No sé si alguna vez habéis notado que os falta el oxigeno dentro de vosotros, como que no puedes respirar y notas que te ahogas, pero así me setía yo. Me sentía rota, sucia y vulnerable. Era como que todo a lo que había escuchado decir a las chicas más mayores que yo en el baño cuando yo tenía catorce años me estaba sucediendo. Me estaba pasando algo que había temido desde que tuve razón para pensar. Me estaban rompiendo por dentro. No sé cuando empecé a llorar, sólo sabía que todavía no había terminado. Seguía llorando, sola, en mi habitación, sin nadie, mirando una pared asimilando lo que Scott me había dicho esta tarde. Quería gritar, gritar lo mucho que le odiaba ahora por estar haciendome pasar esto, gritarle lo mucho que deseaba no haberle conocido, lo mucho que me odiaba a mi misma por quererle.
Scott me enseñó el vídeo desde su móvil. Era más que repugnante. Salíamos Kyle y yo en la cama, él estaba encima de mi, mi vestido estaba tirado por el suelo, al igual que mis tacones y la ropa de Kyle. Se escuchaban sus gruñidos y mis gemidos. Era realmente repugnante, y aún sabiendo que era yo, el vídeo me daba asco, pero yo me daba más asco todavía.
Me levanté de la cama y la vi. Estaba herida. No sólo herida en el sentido literal de la palabra, estaba herida en la mirada, en los gestos, en las manos. La miré intentando descifrar algo más que dolor, pero no encontré nada, sólo había soledad y tristeza. Estaba sucia, o al menos así se sentía, con los labios entreabiertos y la mirada perdida. Intentaba curar el dolor con el silencio.
Deje de mirar mi reflejo en el espejo cuando escuché la puerta abrirse, pero no me gire a mirar quien era, me quede mirando en frío y duro suelo. Una mano se poso en mi hombro, haciendome dar la vuelta, y mirar a mi hermano. Scott me miraba con una expresión de pena y tristeza. No dijo nada, sólo me abrazo mientras yo seguía llorando.
- No pasa nada. - susurró en mi pelo. - Todo saldrá bien, te lo prometo.
No le contesté, no valía la pena decirle que pensaba que sí iba a salir de esta, no valía la pena mentirle a mi hermano.
- Son las doce menos veinte. - murmuró rompiendo el abrazo. - Deberías ir a dormir, mañana te espera un día largo.
Scott me dio un beso en la frente después de pasar sus dedos por mis mejillas y quitarme las lágrimas que todavía salían de mi casa.
- Te quiero. - dijo antes de salir por la puerta. - Sabes que estoy en la habitación de al lado si me necesitas.
Asentí, pero no le dije nada, no tenía fuerzas para hacerlo. Fui al baño a lavarme la cara y me metí de nuevo en la cama, mirándo mi mesita de noche, pensando en qué debería hacer al día siguiente. No sabía si debería ir y romperle la cara por haber roto mi corazón, no sabía si debía ignorarle o gritarle. La única cosa que quería era no llorar delante de él.
Sólo eso.
(...)
- ¿Estás mejor? - me preguntó Scott entrando en la cocina.
- Bueno... - murmuré sin mirarle.
Tenía la mirada fija en mi vaso de leche, pero no podía comer ahora, tenía el estómago cerrado. No había pegado ojo en toda la noche, y cuando por fin me dormí, tuve una pesadilla. Me desperté gritando y sudada, Scott vino corriendo a mi habitación, asustado y preguntándome qué había pasado, le dije qué sólo había sido una pesadilla, que no se preocupara. Pero no volví a dormir en toda la noche.
- Hey. - me llamó mi hermano. - Te va a salir bien el examen hoy. - dijo con una sonrisa. - Ya verás.
- Eso espero. - murmuré. - No te hagas leche, toma.
Le di mi vaso de leche y caminé hacia el comedor para coger mi mochila.
- No vas a salir de aquí sin desayunar. - gritó desde la cocina.
- Scott no me obligues a comer, por favor, no tengo hambre.
- Sólo hoy. - gruñó.
Salí de mi casa lo más rápido que pude. Lo único que quería era llegar al instituto, hacer las clases rápido y volver a casa para poder encerrarme en mi habitación y llorar.
Cuando llegué al instituto no vi ninguna de mis amigas, así que fui directamente a mi taquilla. La abrí y me cambié los libros rápidamente. Una nota cayó cuando cerré la taquilla. Fruncí el ceño y cerré los ojos, deseándo que no fueran más sorpresas.
"No me gusta verte destrozada, pero no deberías vivir una vida de mentiras. Tal vez no debería haberle pasado el vídeo a todo el instituto, ¿pero qué podía hacer? No había otra forma de que te enteraras. De nada."
Arrugué la nota y la tiré a la papelera. No quería llorar aquí, pero seguro que lo haría. Era débil, muy débil.
Me encaminé hacia mi clase, ahora tenía un examen y no podía concentrarme. Al entrar en el aula, vi a las chicas sonriendo y hablando. Emily se giró y me sonrió al mismo tiempo que me hacía un gesto con la cabeza para que me acercara a ellas. Cuando fui a hacerlo, el profesor entró en clase, diciéndonos que nos sentaramos ya que el examen empezaría ya. Les dije a las chicas que después tenía que hablar con ellas. Al parecer la forma en la que se lo dije las preocupó, pero no dijeron nada, sólo asintieron.
El examen ya había empezado, pero no podía recordar ninguna palabra de las que el día anterior estuve estudiandome. Me había quedado bloqueada, cosa que no me había pasado nunca. Pasé mis manos por mi cara, y tiré aire por la boca. Cálmate Ronnie, todo irá bien. No, por mucho que intentara engañarme a mi misma, nada iba a ir bien. Estaba nerviosa, muy nerviosa y así no me podía concentrar.
Antes de que se acabara la hora escribí una de las pocas cosas que pude recordar y le entregué el examen a mi profesor.
- ¿Estás bien? - me preguntaron las chicas. - Parecía que iba a darte un ataque ahí dentro.
- La suerte es que no ha pasado. - murmuré.
- ¿Qué?
- Luego lo hablamos chicas, en el recreo os lo cuento todo.
Me encaminé acompañada de ellas a las siguientes clases. Todo el mundo se giraba a mirarme, y no me extrañaba, yo también me giraría a mirar a la imbécil que perdió su virginidad borracha en una fiesta, y que además de grabarla todo el instituto ha visto el vídeo.
Las siguientes dos horas de clase no hice gran cosa, no podía concentrarme, pero tampoco era que lo intentara mucho. Sólo quería irme a casa a llorar.
Cuando llegó la hora del recreo, les conté a las chicas todo lo que había pasado el Domingo; la cena con los padres de Kyle, la charla con Scott, y sobretodo: el vídeo. Por la reacción que tuvieron, me dieron a entender que ellas se acababan de enterar de aquel supuesto vídeo. Wen me preguntó que si lo tenía y le dije que no, lo tenía Scott, pero que seguro que alguno de los que estaban en el recreo lo tenía. Lo tenía todo el mundo.
- Tía, tienes que venir con nosotras esta tarde. - habló Maica. - No puedes quedarte en casa echa polvo. En serio, ven, te lo pasarás bien y podrás olvidarte del tema.
- Sólo quiero irme a casa, encerrarme y llorar.
- Esa no es la solución.
- Es lo que quiero.
- Pero...
- Maica. - dijo Wen. - No la presiones.
- Lo siento. - Maica agachó la cabeza. - No quiero que estés mal, ¿vale?
- ¿Has hablado con él? - preguntó Emily. - Sobre lo del vídeo y eso.
- No. - contesté enfadada. - No le he visto en todo el día.
- ¿Y vas a hablar con él?
- No quiero hacerlo.
- Ronnie, tienes que aclarar lo que ha pasado.
- No hay nada que aclarar, es más que obvio lo que ha pasado.
- Ronnie...
El timbre sonó, anunciándonos que teníamos que volver a entrar en clase.
- Después hablamos.
- ¿No quieres que te acompañemos a la taquilla? - preguntó Emily.
- Prefiero estar sola.
- Esta bien.
Las chicas no parecían muy convencidas con mi decisión, pero no protestaron. No quería que ellas tuvieran que estar todo el día preocupándose por mi. Yo podía pasar por esto yo sola. Sin la ayuda de nadie.
Una vez que llegue a la taquilla la abrí y dos notas calleron de esta.
"Te veo más débil que nunca. Pobre."
"Tenemos que hablar, me he enterado de todo. - Jackson"
Me pasé las manos por la cara y suspiré. Volví a mirar dentro de la taquilla, buscando otra nota, pero no había nada. Enfadada, cerré la taquilla de golpe, provocando que sonara un ruido espantoso. Cerré los ojos con fuerza. ¿Podría pasarme algo peor?
- Ronnie. - escuché su voz detrás de mi. - Cariño, ¿cómo estás?
No me giré, no tenía pensado hacerlo. Kyle se acercó a mi, cogiéndome de la cintura y haciéndome girar para mirarle. Tenía una sonrisa estúpida en la cara. Toda la tristeza que había estado sintiendo desde ayer se convirtió en rabia. Estaba enfadada. Muy enfadada. Aparté la mano de Kyle de un golpe, y le empuje pasando por su lado. No quería hablar con él, porque temía que iba a ponerme a llorar.
- Ronnie. - Kyle me cogió del brazo, impidiendo que pudiera avanzar. - ¿Se puede saber qué te pasa?
No le contesté. No quería hablar con él, no ahora, no en mitad del pasillo del instituto donde habían ojos mirándonos y estudiando cada movimiento que hacíamos.
- ¿No vas a contestarme? - apretó el agarre del brazo. - ¡Ronnie!
- Vete a la mierda.
Adiós a la tranquilidad.
- ¿Perdón? - dijo confuso.
- ¡No! - grité. - ¡No estás perdonado! ¿Qué clase de persona eres tú, pedazo de imbécil?
- ¿Se puede saber de qué estás hablando?
- ¡Sabes de que estoy hablando! - grité enfadada. - ¿O debería enseñarte el vídeo para hacerte memoria?
- ¿Vídeo?
- Lo sé todo, Kyle. - dije con la voz rota. - ¿Pensabas que no iba a enterarme? ¿Tan tonta te piensas que soy?
- Ronnie, yo...
- Dime que no fue idea tuya grabar el vídeo. - supliqué con los ojos llenos de lágrimas.
No quería llorar delante de él, pero no podía evitarlo, no podía aguantar lo que llevaba dentro.
-Dímelo, por favor. - susurré mirando el agarre de su mano con mi brazo.
- Yo... - murmuró acercándose a mi. - Lo siento mucho.
De repente mi mundo se paró. No me había negado nada. Sabía lo del vídeo y no tuvo valor a decirmelo. Me ha estado engañando durante todo este tiempo. Me quería morir.
- Qué lo sientes. - susurré más para mi misma que para él. - ¿Qué lo sientes? - grité. - ¡Soy yo la que lo siente. ¿Eso formaba parte de una apuesta o algo por el estilo? ¡¿Tan imbécil eres?!
- Ronnie, si me dejas que te lo explique, yo...
- No quiero que me expliques nada. - dije seria. - Se acabó. - me intenté convender a mi misma. - Hemos terminado.
- Ronnie...
Las lágrimas caían una tras otra. Kyle vino hacia mi, pero rápidamente me aparté y eché a correr, me encerré en el primer lugar que encontré; el baño de las chicas.
Hey! Quería hacer el capítulo más largo, pero wattpad me esta dando unos problemillas y no quier arriesgarme a que se me quede parado y me toque volver a escribirlo todo. ¡Espero que os guste el capítulo?
¿Qué pensáis?
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