El ladrón de mi diario.

By Jacksom

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¿Qué pasaría si te robasen tu diario donde apuntas todos tus pensamientos, tus ilusiones, tus secretos oscuro... More

El ladrón de mi diario.
Persecución
La casa del ladrón.
Cambio de papeles.
Solución y más problemas.
Tarde de niñera
Viernes
Planes para el finde
Celos
¿Calma?
Reencuentro
Carretera de lluvia
Confesiones entre suspiros de desastre.
Heridas, literalmente.
Aventuras en el hopital
Vuelta a la normalidad
Demoledor de corazones.
¿Olvido?
Los sueños son buenos, las pesadillas no tanto.
Despierta.
Cotidiano
Situaciones
Aléjate.
Confusión.
Pause
¿Y si..?
No todo está perdido
Gracias
La canción
Entre miradas y sonrisas.
Romeo y Julieta
Fiesta de cumpleaños.
Esté donde esté.
Amor dicen que se llama.
Campo de béisbol.
Mi mundo.
Si yo no puedo...

Todo fluye

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By Jacksom

Laia POV:

Buscaba a Evelyn, no tenía clase a primera hora porque nos habian avisado de que la profesora había faltado y había aprovechado para buscarla en todo el edificio. Acabé exhausta sentada en la biblioteca junto a Cloe que me había encontrado en los pasillos y que super preocupada me había hecho que le contase todo, absolutamente todo. Obviamente había muchas cosas que no me atreví a contarle, como que Ross se había quedado dormido en mi cama o la historia de Dayan. Me parecían retazos de historias que quería guardar para mi. Cloe me escuchó atentamente con sus ojos marrones avellana y las pequitas de su piel clara. Procesó mis palabras y luego trató de aconsejarme.

- Lo que pasó en la discoteca es muy fuerte. Me refiero a la reacción de Evelyn. He tenido el privilegio de poder escuchar las dos versiones y créeme lo que más me repitió Evelyn es que se arrepentia muchisimo de haberte hablado así. Ella es consciente de que esta acomplejada y de que la ha pagado contigo- yo asentí dándome cuenta casi por primera vez también. Cloe siguió hablando- No se, creo que lo que más le molestó fue verte con Gabriel, aunque no tiene sentido lo que te dijo.-

Suspiré pesadamente.

- Supongo que no me acercaré a Gabriel tanto como antes. No se. Me refiero a que no pasó nada entre nosotros, ni va a pasar. Creo que eso también tengo que aclararlo con Gabriel. - Suspiré mientras sentía algo de dolor en la pierna. Había anhelado mucho volver al instituto, pero una vez que estaba allí, no me sentí mejor.

Quería ver a Evelyn ya. Saqué mi teléfono y le mandé un mensaje. Necesitaba verla, aclarar las cosas y solucionarlo todo de una vez. Me despedí de Cloe agradecida de tener ánimos desde el viernes para poder plantar cara a mi mejor amiga, al fin y al cabo la había estado evitando todo este tiempo.

Salí al pasillo y me dirigí hacia donde habíamos quedado. Cuando la ví aparecer por el pasillo toda la determinación se esfumó y estoy segura de que puse cara de auténtica sorpresa cuando Evelyn se lanzó a mis brazos casi derribandome.  Me abrazó fuerte mientras yo trataba de mantener el equilibrio contra su rubia cabellera. Olía biena Evelyn, como ella olía siempre, a esa mezcla de fresa y cereza que era resultado de su colonia favorita. Al poco tiempo me di cuenta de que estaba llorando. Le pasé un brazo por la espalda para consolarla y decirle que todo estaba bien. Sollozó y suspiré. Por alguna razón sentí que las cosas deberian ser así.

-Evelyn, está bien, no tienes que llorar- dije

Ella se despegó de mi restregandose las lágrimas.

- No...déjame hablar primero- Sollozó y luego me miró.

- Quiero pedirte perdón. Y quiero decírtelo desde el fondo de mi corazon porque me he portado de todo menos de una buena amiga. Quiero por favor por favor que olvides lo que pasó en la discoteca y todo lo que te dije porque en realidad no lo pensaba y por supuesto no lo pienso ahora. Estaba muy enfadada conmigo misma y lo pagué contigo, simplemente porque te ví con Gabriel- cogió aire mirando hacia otro lado- No es que me guste Gabriel, bueno no lo sé, el caso es que me molestó un poco, yo...- Evelyn parecía realmente confundida- puedes tenerlo si le quieres, quiero decir, os ví muy muy juntos y yo reaccioné tan mal- se llevó una mano a los ojos para cubrirse.

- Evelyn- dije- Mírame. No hay nada entre Gabriel y yo. No pasó nada de nada, sólo nos dejamos llevar un poquito¿ lo comprendes?  Pero no ha habido nada. Gabriel sigue siendo mi amigo al igual que es amigo tuyo. Creo que no tienes muy claros tus sentimientos hacia él, pero en cuanto a mi, no tengo ningún problema en que intentes algo con él. Yo procuraré quedarme al margen de vosotros dos-

- ¡No, no!  No tienes que quedarte al margen de nosotros dos, nosotros siempre hemos estado juntos los tres y por dios que sólo quiero que eso vuelva a la normalidad y sea como antes. Tengo que aclarar tema Gabriel pero sólo quiero volver a estar normal con él y sobretodo contigo-

Sonreí ante la sinceridad de mi amiga y ella me sonrió también.

- Evelyn, en cuanto a lo que me dijiste, sobre destacar más..-

- No digas nada- me cortó ella- Esa es la parte que más me avergüenza de todo. Lo que te dije no es verdad, quiero decir siempre me había sentido admirada por como vestias y por como los chicos se acercaban a ti, pero no era envidia, si acaso envidia sana, en serio. No voy a educación física por que unas chicas empezaron a meterse conmigo y con mis pantalones extra cortos- Evelyn miró hacia otro lado y yo fui a hablar, pero reanudó su conversación- ¡No quiero que me compadezcas! Sólo quiero ser como tu, y que la gente me deje tranquila-

- Evelyn, no tienes que ser como yo, créeme, eres estupenda tal y como eres y me encanta que seas así. Por eso eres mi mejor amiga- dije apoyándola.

Ella me miró esperanzada.

- Entonces todo como antes ¿ quiero decir, no estas enfadada conmigo ni quieres dejar de hablarme por siempre jamás? -

Yo reí con ganas, por fin.

- Por supuesto que no estoy enfadada. La verdad, yo también quiero tan sólo que todo vuelva a la normalidad. -

Sonó el timbre, pero Evelyn y yo teníamos mucho de que hablar, muchisimo.

Nos saltamos la siguiente hora y también la siguiente y hablamos de todo. De las chicas que se metían con ella en educación física, de lo bien que lo pasamos antes de nuestra discusión en la discoteca, de lo bien que se había portado Cloe con nosotras, de como Evelyn habia vuelto con Gabriel en el coche y él la había aconsejado, de mi desastrosa quedada con Ethan, hablamos de empezar a salir a correr juntas, de lo que había pasado en el hospital, le hable de la historia de Dayan con pelos y señales, le hable de que mi madre volvería en un par de días y también le hablé de Ross. De Ross en el hospital, de Ross en mi casa, de Ross en mi cama, se lo conté todo y como siempre ella empezó a ilusionarse. Esta vez no me molestó que me acribillase a preguntas y que empezase a fantasear sobre los dos. Éramos felices y volvíamos a estar juntas. Inseparables y unidas.  Tener a tu mejor amiga de vuelta era lo mejor del mundo. Finalmente nos entró un poco de remordimiento y nos dirigimos al comedor para la hora de la comida. Ya habíamos estado aisladas de la civilizacion demasiado tiempo.

Entramos y todo el bullicio y él ruido del comedor impactó sobre nosotras.

- Entonces ¿vas a aclarar las cosas con Gabriel? - Me preguntó mi mejor amiga.

- Si, quiero decir no creo que haya nada que aclarar, simplemente me aseguraré de que piensa igual que yo sobre que no iba a pasar nada entre nosotros. Va a ser complicado-

- Mientras no te vea Ross- me contestó. Rodé los ojos y cambie de tema.

- Por cierto, adivina a quien he visto esta mañana-

- Ni idea, iluminame-

- A Kyle Martins, resulta que está en el equipo de béisbol con Ross ¿ no te parece increíble? -

Evelyn se giró hacia mi.

- ¿Kyle Martins, el chico con aparato, delgaducho con el que se metían en primer año? -

- El mismo. Tendrías que ver lo cambiado que está. Sobretodo ya no parece que nadie se meta con él, ni que tenga problemas para socializar. Me ha preguntado por ti- comenté buscando un buen sitio.

Evelyn se giró hacia mi sorprendida.

- ¿ Ha preguntado? -

- Si, ya sabes, vosotros tenías ese rollito-

- No era ningún rollito, sólo hablamos mucho. Alguna vez todavía me manda algún mensaje-

- ¿Sí? Eso es genial, quiero decir, él estaba coladito por ti. Incluso te defendió delante de aquellos chicos mayores.-

- Pero eso fue porque tu le animaste a hacerlo-

Eso era verdad, Kyle había sido un chico muy tímido de nuestra clase pero habia defendido a Evelyn delante de unos chicos de tercer año y desde entonces había ido mejorando mucho, hasta llegar a ser una persona sin ningún tipo de problema de autoestima. La verdad es que su cambio al cabo de los años había sido increíble.

- En cualquier caso estoy segura de que se acuerda mucho de ti - has sido su primer amor, ya sabes-

Evelyn sonrió distraídamente mirando entre las mesas.

- Mira, allí esta Gabriel. ¿Quieres ir a hablar con él? -

Yo me giré hacia donde estaba y asentí.

- Esta bien- me dijo Evelyn. - Iré a saludar a unos amigos de otra mesa y luego me siento con vosotros ¿Okey?-

-Me parece bien- le contesté.

Nos separamos y me acerqué a la mesa de Gabriel.

- ¿ Esta ocupado? -

Él alzó la mirada sorprendido y me sonrió.

-Claro que no. Para esta señorita nunca va a estar ocupado-

Sonreí y me senté mientras Gabriel apartaba sus cosas. Le tenía justo en frente.

- ¿ Que tal la pierna? -

Hice una mueca.

-Bien ya sabes, me duele un poco a veces, sólo tengo que tener cuidado y cambiar el vendaje y en poco me quitarán los puntos. -

- Guay- me contestó- siento no haber podido ir al hospital a verte. Me dijeron que sólo podían pasar familiares. Traté de explicarles que tu madre no estaba, pero me dijeron que no inventase. Debiste de sentirte un poco sola-

Sentí remordimientos al imaginarme a Gabriel preocupado y preguntando por mi mientras yo disfrutaba de la compañía de Ross.

- Bueno, por suerte sólo han sido unos días- dije - lo importante es que estoy bien y que ya he arreglado las cosas con Evelyn. -

Gabriel me miró sorprendido.

- ¿ En serio? Vaya ha sido muy rápido- me dijo ajustándose las gafas- quiero decir no es que no me alegre, simplemtente pensé que pasaríamos un tiempo un tanto separados. -

- No- contesté sonriente- simplemtente todo volverá a la normalidad. Volveremos a ser los tres mejores amigos que éramos antes ¿verdad que si? Sin complicaciones, y sin líos.  Sólo tres amigos que se lo pasan bien- recalqué la parte de amigos para ver si Gabriel me captaba.

Él funció el ceño medio sonriendo cuando unas llaves cayeron suspendidas delante de mis ojos. Eché la cabeza hacia atrás. Ross me tendía las llaves y sostenía en equilibrio la bandeja en la otra mano.

-Adivina quien se ha dejado esto en mi coche- dijo sentándose a mi lado y apoyando la bandeja.

Yo cogí las llaves sonrojada echando un vistazo de reojo a Gabriel por si le molestaba. Él estaba normal, estaba serio.

- Vaya, menos mal que me las has traido. Habría sido un gran inconveniente perderlas-

- Así estoy yo, siempre guardando las cosas que pierdes- dijo Ross. Recordé cuando él había guardado mi diario.

- ¿De que hablabais? -

- Laia ha hecho las paces con Evelyn. Volvemos a ser los tres mejores amigos de antes - contestó Gabriel sonriendo.

En ese momento apareció Evelyn con otra chica algo tímida que a veces se venía con nosotros.

- ¿He oído mi nombre? -

Yo sonreí y Gabriel hizo lo propio al volverse hacia ella.

Empezaron a hablar y mi mente de evadió por unos minutos. El problema de Evelyn quedaba resuelto, sabía que las cosas tardarían un tiempo en volver a su cauce inicial y que habría algunas situaciones incómodas, pero no me preocupaba más. En cuanto a Gabriel... Parecía que estaba solucionado también. Parecía actuar normal, aunque le pillé mirando fijamente a Ross dos o tres veces. Por otra parte Ross también parecía estar de lo más normal, aunque nos había delatado sobre que habíamos venido juntos al instituto al darme las llaves. ¿Se habría percatado Gabriel? En realidad Ross lo había hecho sonar como lo más normal del mundo y estaba sentado a mi lado como si nada. Quizá todo eran paranoias mías pero sentía que las cosas tardarían un tiempo en volver a su cauce, después de todo era normal que la confianza tardase un tiempo en volver a ser como antes.

Levanté la mirada de nuevo prestando atención a la conversación. Me encontré con la mirada de Gabriel que me sonrió debilmente. En ese momento Evelyn estaba hablando sobre el club de fotografía.

—No tengo ni idea de fotografía, pero ya sabéis que nuestra tutora ve con buenos ojos que estemos en un club ya que según ella "nos ayuda a desarrolllar nuestras cualidades sociales y el trabajo en equipo con gente de todas los grupos"— dijo parafraseando a la profesora— en cualquier caso, si no recuerdo mal Laia tuvo una época en la que estuvo muy en el tema y formaste parte del club ¿no?—

Todos miraron hacia mi.

—Si bueno, si no recuerdo mal fue en primer año o así, era muy interesante, seguro que aprendes un montón de cosas. Además son todos muy majos y seguro que te acojen genial.—

—Si— me contestó Evelyn— yo me acuerdo que siempre se paraban a hablar contigo por los pasillos y te saludaban siempre. ¡Que tiempos! Además solías llevar esa cámara tan profesional a todas partes—

—Ni si quiera dejabas que la tocasemos— añadió Gabriel.

—Todavía la tengo guardada por ahí, un día de estos la buscaré, al fin y al cabo era muy buena.—

—¡Oh no! Vuelve la maniatica pegada al objetivo día y noche— dijo Gabriel de broma.

Le tiré una patata frita que esquivó malamente.

—En cualquier caso, Laia ¿podrías hablar con ellos para que me dejen unirme al club?—

Yo arrugé la nariz.

—Deberías ir y probar tu sola, ya sabes, creo que te irá bien. No necesitas mi ayuda.—

—Joooo, Laia si me rechazan, luego no digas que no te lo advertí— dijo Evelyn dandome un codazo.

Sonreí.

—Además, voy a estar un poco ocupada con el club de teatro. Ya sabeis que la semana antes de las vacaciones de Navidad vamos a hacer una pequeña representación.—

—¿Sabeis ya de qué va a ser? — preguntó Ross.

—Ni idea, pero estoy muy emocionada— dije sonriendo

—Siempre me ha resultado increible lo bien que se te da actuar y lo mal que se te da mentir— comentó Gabriel distraidamente.

—Eso es porque actuar y mentir no tiene nada que ver. Son dos cosas totalmente diferentes. Para actuar hay que ser muy empático, sentir lo que tu personaje siente. Ser tu personaje. Mentir no requiere nada de empatía, todo lo contrario. —

—Vaya, eso ha sido muy filosófico— comentó Ross mirandome.

Sonó el timbre y todos recogimos nuestras cosas deprisa saliendo del comedor. Me quedé rezagada colocandome la chaqueta a la vez que sujetaba la mochila y el carpetón. Gabriel apareció a mi lado ayudandome.

—Gracias— dije mientras me ponía la chaqueta.

—Laia, ¿puedo hablar contigo un momento?—

La carpeta se me cayó al suelo con un gran estruendo y me lanzé como un rayo a recogerla antes de que Gabriel pudiese hacer nada.

—Está bien, vamos a un pasillo más apartado, esto está atestado de gente— dije mientras me acababa de colocar. Eché un vistazo por delante, Evelyn ya se había perdido en la multitud y Ross miraba hacia nosotros mientras avanzaba.

Gabriel y yo nos dimos la vuelta y avanzamos contracorriente. No me dió tiempo a pensar demasiado qué quería Gabriel cuando nos paramos para hablar.

-¿Todo bien?- le pregunté colocandome el pelo.

Gabriel me miró fijamente.

- Claro, sólo quería hablar más tranquilamente. Quiero decir, has estado desaparecida un montón de días y has tenido un accidente y me apuesto a que tu madre aún no ha vuelto y estabas sola en casa. Aunque al parecer tenías buena compañía, estabas con Ross ¿no? Cuando el accidente, me refiero-

Su pregunta sonó casi despreocupada, como si me preguntase que opino sobre la película de moda, sin embargo nos conocíamos demasiado bien para que yo supiese la importancia de esa pregunta. Además aparentaba estar en una posición relajada, pero podía ver como tenía las manos tensas en sus bolsillos.

- Bueno- dije tomandome mi tiempo- Es verdad que Ross estaba conmigo en el accidente, quiero decir, íbamos en su coche y nos golpearon. Él me llevaba a casa porque me lo encontré de casualidad en el centro comercial. Es una historia un poco larga, pero quedé con Ethan, aquel chico que me dió su número, y luego por una serie de circunstancias volví con Ross- por suerte mis palabras habían salido firmes. Odiaba dar explicaciones, que era exactamente lo que quería pedirme Gabriel, y parecía que a él le costaba asimilar lo que le decía.

- Entonces Ross estaba allí de causalidad- dijo pausadamente. Sólo le faltó hacer comillas con los dedos para dejarme claro que no me creía.

- Si, así es- dije yo tranquilamente.

- Y te ha cuidado este tiempo, quiero decir a él le dejaron pasar a verte al hospital ¿no te pareció raro? -

Desvié la mirada, Ross se había inventado una trola para poder pasar a verme y Gabriel me creería aún menos si se lo contase. Odiaba mentir, y se me daba fatal como había dicho Gabriel minutos antes. Suspiré y me coloqué el pelo de nuevo tras la oreja.

- En realidad, sólo le dejaron pasar porque él también estaba herido por el accidente. Pasó la noche en el hospital. Luego vino a casa a verme, al parecer tenía que hablarme sobre vosotros- Aquello eran todo verdades a medias, quiero decir, Ross pasó la noche en el hospital, pero no como un herido como había hecho entender a Gabriel.

- Entiendo - dijo él despacio, como intentando encontrar fallos a mis explicaciones. Decidí adelantarme.

- En cualquier caso, ya estoy bien, muchas gracias por preocuparte por mi. Ahora sólo me duele la pierna a veces- como en este momento pensé - y Ross tenía buena intención en realidad, él sólo se ofreció a llevarme a casa, a lo mejor porque su madre y la mia se conocen ¿te lo había contado? - proseguí con mi parloteo y advertí que deberíamos estar entrando en clase. Empezamos a andar conversando animadamente como si nada, aunque aún notaba a Gabriel tenso. Cuando llegamos a la puerta de mi clase, nos despedimos.

- Entonces todo bien ¿Verdad? Quiero decir no estas enfadada conmigo por lo de la discoteca ni nada ¿no?- sus ojos eran una especie de súplica escondida.

- Claro que no estoy enfadada por la discoteca- aseguré. Sentía que eso quedaba muy lejos- No te preocupes todo esta bien - sonreí tranquilizadoramente acordándome vagamente de la discoteca, con su olor fuerte a alcohol y la música a tope. Luego recordé anoche cuando me metí en la cama con Ross y apoyé mi cabeza en su hombro, aspirando su aroma. Recuerdo cuando él pronunció mi nombre en sueños y me abrazó. Recordé lo bien que me sentí entre sus brazos y descubrí que deseaba volver a esa comodidad mucho más que volver a la discoteca con Gabriel. Pero muchisimo más, porque mi cuerpo y mi alma anhelaban la paz de los brazos del que cada vez se colaba en mi vida más rápidamente.

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