—Jeon JungKook—
— Conozco a gente estúpida, luego estás tu —suspiró—. ¿Por qué de pronto te rendiste? ¿No decías que lucharías por ella hasta el final y toda tu mierda?
— Eso era antes de verla con ChanYeol —suspiré—, además tu mismo lo dijiste, no debo presionarla.
—asintió mientras peinaba su cabello hacia atrás— ¿Entonces cuál es tu plan para que vuelva a confiar en ti?
— Ya no intentaré nada, creo que es este el momento en el que debería dejarla ir después de todo el daño que le he hecho. Ahora que lo pienso, estos días no he pensado tanto en ella, creo que ya no me gusta como antes —el tono que había asignado a su contacto sonó, inmediatamente tomé el teléfono para leer el mensaje que me había enviado.
— Que bueno que ya no te gusta como antes, JungKook —se burló NamJoon hyung, lo miré mal y guardé mi teléfono de nuevo.
— Búrlate lo que quieras NamJoon, tú eras igual con mi hyung antes de aceptar que te gustan los penes.
Mi teléfono sonó de nuevo, el tono era diferente así que no le presté atención, o al menos no hasta que siguió insistiendo.
Número desconocido
Contestar Rechazar
— ¿Es de nuevo tu ex novia? Uh, ¿Suni? ¿Por qué no la bloqueas?
— Parece ser otra chica, no lo sé, tampoco está agregada a mis contactos.
— Deberías cambiar de número JungKook, todos tus contactos son chicas.
—asentí y respondí la llamada— Lo haré estos días.
— Hey, no me has respondido los mensajes, ¿Estás muy ocupado?
— La verdad si lo estoy. Oye, uhm. ¿Sería mucha molestia pedirte que borres mi contacto? No me interesa nada que venga de ti —NamJoon se ahogó de la risa con su bebida.
— ¿Disculpa? Tú, Jeon JungKook, ¿Me estás diciendo que no te interesa alguien cómo yo?
— ¿Quién se supone que eres? Creo que jamás te agregué a mis contactos —lo último que escuché fue un pitido, había terminado la llamada.
— Woah, eras un cínico de verdad. Fácil debes tener más de doscientos números registrados.
— Ahora mismo sólo tengo veinte contactos, pero sí, te acercaste. Eran trescientos cincuenta contactos —suspiré—. Ellas solas agregaban sus números para que les enviara mensaje pero jamás lo hice.
— No mereces llamarte hombre, Jeon JungKook —me reí y asentí, aceptando lo que decía.
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Me había esforzado mucho estos días por no hacer o decir nada estúpido frente a EunYeong, de nuevo me estaba enfocando en mí y mi salud. Incluso había entrado al gimnasio para ignorar las ganas que tenía estos días por un poco de atención. Estaba enfermo. Mientras divagaba en las calles, me encontré a EunYeong camino a la parada del autobús, iba con las manos llenas de fruta y vete a saber tú que otras cosas. No me iba a acercar a ella pero vi que de verdad necesitaba ayuda y todos parecían ignorarla, así que crucé la calle para ayudarle con las bolsas.
— Hola EunYeong. —sonreí, me devolvió la sonrisa al instante.
— Gracias, uhm, ¿Qué haces por aquí?.
— Sólo estaba perdiendo el tiempo. ¿Te han mandado a comprar sola? —asintió— Debiste pedir un taxi, no sé como has logrado cargar tanto peso —rio y asintió.
— Fue mi momento de adrenalina supongo. ¿Tomarás el autobús? —asentí mientras veíamos que el carro llegaba, le cedí el paso y me subí detrás de ella. Pudimos encontrar dos lugares vacíos así que conseguimos sentarnos juntos. EunYeong tenía ojeras enormes bajo sus preciosos ojos, podía ver que había estado exigiéndose de más estos días, y no me animaba a preguntarle si tenía algo.
— Sólo pregúntame JungKook, deja de mirarme de esa manera —dijo de la nada, me avergoncé al darme cuenta que no había sido discreto al verla—. Tengo un día difícil hoy, me siento cansada y, bueno, probablemente apareciste en el momento exacto.
— Me alegro haber sido tan oportuno —me sinceré, ella sonrió al tiempo que volteaba hacia la ventana.
— ¿Estás durmiendo bien estos días? —negó mientras apoyaba su cabeza en mi hombro— ¿Cuántas horas dormiste hoy?
— Tal vez sólo descansé tres horas —dijo restándole importancia—, he estado estudiando para mi examen de la universidad así que no me he permitido descansar bien. ¿Te importa si duermo hasta que lleguemos a mi parada? —negué rápidamente, ella se volvió a apoyar en mi hombro y poco después se quedó dormida.
Me quedé estático en mi asiento, pensando solo en que por nada del mundo podía moverme para evitar despertar a EunYeong, quien descansaba cómodamente sobre mi hombro. Cuando estábamos a punto de llegar a su parada, tuve que despertarla agitando su mano. Tomé las bolsas que llevaba sobre sus piernas y dejé que bajara antes que yo.
— Déjame llevar algunas cosas, son mis bolsas después de todo —negué y seguí avanzando.
— Me gusta ayudar, no te preocupes.
Continuamos avanzando un par de calles hasta que conseguimos llegar a su casa. Su madre estaba terminando de cocinar y como la vi tan ocupada, sólo la saludé desde la entrada. Pero ella rápidamente se acercó hasta mí y me invitó a pasar y tomar un poco de agua.
— Ah, estoy bien. Sólo estaba de paso señora Min.
— Quédate a comer con nosotros JungKook. Así podemos tener un pretexto para visitarlos a casa nosotros —dijo divertida, asentí y tomé asiento en las sillas del comedor, EunYeong parecía más apenada que yo.
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— Entonces... ¿Al final equis si es igual a cincuenta y cuatro?
— ¡Si! —sonreí y sequé las gotas de sudor que estaban en mi frente— ¡Ya era hora de que lo averiguaras! Ahora, si el valor de equis es cincuenta y cuatro, ¿A cuanto equivale el valor de ye?
— Oye, tranquilo cerebrito, no quieras correr antes de caminar. —dije antes de poner mis codos sobre la mesa para después apoyar mi cabeza en ambas manos.
— Eres un caso perdido. —dijo divertida mientras seguía resolviendo sus problemas. Después de comer junto con su madre y disfrutar las anécdotas de su niñez, me han insistido a quedarme pues EunYeong parecía tener problemas con la tarea de Álgebra.
Pero bueno, ¿Qué iba a enseñarle yo si estaba mucho peor yo? Al final EunYeong ha sido quien me ha ayudado a resolver mis dudas de tareas pasadas. La estaba pasando muy bien con ella, ni siquiera había recordado que tenía una casa a la cual debía volver tarde o temprano, pero cuando nos quedamos en silencio me ha vuelto a la mente la imagen de ChanYeol desarreglado saliendo de un lugar poco agradable.
EunYeong dijo que había visto a su novio salir de un prostíbulo ayer por la noche, por eso es que se sentía tan mal el día de hoy y no sabía a quién contárselo pues no quería crear malos entendidos, pero el asunto estaba acabando con ella.
Quería encontrar una razón para que ChanYeol saliera de ahí, que no implicara alguna chica en paños menores, o un hombre. Pero la verdad es que no tenía ningún sentido, sé que el no podría hacerle algo tan bajo a EunYeong pero, ¡Ahhh! Ya entendía porque la expresión de EunYeong cuando la he visto por la mañana.
— JungKook —me llamó.
— Hmh —respondí mientras mantenía la mirada en mi teléfono, ignorando las tareas que teníamos.
— Gracias por escucharme. —dijo sin despegar la vista de el libro.
— Eso hacemos los amigos. —la pude ver sonreír mientras seguía escribiendo números raros en su libro de Álgebra. La versión de EunYeong desarreglada en su casa era mi concepto favorito, podía percibir esos pequeños lunares que tenía en el rostro gracias a la ausencia total de la base para maquillaje que usaba en la escuela.
— ¿Cómo van con esa tarea, uh? ¿La han resuelto?
— Bueno...
— EunYeong es realmente inteligente, señora Min —alagué mientras dejaba mi teléfono a un lado—. Los genes son muy buenos —me sinceré, su madre rio mientras dejaba el plato con fruta picada en la mesa de centro.
— Te agradezco por tan lindas palabras JungKook. La verdad es que ella es una versión más joven de mí, ¿No lo crees? Su padre no podría crear a una persona tan buena como ella.
— ¡Mamá! —dijo avergonzada EunYeong, reí mientras tomaba un poco de fruta. Estuvieron peleando un largo rato hasta que su madre nos volvió a dejar solos en la sala— Una tarde en mi casa y mi madre ya te ama.
— ¿Qué quieres que te diga? Todos me aman. —dije con aires de grandeza, ella rio.
— Yo no —contra atacó divertida, no supe que decir en ese instante. Me cerró el hocico con solo dos palabras. EunYeong no tardó mucho en darse cuenta de lo que había dicho—, sólo era una broma, por favor no lo tomes enserio. A veces hago chistes todos rancios.
— Oh, no, no te preocupes —dije antes de tomar un libro de ciencias que tenía en su mesa—. Voy a leer un capítulo más de esto, suerte con la tarea de Álgebra.
Me lo tenía bien merecido.
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Hora de la pregunta
¿Les gusta usar emojis? A mi no, solo los ocupo para los corazones jajaja