar la empresa de su papá un par de veces...

— ¿Santi está arriba? — me pregunta luego de saludarme.

— Yo creo y si no ya debe estar por llegar — le respondo mientras entramos al edificio.

Yo voy directo al ascensor, pero él se detiene frente a las gradas.

— ¿Tienes algún tema con los ascensores?

— Desde que llegue no tengo mucho tiempo para ejercitarme, así que me propuse a usar solo las escaleras...

— Debo suponer que no hay ninguna manera de que te logre convencer para subir por aquí ¿No? — le pregunto resignada y él niega con la cabeza.

De verdad hubiese querido tener el súper poder del convencimiento porque esto de subir tantos pisos y hacerlo mientras mantienes una conversación es demasiado cansador... Pero tengo que agradecerle que por lo menos se ofreció para llevar mis cosas...

Estamos por llegar al sexto piso y siento que el aire de mis pulmones ya se terminó... En realidad creo que se terminó en el quinto piso, el último lo subí milagrosamente.

— ¿Estás bien? —me pregunta Mathias.

— Creo... Creo que empezare a usar las escaleras más seguido.

Termino la frase entre jadeos y él se ríe, que bien, me parece perfecto que alguien tenga la energía y el aire suficiente para hacerlo.

Cuando llegamos al piso él sonríe y me pasa mi mochila, pero su sonrisa desaparece cuando ve la puerta del departamento de Santiago abrirse y aparece un chico que me resulta familiar, cómo si lo hubiese visto antes...

Puedo jurar que lo vi antes, pero ¿Dónde?

Nos quedamos parados cerca del ascensor, él levanta la mirada y sonríe. Es el mismo chico que fue a buscar Santiago el día que me llevo a la azotea de ese edificio, solo que ahora ya no lleva rastas... El mismo al que encontré una vez acá, cuando yo estaba llegando y él saliendo. No borra la sonrisa de su rostro, pero no me está sonriendo a mí, tiene la mirada fija en...

Veo al chico estrellarse de espaldas con la pared y a Mathias acorralándolo para que no se mueva.

— ¿Qué te dije la última vez?

Le pregunta mientras con su antebrazo hace presión en el cuello del otro tipo haciendo que él no pueda contestar.

— ¿No te acuerdas?— gruñe— Te lo recuerdo... ¡NO QUIERO VOLVER A VERTE CERCA DE MI HERMANO!

Eleva la voz, una de las puertas del pasillo se abre y aparece un señor mayor que ve la escena asustado.

— Mathias... — digo y me acerco, pero él me ignora y sigue con su mirada clavada en el tipo.

— ¿Me entiendes o tu cerebro ya está lo suficientemente cocido como para no captar nada?

El chico se ríe y asiente con un ligero movimiento de cabeza que le es permitido por la situación. Mathias lo suelta y el otro se pasa la mano por el cuello, pero a pesar de todo no deja de sonreír.

No sé lo que está sucediendo... ¿O sí? Quizás no quiero aceptar lo que está pasando, porque no es necesario ser muy inteligente para darse cuenta...

Ambos se quedan frente a frente y antes de que esto pase a algo peor tomo a Mathias del brazo e intento hacer que venga conmigo y él parece ceder, hasta que el tipo pasa su mirada de Mathias a mí, varias veces y suelta una pequeña risa.

— ¿Repitiendo la historia? —pregunta y me recorre con la mirada — Tú debes ser la nueva Salomé...

¿Quién es Salomé?

Mathias da un paso librándose de mi agarre y se detiene frente a él. Los músculos de sus brazos y espalda están tensos. Me sorprende verlo tan enojado.

— ¿También te la follaras para alejarla de tu hermano?— dice y su sonrisa se ensancha.

Y eso es suficiente porqué ni bien termina la pregunta Mathias se abalanza sobre él y veo como su puño va directo a la nariz del otro y la acción se repite una, dos, tres...

— ¡Mathias basta! — intento jalar de él, que está por encima de un cuerpo que solo se ríe mientras recibe golpe tras golpe. ¿Por qué no se defiende?

Todos mis intentos son inútiles, no logro nada hasta que dos hombres se meten entre ambos separándolos, son los porteros que debieron subir por el aviso de alguien o tal vez las cámaras... Cuando ven que uno de los involucrados es Mathias, uno de ellos le dice algo mientras su compañero sujeta al otro tipo que no deja de mirarme. El portero asiente con la cabeza y entran al ascensor para bajar, aún sin soltarlo...

Mathias me ve y sin decir nada va hacia la puerta del departamento, lo sigo y saco la llave para abrirla.

En la sala esta Santiago, que al vernos se pone de pie de golpe, primero ve a su hermano y luego me mira a mí.

— ¿¡Que mierda Santiago!? —grita y se acerca a él.

Thiago nos mira confundido y cuando parece entender que está pasando evita mi mirada.

— ¡Me prometiste que no lo harías más!

— Mathias yo no... ¿Podemos hablar de esto después?— intenta mantener su voz neutra.

— ¿Tú no qué? ¿Qué mierda hacia Joaquín saliendo de acá?— pregunta y Santiago se queda en silencio. — ¿Crees que soy estúpido? Todo este maldito lugar apesta a hierba...

— Mathias...

— ¿¡Qué!? ¿¡Qué!? — veo que aprieta los puños con fuerza.

Yo me quedo paralizada un paso atrás de Mathias y aunque quisiera moverme no sé si lo podría hacer... Estoy intentando procesar toda la información de los últimos diez minutos y quiero escuchar que Santiago diga algo, que lo niegue, que intente excusarse de alguna manera... Pero no lo hace.

— ¿Volverás a mentirme de frente?— sonríe amargamente— No es ni un mes que me hice pasar por ti para la estúpida prueba antidoping, con la condición de que ya no te meterías más mierda y...

— ¿Qué...? — mi voz suena débil, no quiero mirar a Santiago así que me concentro en su hermano — Tú te hiciste la prueba... — digo más para mí misma que para él.

Y aunque yo no lo este viendo sé que Santiago sí, me mira en silencio, vamos Thiago solo di que no, di que es mentira... Joder di algo...

Pero no lo hace y es Mathias quien comienza a hablar de nuevo.

No escucho lo que dicen después... Un nudo se forma en mi garganta y mis ojos se llenan de lágrimas. Y de nuevo siento la mirada de Santiago encima de mí, pero no quiero verlo, no puedo...

Casi corriendo entro en la habitación y cierro la puerta con el pestillo. Intento respirar para evitar llorar.

— ¡Lib! —escucho la voz de Santiago y luego golpea la puerta — ¿Podemos hablar? — no respondo y busco alguna bolsa o mochila para guardar mis cosas, mi cámara con mi portátil por suerte están en la mochila que deje afuera — Por favor...

Trato de guardar lo que necesito lo más rápido que puedo, Santiago sigue golpeando la puerta, me paro frente al espejo e inhalo y exhalo un par de veces antes de salir.

No puedes llorar Lib, no ahora...

Abro la puerta y él está ahí, intento pasar por su lado, pero me sujeta del brazo.

— Por favor... Hablemos — murmura

Sacudo la cabeza, tengo que controlarme.

— Lo siento... No me dejes, prometo dejar todo, te doy mi palabra...

Es como si una bola de aire creciera más y más en mi pecho.

— Me mentiste... — mis palabras salen casi en forma de susurros — Me dijiste mil veces que confiara en ti y lo hice, pero me mentiste en algo tan... — doy un paso para alejarme de él y las ganas de llorar se van haciendo más difícil de reprimir cada que digo algo — ¿Cuánto tiempo llevas...?

Me mira, pero ninguna palabra sale de su boca.

— ¿No me lo dirás? — le pregunto en voz baja — Perfecto, suéltame por favor...

— Necesito...

— ¿Qué? ¿Tiempo para decime o para explicarme? ¿Tiempo para mentir? — murmuro — Déjame Santiago... — digo mirando la mano que tiene en mi brazo.

— Te lo diré, te diré todo, pero no te vayas... — dice casi suplicando y esta tan mal que verlo así hace que mi corazón se comprima.

— Está bien...— me froto mi rostro con las manos — ¿La prueba que me mostraste era falsa?— Solo quiero que lo niegue, que me diga que no era falsa ¿Es normal ansiar tanto escuchar una mentira? Asiente levemente con la cabeza.

Podía haberlo negado, hacer el intento de que le crea ¿Le hubiese creído si me decía que no? Lib, sabes bien que no lo hubieses hecho...

Repaso todo lo que paso en mi cabeza.

— ¿Quién es Salomé? — pregunto lentamente.

Su expresión cambia, es como si acabase de darle un golpe que no esperaba y espero varios segundos a que diga algo, pero no lo hace, se queda en silencio, de nuevo...

— ¿Todo, verdad? Estoy cansada Santiago, estoy cansada de tus secretos y mentiras... No... No sé qué hacer, no tengo idea de como seguir así; tú no confías en mí... Y yo no puedo confiar en ti, eso no está bien, no me siento bien y me duele porqué ya no sé qué parte de lo que me dices es verdad o que parte no...

Mis ojos se llenan de lágrimas otra vez, solo que ahora no puedo controlarlas. Él sabe lo que estoy pensando e intenta llevar su mano a mi cara, pero retrocedo para que no me toque y sé que lo que acabo de hacer lo lastima...

— Lo que te dije hoy es verdad, nunca te mentiría con eso... Lib solo deja que te explique...

— No... No quiero. Ya no Santiago, intente entenderte e incluso justificar tu forma de ser, pero ya no puedo... Suéltame por favor — intento sonar firme y él me hace caso.

Voy hacia la puerta principal y me agacho para tomar mi mochila. Sé que está detrás de mí y no sé porque lo hago, pero volteo para verlo.

— Lib... — se lleva su cabello con la mano para atrás. — Perdón, es que esto, todo esto... Aunque te lo explique sé que no lo podrás entender, para mí ya es demasiado difícil...

— Tienes razón, no puede entenderlo y tampoco puedo ser cómplice de cómo te jodes la vida, lo siento, pero no puedo fingir que no pasa nada mientras tú sigues con... con todo eso... — mi voz se quiebra y hago una pausa para respirar.— Necesito tiempo...

— ¿Tiempo? Lib... Espera por favor...

Cuando él intenta acercarse, doy media vuelta y abro la puerta, no espero nada y la cierro detrás de mí.

Prácticamente corro hacia el ascensor y una vez adentro las lágrimas caen por mis mejillas, saco mi teléfono, escribo un mensaje y a los segundos tengo la respuesta...

Por lo menos tengo donde quedarme...

Las puertas se abren y trago saliva para calmarme, paso mi mano por mi cara para secarme e intento disimular todo lo mejor que puedo, doy un paso hacia el pasillo y unos ojos azules me ven con cuidado.

Mathias está hablando con los dos porteros, pero cuando salgo él deja su conversación y viene hacia mí.

Veo que las puertas del ascensor se cierran y luego la pantalla marca el número seis.

— ¿Puedes llevarme por favor? —le suplico

Y sin decir más me ayuda con mis cosas y salimos del edificio rápidamente. 



⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘

¡Hoaaa!

Espero que este nuevo capitulo les guste, es un poco más largo y no sabia si subirlo en dos partes o en una, pero decidí hacerlo en una... De verdad espero que les guste💜💜

Mil gracias por leerme, votar☆ y comentar ♡en cada capitulo, amo leer todos sus comentarios. Gracias por todo su apoyo 🌟💛

¡Los quiero muchísimo!

(¡Y quería contarles que ya no estamos muy lejos del final!No falta mucho para terminar la historia... Y todo gracias a ustedes❤)

⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘

Continue Reading

You'll Also Like

40.5K 3.2K 11
El deseo es un sentimiento que abarca muchas emociones. Puede referirse al deseo carnal o al deseo de una cosa en específica. Duncan Smirnov el ma...
3.2K 114 3
Ya saben de que va esto, solo entren, leean las descripciones y eligan el personaje para rolear que más les agrade.
331K 16.3K 48
Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empr...
50.3K 7.7K 54
Marcus juró que nunca volvería a amar. Luego de regresar a Nueva York por petición de su padre, Marcus intenta retomar su vida, intentando ignorar la...