INFIELES

By Annytaglz

223K 10.1K 866

¿Que como lo conocí? Bueno fue en... Espera. ¿De quien hablas? ¡Oh! Mi esposo, lo conocí en preparatoria, p... More

PRÓLOGO
CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPÍTULO #3
CAPÍTULO CUATRO
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO SEIS
CAPÍTULO SIETE
CAPÍTULO #8
CAPÍTULO #9
CAPÍTULO #10
CAPÍTULO #11
CAPÍTULO #12
CAPÍTULO #13
CAPÍTULO #14
Capítulo 14.1
CAPÍTULO #15
CAPÍTULO #16
CAPÍTULO #17
CAPÍTULO #18
CAPÍTULO #19
CAPÍTULO #20
CAPÍTULO #21
CAPÍTULO #22
CAPÍTULO #23
INFIELES #24
CAPÍTULO #25
CAPÍTULO #26
INFIELES #27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO #29
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO #31
CAPÍTULO #32
CAPÍTULO #33
CAPÍTULO #34
CAPÍTULO #35
CAPÍTULO #36
CAPÍTULO #37
CAPÍTULO #38
CAPITULO #39
INFIELES #40
INFIELES #41
INFIELES #42
CAPÍTULO #44
CAPITULO 45
CAPÍTULO #46
CAPITULO #47
CAPITULO #48
CAPÍTULO #49
CAPÍTULO #50
Capítulo 51 *FINAL*
EPÍLOGO
*Epílogo*
*AVISO

CAPÍTULO #43

2.4K 152 14
By Annytaglz

INFIELES #43

KATRINA

Con la mente más clara y segura de mi misma camine de regreso.

Me sorprendido mucho la forma en la que reaccionó Marco, nunca imaginé que se fuera a  comportar de esa manera.

Sus palabras tan frías me hicieron darme cuenta de quién era en verdad.

Emmanuel nunca se hubiera atrevido a decirme algo así, bueno solo esa vez en la cabaña.

Lo siguiente en mi lista era encontrarlo ni loca lo dejaba otro minuto más con esa mujer.

La mesa que compartía con Emmanuel estaba vacía,

¿Dónde podrá estar? ¿Dónde estás Emm?

Frustrada camine alrededor del lugar, temiendo que en mi búsqueda encontrará a Emmanuel y Alondra en una escena subida de tono.

—¡Katrina! -gritaron mi nombre, me detuve para esperar a la persona que me llamaba.

La señora Roberta, madre de Irina hacia seña con su mano para que me acercara a ella.

Lentamente me acerque acortando la distancia, su cara por lo regular relajada mostraba varias arrugas en su frente, se le veía afligida. Inmediatamente la sombra del miedo me recorrió.

—Señora Roberta, dígame -le recibí con urgencia.

—¿Hablaste con Emmi? -frunci él seño

—No, no le he visto desde… -trate de medir él tiempo. —Una hora, creo ¿por qué?

—¡Oh mi niña! Debes buscarlo, lo vi muy mal. -dijo con voz preocupada. —Irina tal vez sabe

algo de Emmanuel. -caminamos juntas en busca de Irina.

—Mal, ¿Por qué? No entiendo - la señora Roberta me veía contrariada

—Niña, sí no sabes tú, menos yo. -se encogió de hombros, llegamos al jardín en dónde Ina se encontraba fumando otro cigarrillo.

Eran varias veces que la veía en los jardines, creo que ha pasado más tiempo afuera fumando que adentro con sus invitados.

—Cariño, -la señora Roberta llamo a su hija que nos daba la espalda en ese momento. —Cariño -volvio a llamarla, Ina al escucharla se giró y me di cuenta de tres cosas:

1.-Tiro el cigarrillo lejos de ella (su madre odiaba ese hábito en ella)

2.- Al girarse y ver que éramos nosotras se puso tensa y la sonrisa que tenia se borro al cruzar su mirada con la mía.

3.- Un hombre se escondió entre los arbustos.

—¿Dónde estabas? -me preguntó señalándome con su dedo.

—¿Yo? ¿Por qué me hablas en ese tono? -fruncí el ceño y me acerque más a ella

—¡Claro! ¿Quién más si no? -me veía con fijeza, buscando en mi algo más.

—¡IRINA! Baja él tono de tu voz-la reprendió su madre.

—¡NO MADRE! -mivio su cabeza lentamente, sus ojos fijos en mi, se veía molesta, muy molesta —¿Qué hiciste? -entre cerró los ojos en la espera de mi respuesta.

—Espera un momento, ¿De qué se me acusa? -hice una pausa —Dime

—Ah ¿No lo sabes? -dijo con sorna mientras ponía sos ojos como platos, su madre nos veía sería una a la otra, en medio de las dos

—No, no lo sé. Tu eres la que está acusando, así que explícame…

—¡Basta niñas! Después arreglamos eso. Lo que importa ahora es Emmanuel. -hablo firmé girándose hacia su hija. —¿Qué sabes de Emmanuel? Lo vi muy mal.

—Emmanuel se fue -dijo sin mirarme a los ojos.

—¿Cuando? -pregunte, sin embargo fui ignorada por mí mejor amiga.

—¿Hace cuanto que se fue, Ina? -su madre volvio a preguntar, esta vez una respuesta salió de sus labios.

—Hace 10 minutos, más o menos.

—10 minutos, todavía puedo alcanzarlo. Préstame tu camioneta -irina me veía contrariada en ayudarme o no. —¡Dame las llaves!

—Katy, hija. No me parece buena idea eso de perseguirlo, puede ser peligroso. Mejor espera a mañana que estén más tranquilos los dos.

—¡NO! ¿Me van a prestar un auto o me voy a pié?

—No seas ridícula, ¿Cómo te vas a ir caminando? -irina por fin me habló aunque de un modo frío, se perfectamente que en él fondo de sus palabras se encuentra él cariño y preocupación de una hermana.

—Sabes que si lo hago. -espere un minuto al ver que ninguna de las dos me contestó, gire en mis talones con dirección a la puerta.

Mentalmente comencé a contar, sin perder mi porte de digna, conozco demasiado bien a Irina como para saber que no me dejaría sola en esto

Uno…. Dos… tres…

No sé qué pasó con Emmanuel, estábamos bien.

Seis…

«Se fue con esa mujer»

No, no. Eso no puede ser posible

Nueve…. Diez….  ¡Mierda no vendrá!

—Katrina, espera. -una suspiro de alivio salió de mi. Manteniendo mi pose de digna me gire a ella.

—¿Qué quieres? -no venía sola, su madre venía atrás de ella con los abrigos y bolsos de las tres, es por eso que habían tardado en llegar.

—Vamos contigo y en en camino me cuentas qué fue lo que pasó entre tú y ese hombre…

—Marco, se llama Marco.

—No lo defiendas en mi presencia

—No lo estoy haciendo, sólo te corrijo. Hacia mi se habla de las personas.

—Pero ese… no es una persona, en un animal

«cierto»

—Irina -le reprendió su madre.

—¡Ay! Madre no te hagas que tampoco a ti te callo muy bien o ¿si? -ambas la veíamos divertidas en espera de su respuesta.

—La verdad no, pero eso no significa que tenga que expresar así de él ante todo el respeto niñas, respeto …

****

—¡Animal desgraciado hijo de puta! -la señora Roberta escupió con coraje en la parte de atrás del vehículo, yo del lado del copiloto e Irina en él de conductor —Yo lo mato al cabron ese, mira que hablarte así.

—¡Madre! -Ina soltó una carcajada al escucharla, nunca decía mala palabras, escucharla era un agasajo.

—¿Qué? Se lo tiene merecido -se encogió de hombros.

—Por eso Emmanuel venía tan afectado, en sus palabras dijo que te vio con el, besándose.

—No, él me besaba a la fuerza. Sinceramente me dio miedo, por un momento recordé el incidente con Antonio.

—No tenías porqué preocuparte, Emmanuel estaba presente, aunque él baboso no se quedó él tiempo suficiente para ver la resolución.

—Imagino lo peor de mí -solté con dolor

—Por todo lo que han vivido es normal ¿No crees? -la madre de Irina tenía razón, soy yo la que debería entender sus dudas y resentimientos, pero aún así duele.

Algo llamó mi atención, se veía un auto…

—Un carro -señale con mi mano

—Un accidente -dijo Ina bajando la velocidad sin llegar a detenerse.

—Llamare a la ambulancia.

—Detente Irina -le pedí, pero no lo hizo. —Irina detente -algo llamaba mi atención, la obscuridad de la noche no permitía ver bien el auto o al conductor.

—¿Para qué quieres que me detenga?

—¡Para él puto carro Irina! -mi voz salió extraña a mis oídos. Él miedo bombardeada a mi cuerpo.

«Que no sea… que no sea él»

Cuando Irina se orilló salí de un salto del carro sin esperar a que ella se detuviera completamente.

Corrí, corrí y mientras lo hacía él carro iba tomando forma.

Ante mis ojos se completaba la imagen del conductor ensangrentado

«No, no, no, no»

—¡EMMANUEL! -un grito desgarrador salió de mi garganta y junto a él salió mi cordura, todo lo veía en cámara lenta o ¿todo pasó tan deprisa?

Corrí a sacar a EMMANUEL del carro, no lo logré, su pie estaba atascado con fierros retorcidos, su cabeza empapada de sangre.

—¡LLAMEN A UNA AMBULANCIA! -gritaba una y otra vez con él rostro de mi marido en mis manos.

—Amor, mi amor, por favor quédate con nosotros. No te vallas. -lo bese en sus labios fríos y rojos, un sabor metálico se coló en mi boca,

No sé cuánto tiempo dure así  con él, hasta que alguien tomó firmemente de  mi brazo y tiro tan  fuerte hasta lograr arrancarme de Emmanuel.

No quería, yo quería estar ahí con él.

La ambulancia llegó, los paramédicos revisaron el cuerpo inconsciente de Emmanuel, después sacaron herramientas extrañas, me di cuenta que eran necesarias para poder liberar su pie de los fierros retorcidos

En ningún momento despertó, había perdido mucha sangre dijo él paramédico.

—Usted no se ve bien -un paramédico se acercó a mí, negué con mi cabeza.

«Obvio no estoy bien genio, mi marido está en esa lata de sardinas»

—Estoy bien. -me negué a  que me revisaran aunque me decían que era necesario.

La señora Roberta frotaba mis brazos, mis temblores eran incontrolables. No era por él frío era miedo, terror a perderlo.

Si no hubiera ido con Marco.

—Todo esto es mi culpa -dije más para mi que para alguien más.

—Tienes razón -la voz de mi amiga floto, cerré los ojos a lo que se avecinaba —Te pedí que lo solucionaras, no que matarás a mi primo.

—Irina -su madre le llamó la atención. —Esto fue un accidente, no es culpa de nadie.

—No madre, si “esta” mujer no se hubiera largado con ese tipo, EMMANUEL estuviera a salvo.

Me lo tenía merecido, todo su desprecio acumulado hacia mi, todo eso era mi culpa.

Si no fuera por mis ganas de terminar de la mejor manera con Marco, pero entonces... ¿Marco sabía que Emmanuel estaba ahí?

Eso explicaría su forma de tratarme, su comportamiento.

***

—Va estar bien -él médico de guardia nos aseguró después de 2 horas de haberlo internado —Tiene una fractura en su pierna derecha, y en dos costillas, sin embargo a pesar del aparatoso accidente él  va estar bien… después de unos días en reposo.

Respire profundamente por vez primera desde que llegamos.

«Él va a estar bien»

—¿Está despierto? -Irina cuestionó al médico, él en respuesta movió su cabeza de arriba a bajo.

—En este momento se encuentra dormido por los medicamentos, pero en cuanto se despierte podrán entrar a verlo. Sólo se podrá quedar uno, los demás… les sugiero irse a descansar.

Agradecimos al médico por sus atenciones, me encaminó hasta llegar a una máquina de café, tomó una taza y vuelvo a mi asiento.

«Él va a estar bien»

—Katrina -la señora Roberta me llama sentándose en él asiento de al lado —Hija deberías irte a casa... -me niego, no lo quiero dejar solo. Quiero verlo, estar ahí cuando despierte. —Cariño, -toma mi mano entre las suyas con ternura y protección —los niños están preocupados y les ayudaría mucho que su madre estuviera ahí para calmar sus temores.

Es cierto, nuestra niñera no tomó bien la noticia y alarmó a los niños.

—No lo quiero dejar solo -digo en un susurro.

—No se va a quedar solo -apremia —Su familia lo cuidara -esas palabras aunque sin malicia de su parte, me llegan como dagas al pecho.

—Yo también soy su familia -susurré apretando la taza entre mis manos.

—Lo sé cariño, pero tienes dos pequeños niños de los cuales cuidar…

Llego a casa con él alba a mis espaldas, me di por vencida al darme cuenta que no ganaría en esa batalla, eran cinco contra una.

«Montoneros»

Llegó directamente al baño, una ducha, sí, o qué realmente necesito.

Después de 20 minutos entoy en mi cama y apesar de creer que no podré dormir me sorprendo a mi misma durmiendo instantáneamente.

—Mami, mami -la voz de mis pequeños me espiertan, abro los ojos y los encuentro a los  dos en cada lado de la cama, tienen los ojos llorosos e hinchados.

—¿Qué pasa mis amores? -acaricie la mejilla húmeda de mi niña.

—¿Papá va estar bien? -sorve por la nariz mi nena.

—Si mi amor, papi está…-busco las palabras correctas, no les puedo decir los detalles y asustarlos más. —Un poco lastimado, pero él estará bien.

—Lo vas a traer a casa ¿Verdad? -más que una pregunta por parte de mi hijo, lo sentí como exigencia. Abro y cierro la boca, no sé qué decirle. —mamá ¿Cómo se va a recuperar sin él cuidado de su familia? Él tiene que estar en casa. -agrego con seguridad, en ocasiones olvidó la verdadera edad de mis hijos, se comportan como adultos.

—Mira cariño, si por mí fuera el estuviera aquí pero…

—¡Entonces ve por el! -me ordenó la princesa, abrí mis ojos como platos a la exigencia —Hablo la tía Irina, darán de alta a papá por la tarde… así que… arreglate y ve por él -dijo Connor bajándose de la cama, me ve por última vez y sale de mi habitación.

Giró mi cabeza en busca de la mirada de mi princesa, ¿Cuándo crecieron tan rápido?

—Mami, trae de vuelta a papi…

***

Llegó al hospital con paso rápido, no ha pasado nada pero siento una extraña urgencia de llegar con Emm y confirmar con mis propios ojos que él está bien.

En cuanto llegó logro ver a la señora Roberta sentada en la sala de espera, sentada leyendo un pequeño libro de bolsillo, levanta su cabeza y sonríe al  verme.

—Cariño hola -dice tierna

—Hola, ¿Cómo está Emmanuel? ¿Cómo es posible que lo den de alta tan pronto? -tomó asiento a su lado.

—Él médico piensa que lo mejor para él es que este en su casa reposando. Sus heridas son de reposo.

—Pero… es tan pronto -por lo menos a mí me parecía eso, estaba apunto de preguntar por Irina cuando ella apareció. Traía él mismo vestido de anoche sólo que con él abrigo de hombre, supongo que de su esposo.

—Irina, iba a preguntar por ti. ¿Dónde estabas? -me parecía tan extraño que no contestará a mis llamadas.

—Estaba tramitando lo del alta, -se gira hacia su madre para decirle: —No encontré enfermeras disponibles. Tendremos que buscar por otro lado. Aunque Alondra estaría encantada de tomar el puesto

—¿Enfermera? ¿Cómo para qué? -fruncí el entre cejo y Alondra ¿Que tenía que ver con todo esto?

—Para que lo cuide -dijo poniendo sus ojos en blanco como si fuera lo más obvio del mundo.

Yo no entendía una enfermera ¿Para qué?

—Lo voy a llevar a mi casa -la señora Roberta agrego explicándome lo que su hija no hizo.

—¿Por qué? -o todos me hablaban en un idioma diferente o me había perdido de algo.

—No podemos dejar que se valla a su departamento solo, y tú sabes que es muy chico como para que nosotros nos vallamos ahí -termino de explicar.

La verdad no lo sabía, nunca me había tomado el tiempo para conocerlo, aunque él me lo propuso en varias ocasiones.

—No te esfuerces en explicarle madre, seguramente ella no conoce el departamento de Emm -escupio con desdén como una vil serpiente. Está muy molesta conmigo, de eso no cabe duda.

—Pues lo siento, pero eso no va a pasar. -dije con dureza —Él se va a casa conmigo -orgullosa me enfrente a ellas, la señora Roberta no pudo evitar sonreír con cariño a mis palabras, pero Irina, ella frunció los labios. Esto no acabaría bien.

—¿Ahora si es su casa? -su mirada fría me paralizó —Cuando te pidió volver no lo veías así.

—Eso… eso es algo que a ti no te importa -si ella era venenosa, yo también podía hacerlo.

—¡Claro que sí me importa! Y mucho. Además él no quiere ni verte.

—Irina -su madre le reprendió interrumpiendo lo que sea que iba a decir.

—No madre, que lo sepa. El pidió que no te dejarán entrar, no te quiere aquí.

«¿Qué? ¿Qué?»

No, ¿por qué? Eso tenía que ser invento de ella, para lastimarme.

—Eso no es verdad -busque en la mirada de su madre la respuesta, lo que vi en ella me dolió más. Me veía con pena.

—Cariño, él está molesto. Dale tiempo.

¿Tiempo? ¿Para qué?

«Para que Alondra encuentre él camino hacia su cama»

No, eso no podía pasar, no iba a pasar.

—¿Por qué haces esto Irina? -le pregunté con dolor, me mataba su actitud hacia mi

—Yo solo estoy haciendo lo que se espera de una fiel prima. La cagaste Katrina y yo no pretendo ayudarte a lastimar más a mi primo.

Nos volvimos en puros reclamos y gritos de vez en cuando, las enfermeras nos callaron en varias ocasiones, Irina obsesionada con la idea de llevarlo a su casa y poner a su “ nueva mejor amiga de enfermera”

—¿Qué diablos está pasando aquí? -Víctor se plantó delante de nosotros, se le veía cansado.

—Lo que pasa es que está no se cansa de lastimar a Emmi. -Irina me acuso sin miramientos.

—Eso no es verdad -me defendí —En cambio tú, quieres meter a otra mujer en su cama -la acuse, mi voz sonó rota para mi desgracia,las emociones estaban a mil por aquí.

—¿Qué? -Víctor llevo su mano por su cabello gris, cansado y fastidiado.

—Eso, que yo quiero que EMMANUEL se quede en casa conmigo y los niños, eso le vendrá bien, pero Irina se niega.

Víctor nos observa por un momento, después desvía su mirada hasta detenerse en su esposa, tal parece que tienen un diálogo mental, ya que Roberta asiente y el imita él gesto.

—Esta bien Katrina. -sonreí triunfante

—¿Qué? No puedes hacer esto padre. Emmanuel no quiere verla.

—No tiene porqué hacerlo -se encogió de hombros.

—Pero…

—Hija, nosotros amamos a Emmanuel y queremos lo mejor ¿Cierto? -ella asiente —Bien, esto es lo mejor para el.

—Se va a poner rabioso -sentencio cruzando los brazos.

—Despues me lo agradecerá…

Hola, aquí otro capítulo.
Te espero en el próximo capítulo.
Un beso enorme
Con mucho cariño
Anny💋








Continue Reading

You'll Also Like

2.2M 130K 41
Melody tendrá una bebé, ella sabe quién es el padre, pero nadie más en el mundo lo sabe, ese es su secreto, ella no tiene pareja y no, su hija no ser...
19.8K 1.8K 36
Hannah... se casó con James, creyendo que su amor sería para siempre.
4.3K 130 20
lily kaspbrak hermana gemela de eddie kaspbrak parte de los perdedores junto a: Richard "Richie" Tozier:, Stanley "Stan" Uris:, Ben Hanscom, William...
13.4K 1.4K 10
¿Qué tan divertida puede ser una vida planeada? Nunca me había quejado, jamás lo había echo pero joder estaba en mi último año de universidad y sent...