13 Pisos

By MPMUniverse

20.5K 3.1K 3.4K

Un lugar cuya ubicación es desconocida, un grupo de personas sin escrúpulos se reúne para realizar cosas atro... More

Prólogo
Capítulo 1: Piso 12
Capítulo 3: Piso 11
Capítulo 4: Salón de clases
Capítulo 5: Prodigio, no te equivoques
Capítulo 6: Si juegas con fuego te quemas
Capítulo 7: Piso 10
Capítulo 8: Zona industrial
Capítulo 9: Acorralados
Capítulo 10: piso 9
Capítulo 11: El piso de los sacrificios
Capítulo 12: ¿Ángel o Demonio?
capítulo 13: Jaque Mate
Capítulo 14: La balanza no distingue entre el oro o el plomo
Capítulo 15: Piso 8
Capítulo 16: Parque de diversiones
Capítulo 17: Jugando según las reglas
Capítulo 18: Las reglas son para romperse
Capítulo 19: En la guerra la moral es relativa
Capítulo 20: Charlotte Evergarden
Capítulo 21: Piso 7
Capítulo 22: Restauran de carne
Capítulo 23: Sed de sangre
Capítulo 24: No soy capaz de matarte
Capítulo 25: La motivación viene de lugares inesperados
Capítulo 26: piso 6, casa de muñecas
Capítulo 27: Sólo uno
Capítulo 28: ¿Vas a luchar o a huir?
Capítulo 29: Elías
Capítulo 30: Luz y oscuridad
Capítulo 31: Bienvenida
Capítulo 32: Adiós, Charlotte Evergarden
Capítulo 33: Piso 3, Prostíbulo
Capítulo 34: Monstruo vs Demonio
Capítulo 35: Inocencia
Capítulo 36: Capaz de todo
Capítulo 37: Decisiones
Capítulo 38: Lo que no se pudo decir
Capítulo 39: Fin del juego
Epílogo
Agradecimientos
¿Y ahora qué?
One shot <3
One Shot parte 2
One Shot final
ES IMPORTANTE

Capítulo 2: Un cambio en las reglas

730 94 152
By MPMUniverse

El repugnante sonido se la cadena motorizada rozando contra la piedra, hacen que algo dentro de Charlotte vuelva a reacciona... el miedo.

La joven se levanta con la adrenalina corriendo por todo su cuerpo, su corazón amenazaba con romper su pecho con cada latido. Así que como pudo logró darse la vuelta solo para encontrarse de frente con un hombre que vestía un delantal plástico blanco, pero que en este momento goteaba sangre por montón. Un amargo pensamiento atravesó su cabeza al recordar los cuerpos cercenados que había visto en los pasillos. Su delgado cuerpo temblaba y se negaba a obedecer sus órdenes de escapar, y aunque lo hiciera, no se creía capaz de llegar muy lejos. No era lo suficientemente rápida y tampoco conocía el lugar, acabar en un callejón sin salida era relativamente fácil, si es que no se encontraba antes con otro asesino. Pero de nada le servía eso ahora, estaba atrapada, estaba en el suelo y su espalda chocaba con la pared, era la peor posición posible.

Aquella cadena dentada, ya tenía escrito su nombre. Quería llorar, pero ni las lágrimas se atrevían a mostrarse ante semejante monstruo que sonreía lascivamente.

-De verdad soy muy afortunado ¿Tienes idea de cuánto hay que pagar por una cría como tú? Es un dineral, tienes 15 años ¿no? Fácilmente alcanzarías el millón - se ríe con fuerza - Y ahora la casa te regala como un premio. Sabía que pagar por este piso de casería libre valdría la pena - los oscuros ojos de aquel hombre, se clavan en la asustada muchacha - olvida eso de ser rápido, cortaré tus bonitas extremidades una por una.

La joven se escogía todo lo posible contra la pared, sus rodillas casi topaban su pecho y sus manos rasguñaban nerviosas el suelo. Ella solo era un manojo de terror, sus azulados ojos parecían perder su color y brillo a medida que la motosierra con su ensordecedor rugido se acercaba a su cuerpo. La mirada de aquel sujeto carecía de cualquier humanidad, no había nada más que aquello que llamaban deseo de sangre. La expresión de alguien que siente placer por matar, tanto, que hasta pagaba por ello.

La muchacha estaba aterrada, pero aun así no lograba despegar su atención de aquel asesino.

-Pero que tío más idiota es ese mocoso - ríe como un desquiciado moviendo la motosierra de un lado a otro - dejarte de esa forma, para ser el maestro de piso a ese hijo de puta le faltan huevos para matar a alguien, me divertiré mucho contigo niña.

La hoja de cadena oxidada se abalanza hacia la joven, quien solo cierra los ojos sintiendo como la sangre salpicaba en su cara, era tibia, asquerosa y demasiada, pero no sentía dolor alguno, era extrañamente tranquilo si no fuera por el ruido de la moto que seguía funcionado tirada en el piso, justo a un lado de las piernas de la joven.

-¿A quién mierda crees que insultas? Bastardo.

Ante la sorpresiva voz, Charlotte abre los ojos llenándose de sorpresa al ver que su asesino tenía un cuchillo que le atravesaba el cuello como una brocheta. Fue clavado de tal forma que cruzo su tráquea sin matarlo al instante. El imponente hombre caía de rodillas al piso luchando por respira, la sangre se agolpaba en su boca y emanaba como ríos. Intentar retirar el arma era una pelea perdida, se podía ver como lentamente la vida abandonaba su cuerpo, sus últimos respiros no era más que tos que gorgoreaba por su propia sangre.

Cayo como un costal de piedras y en su expresión se podía reflejar el horror de su muerte. Charlotte se queda mirando como el brillo de los ojos de aquel hombre desaparecía al tiempo que sus pupilas se dilataban. Pero una desquiciada risa irrumpe hasta en lo más profundo de sus miedos.

-¡¿Quién es el idiota ahora?! - Ríe pateando el cadáver - pedazo de mierda ¡no tenías ni idea de las ganas que tenia de matarte! Y realmente fue muy sencillo, estaba esperando mas pelea - se agacha para retirar el ensangrentado cuchillo dentado - malditos aficionados - añade en un tono más frío.

El hombre de cabello negro observa el filo con un poco de desagrado en su rostro, pero su actuar era bastante tranquilo, como si aquello fuera lo más normal del mundo para él. Se toma su tiempo hasta que por fin centra sus dorados ojos en la muchacha, que se mantenía en el suelo con la espalda contra la pared.

-¡Vaya! Mira esa expresión - se acerca lentamente a la temblorosa joven - parece que realmente tienes emociones - se agacha para quedar a su altura - ¡Hey! Mocosa - una retorcida sonrisa se forma en sus labios mientras levanta el mentón de Charlotte con el borde del cuchillo - ¿Por qué tardaste tanto en mostrar ese miedo? Ahora... realmente quiero matarte.

El cuchillo se levanta por lo alto con el único objetivo de que al caer acabe con la vida de aquella muchacha. Los ojos del que llamaban 12 reflejaban la cara de miedo de Charlotte, y en lo más profundo, la locura que guardaba como asesino. Solo era un simple movimiento, para alguien como él, atravesar el delgado cuerpo de esa joven era sencillo, como cortar mantequilla, pero la satisfacción de ver aquel rostro invadido por el miedo y la desesperación, no tenían precio.

-Atención, el maestro del piso 12 acaba de asesinar a dos de los jugadores, eso es una grave falta a las reglas de la casa, por lo tanto al maestro del piso 12 se le ha considerado como traidor, "Los Ojos" han puesto una recompensa de medio millón por su cabeza, los jugadores de todos los pisos, así, como los maestros tienen libertad de acción.

El extraño mensaje proveniente de los parlantes, termina tan rápido como inicio, dejando una extraña atmósfera en el ambiente.

-¡¿Pero qué mierda fue eso?! - Chasquea el chico levantándose - ¡Tks! Maldita sea, lo que me faltaba - guarda el cuchillo en la funda de su pierna - Es mejor largarse de esta pocilga.

Sin volver a mirar a la joven, aquel extraño desaparece rápidamente entre los pasillos. Charlotte se mantiene inmóvil, tratando de que su cuerpo se vuelva a conectar con cerebro. A la distancia se puede oír cristal rompiéndose. Ella respira profundamente, en este momento todo su ser es un completo caos de nervios. Asimilar lo que está sucediendo, le parece una tarea titánica que escapa de sus capacidades. Estuvo al borde de la muerte dos veces seguidas, más de lo que cualquiera podría soportar, más de lo que ella puede procesar con sus alteradas emociones.

Luego de un rato, la muchacha vuelve a levantarse con piernas temblorosas, se ayuda de la pared para dar los primeros pasos y no caer. Aunque en estos momentos le encantaría poder ganarse en un rincón y llorar en posición fetal, tratando de olvidar esto, aunque en el fondo sospechaba que ni todas las terapias del mundo la harían superar esta pesadilla. Suspira. Pero primero tenía que salir de aquel lugar, aun recordaba el camino, no era muy lejos, llegar al ascensor era su prioridad, era su única salida, y mientras pensaba en eso se detiene.

-Daniel... ¿habrá logrado escapar? - se pregunta a sí misma.

Pensar que alguien más haya vivido ese horror, le provocaba un nudo en el estómago. Ella no tenía ni la más mínima idea de a cuantas personas habían traído a esta carnicería, pero por lo que había visto, sin duda eran demasiadas. Frunce el ceño. Y con la sangre que manchaba su cara comienza a escribir en la pared, unas simples flechas que señalaban el camino hacia el ascensor. No tenía la seguridad de que si eso le ayudaría a alguien, pero era lo mejor que podía hacer para los otras víctimas que tengan las desgracia de llegar a este infierno. Hizo sus dibujos por todo el camino que llevaba hacia el ascensor, aunque claro, la rubia aun no sabía cómo llegar del todo, recordaba perfectamente la pared de cristal que impide el paso... o lo impedía, ya que para su enorme sorpresa, aquel muro trasparente, había sido destruida por completo. El suelo estaba bañado por miles de fragmentos de vidrio. Eso no estaba así antes, ella pondría sus manos al fuego por ello ¿Quién la habrá roto? Se toma un momento para pensar sobre el ruido que había oído antes, había sido el de cristal destrozado.

-Esto... ¿Lo hizo él?

Pero su concentración se ve interrumpida por el sonido de pasos aproximándose. Las posibilidades de la chica se reducían rápidamente, eran básicamente quedarse ahí o continuar. Los que venían hacia ella eran un grupo de aquellas personas locas, una muerte segura en otras palabras, y si continuaba, se encontraría con aquel sujeto.

Ningún camino parecía ser la salida para ella. Respira profundamente tratando de encontrar alguna solución al problema, las probabilidades de sobrevivir en cualquiera de las dos opciones, es casi cero, una muerte lenta y dolorosa o morir con un solo golpe. Charlotte muerde su labio echándose a correr. Ningún final le agradaba, pero analizando todas las circunstancias, aquella era su mejor opción.

Las cámaras ubicadas estratégicamente podían captar perfectamente todo lo que sucedía en aquel piso, a cada persona, cada movimiento y lo más importante, cada asesinato, un bizarro espectáculo para quien sea que los observara. Charlotte trata de ignorar todo eso y continúa su camino corriendo lo más rápido que sus piernas le permiten. En este momento, lamentaba nunca haberse preocupado por su condición física, ser delgada no era suficiente, ahora se daba cuenta, pero eso era lo de menos, había algo mucho más importante en que concentrarse. La joven estaba apostando su vida en una sola corazonada.

Ella detuvo su andar cuando escucho maldecir. Se ocultó en la esquina y desde ahí observaba al hombre de cabello negro que esta frente al ascensor, pateando la puerta con gran furia.

-¡Mierda! Esos bastardos bloquearon mi acceso - deja de golpear el metal - ¿y ahora qué carajos hago? ¡Agh! No tengo ni puta idea.

Charlotte se acerca lentamente y con paso tembloroso. Cada célula de su cuerpo gritaba para que escapara e ignorar aquel sentimiento era muy difícil. La chica se resistía y continuaba su marcha. Hasta que el cortante frio de unos ojos dorados la detiene de golpe. Como si hubiese sido atada por cadenas invisibles. Su instinto de salir corriendo estaba a tope, el miedo volvía a apoderarse de ella.

-¿Qué mierda estás haciendo aquí, mocosa? - una sonrisa que refleja peligro se dibuja en su cara - ¿tanto deseas morir que has venido por tu cuenta?

Instintivamente la joven retrocede un paso cuando él avanza, pero de nada le sirve, su cuello se ve rápidamente oprimido por aquel agarre que recordaba a la perfección. La chica apuña las manos tratando de darse algo de valor. Las miradas azules y doradas se cruzan entre sí, manteniéndose fijas. El hombre de cabello oscuro inclina la cabeza a un lado, observándola con una ligera molestia.

-¿Qué es lo que pasa contigo? ¿Por qué no huyes? ¿Acaso no me tienes miedo?

Se forma un silencio entre ambos que dura segundos, uno en los cuales la presión de la mano del sujeto, habría la herida en el cuello de la joven, dejando que pequeñas gotas rojas se asomen del corte.

-Yo... por supuesto que te tengo miedo - murmura con débil voz.

-¿Enserio? - Dice poco convencido - pues no lo pareces.

Presiona con más fuerza el delgado cuello de la rubia quien mostraba una ligera expresión de dolor e incomodidad, más no era lo que aquel hombre buscaba, era una expresión muy aburrida según él.

Pero tampoco tuvo tiempo de hacer alguna otra cosa, ya que se ve obligado a lanzar a la joven hacia un lado y evadir una flecha que roza algunos de sus mechones negros. Charlotte se golpea contra el muro y logra ver como la flecha se destruye al impactar contra la puerta blindada. Sus ojos se abren con asombro, esa cosa bien pudo atravesarle el cráneo.

-¡HEY! 12, parece que los del ojo, se han cansado de ti - un hombre calvo con apariencia de motociclista aparece sosteniendo un bate con clavos en su extremo - lo cual es bueno, ya que nunca me agradaste.

12 frunce el ceño, pero mantiene una postura relativamente relajada mientras observa al rapado y a una mujer del mismo estilo, que balanceaba sus caderas de un lado a otro sostenido una ballesta en su hombro, el resonar de sus tacones se le hacía molestos a 12, al igual que su exuberante cabello rubio demasiado oxigenado. No podía ser natural. Finalmente ambos personajes se detienen a escasos metros, la sonrisa de los dos denotaba seguridad absoluta y desdén.

-Vaya, mira esto amor, encontramos dinero fácil - murmura la mujer observando a 12 y a Charlotte - recuperaremos nuestra inversión muy rápido.

-¿Y ustedes quiénes son? - Pregunta 12 sin el más mínimo interés - no me hagan perder el tiempo.

-Lo mismo digo, siempre me he preguntado porque un crío como tú, es un maestro de piso ¿Qué te hace tan especial?

-¿No vestirme como un village people?

El corpulento hombre se abalanza hacia 12 blandiendo su bate con la intención de acabar con él. La diferencia de estatura y contextura física marcaban una clara señal de quien tenía la ventaja, o al menos eso pensaba Charlotte hasta que vio como 12 evadió el arma para luego clavar un cuchillo en el estómago del tipo. Una sonrisa se dibuja en su cara mientras desgarra todo con el filo de la hoja, que se deslizaba de forma elegante y continua como si cortara un trozo de papel. La sensación de atravesar la carne le provocaba gran satisfacción que se reflejaba en una mirada llena de locura al momento de retirar el cuchillo, cuando este llega a los huesos de la caja torácica.

El hombre cae al suelo con el estómago abierto de forma vertical, la herida es tan profunda que los intestinos comienzan a salirse casi en trozos junto con un lago de sangre. Todo había sido muy rápido, tanto que el corpulento hombre no fue capaz de asociar nada de lo que había pasado, solo pudo observar la mirada maniaca del sujeto que jugaba con el cuchillo en su mano.

-Bien, eso fue divertido - murmura recogiendo el bate. Lo observa curioso - ¿de verdad esto puede matar a alguien? - Su mirada se clava en la mujer con la ballesta - debería de comprobarlo.

El terror se refleja en el maquillado rostro de la mujer que deja caer su arma y comienza a correr por su vida, una respuesta totalmente natural pero totalmente inútil ante el asesino que le da alcance en un abrir y cerrar de ojos. Su risa de retorcida diversión hace eco al momento que la golpea con el bate, no solo hace añicos la madera, también destroza la cabeza de la mujer como si fuera una muy jugosa sandia. Charlotte aparta la mirada tratando de no vomitar. Era repugnante, el olor a sangre, los trozos de carne molida y el desagradable sonido que había hecho el cráneo al momento de partirse.

-Como lo pensé, esto no sirve para matar a alguien, se rompe con mucha facilidad - murmura dejando caer lo que queda de bate - así que... ahora solo quedas tú - observa a la chica por sobre su hombro - has sido una maldita perra suertuda hasta ahora, pero que sigas con vida, comienza a fastidiarme.

Era como ver a un león acerándose a una gacela bebé y herida. Cualquiera sabría que no tiene ninguna oportunidad de sobrevivir, la devorarían en menos de un segundo. Pero esta era como aquella situación, era una muerte segura, si corría o se quedaba el resultado no cambiaría. Había sido testigo de lo que ese hombre era capaz de hacer, y no era nada agradable.

De pié frente a ella se podía notar la diferencia de altura entre ellos, lo cual no le ayudaba a tranquilizarse, la joven apretaba sus puños con fuerza al tiempo que trataba de controlar su errática respiración. Nunca antes un cuchillo le había parecido tan aterrador, aunque más que el arma, el usuario era el verdadero peligro.

-Bien, es momento de que acabe contigo de una vez.

Aquella hoja volvía a amenazarla. Ella solo baja la mirada reuniendo valor.

-¿Y cuándo me mates... que harás después? - murmura rasguñando la pared a su espalda.

-¡¿Ah?! ¿De qué mierda hablas? -gruñe molesto.

-¿Cómo piensas salir de aquí?

-Ese no es tu asunto mocosa.

La chica se mueve incomoda.

-Para abrir el ascensor necesitas de una clave de 4 dígitos y si aún estas aquí es porque no la conoces.

12 golpea la pared justo por encima de la cabeza de la chica, quien cierra los ojos por el susto y como una niña pequeña se lleva ambas manos al pecho, para tratar de calmar su acelerado corazón que retumba en sus oídos.

-Que molesta eres, hablas como si lo supieras todo - sonríe burlisto - ¿Acaso tu sabes cómo salir de aquí?

-¡Por supuesto! - afirma muy segura de sí misma.

12 frunce ligeramente el ceño, esa no era la respuesta que esperaba.

-¿Por qué debería creerte?

-¿Qué otra opción tienes?

Su semblante cada vez refleja más peligro.

La toma del cuello de su camiseta y la lanza contra la puerta. Es un verdadero milagro la chica no callera al suelo.

-¡Si lo que dices es verdad, entonces abre ese maldito ascensor!

Con palabras tan amables Charlotte no pone objeción alguna, por lo que se acerca al panel de control y marca los cuatro números correspondientes, haciendo que las puertas se abran sin ningún problema. Se voltea tímidamente para ver al hombre tras su espalda y que para su asombro parece bastante sorprendido.

-Mierda, realmente la abriste ¿Cómo lo hiciste?

Charlotte baja la mirada.

-Había un mensaje que decía que para encontrar la salida... había que seguir las pistas, encontré la clave en una de las paredes de este piso, de seguro todo el edificio funciona de la misma manera. Cada piso debe de tener un código diferente que estará oculto en alguna parte, como un acertijo que hay que resolver, una ayuda para todos los sacrificios que llegan aquí.

Hay un momento de silencio en que 12 solo se queda mirando el ascensor.

-No entendí ni la mitad de lo que dijiste.

La chica se queda en blanco un segundo.

-Pues... en resumen esto es un puzzle gigante.

-Vale, eso sí lo entiendo, pero parece demasiado complicado - hace una pausa - ¿tú los entiendes?

-Eso creo - murmura por lo bajo - pero todo esto lo baso en solo una hipótesis.

-¿Una qué?

-En una corazonada - le aclara con cuidado, era como hablar con un niño - no tengo manera de saber cómo son los otros pisos, aunque creo que la dificultad aumentara a medida que se vaya descendiendo.

El tipo de ropa oscura se queda mirando un instante a Charlotte.

-Suenas como alguien lista, pero fuiste muy tonta al venir aquí ¿te das cuenta de que soy un asesino?

La joven asiente.

-sí, lo dejaste muy claro - murmura apuñando las manos tratando de no pensar en las grotescas muertes que había presenciado - pero... también eres mi mejor opción para salir de este lugar.

Si de decisiones estúpidas se tratara, sin dudas esta sería la ganadora no había ni el más mínimo sentido e sus palabras, o al menos eso pensaba el hombre de ojos dorados quien la observa como si se le hubiese zafado un tornillo, o varios. Tal vez Charlotte había perdido la compostura al estar en ese sitio y su mente no estaba al 100%. Acababa de presenciar tres asesinatos, por parte de la persona que trato de matarle dos veces. 12 no tenía ni idea que había que hacer, solo sabía que aquella chica no era normal.

-¿Qué es lo que pretendes mocosa? - la amenaza con el cuchillo en su cuello - no me agradan estas mierdas tan extrañas.

-¿Qué es lo extraño?

-¡Absolutamente todo! Sobre todo tú ¡¿A caso no tienes miedo?!

-Por supuesto, eres un asesino, cualquiera le tendría miedo a eso.

-¿En serio? Pues ni se te nota

-Estoy en un lugar lleno de asesinos, no tengo ni la menor idea de cómo llegue aquí, acabo de ver a un montón de personas muertas y estoy hablando con alguien que me apunta con un cuchillo a cada cinco minutos... creo que estoy abrumada por todo eso y no sé cómo debería de reaccionar - hace una pausa sintiendo que el nudo de su estomago se aprieta mas - quiero salir de aquí antes comience a dimensionar la horrible situación en la que estoy.

12 baja el arma.

-Si lo que dices es cierto ¿Por qué debería de ayudarte?

Ella inclina la cabeza hacia un lado.

-Porque... ¿estamos en la misma situación? Ambos fuimos nombrados como tributos para ser asesinados ¿no te importa morir?

-¡Es obvio que no tengo ni el más mínimo interés en morir en este basurero!

La paciencia del chico comenzaba a acabarse.

-Además el hombre que acuchillaste en el cuello, dijo que las personas pagan mucho dinero por alguien como yo.

-¿y eso porque me debería de importar?

-Porque soy una pieza... que podrías sacrificar en medio del juego, si soy tan atrayente para los asesinos, fácilmente puedo ser una ficha de cambio ¿no crees que ellos preferirán matar a alguien indefenso que ir a por ti?

El hombre se cruza de brazos y sonríe de medio lado.

-Con que me quieres para que te proteja el culo.

Ella asiente.

-Básicamente, sí.

Él ríe a carcajadas tomando a la joven por sorpresa.

-Joder, no puedo creer que vaya hacer esto.

-Entonces - murmura nerviosa - ¿me ayudaras?

-Sí, mientras me seas útil voy a conservarte. Como dices, este lugar está lleno de esa mierda de acertijos cuando usan el modo juego. Yo soy bastante malo en ese tipo de mierdas, un fracaso total, por no decir otra cosa. Pero también tengo serios problemas para controlarme cuando se trata de asesinar - su mirada vuelve a mostrar demencia - ¿estás bien con eso?

La chica se queda pensando en aquellas palabras un momento. Literalmente su vida estaba en juego un solo error y aquel hombre no dudaría en matarla.

-Sí.

-¡Perfecto! - Dice entrando al ascensor - ¡ah! Y otra cosa, si considero que ya no me eres útil o que comienzas a joderme más de la cuenta - la mira por sobre su hombro con unos ojos que le hielan la sangre - te asesinare ¿aun así quieres seguir con esto?

La chica se paraliza por completo y traga saliva. Aquel hombre era como mirar a la muerte a la cara.

-Sí- dice llena de seguridad.

-Bien, entonces larguémonos de esta pocilga.

La joven ingresa al ascensor con aquel hombre, guardando una cierta distancia. Las puertas se cierran anunciando que ya no hay vuelta atrás. Aquella jaula metálica era igual a la que había llegado, tampoco tenía ningún botón y parecía bajar demasiado lento. Al menos en esta ocasión no cayó al piso. Pero la compañía de aquel sujeto tampoco le hacía gracia.

-Hey, mocosa

-¿Sí? - dice alterada.

-¿Cuál era tu nombre?

La chica parpadea confundida un par de veces.

-Charlotte - murmura en un tono muy bajo - Charlotte Evergarden

-Yo soy Elías.

En solo un instante, todo el juego había cambiado, rompiendo toda la lógica en una alianza que amenazaba por acabar en cualquier momento. Una adolecente traída para ser asesinada como parte de un juego, y un asesino que había roto las reglas por lo que también era cazado. Dos personas de mundos totalmente opuestos, pero que ahora compartían un mismo objetivo.

Sobrevivir.










Continue Reading

You'll Also Like

3.9K 1K 52
Iris, una chica que no tiene claros sus objetivos y aspiraciones en la vida, se encontrará sola para enfrentar las incógnitas de su existencia y empr...
86.6K 10.3K 97
Vanesa Ramírez Malasaña se enfrenta al peor caso de su corta carrera como inspectora de policía. Aparecerá el cuerpo de una joven que llevaba seis me...
157K 21K 42
Él siempre la veía, no, no estaba enamorado, estaba enojado. ¿Por qué enojado? Porque siempre veía que ella rogaba por un poco de compañía. Fue enton...
59.1K 4.3K 46
Joh es una chica de 17 años un tanto reservada pero rebelde sin duda, sin quererlo comienza a sentir cosas por su nuevo compañero Lucas el cual tan s...