Un amor a lo prohibido [Termi...

By Lyle0816

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¿Como reaccionará el universo al enterarse que la hija de Hades y la hija de Zeus se conocen, viven una avent... More

Prólogo
I.
II.
III.
IV.
V.
VII.
VIII.
IX.
X.
XI.
XII.
XIII.
XIV.
XV.
XVI.
XVII.
XVIII.
XIV.
XX.
XXI.
XXII.
XXIII.
XXIV.
XXV.
XXVI.
XXVII.
XXVIII.
XXIX.
XXX.
XXXI.
XXXII.
XXXIII.
XXXIV.
XXXV.
Epílogo
¡Gracias!
¿Propuesta?
Segundo libro

VI.

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By Lyle0816

Ha llegado el día. El día que me iré sin despedirme de Cris para llegar al campo de batalla en modo sorpresa. Me odiará por hacerle esto pero tengo que hacerlo. En este momento hay 7 soldados en mi departamento, tengo la armadura ya puesta, ellos me ayudarán con mi pequeña sorpresa para Cris. Consiste en un ramo de flores y en el centro están las copias de las llaves de mi departamento junto a una carta. Los soldados y yo salimos en silencio de mi departamento.

-Tú, toca la puerta y espera a que te abra, le entregas el ramo y te retiras.- El soldado con el ramo asiente mientras bajamos las escaleras, hay chicas despiertas, todos nos miran, pongo mi semblante más frío, el soldado hace lo que le pide cuando el resto bajamos las segundas escaleras.- Con que no se quiten de mi camino ordenaré que las asesinen.- las chicas que están cercas de nosotros salen corriendo hacia las escaleras, salimos del edificio, un portal nos espera abierto.- Aquí vamos.- los soldados entran primero que yo.

-¡Brooke!- Me giro hacia la puerta, miro a Cris, me pongo el casco.- ¡No te vayas!- Me suplica, el soldado corre y atraviesa el portal.

Atravieso corriendo el portal sin decir nada, desenfundó las dos espadas que aparecen en mi cinturón de armas cuando puedo sentir el peligro, mi ejército de acerca a grandes zancadas hacia mí esperando órdenes. Mi única orden es que me abran el paso hasta el frente y asesinen a quien se les atraviese por enfrente. Obedecen. Rápidamente me van abriendo paso, tengo que llegar a con el líder si quiero acabar con esto cuanto antes. Aquí el tiempo avanza más rápido. Ya cayó la primera noche, donde mi ejército se fortalece y su fuerza se duplica, avanzamos más rápido. En cuanto avanzamos un quinto del camino hacia el centro de batalla ya volvió a amanecer. Un rebelde se acerca corriendo hacia mí, estalló en llamas azules y lo destrozo en pedazos con mis dos armas preferidas.

Seguimos avanzando y vuelve a anochecer. Mis soldados se fortalecen, mis llamas crecen, me abren paso entre unos soldados, me aburre no pelear. Empiezo a partir a la mitad a los rebeldes, me escabullo entre ellos para llegar más rápido al centro, amanece. Y así me voy hasta que pasan 10 noches y 11 días que me toma llegar al centro. La guerra sí que es gigante. A lo lejos divisó al líder cubierto de una armadura rojiza. El me mira, empieza a correr hacia mí, me impulso con mis espadas y lo pateo tumbándolo. Cae de bruces, camino rápidamente hacia él, le encajo una de mis espadas en la pierna rasgando su armadura. El grita. Pateo su cara y su casco sale volando. Me quito el mío, me río, mi casco desaparece.

-Tú error más grande fue desafiar a mi Padre.- vuelvo a patear su cara, agarra mi pierna y una daga atraviesa mi pierna, gruño, encajo la otra espada en su pecho.- Serás idiota.- empieza a gritar del dolor al sentir como empujó con más fuerza la espada.

-Morirás...- una espada atraviesa mi espalda, me río, pateo al rebelde de atrás y saco una daga, lo decapito, volteo a ver al líder, silbo, mi armadura abandona mi cuerpo.

-Pelearemos dándote una ventaja.- levantó mis espadas, él se levanta agonizando de dolor, desenfunda dos espadas, se lanza contra mí, esquivo sus espadazos, lo pateo por la espalda y sale despedido contra uno de sus rebeldes, estos los detienen y lo empujan de regreso, Aprovecho y encajo una de mis espadas en su costilla, grita del dolor y varias flechas vuelan hacia mí, lo destrozo a la mitad al líder, esquivo unas cuantas flechas pero la mayoría me alcanza cuando empiezo a correr hacia mi ejército, ellos lo notan.

Rápidamente empiezan a formarse alrededor de mi como un escudo, me siento en el piso, me saco varias flechas, la sangre empieza a brotar, un soldado se acerca, me ayuda a levantarme, silbo, mi armadura de abre paso entre los soldados, dejo de silbar, la armadura se detiene, la toco y desparece, empezamos a caminar, alguien levanta el cuerpo del líder y lo trae hacia nosotros, le doy la orden de llevárselo a mi Padre. El obedece, mi ejército y yo llegamos a un portal, ellos empiezan a avanzar, ese portal los lleva a su cuartel general, yo no iré con ellos esta vez. Por mi parte, me dirijo hacia otro portal que me espera abierto.

Suspiro, lo atravieso desplomándome del otro lado de este, el frío piso me recibe, suspiro de alivio, me levanto con tanto dolor para encontrarme con las escaleras del instituto, subo las escaleras con tanto dolor, empujó las puertas con fuerza y un espasmo de dolor me recorre el cuerpo para después entrar al instituto. Nunca faltan esas miradas que te inspeccionan buscándote defectos, las miro, gruño. Todas salen corriendo a excepción de una persona, quien se acerca sin temor, parece que es nueva la chica.

-¿Acaso no te advirtieron de mí?- la miro con burla, empiezo a caminar hacia las escaleras.

-No te miras bien...- Me río.

-Vengó de la guerra para dejarles claro a todos que mientras viva nadie puede derrotar a mi Padre, ahora lárgate antes de que termines en ese campo de batalla junto a los cadáveres de los rebeldes que podrían ser tu familia.- me acerco a ella, sale corriendo despavorida, subo las escaleras como puedo.

Al llegar arriba me tomo unos minutos para recuperar el aire, suspiro, sigo caminando y me detengo frente a la puerta de mi amiga. Doy dos ligeros golpes, la puerta se abre dejándome ver a una Cris preparándose para salir, abre los ojos de golpe al verme.

-¿¡Pero que te paso!?- Me agarra el brazo con cuidado y me hace pasar, sale corriendo a buscar algo, regresa con un botiquín.

-Flechas y un pequeño espadazo.- baña un pedazo de tela en agua y empieza a limpiar la sangre.- No te preocupes... Sanare...- siento mis piernas fallar, los ojos se me cierran y siento sus cálidas manos agarrarme, siento que me alejo pero mi cerebro sigue consciente de lo que pasa alrededor.

-Por todos los Dioses... Perdiste mucha sangre.- me carga y camina, me deposita en su cama, lo sé por las suaves sedas de la cama.- Solo... No te alejes de mi...- un celofán se rompe, una botella se abre, no puedo saber que ocurre exactamente.- Por favor, Boo... No me dejes...- siento el papel tocar mi piel, un ardor atraviesa mi cuerpo cuando el líquido del papel toca una de mis heridas.

"Hey, duele" uso la telepatía para comunicarme.

-Dios... Me asuste, sé que me escuchas, Boo...- continúa limpiando mis heridas, me concentro en no estallar en llamas y evitar lastimarla.

"¡Duele! ¡Por los Dioses! ¡Cris, arde!" Vuelvo a hablarle por telepatía, en verdad que es un dolor insoportable, no creo detener por más tiempo las llamas.

-Ya... Ya termine.- Limpia su desastre, escucho los papeles tocar el bote de basura, el sonido de uno de sus pies estrellarse contra una esquina de la cama me indica que se tropezará, efectivamente, se tropieza y cae encima de mí, siento su respiración en mi rostro.

"Lástima que estoy luchando por no desmayarme completamente..." hago el esfuerzo por abrir los ojos.

-Lo siento...- se aleja un poco y logro mover mi mano deteniéndola, abro los ojos por fin.- Yo... lo siento...

-Soy encantadora, lo se.- le guiño un ojo, beso su frente y nos levantamos, giro uno de mis anillos y empieza el proceso de sanación.- Gracias...- Nunca creí que le agradecería a alguien.

-Nunca había estado tan cerca de alguien...- murmura.

-Pues ahora lo estás, hija de Zeus.- sonrío.

-Diabla...

-Brooke, llámame Brooke, odio ese apodo.- sonríe.

-¿Crees que sería posible una relación entre tú y yo?- una sonrisa ilumina mi rostro.

-Claro, si mi Padre no se entera todo en orden.- me alejo un poco de ella.

-Hace tiempo que me interese en ti.- sonríe.

-Ya somos dos.- le guiño un ojo.

-Tengo miedo de que mi Padre te odie...- suspira.

-Le demostraré que valgo la pena.- propongo.

-Solo te ganarás el odio a tu especie.- me río.

-Entonces le enseñas los diarios donde habrá una carta mía aceptando que lo traicionaré junto a mis hermanos.- susurro.

-¿Sabes algo? Nunca ha existido un beso entre dos hijos de dioses diferentes.- evita mi propuesta.

-Pues ahora si.- camino hacia ella, tomó su rostro entre mis manos y junto nuestros labios en un dulce beso, me separo de ella.- De nada.- ella me mira, le sonrío.

-Me gusto...- vuelve a juntar nuestros labios, cierro los ojos por inercia, llevo mis manos hacia su cintura, la pego más a mí, sus brazos rodean mi cuello, nos separamos por la falta de aire, abro los ojos y me encuentro con sus ojos chocolates que tanto me fascinan.- Te quiero, Boo...

-Yo más, nena.- sonríe, le doy un suave beso en la nariz.- Debo ir a cambiarme, tú y yo tenemos una salida pendiente.- sonríe, nos separamos.- Vendré a buscarte, nena.

-Te esperaré con ansias, mi niña.- besa mi mejilla, salgo de su dormitorio, subo las escaleras con una inmensa sonrisa, unos pasos acercándose me alertan, me giro para encontrarme a Thalía, mi sonrisa desaparece.

-¡Regresaste!- intenta abrazarme pero esquivo sus brazos.

-Tengo heridas, no quiero que me toques, es más, no quiero verte, así que si me disculpas, voy tarde a una reunión.- me doy la vuelta y camino hacia mi departamento.

-¿Con quién?- pregunta con odio.

-Con Cris, ¿feliz? Saldré a dar una vuelta con ella.- abro la puerta de mi departamento, entro y la cierro frente a su cara.- Me desespera...- camino hacia mi dormitorio, entro, busco mi ropa negra como de costumbre y entro al baño.

Me doy una ducha rápida limpiando la sangre. Salgo. Me seco rápidamente, me pongo la ropa y salgo, aviento la ropa sucia al cesto de basura. Ya no sirve para mí. Agarro unos tennis, me los pongo, me levanto, agarro un gorro de lana negro, me lo pongo, salgo de mi dormitorio. Salgo de mi departamento con mucha suerte al no encontrarme a Thalía, bajo las escaleras rápidamente y me encuentro a Thalía a nada de golpear a Cris, me acerco a ella rápidamente, la agarro y la estrelló contra la pared, levanto mi puño para después estamparlo contra su mejilla.

-Aléjate de ella, Collins, puedo obligar al director a que te expulse.- niega, las manos de Cris me alejan de Thalía, ella la mira con odio, miro a Cris, me sonríe, besa mis labios, sonrío.- ¿Nos vamos?- asiente.

-Voy a matarte, Mayers.- suelto una carcajada, la miro.

-Me temo que mientras yo viva no podrás tocarla.- la empujó de nuevo hacia la pared, Cris agarra mi mano, la volteo a ver y me besa.

-Hey, tranquila, Boo, vámonos que tengo hambre.- asiento, caminamos hacia las escaleras y las bajamos, caminamos hacia las puertas principales y empujó una para que ella pase, besa mi mejilla y sale, la sigo.

-¿Y que le gustaría comer a la princesa?- sonrío, ella se ríe.

-Primero, me encanta la comida italiana, segundo, no soy una princesa.- Sonrío y beso su mejilla, cruzamos la calle rápidamente y llegamos a la entrada del centro comercial.- Declaro que tus besos son lo mejor.- sonríe.

-Me alegra que te gusten mis besos.- seguimos caminando hacia un restaurante de comida italiana.- Bueno, te diré nena, ya que no eres una princesa pero para mí eres una reina.- Me mira sonriente.

-Boo... ¿puedo decirte amor?- la miro y mis ojos se iluminan, sonrío.

-Puedes decirme como quieras, nena.- sonríe y me besa, le correspondo el beso, nos detenemos en un restaurante.- Comida italiana para la mejor chica del mundo.- le guiño un ojo, entramos, una mesera nos conduce a una mesa para dos personas, se sienta y empujó su silla para que se acerque más a la mesa, me siento frente a ella.- Este... ¿y si pides mi comida? Soy pésima para escoger comida.- se ríe.

-De acuerdo, espero que te guste la pasta.- asiento, la mesera se acerca y ella ordena nuestra comida junto a dos copas de vino.

La edad legal para tomar en esta ciudad extraña es a los 16. Ella empieza a contarme como sobrevivió a mi ausencia, como las chicas se acercaban a preguntarle cómo le había hecho hoy para poder hacerse mi amiga sin que la matase. Me río. Le digo que su encanto me conquisto y no me atreví a alejarla como a las demás. Se ríe. Me cuenta como hizo dos amigas nuevas en lo que pasaban dos semanas antes de que regresara. Me cruzo de brazos y simuló enojarme, ella se ríe mientras me cuenta que solo me quiere a mí. Sonrío. La mesera deja las dos copas de vino la cual agarro la mía y tomo un poco.

-¿Me crees si te digo que no he comido ni bebido nada desde el jueves que estuvimos juntas por última vez?- Me mira seria, colocan dos platos frente a nosotras.

-Vas a limpiar el plato, jovencita.- Me apunta con un tenedor, levanto las manos en señal de rendición, agarro un tenedor y llevo un poco de esa cosa aguada a mi boca, sabe rico.

-No son necesarias las amenazas a la hora de comer.- escucho la voz de Aline, pego un brinco y casi me caigo de la silla si no fuera porque mi hermana me agarró antes.- Lo siento, solo venía a ver que estuvieras entera, mañana por la mañana las visitaremos para empezar nuestra siguiente movida, Brooke.- suspiro y asiento.- Me alegro de verlas juntas, dime que has golpeado a Thalía.- Cris se ríe confirmándole a mi hermana, ella ríe.

-Como unas 6 veces la ha golpeado, Al.- le responde Cris.

-Bueno cuñada, las dejare comer, cuida a Brooke, aún está débil.- ella asiente, mi hermana desaparece como si de magia se tratase.

-No necesito que me cuiden.- murmuro mientras continúo comiendo

-¿Tampoco quieres cariñitos?- la miro de golpe.

-¡Si quiero! Más si son tuyos.- sonríe y así no se pasamos la tarde conversando.

Cuando terminamos de comer, pago la cuenta y salimos, le damos una vuelta al centro comercial hasta el segundo piso. Termine cargando 15 bolsas y ella 4 de cosas para el departamento, ahora lo compartiremos, el director acepto la idea siempre y cuando no lo destrozáramos. Nos reímos. Llegamos a nuestro ahora departamento, empezamos a guardar las cosas en el armario, ella cuelga la ropa que compro junto a mis chaquetas, bajamos a su dormitorio y la ayudo a subir sus cosas al mío. Cuando terminamos de acomodar sus cosas en mi departamento nos damos cuenta que ya es medianoche. Nos acostamos, ella duerme de lado dándome la espalda, abrazo su cintura y la pego a mí. Me duermo abrazándola. 

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