Love music and you «Vegeta y...

By bblue_star

7.6K 841 172

Todos tienen un antes y un después marcado en el momento que coincidieron en aquella aula de clases. Sin sabe... More

0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
14
14 (II)
15
16
17
18
19
20
20 (II)
21
22
23

13

219 27 5
By bblue_star


Había terminado con Yamcha hace tiempo, y eso formaba parte de un cambio grande en mi vida. Fue lo último que hice para marcar la línea.

Le resto importancia con una sacudida de cabeza, su presencia no me va a arruinar, al contrario; me alegra ver que mientras yo mejoré él sigue metido en la misma mierda de siempre. No puedo evitar sonreír, quizás también porque recuerdo el rostro de Vegeta antes de irme.

En fin, me distraigo cuando una llamada entrante hace vibrar mi celular. Me siento en el asiento de ventana; por un momento creí que era Tight y su desespero de saber qué tal estoy pero es un número desconocido, igualmente contesto con curiosidad pero en ningún momento recibo respuesta del otro lado. De echo cuelga en unos largos segundos.

Mi sonrisa se borra, esa respiración me causó escalofríos y el sonido que hace la llamada al acabar nunca había sonado tan tétrico. Frunzo el ceño, desde que salí de mi antigua preparatoria no había vuelto a tener esta paranoia por números desconocidos.

Quizás la aparición de Yamcha ha sacudido cosas en mi cabeza. Respiro con fuerza, intentando despejarme, pero mi celular vibra sorprendiendome al ser un mensaje de texto. Nadie me envía mensajes de texto.

Buh, perra.

Con el corazón en la garganta veo como mi teléfono señala el número como el mismo que acababa de hacerme una llamada. Apago la pantalla y lo sujeto contra mi pecho, de repente sintiéndome insegura en mi propia habitación vacía. Deseé que al menos Rocky estuviera acostado por aquí, pero mamá me hizo el favor de llevarlo a su chequeo mensual y aún no regresan.

Miro a mi alrededor. Nada sospechoso, nada fuera de lugar… ¿O sí? ¿Yo había movido un poco el asiento? ¿Dejé mis libros así? ¿Dejé la puerta del baño abierta? Tengo una sensación horrible justo ahora trepando por mi pecho, y el silencio comienza a asustarme.

Pasé por varias situaciones de intimidación anteriormente y algunos intentos de robo, más las cosas en la sede de la Corporación y acosadores que me enseñaron a estar alerta. Bien, quizás sí hay un pequeño trauma que me hace actuar así justo ahora, la verdad en este momento me importa poco si debo preocuparme o no porque de todas formas el ambiente se me hizo pesado.

No tardo en salir echando un vistazo a mis espaldas cada segundo que puedo, vigilando cada cosa y tratando de recordar el orden de los objetos.

Con lo rápido que atravieso el pasillo y bajo las escaleras casi me doblo un tobillo, maldigo mi torpeza y un alivio se instala dentro de mí cuando escucho una voz llamarme. Llego sin morir en el intento al pie de las escaleras y papá me mira confundido, trae puesta su bata cubriendo una camisa oscura y unos jeans. Luce tan relajado que por un segundo me traspasa la sensación de tranquilidad, hasta que hace otra pregunta.

—Te ves extraña hija, ¿Estás bien?

En lo que se quita sus lentes para limpiarlos con su ropa me planteo si decirle lo que acaba de pasar. Siento un poco de vergüenza, tal vez exageré con una reacción precipitada.

Papá se preocupa demasiado por mí, en especial tras el infierno del que salí, no me gustaría echarle una carga más encima y menos si lo más probable es que sea algo de poca importancia.

Una broma, ahora que no estudio en casa hay más probabilidades de que quieran molestarme.

—Sí, sólo tengo hambre —respondo; me cree—. Y te venía a preguntar si has hablado con mi hermana.

Miro la notificación en mi teléfono, es la app de mi tarjeta informando sobre un reciente pago. La habitación de hotel en la Capital del Sur ya está alquilada para el fin de semana.

Mañana es sábado y estaré saliendo en la tarde, al principio mis padres se sorprendieron un poco con la noticia pero lo disimularon muy bien. Sé que estuvieron hablando de eso en la oficina apenas me fui.

Creanme, lo menos que deseo es regresar a vivir allí.

Suspiro y con flojera me dejo caer en la cama. Luego de dejar de hablar con Bulma me dediqué a empacar algunas cosas en mi bolso, únicamente para dispersar pensamientos. Igual mañana debo guardar más, pero la carga es liviana si exceptuo los libros que llevaré para estudiar, pues hay exámenes la próxima semana.

De fondo escucho las noticias en mi televisión, todavía son relevantes rumores sobre el estallido en la Corp. Cápsula, me fijo en la pantalla y se reproduce un vídeo de periodistas hambrientos de cualquier información proveniente de cierta peliazul esquiva y neutral, escoltada por unos guardias hasta un auto. Elevo una ceja.

Brief nos contó que casi toda su vida había estado viendo clases en casa por motivos de seguridad e incluso de incomodidad propia, lo intentó de nuevo en su antiguo instituto y por misteriosos problemas personales de nuevo terminó el año con tutores. Se supone que eso explica el por qué de sus actitudes ante la horda de adolescentes locos, pero es curioso ya que con la prensa, en su máximo esplendor de acoso, no se ve tan rara y despistada.

Ahora es cuando digo que no es mi problema y que puede usar la faceta que se le de la gana.

Escucho dos toquidos rápidos en la puerta antes de que Tarble entre como un sigiloso gato a la habitación. Trae puesto un chistoso short de frutas y la camisa blanca que no lava desde hace una década, lo normal.

—Antes de que me expulses —se apresura a decir—, sólo vengo a pedirte un favor. En son de paz.

Eleva sus manos para más drama y giro mis ojos, haciéndole un ademán para que continúe. Se adentra en el cuarto con más confianza, parece querer decir algo pero se detiene al entretenerse viendo por la ventana. La atención de éste chico se puede perder con una mosca, pienso, mientras me siento en la cama.

—¿Qué tanto daño le tuvieron que hacer a ese hombre como para que salga tan abrigado y completamente de negro? Hasta sospechoso se ve —se burla mi hermano, negando con la cabeza—. Oh, me vio… Que vergüenza.

—Al grano, niño —lo apresuro.

Nada más por curiosidad subí la vista y pude distinguir una bola andante y oscura alejándose del frente a paso rápido.

Tarble carraspea y regresa a mirarme. Noto como da una profunda respiración antes de soltar algo de su diarrea verbal.

—Quiero invitar a Melody a salir pero no sé cómo —dice de forma casi inentendible por la velocidad. Me tomo unos segundos para procesarlo, y soltar una carcajada que lo hace bajar la vista y moverse un poco.

—Esa es la que hace que llegues tan temprano al liceo, ¿Verdad?

No responde con palabras, ese sonrojo que ahora tiene lo aclara todo. Suele ser tímido, y por eso mismo me causa curiosidad que quiera tomar la iniciativa con la niña de trenzas, digo, siempre creí que sería ella la que llegaría un día a pedir su mano.

—De verdad necesito ayuda.

—Lo sé.

—¿Y entonces? —se cruza de brazos, recostándose de la puerta del balcón. Antes de que se lo mencione lo reconsidera mejor puesto que es de vidrio, y pareciendo todo un manojo de nervios la termina por desplazar y abrir.

—¿Entonces qué? —elevo un poco la voz ya que ahora está afuera. Las noticias dejaron de ser interesantes asi que apago la televisión y me acomodo mejor en el borde de la cama, analizando a mi hermano y bostezando a la vez.

Me gusta molestarlo, a Vili también.

—Eres tan frustrante… —exclama, y deja la oración a la mitad. Frunzo el ceño. Tal vez deberíamos comprarle oxigenantes para el cerebro.

—Sólo no la lleves al cine, no es buen sitio para una primera cita.

—¿Qué te parece el nuevo parque de diversiones?

—No he ido —comento.

—Claro que no has ido, es nuevo —resopla. Sonrío y se toma una pausa antes de continuar—. Vi que compartió un post sobre la inauguración, quizá…

—Invitala antes de que alguien más lo haga —lo corto—, no creo que nadie más esté interesado en ella y aproveche esa señal.

—Es cierto —chasquea su lengua—. Pero ¿Cómo? Siento que… No sé, me quedaré en blanco al pedírselo.

Me encojo de hombros. Tarble ladea su cabeza y suelta una risa incómoda, tiene que estar muy desesperado puesto que ambos tenemos bien claro que esto no es mi especialidad.

—Vegeta —alarga la última vocal, asi que me preparo para cualquier estupidez que vaya a salir de su boca—, ¿Qué tal está Nikka?

Ya decía yo que tener 3 meses con sólo una pregunta sobre ese ser era demasiado bueno.

La innombrable Nikka estaba donde debía estar: en algún punto de la Capital del Sur, posiblemente intoxicándose con alguna de sus mierdas buscando a otra persona que se enredara en ella.

—¿Por qué presiento que mamá tiene que ver con tu curiosidad? —pregunto con ironía. Mi madre estaba hambrienta del tema de nuestra ruptura, por algún motivo fingió conformarse con una simple explicación tras que decir  "Rompimos", desde entonces sólo intenta pero no termina de sacarme más información.

Le hago un favor, realmente no quiere saber en lo que estuve, le darían tres paros cardíacos con la historia completa que enterré cuando volví.

—Vamos, hermano. Fue la única novia formal que llegaste a presentarnos… O algo así —corrige, acercándose un poco—. ¿Ella terminó contigo y por eso no quieres decir nada?

—Ocúpate de tus cosas.

Y con esa orden doy por terminada la conversación. El indignado chico acaba por irse de la habitación y el silencio que queda me da rienda suelta para pensar. Quisiera decir que no, pero mi mente termina haciéndose la misma interrogante que mi hermano me planteó. Podría saber más de ella si quisiera, si buscara su usuario en alguna red social o le preguntara a Nappa por la peculiar muchacha.

Momentos después me siento pesado, cansado, asi que sólo dejo que mis ojos se cierren un momento mientras uno de los recuerdos regresa como una vieja película.

—Mírame.

Su voz siempre había sido así de demandante y firme incluso cuando no podía más con ella misma. Me exigía que la viera subiendo mi mentón, pero me rehusaba a fijarme en sus ojos, no podía con tanta rabia contenida.

Nikka estaba sentada sobre mí en aquél desgastado sofá que cualquiera había dejado como basura hace mucho tiempo. Era nuestro punto de encuentro usual, porque estaba alejado de todo y podíamos fingir que el resto era algo fantasioso.

Su larga y oscura cabellera se interponía entre mi visión del resto de chatarra en el vertedero, pero eso era mejor que ceder a lo que quería. Yo mismo apretaba mis manos en el posa brazos, trataba de calmarme, pero ella creía que era mejor ayudar.

—Solucionaré esto. Lo prometo —declaró como si lo dijera en serio, comenzando a bajar su rostro hacia mi cuello. Repartió besos y pequeños mordiscos, sus manos se desplazaban por otras partes de mí pero aún así decidí continuar inmóvil.

—Has prometido muchas cosas y no has cumplido ninguna —reproché, todavía con la sangre hirviendo—. No te creo nada.

—Tendré el dinero en…

—¡No tendrás más que un par de dólares! —interrumpí, llegando a sobresaltarla un poco por la cercanía. Entornó sus ojos—. Siempre termino yo salvándote el maldito pellejo, creyendo cuando dices que será la última vez pero regresas tan sólo una semana después con otra puta deuda, Nikka. ¡Joder! Deja de tocarme, no estás arreglando nada.

Intenté moverme para bajarla, pero su gruñido y el hecho de que me sostuvo la cara para darme un feroz beso me devolvió al sitio inicial. La aparté con dificultad.

—Gracias por ayudarme tanto. P-pero Vegeta… Yo te juro que eso fue un error. Algo que no se repetirá, fue mi salida de ese mundo en verdad —negué con mi cabeza, ella sollozó—. Mírame Vegeta, mírame por favor.

En ese momento de la noche se hizo un prolongado silencio, o lo más parecido a éste si se omitían los sonidos ahogados que emitía la pelinegra al llorar. Ella estaba perdida y yo lo sabía, en el fondo sabía que no podría rescatarla.

Pero igualmente la abracé un rato después. Igualmente la dejé quedarse en casa, y busqué el efectivo que me quedaba para ayudarla a completar el pago que debía hacer.

Igualmente ignoré el segundo en el que apagó su celular para evitar las seguidas notificaciones de mensajes que me quería ocultar.

Decido espabilar lo suficiente como para poner el modo aleatorio de mi música, subo el volumen y dejo el teléfono en la mesa de noche antes de buscar comodidad finalmente en mi cama. No puedo ponerme justo ahora a pensar en ella.

Ah, Nikka… Ojalá no vuelva a verte jamás.

Miro a Tights esperar mi reacción ante lo que acaba de soltar frente a la pantalla.

Intento procesar y no asustarme ante el hecho de que mi hermana también recibiera textos extraños y amenazantes.

Bien, quizás no estaba exagerando.

N/A:
Actualización casi seguida de regalito <3

Continue Reading

You'll Also Like

194K 24.8K 119
𝐅𝐀𝐊𝐄 𝐂𝐇𝐀𝐑𝐌 || 𝙴𝚕 𝚎𝚗𝚌𝚊𝚗𝚝𝚘 𝚎𝚜 𝚎𝚗𝚐𝚊ñ𝚘𝚜𝚘, 𝚢 𝚌𝚘𝚗 𝚜𝚞 𝚋𝚎𝚕𝚕𝚎𝚣𝚊 𝚑𝚊𝚛á 𝚚𝚞𝚎 𝚝𝚎 𝚊𝚛𝚛𝚎𝚙𝚒𝚎𝚗𝚝𝚊𝚜. Teen Wolf...
192K 10.9K 18
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suce...
186K 15.6K 35
|𝐀𝐑𝐓𝐈𝐒𝐓𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄| «El amor es el arte de crear por la sensación misma, sin esperar nada a cambio,más allá del placer mismo del acto creativo...
590K 79.3K 46
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!