CAPÍTULO #18

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INFIELES #18

—¿Te estás escuchando? -lo miro confundida por su comentario hacia nuestra hija —¿Quién eres tú y dónde está mi marido? -Emm me ignora, fácilmente da la vuelta y se mete a la habitación.

Pero las cosas no se quedan así ¡Claro que no! Necesitamos arreglar esto. Le sigo pisándole los talones.

—¡Emmanuel! -le hablo fuerte y claro, la adrenalina bombea por todo mi cuerpo. El se detiene a mitad el cuarto pero me da la espalda veo su ancha espalda tensa, mínimo no es indiferente  a todo esto.

—No katrina, basta. Pasamos una buena noche, no lo arruines.-gira en si y me muestra su mirada que le dedica a los niños para que estos no le molesten más, pasa de mí golpeando levemente mi hombro mientras sale del dormitorio en dirección al baño.

<< ¿Qué no lo arruine? >>

Y una mierda. Ahora si me va a escuchar.

Entró furiosa al baño encontrándolo de espaldas a la puerta, emm me siente y deja de hacer lo que fuera que estuviera haciendo con su móvil.

—¿Qué quieres? -su tono irritado y frío hace que se me erize la piel de la nuca.

—¿Qué quiero? -él asiente girando su cuerpo para poder verme,  cruzándose de brazos para después llevar su mano derecha hacia el puente de su nariz. 

—Quiero que por una maldita vez en tu vida seas sincero conmigo -sus ojos centellean de rabia, le sostengo la mirada por primera vez en 10 años. Siempre su palabra ha sido la ley para mi, pero ya no.  Ahora que nuestro matrimonio e hijos depende de esto

 —Quiero saber ¿que demonios esta pasando?  Nos estamos  destruyendo ¿no lo entiendes? -Emmanuel no dice nada, solo me observa como si me hubiera salido tres cabezas.

—¿Estas loca mujer? -me ve con fijeza mientras me  ladra  

—Tú eres la que a cambiado conmigo, la que ya no me espera por la noche, la que no contesta el móvil, la que toma decisiones sin consultarlas conmigo como antes..

Escucho atenta a su melancólica voz, los recuerdos invaden mi cabeza, los recuerdos de lo que me acusa, sí, lo acepto reaccione así como el dice, pero lo hice porque él me obligo, me orillo a tomar esas decisiones.

—Sí, lo hice.-imito su postura cruzando los brazos por encima de mis pechos  que sobre salen por el escote en V de mi vestido

—Pero dime tú ¿qué debía hacer?  Tomo decisiones porque nunca estás en casa, no te  espero por las noches porque.... -saco ruidosamente el aire que tenía en mis pulmones  

—Ya no estas como antes y no quiero molestarte -mi tono de voz baja, mis ojos arden por las lágrimas que amenazan con salir.

—Katy, mi amor -se acerca con sus brazos extendidos, su voz melosa me recuerda a los inicios de nuestro matrimonio. Yo me refugio en esos acogedores brazos coloco mi cabeza en su pecho, tal vez las cosas no estén tan mal después de todo  

—Todo esta bien, no te inventes rollos, no de alejes de mi.-besa la coronilla  de mi cabeza 

—Mi ausencia terminara pronto, cuando la empresa este bien cimentado ya no va ser necesario mi presencia y tu y yo nos iremos a una largas vacaciones. -su voz ronca y hermosa se cuela por todo mi ser como bálsamo para mi roto corazón 

—Te quiero mucho nena, no lo dudes nunca.-me permito sollozar sacar todo lo que tenía acumulado sacarlo de mi sistema, pero hay algo que no se va sino al contrario se mete como una astilla hasta llegar a mi corazón, el miedo ese maldito sentimiento me hace sentir que nada esta bien, me hace despertar de la alucinación que Emmanuel va tejiendo alrededor de nosotros.

INFIELES Where stories live. Discover now