DIECISÉIS PRIMAVERAS (en proc...

By IsabeleGPedroso

253K 5.1K 536

Dieciséis años, hermosa y con ciertas habilidades especiales, inexplicables para ella misma. Ella, la cual nu... More

Bilogía de Megana
L'inizio
Viaggio a Londra
Mia suocera e i suoi pensieri
I
II
III
Dieciseis primaveras
I
Decisioni sbagliate
I
II
III
IV
V
VI
Piacere...
I
II
III
IV
V
Benvenuta
I
II
III
IV
Ciao
I
Il mio strambo
I
¡Bambina insolente!
I
II
¿Cosa rispondi?
I
II
III
V
VI
VII
VIII
Per te mi sposerò
I
II
III
IV
V
Ricordi del passato e piani futuri
I
II
III
IV
V
Inizia il conto alla rovescia
Dieci
I
II
III
IV
V
Nove
I
II
III
IV
V
Otto
I
II
III
Sette
I
II
III
Sei
Cinque
Quattro
Tre
Due
I
II
Uno
Uno e settantacinque
Uno e mezzo
0!! Mi sa che sei in anticipo
La forza dell'amore
I
II
III
IV
Philip è assente
I
II Jissella
III
IV
V
VI
Insieme per sempre
I
II
Per sempre

IV

2.8K 51 7
By IsabeleGPedroso

-¡Philip!- me desperté agitada por algún mal sueño que no logré recordar.

La habitación estaba en completo silencio, tan solo la brisa, que movía las ligeras cortinas con suavidad, daba melodía al ambiente.
Me levanté con torpeza y anduve hacia la ventana. Lilian tendía las sábanas.

-Buenos días- la saludé. Miró hacia arriba colocando su mano como visera para proteger sus ojos del radiante sol.

-¡Buenos días Megan!- me saludó con alegría.

-¿Sabes dónde está Philip?

-Sí, hablando por teléfono en el porche.

-¡Ooh Gracias!- dije alegrándome de repente antes de meter la cabeza. Había supuesto que habría ido otra vez a ver algo relacionado con la pasarela de otoño, o más trabajo.

Fui al baño y tras asearme y comprobar que ya de aquel arañazo no quedaba más que un leve rastro rosado, bajé corriendo las escaleras envuelta en mi bata.

El primero con el que me tropecé fue el pequeño Draco, que jugaba al pie de las escaleras con un pequeño cojín, aunque lo de pequeño se podía discutir, ya que en realidad era más grande que él. Tras saludarlo y acariciarlo, caminé hacia la entrada.

Philip hablaba por teléfono de espaldas a mí, en la mano sobrante tenía mi móvil.

-Sí, dile que sobre las seis- lo oí decir. Lo abracé, sobresaltándolo. Besé su espalda.

-Luego te llamo enana, Meg ya se ha levantado- una vez apartó el móvil de su rostro se giró hacia mí, antes de estrecharme en un fuerte abrazo para luego besar mis labios.

-¿Qué tramas?- pregunté metiendo las manos por debajo de su camiseta y sintiendo el espasmo de sus músculos con mi tacto. Su cuerpo estaba realmente cálido.

-Estás helada- dijo sin intentar librarse de mis manos. Intenté sacarlas para no molestarlo, pero me lo impidió -No me molestan- metió su móvil en el bolsillo de su pantalón, antes de abrazarme una vez más y quedarse allí, con la cabeza apoyada sobre la mía.

-¿Qué tal has dormido?

-Muy bien- dije acomodando mi cabeza junto a su pecho -Aunque me he levantado gritando tu nombre...- recordé.

-¿Y eso?- preguntó tras besar mi cabeza.

-No lo sé, algún mal sueño- dije encogiéndome de hombros -¿Y tú? ¿Cómo has dormido?

-Muy bien, pero poco. Me he levantado a las siete- lo miré.

-¿Llevas en pie desde tan temprano?- me sonrió al tiempo que le restaba importancia a la situación encogiéndose de hombros.

-En realidad estuve observándote durante una hora- sonrió divertido. Lo miré intrigada -Hubo un momento en el que no dejabas de sonreír, incluso llegué a pensar que estabas fingiendo estar dormida- reí algo avergonzada. A Philip le entró la risa, lo que provocó que me quedara mirándolo entre divertida, extrañada y aún más avergonzada -¿Por qué te sonrojas?- acarició mis mejillas con ambas manos. Esquivé su mirada antes de darme la vuelta e intentar escapar, pero rodeó mis caderas impidiendo la huida. Besó mi cuello -Tonta- me susurró al oído. Tapé mi rostro con mis manos.

-Te quiero tonto- dije. Me abrazó con fuerza.

-Ti amo il mio piccolo angelo- me susurró una vez más -Y nunca me cansaré de escuchar un te quiero que venga de ti.
Al escuchar aquello, la vergüenza desapareció para darle paso a la ternura que envolvió todo mi cuerpo con una calidez que acogió mi corazón. Aparté las manos de mi rostro y me quedé mirando al cielo. Las nubes se movían con pasmosa tranquilidad. Tanto la ráfaga de viento que agitó mis cabellos, como el cálido tacto que aportó la mano de Philip a mi vientre, me hicieron salir a la superficie de aquel hermoso mar azul que se extendía sobre nuestras cabezas.

-Tú mamá se ha quedado pensativa, tú que estás dentro de ella me podrías contar qué piensa de vez en cuando, ¿no?- sonreí tontamente.

-No pensaba en nada amor- dije volviendo a fijar la mirada en el cielo.

-Mentirosa- me dijo rozando sus labios con el lóbulo de mi oreja, provocando un escalofrío a lo largo de todo mi cuerpo. Me volví para mirarlo.

-Lo juro- frunció el ceño levemente con una casi imperceptible sonrisa en los labios.

-¿Entonces por qué no me has respondido?- tomó mis manos entre las suyas.

-¿A qué?- rio.

-¿A si querías desayunar?

-Ups... Es que me he quedado embobada con lo que me has dicho y a eso sumarle lo bonito que está hoy el cielo...

-¿El qué? ¿Lo de te amo mi pequeño ángel o lo de que nunca me cansaré de escuchar un te quiero que venga de ti?- repitió.

-Ambas- respondí provocando en sus labios una de aquellas sonrisas que habían logrado enamorarme.

-Pues no he podido hacer lo último que tenía pensado- lo miré extrañada una vez más. Me besó. Sus manos me atrajeron hacia él tirando de mi cintura para luego rodearla. Yo por otra parte clavé mis dedos en su espalda.

-Preciosa- dijo antes de comenzar una cadena de besitos intermitentes que terminaron por provocar mi risa.
Entramos a la casa.

-Buenos días mi niña, aquí tienes- Lupe colocó una bandeja con lo que era mi desayuno, sobre la amplia isla de granito. Me senté en uno de los taburetes.

-Ahora mismo te preparo el zumo.

-Deja, ya se lo preparo yo- dijo Philip.

-¿Ya has desayunado?- pregunté. Pasó por detrás mía.

-Nada más bajar- dijo deteniéndose por breves segundos para besar mi cabeza, antes de dirigirse hacia la encimera.

Vi mi móvil sobre la mesa, el cual Philip había dejado ahí nada más entrar a la cocina.

-Aún no me has respondido- dije arrastrando el móvil sobre la superficie de la isla para acercarlo.

-¿Perdón?- dijo Lupe, que había dejado de doblar los trapos de cocina para mirarme.

-Ooh no... Hablo con ese moreno tan guapo que exprime una naranja en este mismo momento- aclaré burlona. Oí la risa baja del aludido. Lupe nos miró a ambos antes de negar con una sonrisa tierna en los labios y antes de seguir con su tarea.

-No te rías y responde listillo- se acercó con la jarra de zumo en una mano y un vaso vacío en la sobrante.

-Voy a ver cómo va Lilian con el resto de tareas- dijo Lupe antes de salir de la cocina.

-¿A qué te respondo?- preguntó él mientras vertía el refrescante jugo en el interior del vaso. Bajé del taburete de un salto, antes de atrapar su cintura rodeándola con mis brazos y antes de ponerme de puntillas para acortar distancia entre nuestros rostros.

-¿Qué tramas?- sonrió.

-¿Yo?- preguntó haciéndose el tonto. Balanceé el móvil frente a su rostro dejando claro mis pensamientos de que algo había tenido que estar haciendo con él.

-Eeh... He cogido el número de Sophie- fruncí el ceño al tiempo que volvía a apoyar los talones en el suelo.

-¿Para qué?- recordé la vez que se conocieron en el hospital. Tuvieron tiempo de hablar cuando los dejé solos, luego los pensamientos de ella en los que se preocupaba por lo que pudiera pensar él... Me cabreé.

-¡Meg!- yo había echado a andar hacia las escaleras -Megan, para un momento, ¿qué te pasa?- llegué arriba.

-Me parece increíble las rabietas que pillas porque yo o bien haga amigos o bien consiga confianza con ellos, pero ¡¿y tú?!- lo último prácticamente lo escupí con veneno en cada palabra. Entré a la habitación empujando la puerta con enfado -Espero que Sophie sea una magnífica amante- una vez estuve frente a la cama, sentí un suave empujón por la espalda con la fuerza suficiente para obligarme a tumbarme. Philip me dio la vuelta colocándose él sobre mí y colocando mis manos por encima de mi cabeza, atrapándolas e impidiendo cualquier movimiento por mi parte.

-¿Pero qué estás diciendo tonta?- dijo riéndose y acercando su rostro al mío. Lo esquivé.

-Quítate de encima- comencé a moverme como loca. En una de las veces que se acomodó sobre mí dejando espacio entre su cuerpo y el mío, uno de los rodillazos que di en el aire para que me liberara de una vez, impactó contra su entre pierna. Una vez liberó mis manos, tuve que llevármelas a la boca al ver el reprimido gesto de dolor de su rostro. Se tumbó a mi lado retorciéndose por el dolor. Al principio me dieron unas macabras ganas de reír, era lo mínimo por sentirme engañada, pero luego me compadecí, se veía que realmente le dolía. Su rostro estaba rojo, lo cual era lógico, aquel rodillazo que en realidad no tenía destino, había ido con bastante fuerza.
Bajé de la cama para verlo de frente.

-No quería- dije triste y avergonzada mientras extendía mi mano hacia su rostro.

-Tarde para eso- dijo entre dientes y frenando el avance de mi brazo.

-Oye menos aires de enfadado que aquí la cornuda soy yo- su mirada me intimidó. Fue algo así como de enfado, reproche...

-No logro averiguar qué me duele más, si tu fantástico rodillazo o que pienses que te he engañado...

Continue Reading

You'll Also Like

552K 64.4K 15
Harry había pasado por varias injusticias a lo largo de su vida. Había perdido y amado; preguntado y respondido. Pero aquella vez, cuando sabiendo qu...
60.6M 3M 42
Sinopsis Kaethennis ha disfrutado de los placeres de la vida, mucho, casi se puede decir que demasiado. Un alma libre, al menos así se definiría el...
Nobilis By YinaM

Science Fiction

357K 32.6K 68
En un régimen estable, donde la calidad de vida es alta y la guerra es solo un mito de antaño, Aletheia es una adolescente a puertas de un compromiso...
449K 31K 32
Tercer libro de la serie amores de la mafia [EN PROCESO] Crecer como la hija de uno de los capos de Italia solo tiene una ventaja -tener un matrimoni...