Ámame si te atreves, jefe

By SraDeTaker

361K 25.7K 1.8K

Libro #1 Saga Rusos. La mayoría de nosotros esperamos encontrar un trabajo que nos haga suspirar, que nos hag... More

Sinopsis
⚠AVISO⚠
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo Especial (I)
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo Especial II
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 26 parte II
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo Especial III
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo Final
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 9

8.9K 654 38
By SraDeTaker

Günther.

Casa de la familia Müller.

Una de las cosas que siempre me incomodaba de venir a casa de mis padres, era tener que hablar de trabajo o de cuando olvidaría a Hope y me casaría. Honestamente, nunca tuve intenciones de casarme con ella y sí, nos amábamos muchísimo, pero jamás se tocó el tema de unirnos en matrimonio. Ella tenía otras perspectivas sobre la vida y yo quería triunfar para hacer mucho dinero y vivir estable y feliz con ella.

No me considero una persona amargada, pero tengo un carácter altamente calificado de felicidad diferente. No puedo andar riéndome por todo y claramente soy una persona alegre cuando no trabajo. Estos últimos días los he pasado mal, por haberme enterado de lo sucedido con mi hija. Sé que Hope murió, pero eso me hizo sentir un poco de rencor por ella.

Era mi hija y siento que nunca me tomó en serio, aunque por años le demostré estar seguro de vivir con ella.

—Tal vez te faltó amarla más y decirle que todo estaría bien si un día alguno de los dos no estaba —esa voz en mi cabeza me está empezando a molestar.

Vine a la comida con mi familia obligado, y sé qué obligué a Daphne, pero no me apetecía venir solo. No cuando estoy siendo presionado por la locura que mi padre nos hizo hacer. Puede que tengamos muchas cosas que aclarar, pero estoy tratando de llevar la fiesta en paz. No quiero seguir recordando como una película trabada en la misma escena, que ella solo está por el dinero.

Me gusta, no lo niego. Es más, creo que sería un completo loco si ella no despertara ningún interés en mí. Si lo hace, pero también hace que considere muchas cosas en mi personalidad y lo que quiero hacer.

¿Son sentimientos pasajeros o es algo que puede crecer con el paso del tiempo? No sabía que ella sería mi esposa. Como dije antes, era mi esposa olvidada porque el día de nuestra boda, ambos enviamos a sustitutos, para evitar que, por lo menos en mi caso, ella no apareciera.

Tal vez fui un tonto por lo que hice, pero la vergüenza por pensar que mi padre me había arreglado un matrimonio y que debía tener un contrato de por medio, me hizo animarme a llevar al sustituto.

Y no estuvo mal porque durante los primeros años de matrimonio, vivimos bien.

Y ahora estamos aquí en mi auto camino al matadero, tratando de ponernos al día para conocernos y que la comida con mi familia, no le caiga mal, con tantas preguntas que le harán.

—Aunque me molesta mucho la situación, ya estamos aquí y debemos ganar esta partida —comenta, bajando la música al reproductor y girándose para verme mejor—. Soy muy competitiva y por esa razón trato de destacar en mi trabajo. Vamos a conocer nuestros gustos porque no quiero que tu padre se entere de que durante el mes que ha transcurrido, solo nos hemos odiado —admite, la miro fugazmente, pero sé qué es seria con lo que dice.

—Vale, vale. Sé qué estás por graduarte de administradora. ¿Cuál es tu sueño después de tener el diploma contigo? —pregunto, girando el volante, para entrar a un centro residencial, ella empieza a reírse como si de algo gracioso se tratara mi pregunta.

—Mi sueño era ser princesa —dice, parando de reírse—. Desde que era pequeña, fui tratada como alguien especial. Mi padre me dio todo lo que yo pedía sin importar que tan costoso fuera. Siempre supe que teníamos ciertos problemas financieros, pero quería casarme con un príncipe más que todo porque mis padres no pudieron darme un poni —sonrío interesado, no me equivoque al decir que ella era muy inocente para este mundo—. Mi sueño no ha cambiado ahora que he crecido... me refiero al poni —nos empezamos a reír—. ¿Cuál es tu sueño? Ahora que tienes una empresa, no creo que ese sea tu final.

—Quería ser reconocido a los 26 años como un tipo con mucha plata —sonrío con orgullo, ella me golpea el hombro, cosa que me hace apartar la vista de las calles, para guiñarle el ojo—. En mis planes el matrimonio nunca fue un tema de discusión, pero siempre he querido tener hijos. Después de la muerte de Hope, pensé mucho sobre los pequeños que pudimos tener, pero tampoco me veía como padre. Así que dejé de soñar con las personas y me centré en lo material.

—¿Qué es lo material que deseas? —alzo una ceja y me arreglo en el asiento.

—Absorber todas las pequeñas empresas que están por quebrar y hacerlas parte de mi empresa. Con eso generaría más productividad y sería más ingresos para mí. Teniendo en cuenta que debo cambiar el personal, cosa que me generará un gasto, pero a largo plazo obtendría mis ganancias —la miro de reojos que asiente—. ¿Quieres formar una familia al terminar el matrimonio?

Se hace un silencio cómodo, cosa que me hace suponer que está analizando la pregunta.

—Sí, quiero tener mi familia. Por mi mente tampoco pasó qué me casaría antes de los 24 años, pero me sirvió muchas veces para alejar a personas indeseadas —suelto una risita—. Mis padres siempre han creído que el matrimonio es algo que se hace una vez, pero no creo que dos personas que son buscadas para tener un matrimonio arreglado y tener un contrato, sea considerado verdadero —asiento a su respuesta—. Creo en el amor verdadero, así qué estaré esperando a que llegue en cualquier momento.

—Pero debes saber que el amor no existe. En el caso de nosotros, debemos fingir en la empresa que no tenemos una relación fuera de lo normal, pero ante los ojos de la persona que nos casó, hay un documento que nos regresa a la realidad. Las relaciones son pasajeras y el amor no es más que algo comercial —difiero de ella.

—Lo que pasó con Hope es pasado, pero te dejó tan marcado que ni eres, ni quieres ser feliz. El amor y todo en este mundo es comercial, pero depende de ti, que es lo que quieres hacer con eso —agrega sincera—. ¿Por qué el nombre de la compañía es diferente al de tu familia y por qué tú no llevas el apellido del señor Anton?

—Mi madre se llama Sophia Schwarzgruber y en honor a eso, quise ponerlo en mi empresa —respondo con rapidez—. Mi apellido pasó a tener el de mi madre porque, en un ataque de rebeldía con mi padre, me emancipé.

Cuando digo lo último, vuelvo a verla... y no me arrepiento, su boca tenía forma de "o".

—Y yo creía que tenía locuras cuando era más joven —entrejunta sus manos, antes de volver a preguntar—. ¿Por qué todas rubias? Hasta tú... ¿Por qué ser diferente es considerado extraño?

—Porque buscaba entre esas rubias a alguien que fuera igual a Hope —digo sincero—. ¿Alguna vez amaste tanto a alguien que darías lo que fuera por volverla a ver o simplemente escuchar su voz? —murmura un sí, que me fue difícil de escuchar—. Por esa razón, hasta en mí, buscaba partes de ella. No soy rubio y mucho menos tengo los ojos azules. Mi cabello es castaño y mis ojos son color avellana —señalo mi cabeza.

—Wow... eso es duro —su voz se empieza a entrecortar—. No puedo imaginar el dolor que sientes cada vez que te pasa algo con ella —se acomoda en el asiento—. Disculpa por tocar temas tan delicados... —se excusa—. ¿Crees que tu padre te pregunte cosas profundas?

—Lo hará, pero lo trivial lo sabemos porque somos las personas más cercanas —la miro obvio—. Sé sobre tu familia y toda tu vida porque te he mandado a investigar. Así que tenemos todo cubierto para que las cosas salgan bien.

—No eres tan tonto como yo pensaba —su voz se escuchaba diferente, pero preferí darle su espacio.

Me quedo en silencio analizando cada una de las que le acabo de decir. Sé muy bien que mi pasado me atormenta cada vez que intento dar un paso para ser feliz. Perdí a Hope y a mi hija... Lo peor de todo es que no sé como sentirme con respecto a ella, pero fue el golpe más bajo que me pudo dar la vida y Hope.

Francamente, no quiero que mi pasado me atormenta el presente, pero el mundo no es tan bonito como lo pintan.

—Puedes ser princesa todavía —intento romper el silencio que se hizo—. También puedo comprarte un poni para que lo tengas en el rancho que compré hace algunos años —detengo el auto frente a la casa de mis padres, ella ve por la ventanilla y su cuerpo se tensa—. No me importa la cantidad de dinero que recibiste de mi padre y tampoco pretendo comprarte con cosas materiales, pero la idea es tener un matrimonio estable por los tres años que nos quedan.

—Después la botas y la vez ser feliz con otro hombre —vuelve hablar esa bendita voz en mi cabeza.

¡Oigo voces!

—Para ser princesa mi esposo debería tener un título noble —sonríe sin creerme—, pero me gusta la idea de llevar la fiesta en paz por los próximos años... sin ponis, porque voy a considerar qué me estás comprando.

Nos reímos un poco más y decidimos entrar a nuestro destino.

—Que empiecen los juegos del hambre —se burla mi mente.

Necesito un martillo o voy a empezar a considerar que estoy loco.

[...]

Habíamos llegado a tiempo a lo que sea que se supone que mi familia le tiene preparado a Daphne. Mis padres estaban encantados con la sencillez que ella los trataba, de hecho, parecían disfrutar más de su compañía, que de la mía.

No me importaba mientras no le hicieran preguntas que la hicieran sentir mal.

Nunca me gustó esta casa. Sinceramente, mejor es mi departamento. Este lugar es muy simple y todo es cuadrado. Ventanas corredizas, cuadradas... una puerta, cuadrada... por dentro todo parece un hospital de dos pisos porque es blanco y sin vida.

¿Adivinen cómo es la piscina?

¡Sí, también es cuadrada!

Mi madre nos invitó a sentarnos en el comedor, ya que el almuerzo estaba listo. La televisión estaba encendida, en la pared frente a nosotros. El partido estaba por comenzar y mi padre no quería perderse ningún detalle.

—¿Cómo te ha ido estos días con Gun en la empresa? Como esposo y como jefe, a eso me refiero, cariño —pregunta mi padre, ella estaba sentada a mi lado y por esa razón, pude ver como se tensaba.

No estés nerviosa... todo estará bien.

Me volteo a verla con una sonrisa sincera, que ella me regresa de la misma manera.

«Pero qué boca tan bonita», pensé, mordiéndome la lengua.

No tenía que ver sus labios.

—Como jefe es temible, pero logré entender que es perfeccionista y le gusta que las cosas salgan bien —me guiña un ojo, haciéndome aguantar la risa—, y como esposo es... igual. No hay mucha diferencia. Ah, hay que quitar que es temible. Es atento, preocupado y le cuesta aceptar los cambios.

—Vaya, parece que están haciendo el trabajo —miro a mi madre—. Anton siempre está preocupado en que no se amen, pero se están conociendo y las cosas son poco a poco.

—Tienes razón, Sophi —mi padre pone la mano sobre la de ella—. Me preocupo porque sé cómo empezó esto y el tiempo que ha transcurrido. Es necesario que el matrimonio sea legal...

—Es legal, Anton —respondo serio.

—Mientras no sea consumado el matrimonio, no tiene validez —tomo un poco del vinotinto, el puré de papas ya no me parecía tan apetecible.

¿Tengo que obligarla a que esté conmigo?

—¿A qué se refiere? —la cara de pánico de Daphne, me hace molestar con mi padre.

—Por favor, mide tus palabras, Anton —le reclamo—. No es la manera de decirle a Daphne las cosas.

—En el contrato estaba estipulado y ustedes accedieron a eso.

—¿Entonces quieres que obligue a Daphne a que se acueste conmigo para que tenga validez este matrimonio? —lo miro con rabia, al ver que la pelirroja, perdió el color de su rostro.

—No me hagas reír, Günther —espeta serio—. Antes no te importaba si era una desconocida y mucho menos si tenía que hacer algo. Es más, antes ni siquiera te preocupabas por ella. No me hagas ver como el malo en la historia, pero sí deben hacer muchas cosas que están en el contrato.

Ella aprieta los puños al punto de lastimarse, tenso mi mandíbula al ver lo que hace y cómo puedo, tomo sus manos, para que no lo haga más.

Es la primera vez que toco sus manos sin ser cortesía.

—¿Qué cosas debemos hacer Günther y yo? —pregunta, en un hilo de voz.

—Deben vivir juntos —responden mis padres.

—¡¿Qué?! —decimos al unísono, Daphne y yo.

—Sé qué ella fue a tu casa hoy, así que le pedí al conserje que le saque un juego de llaves de la entrada del edificio —ella presiona mis manos, con las de ella que estaban muy frías—. Son esposos, así que no veo problema en que puedan vivir juntos.

—Papá... —me regala una leve sonrisa.

—Deben empezar a vivir juntos lo más tardar mañana —me río de lo que dice.

—Pero si mi departamento está recién remodelado. No quiero perder nada de lo que acabo de comprar. He esperado casi un año para poder tenerlo como quería —interviene Daphne.

—Entonces Günther se debe mudar contigo —mi madre soluciona la situación—. Es sencillo. Él siempre ha vivido allá, pero su casa está sin vida y vacia. Necesita un cambio y es buena idea que sea en tu casa.

—¿Entonces dejo mi Penthouse para vivir con Daphne en un departamento pequeño? —alzo una ceja, ante esa sugerencia.

—Pero mi departamento tiene dos habitaciones y es muy hermoso. Lo hice con estilo elegante para que pareciera que tengo mucho dinero —suelta mis manos para verme indignada.

—No me gusta vivir con gente —me quejo.

—Nunca dije que quería vivir contigo —replica.

—Por esa razón sabía que me mentían —el señor Anton se burla—. Les voy a dar 72 horas para que arreglen su vida. Günther debe estar en tres días en la casa de Daphne. Estaré en un viaje de negocios, pero si él no se mueve de lugar, me veré en la obligación de sacar todo esto a la luz y hacerlo perder credibilidad como el empresario más importante de Europa.

—Günther... —me giro a verla, se escucha tan bien que diga mi nombre.

—Está bien... —mi padre sonríe ampliamente—. Me debes dinero, viejo, pero no voy a mover un dedo para hacer la mudanza —su sonrisa se borra y yo sonrío de lado con malicia—, y Daph, tampoco moverá un dedo para hacer nada. Consigue a personas para que hagan lo que tú quieras.

—¡No puedes hacerme esto!

—¿Quién te manda a no pensar las cosas? —empiezo a reírme, volviendo a recuperar el apetito—. Y una cosa más, podemos turnarnos para hacernos la comida. Tengo mucho tiempo sin probar algo casero —le digo a la pelirroja.

—¿Y esto que es, hijo? —pregunta mi madre.

—Yo no sé cocinar —hace pucheros frunciendo el ceño. Parece una niña.

—Vives sola —ataco.

—Compro comida en la calle —contraataca.

Me da una mirada asesina y con una tonta sonrisa, mis padres nos informan que empezó el partido.

No te reías que esto es culpa tuya. Pareces un imbécil riéndote solo, Anton.

Pero también estoy agradecido con lo que acabas de hacer. Lo admito, me gusta la idea de vivir con ella. Estoy feliz de poder moverme para su casa. Le seguiré haciendo la vida imposible también en su vida fuera de la oficina.

Estando con ella no me siento tan solo y por un rato puedo olvidarme de la vida que llevo.

No prometo mostrarle el mundo de colores. Tampoco prometo tener una mejor actitud, no prometo hacerla feliz, no prometo ser su amigo... simplemente no prometo nada.

Por ahora, con lo único que le puedo cumplir, es hacerla enojar, odiarme, gritarme y hasta golpearme.

—Estoy feliz de que podamos compartir como una pareja de recién casados por los próximos tres años —me acerco, a susurrarle al oído.

Ella se gira a verme y con una sonrisa malévola, hace lo mismo que yo.

—Serás el experimento para no tener que cometer los errores con mi amor verdadero —me respira en el oído, haciéndome poner mala cara.

—Bienvenida a los juegos de casados, esposa olvidada —le digo.

—Bienvenido a los juegos de casados, esposo ausente —responde.

Continue Reading

You'll Also Like

152K 6.2K 58
Bárbara Zuckerman después de haber sido abandonado por el amor de su vida...Daniel Moretti, decide huir y viajar a otro país llevando con ella un her...
3.8K 350 12
Mos y Bank tienen sexo sin ningún tipo de compromiso, pero luego de un año cuando Bank se encuentra nuevamente saludando a una de las novias de Mos...
72K 5.3K 25
SEGUNDO LIBRO DE LA TRILOGÍA -Debes tomar una decisión, Abigail -me miró con desesperación. Necesitaba saber la respuesta como el aire que respiraba...