Alexandra Coleman.
Tengo mi celular apagado, no quiero ser rastreada.
-Gracias - pago el taxi y bajo, antes de entrar a la cafetería un chico vestido de traje negro y camisa azul, me intercepta.
-Reina, el Señor Palmer la espera por allá - apunta con su cabeza unos metros adelante, volteo y visualizo a Francisco Palmer montado en su camioneta mirándonos - Acompáñeme por favor.
-No - niego firme - Dígale a su Patrón que habíamos acordado en la cafetería. No pienso ir hacia allá - vuelve su vista al Señor, negando. De su pantalón saca su celular vibrando y me lo entrega.
Miro frívolamente a Palmer - Acordamos algo, ¿A qué estás jugando? - cuestiono frunciendo el ceño. Odio que me intenten tomar de idiota.
-Quedamos de vernos en la cafetería más nunca dije que nos quedaríamos, ¿o sí? - Sonrió cínico - Sube, no es seguro hablar aquí.
-Ayer te lo dije Palmer, si intentas jugar conmigo y verme la cara...
-Ya se, ya se - rueda los ojos - Relájate, no te haré daño. Confía en mí - aseguró tranquilamente.
Corto la llamada, le doy el móvil al chico y camino hacía la camioneta. El escolta abre la puerta esperando subiera y cierra una vez estoy dentro.
-Ya sabes - Palmer da la orden. Su conductor asiente poniendo en marcha el auto, dirigiéndonos a no sé dónde.
Espero no sea un maldito truco o yo misma me habré entregado en bandeja de plata.
-¿Cómo hiciste para venir?, porque sé que tienes varios escoltas cuidándote a sol y sombra todo el día.
-Escape - respondí cortante.
-¿Ves porque no podíamos quedarnos?, probablemente ya esté enterado y anda buscándote.
Concuerdo, justo ahora James debe saber que escape y este más que furioso por ello. Dios me ampare, no quiero ni imaginarme cómo se pondrá al rato que nos veamos.
-¿Apagaste tu celular? - preguntó sacándome de mi cavilación.
-Sí, obviamente querrá rastrearme por el celular - frustradamente paso mis manos por mi cabello.
-Tranquila - musita poniendo una mano sobre mi hombro - Habla con él y explícale lo ocurrido, estoy seguro que su enojo pasará cuando te vea - quito su mano mirándolo neutra.
-No lo conoces.
Sonríe altanero - Tal vez no. Pero sé que está enamorado y te va escuchar - suspiro dándole media sonrisa.
-¿Por qué lo haces?
Estacionamos en una mansión alejada de la ciudad - ¿Alejada de la ciudad? - estaba sumida en mis pensamientos que no fui consciente del trayecto.
Su escolta de hace un rato abrió la puerta, baje al mismo tiempo que Palmer lo hacía del otro lado.
-Bienvenida, siéntase en su casa - podrá ser amable, pero sigo desconfiando - Pasa.
Anonadada quedé, la casa es hermosa y ni hablar del enorme jardín tan bello y cuidado. Por dentro es lujosa, para nada extravagante; me guío hacia el jardín trasero y juro que es precioso - Tiene muchos rosales - pensé fascinada.
-Por tu cara deduzco que la mansión Palmer te gustó.
-Es una casa muy linda y tienes buen gusto - admití.
-Gracias. ¿Gustas algo de tomar?, vino, whisky, jugo...
-Jugo está bien - su empleada fue inmediatamente por el pedido.
-Olvide que estas embarazada y no puedes tomar - señaló una silla en la mesa del jardín. Me senté mirándolo con una ceja levantada.
-¿Cómo sabes sobre mi embarazo?, nunca lo mencioné.
-Ay Alexandra. Cuando quieres destruir a alguien investigas todo acerca de esa persona, importante o insignificante.
-Dime por qué mandaste esa nota a mi casa - la chica llegó, dejo mi jugo y un whisky.
-Me di cuenta a tiempo que no puedo hacerlos responsables ni a ti, ni a James, por cosas que ocurrieron en el pasado con sus padres. Ustedes no tienen la culpa de nada y no seguiré molestándolos.
-¿Mis padres? - Pregunte curiosa - ¿Mis papás qué relación tenían contigo?
-Mark era amigo mío al igual que David, el padre de James.
Yo entre muy joven al negocio y tú sabes que en esta vida no puedes confiar en nadie, pero yo confiaba en ellos porque eran mis amigos, siempre me ayudaban. Crecí demasiado en la mafia convirtiéndome en él mejor, hasta que me enamoré de una chica guapísima - su mirada reflejaba nostalgia y no sé por qué presiento que esa chica era... - Si Alex, la chica era Juliet, tu madre.
-¿Fuiste novio de mi madre?
Negó sonriendo melancólico - Me habría gustado serlo - siento pena por él, se nota en su mirada el anhelo de lo que pudo ser y no fue - Aunque no fuera mi novia les platicaba a mis amigos sobre ella; en una reunión la lleve, se las presente y ambos quedaron encantados con su belleza, sobre todo con su carácter risueño. A medida que pasaban los días decidí declarármele, la busque a la salida de su instituto - hizo una pausa soltando un suspiro - Salió corriendo muy emocionada a los brazos de otro.
Sentí feo verla besándose con otro y más cuando me di cuenta que ese otro era tu padre - lo supuse - Le reclame a ambos por su engaño, mande al carajo nuestra amistad porque me sentía traicionado y les grite que nunca los perdonaría.
-¿Qué pasó con el padre de James?
-Era un maldito, un cabrón hijo de puta al cual solo le importaba el poder. Cuando me enamoré de tu madre descuide mucho mis negocios y con lo de tu padre fue peor, David se aprovechó de ello para tenderme una trampa, me traicionó; me robó todo lo que tenía y me disparó dejándome al borde de la muerte.
Jure vengarme de ellos y qué mejor que por algo que amaran, lo más preciado para ellos... Sus hijos.
-Por eso querías matarme.
-Sí, quería hacer sufrir a James y tu padre. Sin embargo, comprendí que no era correcto hacerlos pagar por problemas ajenos, ustedes no tienen la culpa. Yo estaba enojado, actuaba por despecho porque la persona de la cual estaba enamorado había encontrado al amor de su vida y para mi maldita mala suerte fue mi mejor amigo.
Lo habría entendido si él me hubiera dicho, pero prefirió callar - me miró apenado - Perdóname, perdóname por todo lo que mande hacerte. Respecto a James, no puedo hacerlo sufrir más, ese chico ya ha sufrido bastante.
Tanto él como yo fuimos víctimas del bastardo de David, por eso no podía hacerlo pagar por errores de su padre.
-Entiendo - respondí sincera. Perder a la persona que amas debe ser muy triste, pero es peor haber sido traicionado por aquel que se proclamaba su mejor amigo - Aunque hay algo más. Escribiste acerca del despecho en una mujer, ¿a qué querías llegar?
-April.
-¿Qué con esa tipa?
-Es mi hija - abrí mis ojos sorprendida no dando crédito a sus palabras, ¿verdaderamente es su hija?
-¿Es una broma?
-No, hablo enserio. April comenzó ayudarme porque se lo pedí y cuando se enteró de tu embarazo te mando atacar y no hice nada para impedirlo - recuerdo la emboscada - En ese entonces yo aún no tomaba la decisión de dejarlos tranquilos. Hasta mucho después tuvimos una pelea y le advertí que te dejara tranquila, se enojó por defenderte, me amenazó y se fue; desde entonces no eh sabido nada de ella.
Si dije que te cuides es porque aunque yo deje de molestarte, sé que ella no parara hasta lastimarte para salirse con la suya. Es una persona asquerosa, ambiciosa con sed de poder; por eso quería estar con James, quería ser la reina y el hecho de saber que él se casó contigo la enloqueció. April quiere destruirte por poder y porque se enamoró de tu marido.
-¿Por qué hablas con repulsión de tu hija?
-Porque es una persona interesada, jamás hemos tenido trato de familia; si ella me buscaba era puramente por dinero, joyas, carros, viajes, etc. Nada que no sepas ya.
-Sí, desde la primera vez que la vi supe la clase de arpía que era; es la primera persona que odio con todo mí ser.
-Créeme, si supiera donde esta yo mismo la mataba para evitarte problemas, pero no la encuentro, es como si se la hubiera tragado la tierra.
-No te preocupes, aparecerá y entonces ajustaremos cuentas - dije levantándome - Me tengo que ir.
-Mis hombres te llevarán a casa - se levantó y me acompañó afuera - Gracias por escucharme.
-Gracias a ti por darme explicaciones.
-Perdón por lo que pasó - sonaba arrepentido. De impulso lo abrace, estaba sorprendido, pero terminó correspondiendo.
-Mi padre debe haberse arrepentido por no decirte nada y estoy segura que mi madre a pesar de elegirlo a él te quiso mucho. Algo me dice que así fue - me separe de él sonriéndole cálidamente.
Él devolvió la sonrisa melancólicamente - Eres igualita a ella, Alexandra. Ese chico tiene mucha suerte por tenerte en su vida después de tanto sufrimiento - palmeo mi hombro amistosamente - Cuídense mucho, ambos.
-Gracias - subí a la camioneta.
Se asomó por la ventanilla - Buscaré a April y la matare. No dejare que te lastimen, puedes confiar en mí. Por favor cuídate mucho, eres muy importante en la vida de muchos - dos escoltas subieron y el piloto encendió el auto - Ah y, princesa Coleman - sonrió amigable - Dile a Mark que nos veremos pronto y lo siento mucho. Hasta luego.
Dicho eso el piloto arrancó mientras otra camioneta iba detrás cuidándonos.
No podía creerlo, mi mente aún no procesaba toda la información descubierta. Entramos nuevamente a la ciudad, encendí mi celular e inmediatamente empezaron a llegar todas las notificaciones de mensajes y llamadas.
-Por favor pueden ir más rápido, necesito llegar ya mismo - el chico asintió, pisando el acelerador.
-Demonios, son demasiadas llamadas de James - revolví mi cabello exasperada. Imagino cómo debe estar - Me matará - apreté su contacto, llamándolo y no tardo nada en responder.
-¡DÓNDE DEMONIOS ESTÁS, ALEXANDRA! - sabía, está alterado y muy, muy enojado.
-Cálmate por favor.
-¿CÓMO QUIERES QUE ME CALME?, ERES UNA DESCARADA PIDIÉNDOME CALMA, ¡TE ESCAPASTE!
-Llame para decirte que estoy bien y en tres minutos estoy ahí... Perdón.
No le di tiempo a responder y corte la llamada.
Tal como dije, en 3 minutos estaba frente a la reja de la mansión. El copiloto bajo, abrió mi puerta y apenas baje vi a un James furioso acercarse con su pistola en mano.
-Chicos muchas gracias, váyanse ya - pedí nerviosa - No quiero problemas - él asintió regresando al auto y enseguida ambas camionetas partieron a toda velocidad.
-James...
-¿DE DÓNDE DEMONIOS VIENES? - gritó histérico.
-Adentro te explico todo - camine hacia adentro con él detrás, todos esperaban en el recibidor y suspiraron aliviados al verme.
-Me alegra que estés bien, ¿dónde estabas? - preguntó Liz abrazándome.
-¿Te divertiste? - Cuestionó James a mis espaldas - Digo, porque si te escapaste por horas para ver a alguien, supongo que debió valer mucho la pe...
Mi mano en su cara evito terminara su frase. Todos miraban sin emitir palabra alguna.
-Cuando creo que estas cambiando vuelves a comportarte como un completo imbécil - escupo enojada, doy vuelta y miro a mis hermanos - Cualquiera de los dos haga una llamada para que preparen el jet y hagan sus maletas, tenemos que viajar a Italia - indiqué.
Kyle sacó su móvil alejándose y subí a mi habitación.
Idiota, esa palabra define a James. Ni me dejó explicarme y ya andaba sacando sus propias conjeturas, erróneas - IMBÉCIL - lágrimas traicioneras resbalaron por mis mejillas.
-Alex, ¿estás bien? - Preguntó Steve desde el marco - ¿En verdad nos vamos?
-Si no quieres ir puedes quedarte - sentencié - Yo necesito ver a papá - no quería darle la cara y me viera llorando.
-No te dejare sola, lo sabes perfectamente - manifestó - Iré a empacar - se acercó abrazarme - Tranquila, ya le fue como en feria. Espera a que se calme un poco e intenta comprenderlo, estaba demasiado preocupado - besó mi cabeza - No llores princesita.
Salió dejándome sola, seguí guardando lo necesario en mi maleta sin dejar de llorar y debía apurarme, me espera un largo viaje.