Santiago
(Si entraron primero a este capitulo, arriba actualice uno antes que creo es necesario que lean para que entiendan este)
Mi móvil comienza a sonar, lo agarro y gruño al ver que es el idiota de Mathias. ¿Es tan difícil entender que si no cogí ninguna de sus llamadas todo el día, es porque no quiero hablar con él?
Me deshago de la toalla que llevo puesto y me coloco algo de ropa.
¿Libertad en verdad pensaba ignorar todas mis llamadas? ¿Qué era? ¿Algún tipo de broma o venganza por las veces que yo hice lo mismo?
La llamo de nuevo y no contesta.
Miro de nuevo la hora y la tentación de lanzar mi teléfono contra la pared es muy grande, pero no soluciono nada rompiendo mi teléfono, se puede decir que hasta le cogí cariño a este, nunca uno me duro tanto tiempo...
Le daré un tiempo, no quiero hostigarla, sé que puede ser muy testaruda cuando quiere...
Llevo dos putas horas intentando que conteste alguna de mis llamadas o mensajes. A ver, vamos por partes: todo el día estuvimos bien, ella parecía feliz, la deje en su casa y me llamo más o menos hora y media después para venir ¿Qué le dije? En ese momento no podía y no me dejo terminar de hablar, porque solo me colgó... Joder, es que a veces ella es tan... complicada.
Dejo de respirar cuando mi móvil empieza a sonar y veo el nombre de Mauro en él.
— ¿Mauro? — pregunto con miedo, mi mente solo se concentra en pensar lo peor.
— ¿Estas con Libertad? ¿Puedes pasarme con ella?
Creo que estoy a punto de sufrir un paro cardíaco.
— No está conmigo, creí que estaba en tu casa.
— Si estuviera en mi casa no te llamaría ¿No crees? — escucho una voz femenina, que no es la de Jazmín, él le dice algo, esta con su mamá. — No está, discutió con mi papá y se fue. — su mamá le dice algo. — Si llegas a saber algo avísanos, por favor.
— Claro y Mau, tú también avísame cualquier cosa.
Soy una grandísimo estúpido...
Me llamo por eso, porque discutió con su papá y yo solo le dije que no, no tome en serio su llamada.
Tomo el paquete de cigarrillos y prendo uno. Intento de nuevo llamarla, pero sigue sin contestarme. Menuda mierda que es el cerebro humano, solo se concentra en pensar lo peor en momentos así, además de que te hace sentir la basura más grande del planeta. Libertad no me contesta y su hermano no me dice nada. Prendo otro cigarro, veo la cajetilla tirada en la mesa y me doy cuenta de que esta vacía, ya perdí la cuenta de cuantos fume.
Estoy molesto y estresado. Las dos cosas son lo peor que puedo sentir, porque cuando estoy enojado no pienso bien y de hecho no hago las cosas bien. Creo que me volvere loco, no sé nada de ella, doy vueltas por todo mi departamento, necesito tranquilizarme...
Veo la pantalla de mi teléfono encenderse y de manera veloz contesto la llamada.
— Ya la encontramos — dice Mauro del otro lado.
— ¿Dónde está? ¿Está bien?
— ¿Ahora te preocupas? — su pregunta me descoloca — ¿No se supone que eres su novio? Te llamo y la dejaste tirada por quien sabe que estúpida razón.
— Mauro yo no tenía idea.
— Claro, no tenías idea. — contesta molesto— ¿Quieres saber dónde está?
El momento en el que me dice que está en casa de Gastón siento una presión crecer en mi pecho.
— Iré verla porque aunque no te tolero, tolero mucho menos a ese imbécil.
Veo la hora, las dos de la mañana.
— Espera, pasare por ti para acompañarte, así vamos en mi auto y no conduces tu motocicleta, es menos peligroso.
Escucho que esta por negarse y ruego que no lo haga, porque solo con él podre verla. Brenda, su mamá, dice algo y el termina aceptando.
Necesito tomar aire, tranquilizarme. Saco de mi bolsillo la llave del auto y me subo a este. Comienzo a manejar, el aire entra por todas las ventanas, pero ni con todo el aire del mundo puedo respirar bien. Muevo el vehículo y voy subiendo la velocidad, cada vez más rápido ¿Lo bueno de conducir a esta hora? No tienes que respetar los semáforos o señalizaciones, subo más la velocidad.
La he cagado y la he cagado de una manera maravillosa.
En un tiempo récord llego a la casa de Mauro, él parece haber escuchado el motor porque ni bien me estaciono lo veo salir. Sin decir nada entra y al hacerlo cierra la puerta con un golpe, no dice nada y lo entiendo.
Parece no molestarle la velocidad a la que voy. Así que finjo que estoy solo y comienzo a manejar como suelo hacerlo.
— Eres un imbécil — dice por fin.
— Lo sé —respondo y presiono con más fuerza el volante.
— No, creo que no sabes lo imbécil que eres ¿Qué paso por esa estúpida cabeza tuya para no hacerle caso? — niega con la cabeza.
— Créeme que lo sé, solo no pensé que algo malo pasaba.
— Al parecer no piensas... — está bien su hermano está aprovechándose de la situación. — Y ¿Sabes que es lo peor? Que mi hermana te quiere ¿Por qué maldita razón? no tengo idea, pero te quiere. — giro hacia donde él me indica— Ya la lastimaron y no merece pasar por eso de nuevo y por más imbécil que me parezcas, sé que desde que apareciste se la ve más feliz, ella cree en ti...
Mierda ¿No puede volver a insultarme?
Vamos Mau dime que soy un imbécil, es más sencillo cuando lo hace...
— Pensé que entre ustedes todo iba bien, demasiado bien para serte sincero, pero creo que me equivoque porque ahora esta con su ex. Está pasando la noche con Gastón...
Freno el auto de golpe y veo que Mauro se va para adelante, lo escucho maldecir. Él sabe cómo incitar a las personas y no me sorprende que protagonizara tantas peleas, porque por lo visto es él quien busca eso...
— Llegamos — digo, viendo la ubicación que él me dio.
Bajamos, Mauro teclea un mensaje y un minuto después la puerta se abre.
Tengo que aceptar que siento un poco de satisfacción al ver la expresión de Gastón cuando me mira, saluda a Mauro, al verme hace una señal con la cabeza y nos invita a pasar.
— Está en la sala —dice guiándonos primero por un jardín— Intente que durmiera algo, pero no quiso. Me dio tanta impotencia verla tan mal — me observa por el rabillo del ojo — Tan sola y al sentirla tan cerca cuando me abra...
Clavo mi mirada en Gastón, lo desafío para que siga hablando de mi novia, pero entiende y solo se encoje de hombros.
Caminamos por un pasillo y llegamos a su sala, Lib está sentada en medio del sofá con una taza en sus manos, gira la cabeza para vernos y lo primero que hace es correr para abrazar a Mauro y él hace lo mismo. Escucho sus sollozos y mi corazón se parte, mierda no puedo soportar escucharla llorar. Gastón se acomoda del otro lado de la sala
Se quedan abrazados, él consolándola y ella llorando, hasta que parece que se siente un poco mejor. Se alejan, él le pasa la mano por la mejilla y noto que ella aparta su cara de golpe.
— Lib, que es eso... — pregunta Mauro posando su mirada en su cara. Ella no responde y escucho otro sollozo — ¡No me importa que sea mi padre yo lo mato!
— ¡No! Mau no hagas nada... — le toma del brazo cuando él se gira en dirección a la puerta.
Lib se mueve y me ve, sus ojos están hinchados y vidriosos. Camino hacia ellos, pero me detengo al ver su labio...
— No, quiero ver que se anime a hacer lo mismo conmigo... — dice Mauro y ella vuelve a centrar su atención en su hermano. — ¡Te golpeo!
— Mau déjalo, ya está, no ganaras nada...
— ¡Claro que no está, te puso una mano encima, eso solo lo hace un cobarde y quiero que intente hacer lo mismo conmigo! ¡Mierda Lib, te golpeo!— se pasa las manos por el rostro — Y yo no estaba ahí, se supone que debo cuidarte y no estaba...
— No fue tu culpa... —susurra ella y cada que mueve su boca para hablar siento punzadas de dolor, solo quiero abrazarla y hacer que todo lo malo que paso desaparezca. — Por favor no hagas nada...
Mauro se acerca y le da un beso en la frente.
— Llamare a mamá, está preocupada... — y sale al patio para hablar.
Gastón sale detrás de Mauro y nos deja solo a los dos.
Me acerco a ella y la aferro contra mi pecho, ella llora de nuevo y la siento tan frágil, como si fuera a romperse.
¿Cómo pude ser tan estúpido?
Dejo de abrazarla y con delicadeza hago que levante su rostro para que me mire, cuando la veo tengo la necesidad de acompañar a Mauro e ir a buscar al hijo de puta que tiene por padre, la bilis empieza a subir por mi garganta ¿Cómo puedes golpear a una mujer? ¿A tu hija? Respiro y trato de controlarme. Ella me mira con los ojos aún llorosos, mierda... Intento sonreírle como si no me doliera verla así.
— Pinocho, lo siento, de verdad no sabes cómo lo siento— paso mi dedo con delicadeza por su labio y ella se mueve al sentir el tacto — Debí haber ido a buscarte en cuanto me llamaste, yo...
— No podías saberlo... — murmura y me abraza de nuevo.
¿Por qué tiene que ser tan buena? ¿Por qué siento que cada maldito segundo que paso con ella me pierdo más? Beso su cabeza y la abrazo con fuerza, quiero que sepa que estoy aquí.
Estaré para ella por más roto que este, porque lo merece y sé que en algún momento esto me consumirá y lo hará hasta dejarme hecho polvo, pero estaré con y para con ella...
⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘
Hoaaa de nuevo!!
Aquí les dejo el capitulo narrado por Santiago, espero que le guste! 💜
Gracias mil por todo su apoyo, por cada lectura, comentario♡ y voto☆ que le dan a la historia, son los mejores y se merecen lo mejor😊
Los quiero muchismo! ❤
⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘