¿Mi Problema? Tú

By coky2812

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Lib cree que todo en su vida está bien, es feliz en su relación perfecta con su novio y además piensa que pue... More

Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capitilo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capitulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII 28
Capítulo XXIX
Capitulo XXX
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII 32
Capítulo XXXIII
Capítulo XXXIV
Capítulo XXXV
Capítulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capitulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XL
Capitulo XLII
Capítulo XLIII
Capitulo XLIV
Capítulo XLV
Capítulo XLVI
Capítulo XLVII
Capítulo XLVIII
Capítulo XLIX 49
Capítulo L
Capítulo LI
Capítulo LII
Capítulo LIII
Capítulo LIV
Capítulo LV
Capítulo LVI
Epílogo
Extra I (Santiago)
¡SORPRESA!

Capítulo XLI

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By coky2812

Doble actualización, asi que sigan leyendo que en la segunda parte les tengo una sorpresa. 

— Gracias Jazz — Thiago sigue hablando por teléfono cuando se acomoda en el sofá junto a mí— Si, estoy con ella...— me mira de reojo y luego niega algo con la cabeza — No me dejaras colgar hasta que lo haga ¿Verdad? — se ríe de algo que ella dice y aleja el teléfono de su oreja— Jazz ya estás en altavoz...

— ¡Libi! — escucho que grita.

— Hola Jazz.

Santiago se encoje de hombros cuando lo miro.

— Dime por favor que no se quedaran todo el día entre esas cuatro paredes... Es su cumpleaños, tienen que hacer algo más divertido.

— Intente decírselo— respondo mirando a Santiago — Pero tiene planeado una maratón de una serie de un robot...

— No es una serie de un robot, es Mr. Robot...— Aclara Thiago.

— Dios, Santi ya comienzas a aburrirla...

Floyd salta y se acomoda entre nosotros.

Está claro que ya no me odia, pero siente una gran preferencia por Santiago, porque se acurruca junto a él ronroneado.

— Hagan algo más divertido — Jazmín hace una pequeña pausa— Pero siempre con protección, aún no estoy preparada para ser tía

— ¿Quién será tía? — escucho la voz de Mauro.

— ¡Nosotros seremos tíos! — suelta emocionada Jazmín.

Me atoro con las palomitas y Santiago no puede dejar de reírse.

No quiero imaginarme a mi hermano en este momento, ni su reacción...

— Creo que esta por desmayarse — dice Jazz entre risas. — Mau espera...

Comienzan a susurrar algo que no entiendo y Thiago sigue riendo, le lanzó varias palomitas, no es gracioso... Bueno si lo es un poco, pero no para mí hermano.

— No quiero saber si se protegen o no... — escucho que dice Mauro y luego otra vez silencio. — Aunque espero que lo hagan... — dice esta vez más alto para que lo escuchemos

Esto no podía ser más incómodo.

Miro a Santiago y él sigue sonriendo, bueno al menos alguien se divierte con esto...

— ¡Hola! — Jazz vuelve a hablar. — Mau... — y de nuevo murmullos de parte de mi hermano.

— Feliz cumpleaños... — dice Mauro y por cómo lo dice sé que está siendo obligado.

— ¡Gracias amigo!— responde Santiago con tanta emoción que no puedo evitar reír al imaginar la cara de Mauro.

— Que no soy tu am...

— Bueno chicos los dejamos, sigan divirtiéndose — dice ahora Jazz— ¡Y no olviden cuidarse!

— ¡Jazz! — exclama mi hermano y escucho risas de parte de ella y cuelgan.

Thiago deja su teléfono en la mesita que tenemos en frente y me mira levantando una ceja.

— ¿Así que te aburro?

Pongo los ojos en blanco e intento crear algo de distancia entre nosotros él toma a Floyd para cambiarlo de lugar y dejarlo al otro lado del sofá. Levanta mis piernas y las deja sobre su regazo, intento moverme, pero él no me deja.

— Tu no, pero tu serie si...

— Solo viste un capitulo, tienes que darle una oportunidad. — sus labios se curvan en una pequeña sonrisa— Tenemos toda la tarde para que te guste...

— Es que no la entiendo — me cruzo de brazos — No podemos ver otra cosa...— él está por decir algo pero no dejo que lo haga— Me vuelves a dar el discurso de "Es mi cumpleaños" y te prometo que te vaciare la fuente de palomitas sobre tu cabeza...

— Creo que mi integridad física está en riesgo, aquí contigo... — dice mientras recorre mi pantorrilla con su mano.

Santiago posa su mirada en las palomitas que están frente a nosotros y las aleja de mí.

— Eso no te salvara...

No estoy segura de cuantos capítulos pasan porque en alguna parte me quede dormida.

Siento su suave sofá y me desperezo, podría quedarme dormida todo el día aquí, es lo suficientemente grande para que estemos los dos cómodos.

¿Los dos? Abro un poco mis ojos y me doy cuenta que estoy sola, ocupando todo el sofá, termino de despertar y veo a Thiago dejando mi cámara en una de las mesitas que tiene en su sala.

¿Por qué estaba sostenido mi cámara? No dejo que nadie toque mi cámara, es algo muy personal...

¿Me estaba fotografiando?

No tardo más que unos segundos en ponerme de píe y voy hacia dónde está mi cámara, él me ve y adivina lo que quiero hacer porque se adelanta y la levanta.

— Dámela... — digo cuando estoy frente a Thiago.

— Solo si prometes no borrar nada.

Intento alcanzarla pero él la aleja levantando su brazo.

Hago el intento de llegar a ella pero es inútil.

— Está bien no borrare nada...

No es verdad, pero es la única forma que hay para que me de mi cámara.

Amo la fotografía pero detesto que me saquen fotos, siento que me roban un pedazo de mi alma... Está bien, tal vez sea una exageración, no siento eso, pero si odio que me fotografíen, no tengo ninguna razón, solo no me gusta.

Santiago me mira fijamente, pero no me da la cámara.

— Estás mintiendo pinocho.

¿Qué? ¿Acaso acaba de crecerme la nariz?

No puede saber con solo mirarme cuando miento, soy buena mintiendo. No es algo de lo que este orgullosa, pero cuando miento, no se dan cuenta y no es que mienta muy seguido...

— Lo prometo, no borrare nada — al menos no ahora.

Thiago duda unos segundos, pero al final me da la cámara.

Vuelvo al sofá con ella en mi manos y veo las fotos que acaba de tomarme; en todas estoy dormida, son desde distintos ángulos y por extraño que parezca me gusta, me gusta el contraste que hace la sudadera roja que llevo con el sofá negro.

— ¿No te gusta tomarte fotos?

Se acomoda a mi lado para ver las fotos conmigo.

— No — respondo secamente y me doy cuenta de que lo hago, respiro un par de veces — Amo tomar fotografías, capturar momentos, se puede plasmar tanto en una imagen, ubicas que dicen "Una imagen vale más que mil palabras" pues para mi es verdad, tu vez una fotografía, pero hay mucho más detrás de lo que se ve a simple vista, todas las fotos cuentan una historia y el poder hacer que esa historia se transmita en una o en una secuencia de imágenes es... Es simplemente mágico, pero siento que cuando me fotografían yo no transmito todo eso y no me gusta...

Santiago me escucha atentamente y cuando termino de hablar me quita la cámara y busca entre las fotos hasta que se detiene en una, en la que estoy dormida con mi cabello desparramado y con Floyd hecho un ovillo junto a mí.

— ¿Esto no te transmite nada? — pregunta Santiago.

Observo la foto y sí, me transmite paz, tranquilidad...

— Yo veo mucho más que solo una chica que se quedó dormida mientras veía una de las mejores series de la década...— dice y sonrió — No vuelvas a decir que no transmites nada, porque si lo haces... — me devuelve mi cámara — Prometiste no borrarla, sé que algún día esa foto estará en una de tus exposiciones...

Algún día muy lejano, me digo a mi misma, porque ahora mis fotos solo van a parar en álbumes familiares, recordando: bautizos, bodas y cumpleaños, pero no se lo digo a Thiago porque sé que dirá algo que me subirá el ánimo y terminara haciéndome creer que puedo ser la siguiente Henri Cartier-Bresson, haciendo que me ilusione con la idea y no quiero eso, por ahora estoy bien con mi realidad...

Terminamos de ver la temporada de Mr Robot y no es tan aburrida como pensaba, pero aún sigo sin entender muchas cosas...

A Thiago lo llama Roberto para felicitarlo y quedan en verse un día de estos, también lo llama Mathias, pero él decide no contestar y entiendo que su hermano sea un poco imbécil, pero al final es su hermano y si lo llama el día de su cumpleaños es porque se interesa por él ¿No?

— ¿Tan mal se llevan? — le pegunto cuando su móvil suena de nuevo y aparece su nombre en la pantalla.

— Con él es difícil llevarse bien — responde y desvía la llamada.

— ¿Siempre se llevaron así?

— No siempre... Solo es complicado y no quiero deprimirte con la historia de mi familia disfuncional...— sonríe y pasa su brazo por mi cintura para acercarme a él — ¿Lista para empezar la temporada dos?

— No lo creo— pongo el mando de la televisión lejos de él — Ya tuve suficiente de Eliot por hoy— tomo mi móvil y prendo la pantalla para ver la hora — Creo que debería regresar a mi casa... Ya es un poco tarde y no me ven desde ayer...

— Entonces te llevo — Santiago se pone de pie y lo imito — Creo que deberías cambiarte antes ¿No crees?

Miro la sudadera que llevo puesta y si, tiene razón, no puedo aparecer solo con una sudadera prestada, estoy casi segura que no le causaría mucha gracia a papá si lo hago.

Luego de cambiarme y ponerme mi ropa, Santiago me deja en la puerta de mi casa, no veo la moto de Mauro, por lo que deduzco que aún no llego de su viaje.

Cruzo la puerta y parece que no hay nadie, todo está en silencio, subo a mi habitación, dejo mi teléfono cargando y entro a darme una ducha caliente, cuando salgo me pongo algo cómodo y bajo a la cocina para comer lo que sea que encuentre, tengo ganas de comer algo que no sea pizza, estoy segura que hoy comí más pizza de la que comí en toda mi vida.

Cuando entro a la cocina veo a mamá arreglada ¿Dónde puede ir un domingo por la noche?

— ¿Saldrás? — le pregunto y ella parece sorprendida de que le hable. No es que estos últimos días conversáramos mucho o prácticamente nada.

— Si, quedamos con unas amigas — sonríe — ¿Cómo la pasaste con Isa? —me pregunta ella.

— Bien... — no digo nada más porque tengo miedo de decir alguna mentira que luego me delate.

Mamá asiente con la cabeza y se acerca para darme un beso en la frente antes de salir.

Me concentro en comer mi ensalada de frutas, hasta que escucho la voz de papá diciendo algo a mamá.

No le doy mucha importancia porque ya me acostumbre a que se hablen solo para discutir, pero una tercera voz llama mi atención...

Dejo de comer y me acerco a la sala para ver quien está con ellos y cuando lo hago siento unas ganas inmensas de vomitar, Graciela está en mi sala junto a papá. Mamá murmura algo y se va, dejando a ambos solos.

Veo que papá aprieta los puños cuando mamá desaparece detrás de la puerta y de la nada clava su mirada en mí.

— Vaya, hasta que te dignas a aparecer...

No deja de mirarme y Graciela también lo hace, juro que su presencia en mi casa me provoca nauseas...

Está bien, tal vez las náuseas sean por toda la pizza que comí y no por Graciela, pero el verla si me desagrada y mucho.

— Libertad — dice y una sonrisa falsa aparece en su rostro— Segunda vez en el día que nos encontramos...

Percibo como mi piel va perdiendo su color y que poco a poco me pongo pálida.

Mi papá me mira confundido y luego mira a Graciela.

Por favor que no le diga que estaba con su hijo, por favor que no le diga...

— ¿Segunda vez? — hace la pregunta con calma, como si al hacerlo así ella entendiese mejor.

— No te conté ¿Verdad? — me mira de reojo.

Dios que no le diga todo, por favor...

¿Todo? Mi corazón deja de latir... No creo que le diga que nos encontró en una situación un poco incomoda ¿O sí? Le suplico con la mirada que no lo haga, sé cómo es mi papá y no tomara nada bien que pasara la noche con Santiago y no porque "Pasara la noche con un chico" sino porque es Santiago...

— Esta mañana nos encontramos en el departamento de mi hijo. — lo dice con tanta tranquilidad que me entran unas ganas inmensas de golpearla.

— ¿Esta mañana? — pregunta mi papá solo que no la mira a ella sino a mí. — Esta mañana ¿A qué hora?

— No lo sé ¿Siete? Fui temprano para felicitar a Santi y ella ya estaba ahí — sonríe maliciosamente — Me gano, estoy segura que fue la primera persona en felicitarlo.

Cierro los ojos, estoy perdida.

Papá no deja de mirarme y hace que mi corazón comience a latir el triple de rápido. Estoy nerviosa... No, nerviosa no, nervios no es lo tengo en este momento, tengo miedo...

Mi mente está bloqueada y siento como todo pasa en cámara lenta, papá despide a Graciela, ella se va, no sin antes sonreírme y decir algo que no logro entender.

— Ahora me mientes para pasar la noche con él... — dice papá, pero siento que lo hace más para él que para mí.

— Yo no...

— ¡Cállate! — eleva la voz y me siento pequeña delante de él— ¿Qué tengo que hacer para que entiendas que no quiero que estés con él?

— Papá lo siento, deja que te ex...

— ¿Qué me expliques qué? Que mi hija pasa la noche con cualquiera como una... — deja la frase a medias.

Se queda en silencio unos segundos y me cuesta tragar saliva cada que me ve.

— Quiero que dejes de verlo.

Lo dice como si fuera una orden, es una orden.

— Dejaran lo que sea que tienen, no quiero saber más sobre él— se frota el puente de la nariz — Es la última vez que te lo digo...

— No puedes...— me dedica una mirada que hace que mis piernas flaqueen, respiro profundo antes de seguir — No soy una niña papá, no puedes decirme con quien puedo o no puedo salir.

— ¡Soy tu padre! Claro que puedo decirte que no te conviene tener a alguien como él en tu vida y lo haré.

— ¿Alguien como él? Papá te estas escuchando, ya no estamos en el siglo dieciocho. No puedes juzgarlo y decirme "Alguien como él"— siento como una dosis de valor recorre mi cuerpo — Además te recuerdo que ese "Alguien" es hijo de tu amante...

— Libertad estas pasando la línea...

— ¿Qué línea? Tú puedes salir con Graciela pero yo no con su hijo ¿Por qué?

Papá se da la vuelta, camina un par de pasos y luego regresa.

— ¿Por qué? — vuelvo a preguntarle y por su expresión sé que estoy acabando con su paciencia — ¿Por qué no puedes solo aceptar que estoy saliendo con él? ¿Por qué...?

— ¡Porque es un drogadicto! — grita y siento como mis ojos se llenan de lágrimas.

No llores Lib, no llores, me repito una y otra vez.

No quiero hablar porque sé que si lo hago mi voz se quebrara y no quiero que eso pase, así que solo niego con la cabeza.

— ¿Crees que quiero un maldito drogadicto para mi hija? — se acerca un poco más a mí. — Solo quiero lo mejor para ti y él está lejos de serlo...

— Él no es un...

— ¿No lo es?—me interrumpe— ¿No sabes porque tuvieron que mandarlo al exterior? ¿No sabes las veces que intentaron rehabilitarlo aquí, pero fue imposible? Claro que no lo sabes, porque estoy seguro que él no te conto eso...

— Lo... Lo sé — tartamudeo y papá me mira sorprendido — Me lo contó...

— ¿Te lo contó? — sonríe amargamente — ¿Te contó que estuvo a punto de perder la vida por una sobredosis? ¿Te contó como su mamá llamaba llorando a todas las clínicas para saber si él estaba en alguna? ¿Te contó las veces que Roberto tuvo que recorrer toda la ciudad para encontrarlo tirado en algún lado? ¿Te contó algo de eso?

Las lágrimas comienzan a caer por mis mejillas, quiere lastimarme, quiere que sienta decepción hacia Santiago.

— Eso fue antes — respiro para tratar de controlar mi voz — Me enseñaste a no juzgar a nadie por su pasado ¿Esa enseñanza no aplica ahora?

— Su pasado... — niega con la cabeza — Tampoco te contó que cada cierto tiempo tienen que realizarle una pruebas anti dopaje ¿Verdad? Que sigue en proceso de rehabilitación... ¿Eso lo sabías?

— Ya, no quiero escucharte más — digo sin dejar que termine de hablar.

— No te gusta saber la verdad ¿No te dijo nada de eso?

Mi cabeza comienza a latirme, es demasiado, no quiero seguir escuchándolo. Doy media vuelta para alejarme.

— ¿Te das cuenta él tipo de persona que es?

No me muevo, me quedo en mi lugar y giro para verlo. No sé cansa de lastimarme porque es lo que hace con cada palabra que me dice.

— No aceptare que sigas con él, no mientras vivas bajo mi techo, harás lo que te digo. Él no es un buen...

— ¿No es buena persona? Por lo menos el no hace daño a nadie cómo...

— Libertad— utiliza mi nombre como una advertencia.

Pero ya llegue a un punto en el que no me importa, son muchas cosas que cargo y en algún momento tenían que explotar. Son semanas que lo tengo atorado en mi garganta y que no pude decir nada, hasta ahora.

Camino para acercarme a papá.

— ¿No te parece bueno para mí? Dime ¿Quién es bueno?— estoy segura de que me arrepentiré de lo que voy a decir, pero ya no puedo solo escucharlo. Él es bueno para juzgar, pero no mira hacia dentro... — ¿Preferirías que salga con alguien casado? ¿O con alguien que no deje de engañarme? Tu doble moral te permite...

Siento su mano ir contra mi mejilla, esta comienza a arder y dolerme. Nunca antes me levanto la mano, nunca, siento el sabor a sangre en mi boca.

Ahora es imposible contener mis lágrimas, pasó mi mano por mi mejilla, me duele y al pasar mi mano levemente por mi labio veo sangre.

— Lo siento, Lib lo siento... —se disculpa, pero yo ya estoy lejos.

Entro a mi habitación y cierro la puerta con llave, me paro frente al espejo y puedo ver el color rojo cubrir la mitad de mi cara y mi labio partido, no puedo dejar de llorar.

Agarro una mochila y empaco lo que puedo, lo que entra en ella.

Me cambio de ropa, cojo mi cazadora y salgo, tiene razón; estoy bajo su techo pero eso está por terminar.

Bajo en silencio y lo veo de espaldas sentado en la sala, no digo nada, camino hacia la puerta y en el momento que la abro él se gira para verme, no le doy tiempo a que diga nada más y salgo, cerrando la puerta de un golpe.

Camino intentando contener las lágrimas, las personas en la calle se fijan en mi "disimuladamente" Dios, debo parecer una mujer maltratada... Veo mi reflejo frente a una puerta de vidrio y sí, estoy simplemente desastrosa, pero eso es lo que menos me importa ahora, no tengo donde ir.

Tomo mi móvil e intento llamar a Isabel mientras sigo caminando y no me contesta.

No sé si sea lo mejor, pero es el único al que puedo acudir, busco en mis contactos, intento respirar para tratar de sonar tranquila y marco su número.

Santiago por favor contesta.

— ¿Ya me extrañas? — contesta de forma jovial.

— ¿Puedo ir a tu departamento? — le pregunto directamente.

Sé queda en silencio un par de segundo.

— ¿Ahora? Lib es que ahora no creo... — y al escucharlo tengo ganas de llorar de nuevo. — ¿Por qué? Si quieres más tarde puedo...

— No, está bien. Gracias.

Cuelgo, no esperaba esa reacción de él y benditas sean las lágrimas que parecen nunca terminarse, ahora lloro, pero por bronca o tristeza, ya no sé exactamente porque, creo que no es un algo, es un todo. Solo quiero que termine todo esto y que sea solo un mal sueño...

Estoy caminando sin rumbo alguno en la calle sin saber a dónde ir. Intento de nuevo llamar a mi prima pero sigue sin coger su teléfono.

Y el estúpido de Santiago... Acabo de pelear con mi papá por defenderlo, porque quiero estar con él y ¿Qué hace él? Solo me da la espalda en un momento en que de verdad lo necesito.

— ¿Lib? — prácticamente me voy de frente con el pecho de alguien. — ¿Qué haces...? — su pregunta se queda a medias cuando me ve — ¿Qué paso? ¿Estás bien?

Gastón apoya su mano en uno de mis hombros y me observa con preocupación. Al verlo un nudo se forma en mi garganta.

— Yo... No...

Me quiebro y lo rodeo con los brazos y me corresponde el abrazo.

Él me abraza con fuerza y me doy cuenta de que necesitaba eso, uno de los abrazos de oso de Gastón.

— Tranquila... — susurra sobre mi cabeza.

— No, no puedo — hago el mejor intento para hablar— No tengo donde ir, estoy en la calle y... y...

— Vamos a mi casa — me aleja un poco de él y niego con la cabeza mientras intento calmarme. Gastón se queda viendo mi labio, pero no dice nada, porque así es él, sabe que si no quiero hablar de algo no lo haré. — Sabes que no te dejare aquí, vamos.

Toma mi mochila y cubriendo mis hombros con su brazo me guía hasta su automóvil.

Una vez adentro prende el aire acondicionada lo que hace que el ambiente sea más cálido, siento mi teléfono vibrar, pero no me molesto en ver quien es, no hay nadie con quien quiera hablar ahora y nadie es nadie.

Gastón intenta sacarme conversación, pero no puedo seguirle el hilo. Mi mente esta en otro lado y no puedo dejar de repetir una y otra vez la discusión con papá.

Mi teléfono vibra de nuevo, tengo varias llamadas perdidas de él y dos de Santiago.

— Y llegamos.

Dejo caer mi móvil en el bolsillo de mi cazadora.

— Gaz, no quiero molestarlos.

— Y no lo harás, sabes que eres importante para mí y para toda mi familia. — apaga el motor — Además estoy seguro que si mi papá se llega a enterar de que te deje sola y en la calle me deshereda...

Sonrió por su comentario y siento una pequeña molestia en mi labio.

Bajamos y el carga mi mochila, parece que fue hace tanto tiempo que visite por última vez su casa y me sigue pareciendo tan familiar... 


















⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘
Hoaaa!! 

Aquí les dejo la primera parte de la doble actualización, espero que les guste💜

Gracias, gracias, gracias por leerme, por votar☆ y comentar♡ en los capitulos, son los mejores y se merecen lo mejor!

Los quiero muchisimo!!❤
⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘⚘

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