Francisco Palmer.
-Nicolás está de parte del clan Miller Coleman - aventé el vaso de whisky contra el piso, rompiéndose por completo - Pensé que por ser hijo de Fabián...
-Pues en eso te equivocaste - se burló April - Él no es como su padre y por lo que sabemos, al igual que los demás, quiere mucho a esa maldita.
-Pues tú también querida hijita - imite su tono burlón - Subestimaste a Alexandra.
-¡Te quieres callar! - Gritó eufórica - Esa tipa me las va a pagar. Se cree la reina, pero muy pronto eso se va acabar.
-Sigues soñando con ser reina de la mafia - cuestioné entre risas - April no seas ilusa, no sabes nada. Seamos honestos, tu solo disfrutas de los lujos que puedes darte, pero no sabes llevar negocios.
-Francisco - pronunció mi nombre amenazadoramente - No me subestimes. Podrás ser mi padre, pero no me conoces realmente - April es mi hija, aunque nunca la trate como tal y viceversa. Ni siquiera se parece a mí; es caprichosa y cuando se lo propone puede ser bastante odiosa.
No dejaré que ella me quite el lugar que quiero.
April, ¿sigue gustándote James?
-Eso a ti no te importa - sentenció frívolamente dándose la vuelta y salió de mi oficina.
-Gustav - llamé a uno de mis hombres - Saben que hacer - asintió y salió.
A partir de mañana todo cambiará.
Alexandra Coleman
Estaba soñando la vez que Steve se marchó de casa, después de la muerte de nuestra madre. Abrí los ojos, seguía oscuro; voltee a ver a mi lado y James seguía durmiendo.
Me levante con sumo cuidado de no despertarlo, agarré mi celular y sin hacer ruido baje al jardín trasero. Tenía un sentimiento de angustia, recordar mi sueño solo incrementaba más ese sentimiento, más porque no he sabido nada de Steve. Busque su número entre mis contactos, necesito saber cómo esta.
Le marqué y nada, así que intente otra vez.
-¿Ciao? (¿Hola?)
-Steve, soy Alex.
-Ah, ¿qué pasó princesa?, ¿todo bien?
-Sí, ¿tú estás bien?, ¿Nicolás?
-Estamos bien, ¿tú lo estás?
-Lo estoy, ¿cuándo regresan?
-Ya estamos aquí.
-Steve... - me callé al escuchar el susurro de Nicolás diciéndole, "nos están siguiendo". Los nervios comenzaron a invadirme y mi angustia creció, ahora entiendo por qué ese presentimiento.
Mi hermano está en peligro.
-No te escuche Alex - subió su tono de voz para disimular que aceleró el auto - Princesa vengo manejando, te hablo más...
-¡Ni se te ocurra Steve!, sé que traer el auricular o el altavoz, así que no me vayas a colgar y dime que sucede.
-Princesa, de qué ha...
-No me mientas Coleman, escuché a Nicolás. ¡CONTÉSTAME! - una lagrima cayo por me mejilla; escuche un disparo, supuse fue Nico.
Nos vienen siguiendo dos camionetas desde que salimos del aeropuerto - el pelinegro soltó un suspiro - Nicolás ha intentado ganar tiempo.
-¿Y tus hombres? - Silencio - STEVE, ¡TUS ESCOLTAS!
-Esta vez no viene nadie conmigo, solo somos Nicolás y yo.
No, no puede ser cierto. No puedo perder a mi hermano - No otra vez - Tampoco quiero perder a mi amigo.
-¿Dónde están?
-Alex...
-MÁNDAME TU MALDITA UBICACIÓN STEVE - me llegó un mensaje con su ubicación - No están lejos de la casa, aguanten un poco más.
-Hermanita - se detuvo por un momento, me niego a escuchar esa maldita frase nuevamente - Pase lo que pase, princesa, siempre te voy a cuidar. Te amo Alexandra.
-Steve, no - cortó la llamada - ¡STEVE!
Corrí adentrándome en la casa, en las escaleras encontré a Evan.
-Alex - se detuvo en el segundo escalón sonriéndome, sonrisa que desapareció al ver mi cara - ¿Qué pasó?
-Steve y Nicolás - respondí agitada - Los siguen desde que salieron del aeropuerto. Escuché disparos por parte de Nico, mi hermano conducía... Ellos están en peligro Evan y van solos.
-No te preocupes enana, lo voy ayudar. Dile a Henderson que quiero tres camionetas bien equipadas y mi auto, todo listo en menos de 3 - dio media vuelta corriendo escaleras arriba - ¡Ya regreso!
Salí en busca de Henderson a darle la indicación, rápidamente los chicos se alistaron siguiendo cada orden que él les daba. Subí al cuarto te Evan, deteniéndome en el marco de la puerta.
-¿Tú irás? - asintió terminando de amarrar las agujetas de sus tenis.
-Vine por lo necesario y a ponerme los tenis - se levantó del sillón, aún seguía en pijama - No me iba a ir descalzo - bromeo intentando aligerar el ambiente - Todo estará bien princesa, lo prometo - me sonrió de lado dándome un abrazo.
-Gracias Ev, cuídate mucho. Te quiero - una voz severa nos hizo separar.
-¿Qué está pasando aquí?, ¿Por qué hay mucho ruido? - James tiene el sueño muy ligero, me sorprende que no haya escuchado mis gritos cuando prácticamente estaba bajo nuestro balcón.
-Te dejo con el ogro enana, tú ponlo al tanto - me soltó y caminó hacia la salida. James lo detuvo poniendo una mano sobre su hombro, ambos se quedaron mirando un segundo.
-Cuídate Evan, regresa con bien - dio una palmada en su hombro, soltándolo; mi cuñado asintió y salió corriendo. Es sorpréndete su conexión entre hermanos, con esa mirada parecieron comunicarse todo.
El auto y las camionetas se escucharon arrancar a toda velocidad.
-Vamos amor - No pude más y me avente a abrazarlo. Él me envolvió entre sus brazos, levantándome de los muslos; enredé mis piernas a su cintura escondiendo mi cara en el hueco de su cuello - ¿Qué sucedió? - preguntó caminando de regreso a nuestra habitación. En medio de lágrimas le conté todo lo que había escuchado.
-No quiero perder a ninguno de los dos.
-Tranquila mi reina - James acariciaba mi espalda intentando calmarme, me tenía sentada a horcajadas suyo en la cama - Todo saldrá bien, Evan los ayudará.
Pasó una hora, no teníamos noticias de los chicos. James decía que no me preocupara - Los chicos llevan tiempo en esto, son inteligentes y sabrán arreglárselas, cuidando de Nicolás - sus palabras no me hacía sentir menos preocupada.
Al cabo de diez minutos se escucharon los autos estacionarse, torpemente me baje del regazo de mi esposo.
-Tranquila - sujetó mi brazo sin ejercer presión - No te precipites amor, yo voy contigo.
Caminó detrás de mí, bajando al recibidor. Evan iba abriendo la puerta - ¿Qué pasó? - Todavía no terminaba de entrar y ya lo estaba abordando - ¿Dónde está mi hermano? - se hizo un lado con una sonrisa.
-Aquí estoy princesa - entró sonriéndome tranquilizadoramente, me acerqué con una sonrisa y le solté un puñetazo en el abdomen - ¡HEY! - se quejó fingiendo dolor - ¿Qué fue eso? - me lancé abrazarlo.
-¡Idiota!, ¿Qué estabas pensando al no llevarte a tus hombres contigo? - Nicolás estaba para a lado de Evan - Y tú también Donnovan - reprendí a ambos.
-No volverá a suceder - respondieron al unísono como niños pequeños - James, tengo asuntos que tratar contigo - Steve me miró de reojo y posó su mirada severa en el mencionado - Creo ya sabes a que me refiero - mi esposo iba a hablar, pero no lo dejo - Que no se vuelva a repetir, solo eso diré - sentencio serio.
James asintió en respuesta.
-Mañana tenemos que hacer hablar a ese hombre - Steve le dijo a Evan.
-Más tarde vamos a la bodega - respondió Ev.
No entiendo nada, lo único que sé es que ya son las dos y media de la madrugada.
-Me ponen al tanto después - intervino James - Vamos a descansar que ya es tarde. Nicolás, recuerda que te levantes temprano porque entras al instituto.
Steve, si quieres puedes quedarte en la habitación contigua a la de Nicolás. Evan, tú tienes una junta en la oficina - mencionó riguroso los deberes de cada uno - Órale, a dormir - todos rodaron los ojos soltando un bufido.
-Ya vamos, papá - ironizaron los tres al unísono. No contuve las ganas y solté tremenda carcajada, uniéndoseme los chicos.
James me miraba serio, pero en sus ojos se notaba un brillo de diversión.
-Perdón amor, creo que estos niños ya saben sus deberes - manifesté entrelazando nuestras manos, ellos no paraban de reír - Y si no lo hacen... Los voy a golpear - se callaron, señalándose entre ellos - Si, a los tres - sentencie. Pasaron saliva nerviosos, volví mí vista a James quien sonreía victorioso - Adiós chicos, descansen.
Regresamos a nuestra habitación, por fin el sentimiento amargo se había esfumado.
-Tú también debes dormir, mañana entras al instituto con Nicolás - anunció cerrando la puerta.
-Y tú tienes muchas más cosas por hacer - recordé - Vamos a dormir - nos acostamos y en pocos minutos caímos perdidos en un profundo sueño.
Steve Coleman
-Fueron los hombres de Francisco Palmer, estoy seguro - dijo Nicolás.
Estábamos platicando con Evan sobre lo que había pasado.
-Lo creo - concordó asintiendo - Eh estado investigándolo y descubrí algo - nos quedamos callados incitándolo a continuar - ¿Saben quién es April?
No la conozco personalmente, pero se quién es gracias a que Kyle nos enseñó una foto.
Ambos asentimos - Ella y Francisco han asistido juntos a reuniones en otros países, parece que tienen una relación, más no sé con certeza cuál es. Eso sí, está confirmado que amantes no son.
-Tenemos que llegar al fondo de esto lo más rápido - inquirí - Bueno, rato continuamos. Es hora de irnos a dormir o el jefe bajará a regañarnos - en medio de risas, cada uno se fue a su cuarto.
Me cambié y acosté, el día había sido bastante agotador - Necesito paz - juro que apenas termine este desastre, tomaré unas vacaciones.