5 años después.
El tiempo definitivamente no tenia piedad, hace un año que habíamos terminado la Universidad y ya estábamos buscando trabajo.
Jimin se mudó conmigo al departamento, no tiene mucho pero estoy feliz con eso, el trabajo de la pastelería estaba bien para mi pero ya no es lo mismo por obviedad, ahora tengo un titulo y pienso ejercerlo, Jimin entró a otra planta en la compañía de su papá, yo me negué trabajar con el mío, aún así me recomendó con varias personas.
Namjoon y Seokjin habían terminado hace unos años así que decidieron ir a buscar suerte en el extranjero, vaya que lo consiguieron pues los dos vivían muy bien y cada ciertos meses venían de visita.
Taehyung vive con Hoseok, sabía que esos dos terminarían así, creo que están en proceso de adopción, un bebé, eso me recordaba a Jimin, por alguna razón ninguno de nosotros dos se incomodó cuando nuestros amigos nos dieron la noticia. La hermanita de mi rubio precioso cada día crecía más y más, cuando sus papás salían de viaje nosotros la cuidábamos, la pequeñita Park Shinhye era muy traviesa.
— Ya llegué — se escucharon los pasos de Minnie en la entrada — me duele mi cabeza — a pesar de tanto sus pucheros no cambiaban.
— Ten — le extendí una pastilla y un vaso de agua. — Tómatela —.
— ¿A qué hora llegaste Kookie? —
— Hace como dos horas, ¿ya comiste? — el asintió y nos fuimos a sentar al sillón.
— Umh, ¿ya estamos libres el día de hoy? —
— No... — me miró confundido y yo saqué del bolso de mi pantalón una pequeña caja roja. — A decir verdad... quería saber — abrí la caja — ¿te quieres casar conmigo?
Jimin comenzó a llorar de repente, sus mejillas rojas, y sus manos tapando su boca mientras movía su cabeza diciendo que si era la imagen más hermosa que podía tener en la mente y sin dudarlo puse el pequeño anillo arriba del que tenia puesto, el que también le había regalado cuando me le declaré.
— Eres tan impredecible Jungkook. — sonrió y me besó infinitas veces.
— Te amo Mochi — lo cargue hasta llegar a nuestra cama. — Quiero que sea este fin de semana amor, solo con nuestros amigos y familiares, nadie más.
— Lo qué tu digas — puso una película y pedimos pizza.
❅
El día había llegado, jugueteaba con mis zapatos y la flor que tenía mi saco con mucho nerviosismo, pasé varias veces mi mano aplanando mi traje negro, me veía una y otra vez en el ventanal para acomodar mi peinado.
— Tranquilo Jungkook, no es como si Jimin se arrepienta a la última hora. — Hoseok soltó una carcajada espantando al pequeño que traía en brazos. — Shhh perdón mi vida, papi lo siente, tu tío Kook es torpe y por eso me reí. — solté una risita en bajo y me giré.
Estábamos en un pequeño salón adornado, el oficiante había llegado y también Namjoon, Jin, la Señora y Señor Park, mi papá y Jihyun, la hermanita de Jimin también estaba ahí jugueteando con la mano del bebé de Hobi.
Eun Seo no quiso asistir, aún así un día antes fue a darnos su bendición.
— ¡Sentimos el retraso! — gritó Taehyung con su cabello ahora teñido de gris, se veía muy bien, combinaba con su traje también.
— Ese ya lo tenían — dijo Jin sin alzar la voz y todos a excepción de mi rompieron en risas, ¿cómo se podían reír mientras yo estaba nervioso?
— Oshh. — Tae abrió bien la puerta y entonces ahí estaba mi tranquilidad repleta, Jimin, mi pequeño rubio, con su hermoso traje blanco, su pulsera roja rodeando su muñeca, entró mientras notaba como al andar le temblaban sus piernas, lo amaba, lo amaba como a nadie.
— Comencemos entonces — dijo el oficiante y nosotros asentimos. — El día de hoy han venido hasta aquí dos personas para unir sus almas...
Y paso así, no podía dejar de ver fijamente a mi Jiminnie, no podía creer que esto estuviera pasando, los recuerdos me invadían y yo quería llorar de felicidad.
Aquellas fiestas, aquellas discusiones, los besos, el tiempo en el que nos conocimos, la nostalgia recorrió mi cuerpo, estaba seguro de quererlo por el resto de mi vida.
— Jeon Jungkook — dijo el señor de gafas con fondo de botella. — ¿Aceptas a Park Jimin como tu futuro esposo?
— Si, claro que si — sonreí y acaricié su mejilla.
— Park Jimin, ¿aceptas a Jeon Jungkook como tu futuro esposo?
— Por supuesto que si —.
Pov JM.
¿Cuándo podría dejar de gustarme tanto?, su sonrisa, esos dientes tan preciosos, no deje que me diera un infarto porque estaba en el momento más importante de mi existencia, solo por eso.
— Que se acerquen los testigos a firmar por favor. — Nuestros padres fueron los dichoso testigos porque de seguro Jin y Tae tendrían una batalla a morir por serlo. — Bien, ahora se pueden besar y pues los declaro un matrimonio por la ley —.
Los aplausos no tardaron en resonar y sentir aquellos labios tan suaves de mi Kook me hicieron infinitamente feliz, la música comenzó y todos tomamos asiento en nuestras mesas.
Hicimos un brindis y la fiesta, nuestra fiesta privada estuvo muy hermosa.
En la madrugada nos fuimos al aeropuerto, nuestra pequeña luna de miel fue en una playa, la cabaña dejaba a la vista el mar.
— Jungkookie... — hablé mientras le deshacía la corbata.
— Dime Mochi — me acercó a su cintura.
— ¿Esto es real? — pregunté y él solo se rio.
— Claro que si bobo —.
Comencé a besarlo con necesidad y el me cargó recostándome en la cama después, acaricié su espalda y el puso sus manos en mi trasero.
— Hmmm — lo miré y sus ojos perdidos en la excitación se hicieron presentes.
— Quítate tu hermoso traje Jimin — obedecí sacándome primero los zapatos, después mi saco hasta que quede sólo con la camisa y el pantalón a mitad de mis piernas. — Estás tan hermoso—.
Empezó a simular embestidas sobre mi mientras que besaba todo mi cuello, mi entrepierna comenzó a doler, al bajar la mirada me encontré con un bulto que se veía realmente bien con el traje negro de Jungkook, me giré quedando encima de él.
— Déjame a mi un momento — saqué mis pantalones de un tirón y después pasé mi mano sobre la tela que cubría aquel bulto.— Hazlo rápido Minnie.
Comencé a reírme y de un solo movimiento ya tenía en mi mano su palpitante miembro, no dudé ni un segundo en meterlo a mi boca haciendo sonidos obscenos mientras lo lamía.
— Ahhh Jiminnie. — Jungkook arqueó su espalda y yo bajé un poco más sus pantalones.
— Sabes muy bien...
Pov JK.
Lo tenía sobre mi haciéndome sentir una corriente eléctrica dentro de mi cuerpo, después de unos minutos lo subí dándole besos y mordiendo sus labios repetidamente.
Comencé a masturbarlo y sus gemidos se hicieron presentes.
— Más por favor — moví mi mano de arriba hacia abajo haciendo que su líquido pre-seminal saliera, él lo tomo con descaro y lo pasó por su entrada y yo no podía resistirme, lo agache hacia mi dándole más besos, está vez eran más agresivos.
— Ponte en cuatro — me vio fijamente y sus ojos afilados sonrieron. Cuando lo tuve en la forma que le ordene empecé a meter mi miembro con cuidado, haciendo que gimiera una y otra vez. — Joder Jimin, sigues estando tan bueno como siempre —.
— Kookie muevete rápido.— podía sentir lo caliente que estaba y obedecí yo también, dándole de vez en cuando una nalgada.
— Amo tu trasero — me acerqué a su oído dejando un beso.
Después de varias embestidas tomé su cadera pues ya casi terminaba, llegamos al clímax juntos y me tumbé a su lado.
Al parecer Minnie quería más pues enseguida se subió y se adentro de nuevo en mi.
— Ammmh. — Jimin se recargo en mi pecho y comenzó a moverse lento.
— Jimin un día provocaras que te deje sin poder caminar — me reí para después volver a tocar su trasero y adaptarme a sus movimientos.
— Entonces inténtalo — sonaba tan lindo lo que decía así fuera lo más pervertido viniendo de él todo era hermoso.
Tomé su rostro y lo besé con más delicadeza, salió de mi y seguí besándolo.
— Te amo Jimin —.
— Yo te amo mucho más, esposo mío —.
— ¿Toda la vida? —
— Para siempre — lo abracé y me miró. — Para siempre tú, Jungkook —.
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FIN. ❅