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En ese momento a la hora de gimnasia Christoffer tenía un dolor de cabeza al ver a Wyatt con su novia. Wyatt ayudaba a Anderson a estirar y tenía sus manos sobre ella, quería arrancárselas.
— Wyatt vas a botarme. — Le decía Anderson a Wyatt quién sostenía su pierna demasiado alto. El reía al verla un poco indefensa, no le haría daño en realidad, pero Anderson golpeó a Wyatt con el otro pie ocasionando que ambos cayeran. Ambos carcajearon adoloridos.
— Ouch. ¿Eres estúpida? — Le pregunto Wyatt levantándose junto a ella riendo.
— Un poco, pero tú eres un idiota, un poco más y me arrancabas la pierna. — Dijo levantándose con ayuda de Wyatt.
— No exageres solo quería ver que tan flexible eras. —
— Pues has eso con las chicas que duermes, yo no soy buena abriendo las piernas. — Dijo ella riendo y tomando la pierna de Wyatt que aún no había estirado.
— Yo podría hacer que abras las piernas. — Dijo Wyatt coquetamente Anderson se sonrojo y rio de manera nerviosa causando carcajadas en Wyatt. — No te ofendas Anderson, pero ni en otra vida intentaría algo contigo. — Pero todos sabemos que el chico malo puede mentir muy bien. Anderson rio.
— Oye yo no me refería a eso pervertido. Solo te imaginaba obligándome a hacer el Split o el Spagat. — Ella se rio y él también por lo ingenua que era. — Además sé que yo no le parecería atractiva a nadie de esa manera. — Rió ella. Wyatt volvió a reír. ¿Acaso no se fijaba que todos los perros del instituto y del bar querían olfatear su trasero?
La clase de gimnasia termino y Anderson fue a cambiarse. Fue a traer su ropa a su casillero y luego salió, no supo cómo ni cuándo, pero al pasar por el cuarto del conserje alguien la empujó. Anderson vio con pánico a la persona, pero se relajó al saber que se trataba de Chris.
— Oh Dios acabas de darme un susto de muerte. — Se rio Anderson.
— Lo siento hermosa. — Y Anderson sonrió extrañada.
— ¿Y por qué estamos aquí? — Preguntó viendo el oscuro lugar en donde se guardaban los enseres del conserje.
— Porque quería tenerte para mí solo. — Sonrió Chris mostrando todos sus dientes. Atrapó los labios de Anderson antes que ella incluso negara y los beso con devoción.
— Yo creo que la gente va a pensar...—
— Déjalos que piensen lo que quieran. — Dijo Chris sonriente.
— Pero vengo de la clase de gimnasia. — Dijo Anderson avergonzada.
— Siempre hueles a fruta. — Christoffer la apretó entre sus brazos. — Sé que no te gusta que te bese en público. Y me declaro adicto a tus labios y a tus besos preciosa. Así solo déjame disfrutar de esto que siento por ti un poco más. Sin que nadie nos vea o juzgue. — Le pidió Chris por primera vez en su vida sabía que tenía paciencia. Su novia lo traía loco.
— Esta bien, pero no me muerdas. — Le pidió Anderson avergonzada. Chris sonrió mientras se fundió en muchos besos con Anderson, ella no abría la boca como para besar su lengua, pero esos besos mojados lo tenían con una erección en el pantalón.
Anderson no lo pasó desapercibida avergonzada, pero su novio la tenía sujeta contra la pared y sus manos envolvían esa estrecha cintura. Christoffer dejaba pequeños besos en el rostro de Anderson y luego buscaba su boca, esos labios sabían a cielo. Quería hacérselo ahí mismo, pero ni él era tan tonto. Pegó su frente con la de su novia.
— ¿Qué fue lo que me hiciste Anderson? — Ella lo vio extrañada.
— ¿Qué? ¿Hice algo mal? — Preguntó avergonzada. Chris carcajeo.
— Ah Hermosa Anderson me tienes bien loco maldición. — Ella rio avergonzada con él. — Nunca había conocido una chica como tú. — Beso su nariz con cuidado. — En serio Anderson eres hermosa y yo... — Christoffer se mordió la lengua.
— Ya sé, me quieres mucho tanto como yo a ti. — Dijo su novia abrazándolo con fuerza. — Además tú también eres muy guapo mi amor. Guapo y encantador, un buen chico. — Sonrió ella con ternura.
— Es cierto, las mujeres solo me desean por mi físico, pero se dan cuenta de que también soy un encanto debajo de este perfecto cuerpo. — Anderson carcajeo.
— Si campeón. — Sonrió antes de darle un último beso y salir de ese pequeño espacio. Los pocos alumnos que estaban en el pasillo notaron las mejillas sonrosadas de Anderson y la sonrisa de Christoffer. Anderson fue a su siguiente clase que era Artes plásticas.
— ¿Y esa sonrisa? — Brittany le preguntó a Chris quien iba entrando y Anderson iba por sus materiales para su proyecto final.
— Ya estoy cerca. — Sonrió Chris y a Wyatt a pesar de tener a una rubia en las piernas le molestó aquello.
Christoffer se puso a coquetear con las chicas de esa clase mientras su novia estaba concentrada en la estatuilla, poniendo los detalles finales, definiendo los labios, las uñas, el ombligo y estaba retocando los pezones cuando Wyatt se sentó a su lado.
— ¿Tuvieron sexo en cuarto del conserje? — Preguntó Wyatt directamente. Anderson puso cara de asco y negó.
— Solo besos. — Fue sincera, Wyatt suspiró volteó a donde estaba Chris algunas chicas pestañeaban tanto que parecía que tenían algo en el ojo y querían que Wyatt fuera con ellas.
— ¿No te ha dicho nada? — Anderson negó. Con cuidado y con ayuda de un palito de madera hacía el pezón de la estatuilla.
— ¿Así son los tuyos? — Anderson se atraganto con su propia saliva y tosió, haciendo que Wyatt carcajeara.
— ¿Estás preguntando como son mis pezones? — Ella rio graciosa, y Wyatt tragó fuerte. — Ni por cerca. — Se atrevió a decir Anderson avergonzada. Wyatt rio.
— Estas son más como las que a ti te gustan. — Mencionó Anderson. Wyatt enarcó una ceja.
— ¿Cómo sabes cómo me gustan? —
— Te la pasas besuqueando, manoseando y amontonando chicas frente a mí y a Chris todo el tiempo. Tranquilo no es mi problema, pero todas tienen lo mismo en común. — Wyatt enarcó una ceja. — Grandes senos. — El rió.
— Cierto me gustan los senos grandes igual que a Chris. — Anderson rio sin intimidarse. — ¿No te molesta? —
— ¿Por qué debería molestarme? A mi podrían gustarme los chicos con un miembro viril grande y algo me dice que Chris no tendría uno, y no por eso dejaría de querer a Chris. — Wyatt carcajeo fuerte, estaba llorando de la risa. Tenía a la mejor amiga del mundo, era bastante directa y eso le gustaba, eso y que además fuera sincera.
— ¿Te quedarías con Chris por lastima? — Se limpió las lágrimas que habían salido. Y Anderson volteó avergonzada hacía otro lado.
— Eres un idiota. —
— Al menos yo si tengo un pene grande. —
— Ese ego solo explica que lo tienes pequeño. —
— ¿Quieres que te lo demuestre? — Pregunto Wyatt riendo.
— Ah no gracias amigo, tener esta conversación ya es suficientemente incomoda. — Comenzó a reír con él.
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Faltaba poco para el sábado en el que Anderson le presentaría su abuela a Cooper, ese día era jueves.
— Alma y Corazón. "Las ventanas de mi alma. Te miran fijamente sabiendo, que tienes el corazón perfecto. Para hacer un hogar." Clairel Estevez. — Leía un Libro de recomendaciones con frases románticas Anderson.
¿Como habían aceptado los chicos a escucharla leer en voz alta frases románticas? Es fácil, ella es Anderson.
— Muy cursi. —
— "Me da igual que estés presente o ausente. No te necesito. Sólo te amo." Jaime Sabines. —
— Él no se anda con rodeos. — Rió como pudo Edward. Wyatt también sonrió, esa semana, Wyatt y Anderson lo iban a visitar si podían después del instituto y la práctica de Wyatt, luego Wyatt la llevaba a su trabajo.
— También es contradictorio. — Dijo Wyatt, Anderson lo vio esperando respuesta. — Él dice que le da igual en donde esté, y que no la necesita. Pero está enamorado, porque la ama. Si yo estuviera enamorado que espero no pase, la necesitaría conmigo todo el tiempo. — Se quejó, Edward rio, él si conocía el sentimiento.
— Estoy de acuerdo. — Se limitó a decir.
— Claro que estás de acuerdo. ¿Vino hoy Jazmín? — Le pregunto por su novia. Este asintió como pudo bajo la mirada acusadora de Wyatt.
— Si, viene todos los días en la hora de su almuerzo se escapa de su instituto. — Anderson sonrió. Ella sabía que esos dos se amaban.
— Así que ya tiene mujer. ¿Y eso yo porque no lo sabía? — Wyatt rio indignado entretenido viendo uno de sus tatuajes en su mano, creía que aún había espacio para otro.
— Porque no me interesaba presentársela a nadie. —
— A Edward le da igual presentársela a alguien. Él solo sabe que la ama. ¿O me equivoco Edward? — Preguntó Anderson sonriente por su amigo.
— Si tienes razón, la amo. — Admitió sorprendiendo a Wyatt.
— Ah. — Anderson lanzó un suspiró soñador como niña pequeña, los otros dos voltearon a verla. — Envidio eso, ojalá algún día Chris pueda decir que me ama también. —
Los dos chicos se quedaron de piedra, el cerdo ese que tenían por amigo nunca lo diría. Y ella iba a terminar muy mal. Edward volteó a ver a Wyatt, y a ninguno le gustaba aquello.
— No creo que pasé Anderson. — Fue sincero Wyatt, Anderson lo vio extrañada.
— ¿Por qué o qué? — Pregunto con confusión.
— Porque no creo que te enamores de Chris... Él lleva un ritmo de vida diferente al tuyo. — Dijo Edward, intentando no echar de cabeza a su amigo, pero tampoco quería ver a la chica, que ahora le debía la vida, totalmente destrozada.
— Lo sé. Quizás tienen razón o quién sabe. — Se encogió de hombros. — Sinceramente ¿Ustedes creen que sea una mala novia? Soy nueva en esto, y ustedes son hombres. Así que díganme. ¿Tan mala soy? — Pregunto con curiosidad.
— ¿Importa eso? — Le pregunto Wyatt con un poco de molestia. — Eres como eres y ya está, no necesitas cambiar por nadie. — A Wyatt le molestaba todo aquello. Y a Anderson le extraño la repentina molestia de su amigo.
— Mira, si el cabrón te quiere te va querer así seas la peor chica del mundo, no le va importar con cuantos hayas cogido, o que tan pocas tetas tengas. — Wyatt fue claro con su amiga. Anderson carcajeo su amigo nunca cambiaría.
— Tienes razón, si una persona llega a amarme, será porque le gusto como soy. — Dijo con una sonrisa. Luego hojeo el libro y siguió con el siguiente.
— Siete veces. "Dicen que, si debes pensarlo dos veces, es que en realidad no quieres a alguien. Yo lo pensé siete, y en las siete terminé estando seguro de que te elegiría a ti tantas veces como volviera a nacer." Sergio Chico. —
— Yo si elegiría a Jazmín todas las veces que fuera necesario. — Wyatt rodó los ojos. Edward se sentía bien confesando aquello que a veces le quitaba el sueño, estaba muy enamorado de su novia.
— ¿Qué me dices tú Anderson? — Le pregunto Wyatt a Anderson un poco molesto. Seguramente diría lo mismo.
— Sinceramente no quiero pensarlo ni siquiera una segunda vez. — Wyatt quería golpear a alguien aquello solo le molestaba más. — Es que siento que yo tal vez si cambiaría de opinión si lo vuelvo a pensar. — Anderson admitió eso sintiéndose culpable. Wyatt sonrió sin querer.
Eso significaba que la chica no estaba tan enamorada como todos creían. Edward rio también y esperaba que esa relación del demonio terminara pronto, sino sería perjudicial solo para ella.