Ámame si te atreves, jefe

By SraDeTaker

361K 25.7K 1.8K

Libro #1 Saga Rusos. La mayoría de nosotros esperamos encontrar un trabajo que nos haga suspirar, que nos hag... More

Sinopsis
⚠AVISO⚠
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo Especial (I)
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo Especial II
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 26 parte II
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo Especial III
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo Final
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 30

5.6K 453 95
By SraDeTaker

Hoy es un día muy frío...

Daphne.

Hay días en los que solamente quieres pasar el día durmiendo y disfrutar del frío que nos regala ese momento. Esta mañana, con todo el dolor de mi alma, me levanté de la cama. No tenía que ir a trabajar por las vacaciones, pero iba a la compañía a darle salida a unos documentos urgentes, que por más que le expliqué a Tina como hacerlas, ella seguía sin entender el proceso. Hoy siento que no es mi vida, la verdad, es que ni debí salir, pero ya lo había hecho y pues, ya ni modo. Primero, Leah me golpea como si quisiera matarme y segundo, las cosas con mi esposo ausente terminaron.

Bueno, aunque las cosas son como él dijo: —No podemos terminar algo que empezó por un contrato—.

Menos mal me quería.

—Esto es tan divertido. ¿A quién debemos matar? —comenta Tina, mientras vemos unos vestidos en una de las mejores boutiques de la ciudad—. ¿Qué pasó ahora con Günther? No logro imaginarte siendo mala —me ve interesada—. ¿Ya se aman o siguen en el plan de pelea por Sasha?

Ella sabe todo lo que pasó con el ser que no mencionaré.

En fin, la mujer que dice ser mi amiga, no apoya ciertas actitudes de esa persona, pero insiste en que debo decirle algo para que no siga sintiéndose inseguro.

—Todo estaba muy bien hasta que mencionaste a ese ser. ¿Puedes dejar de decir su nombre? —le pido molesta, ella me ve divertida aguantando las ganas de reír—. El muy imbécil salió medio desnudo a explicar sus instintos de animal y ataques de ira reprimida —estalla en una carcajada, la miro mal, cruzándome de brazos—. No te rías, después de tener varios días peleando, vino a pedirme que lo acompañara al viaje como su esposa y también a la fiesta de la compañía.

—¡Pero es qué es tan lindo! —me interrumpe muy eufórica, le dice a una vendedora que traiga dos vestidos horrendos—. Si no vas al viaje te quemaré toda la ropa que tengas —la veo horrorizada—. ¿Siguen peleados por Sasha o ya se aman? —pregunta otra vez.

No se quedará tranquila hasta que le diga algo.

—Si tan solo me dejaras terminar de hablar... —pasa sus dedos por su boca como si fuera un cierre—. Tiene un pequeño odio por Sasha. Aunque estoy consciente de que no le había dicho nada, mis sentimientos por él son sinceros —asiente con una sonrisa—. Yo no siento ningún tipo de cariño hacia mi supuesto esposo. Podemos terminar esto cuando él quiera.

Definitivamente, las cosas terminarán bien y sin complicaciones.

—Ok, puedo entender el problema de mi amigo, ¿pero no crees que ese tal Sasha fue un cobarde? Simplemente desapareció de tu vida y te dejó tirada por años —veo un vestido que llama mi atención—. Pero me alegra tanto saber que no sientes ningún tipo de afecto por el hombre que es tu esposo —suelta una risita—. Ahí vienen, actúa natural —me pide, mientras se le forma una enorme sonrisa—. ¡Hola, mis amores!

Quito la mirada del vestido que me había robado el corazón, y rápidamente empiezo a buscarlos por toda la tienda.

—Sí, te creo. Se te nota por como no lo buscas y que dejaste de quererlo hace meses —la miro mal.

—Eres tremenda inmadura —empezamos a reír, después de reír unos minutos, vuelvo a hablar—. Amo ese vestido, pero mi presupuesto solo me da para pagarme algún arreglo de cabello.

—¿La esposa del hombre más influyente de toda Europa no tiene ni un euro? Esto se cuenta y no se cree —pone su mano en mi hombro—. Deja que yo arregle esto en cuestión de segundos.

Saca su celular y llama a alguien, un minuto o tal vez dos, una vendedora, nos dijo que todo lo que quisiéramos corría bajo la cuenta de la casa. Miro a Tina, que me guiña un ojo y ya puedo suponer, que casa fue.

Ella siguió viendo algunos vestidos antes de elegir el que le robó el corazón. Obvio que iré al viaje y la pasaré muy bien. Voy a ignorar a quien solía ser mi esposo de verdad y todo acto infantil que haga.

No me importa que no seamos más esposos de verdad. Es más, me da igual y puede irse a volar a Narnia con sus actos infantiles.

—Tres doritos después... síguenos para no perdernos los olvidos de Daphne —dice mi amiga bromeando.

Yo controlo mis sentimientos y si digo que no lo quiero aunque mi corazón se acelere, pues no lo quiero.

[...]

Fue un poco catastrófico tratar de imprimir y ordenar los documentos que Tina necesitaba. Como la fiesta de la compañía era mañana, la información urgente e importante, debía salir hoy. Los pedidos de comida los verifiqué y acomodé algunas cosas, para que fueran entregadas el día de hoy.

—¿Día agotador? La compañía parece una locura —la voz detrás de mi espalda, me hace llevarme la mano al corazón—. Lo siento, no quería asustarte.

—El daño ya está hecho—replico.

Me da una sonrisa dulce, sus orbes azules me estudian por unos segundos, antes de escucharlo hablar nuevamente con su muy marcado acento ruso.

—¿Tienes tiempo libre ahora? —frunzo el ceño—. Me gustaría poder hablar contigo. No te quitaré mucho tiempo. Lo prometo.

Había varias personas ahora en la oficina, que nos miraban de manera curiosa. No vi el problema en que habláramos un rato frente a todos, para no llamar más la atención de todos.

—Jamás te imaginé trabajando en Alemania. Tus planes eran ser una gran administradora y ejercer en un banco en Nueva York —levanta sus dedos aprobando lo que hago.

—Bueno, tú mejor que nadie sabe que mi situación no me daba para elegir mucho —le expliqué obvia.

—Pues, sí. Todo era complicado cuando éramos jóvenes —frunce el ceño—. Me enteré por Albert que te habías casado —asiento, acomodando mi cubículo—. ¿Recibiste alguna información de Albert sobre mí?

—No he tenido la oportunidad de hablar bien con él —asiente, bajando la mirada—. He tenido algunos problemas que me lo han impedido.

—Entiendo —vuelve a verme, pero esta vez sus ojos ruegan perdón—. Alejarme de ti fue el acto de cobardía más grande del mundo —lo veo confundida—. Le he pedido de muchas maneras a Albert, que me dejara acercarme o que te dijera algo sobre mi desaparición.

Sonrío, porque después de todo, mi amigo cuidó siempre de mí.

—Entonces, dímelo tú. ¿Por qué me dejaste? Teníamos demasiados planes y sueños juntos. Iba a dejar todo por ti y apostar por nuestro amor —río nostálgica—. No me importaba nadie más que tú. ¿Sabes cuantas noches pasé sin dormir llorando por ti? —baja la mirada—. ¿Sabes lo que sufrí por tu ausencia y despertarme en un mundo en donde no estabas tú?

—¡Claro que lo sé! Todos los putos días, durante un dos años, recibía cartas de amenazas hacia ti —parpadeo varias veces sorprendida por lo que dijo—. Mi abuela me amenazó con matarte. Debía alejarme para mantenerte con vida —pasa sus manos por su cuello—. Logré hacerme cargo de la situación, pero ya era tarde para volver. Tú ya no estabas en ningún lado y era como si la tierra te hubiese tragado.

—¿No podías seguir buscando? Tenías amigos por todos lados, Sasha —mi voz suena titubeante.

Miro hacia los lados, pero ya no había nadie aquí.

Solo él y yo.

—Nunca te dejé de buscar —toma mis manos, pero las suelta al sentir los anillos—. No era necesario volver a buscarte y lo mejor era dejarte libre —suspira y se gira, para apoyarse en el escritorio—. No quiero que nada empañe tu felicidad, Daphne —sonríe triste—, por el amor que te tengo, quiero voy a cuidar de lo que es preciado para ti.

—Sasha, pero las cosas... —pone su dedo índice sobre mi boca, sorprendiéndome.

—Lo sé, ahora tu mirada enamorada no es para mí —afirma, y en sus ojos logro ver odio—. Vine a cerrar nuestra historia y a decirte que no estás sola —me guiña un ojo.

—Ahora eres un increíble doctor. ¿Qué se siente ser tan famoso? —pregunto divertida.

—No me esperaba tanta fama —empezamos a reír—. No te olvides que también soy el mejor líder y el más guapo de la mafia rusa —lo veo sorprendida y volvemos a reír.

—Serás el doctor más temido. De eso no me queda duda —asiente—. Procura no matar a nadie y envíale saludos a tus padres.

—Si tu esposo te lastima, prometo mandarlo a dejar medio muerto para después operarlo y declarar muerte en el quirófano —soltamos una carcajada.

Definitivamente eso le hace falta.

Me abraza con tanta fuerza que siento mis huesos crujir. Le regreso el abrazo pasando mi mano por su espalda.

—Gracias por estar bien —susurra triste en mi oído—, eres lo más puro y hermoso que se pasó por mi camino —besa mi hombro—. Prometo cuidarte. Mi abuela pagó cada lágrima que soltaste y por cada cicatriz en mi cuerpo —se separa de mí, con los ojos rojos llenos de rabia vuelve a hablar—. Te amo, mi pequeña genio.

Me da un beso en la frente y se marcha sin mirar atrás. Siento unas ganas enormes de llorar que no creo que pueda seguir aquí.

No lo había pensado, pero Sasha también sufrió por su abuela. A él le tocó soportar muchas cosas más por mí y estar conmigo. Él siempre fue leal a nosotros y no me hubiese dejado sin una razón.

Me fui en el ascensor directo al estacionamiento, no tenía auto, pero era el lugar más solo para no ver a nadie. Me escondí muy bien para no ser vista y sentada en el suelo, empiezo a llorar desconsolada. Mi primer amor, el chico al que amé profundamente, también sufrió. Su abuela nos lastimó como le dio la gana. Sasha odia la violencia y por eso se sentía culpable de los padres que le tocaron. Odiaba lo que hacían y escucharlo decir que tomó el lugar de la mafia más peligrosa del mundo, me parte el alma.

Sasha no merece ese lugar, no quiero que lo maten.

Te odio a su abuela y odio todo lo que les ha hecho a las personas que nos rodean. Deseo con toda el alma que de verdad pagues por todo el daño que nos has causado a cada uno de nosotros.

—Todo va a estar bien, lo prometo —unos fuertes brazos me abrazan, sigo llorando como si mi vida dependiera de ello. Su mano pasó por mi espalda varias veces hasta intentar calmarme—. Sabía que verme te dejaría así. Perdóname por no poder hacer nada para evitarte este dolor.

—No quiero que seas mafioso. No quiero que te maten. No quiero que te pase nada —sollozo entre sus brazos—. Promete que después de la venganza, dejarás de ser mafioso —me separo de él y lo veo—. Así no eres tú, por favor, deja de ser mafioso después de la venganza.

—Te lo prometo, deja de llorar que me estás destrozando —me abrazó escondiendo su cara en mi cuello—. Perdóname por no estar para ti en estos años. Perdóname por no buscarte mejor, perdóname por no poderme alejar y cerrar nuestra historia —lo abrazo más fuerte y lo escucho sollozar.

Odio esta situación, odio todo lo que nos tocó vivir y que no pudiéramos cerrar nuestros ciclos como se debía.

[...]

No sé cuánto tiempo duramos abrazados ni por cuánto tiempo hablamos. Solo nos quedamos sentados mirándonos sin importar lo que ocurría fuera de nuestro mundo. Ambos con ojos hinchados regresamos a la oficina. Mi celular estaba reventándose de llamadas y mensajes de los chicos. Tina estaba en su cubículo y Günther estaba junto a Ivan, hablando con ella. Cuando Günther nos vio, se acercó a nosotros de manera amenazante.

Dios...

—¿Estás bien? ¿Por qué estás llorando? —me pregunta nervioso, tensando la mandíbula, ve a Sasha y lo toma de la camisa—. ¿Qué mierdas le hiciste?

Ivan intenta separarlos siendo su acto inútil. Entran dos hombres para proteger a Sasha haciéndome entrar en pánico.

—Eso es un asunto entre ella y yo —de un manotazo, Sasha se suelta, empujándolo un poco. Se arregla la camisa y escuchó suspirar a Günther molesto. Ivan intenta calmarlo, pero no lo consigue.

—Daphne es mi asunto. Así que no te creas con derecho hacia ella —escupe con odio, Günther acercándose otra vez—. Tú te alejaste y la perdiste. No te vuelvas a acercar a ella si no quieres tener problemas conmigo.

—Los problemas contigo son insignificantes —se acerca y con su índice, golpea varias veces el pecho de Günther—. Espero que digas esas mismas palabras durante todo el tiempo que ella lo necesite.

—Siempre mantendré mi palabra... —la risa seca de Sasha lo interrumpe.

—No prometas algo que sabes que no vas a cumplir, Günther —Sasha me ve avergonzado—. No conoces nada sobre Daphne, aunque no quieras alejarte, al final te verás obligado.

—¡Deja de verla! —le gritó Günther, toma de mi brazo y me jala, poniéndome a su lado—. No sabré su historia, pero si digo que no me iré, es porque no lo haré —se miran por unos segundos con odio.

Oigan, todavía estamos en la oficina y están discutiendo por mí. Estoy aquí como una estatua viviente sin saber que hacer, por si no lo sabían.

Pero a quién le importa cuando el chisme está bien bueno.

Mejor iré por algunos dulces, no se vayan y vuelvan pronto.

—Yo no soy igual que tú —aprieta mi brazo, veo a Günther y en su cuello sobresale una vena—. Me importa muy poco lo que digas. Sí, me esconde miles de cosas, no soy estúpido porque sé que me miente, pero yo así la quiero y si el día de mañana me entero de todo —por primera vez, Günther me ve—, sé que me pondré bruto y no entenderé razones, pero eso no me hará alejarme de ella.

—Todos dicen lo mismo, pero se alejan igual —replica, Sasha furioso.

—¿Acaso no entiendes? Yo no soy igual que tú. Por ella peleo con quien sea. Ella pertenece a mi mundo y es inalcanzable para ti —comienza a caminar a su oficina y sí, me tocó irme con él, ya que nunca soltó mi mano.

—¡Daphne! —Sasha me llama, me giro a verlo—, U menya vse yeshche yest' mesta v Venetsii i Shvetsii. Napomni mne, yesli oni tebe nuzhny.

"Todavía tengo lugares en Venecia y Suecia. Recuérdame si los necesitas".

—¡Tampoco le hables en ruso! —le grita, hecho furia, Günther, al pobre ruso.

Sonrío internamente por lo que acababa de suceder y porque a mi esposo ausente, le importó muy poco el lugar en donde estábamos.

Bueno, qué bonita manera de darle a entender a todos, que él es mi esposo.

Continue Reading

You'll Also Like

36.6K 2.3K 33
-Hombre pero si aquí está Indiana Jones- ese era el saludo del media neurona de mi hermano. -Callate y déjame pasar a no ser que estés con alguien- e...
192K 1K 7
Aquí habrá todo tipo de fantasía sexual, confesiones sexuales, si tienes alguna fantasía o secreto sexual mandamelo por privado y yo lo escribiré pro...
11.5K 831 7
𝐇𝐄𝐘 𝐏𝐑𝐄𝐅𝐄𝐂𝐓𝐀| "Un amante del Quidditch y una que odia a muerte el deporte ¿Qué puede pasar si los juntas?" Emity Ashikko, una chica de ter...
3.8K 350 12
Mos y Bank tienen sexo sin ningún tipo de compromiso, pero luego de un año cuando Bank se encuentra nuevamente saludando a una de las novias de Mos...