INFIELES #27

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INFIELES #27

Me despierto de golpe con el corazón acelerado, poco a poco abro mis ojos y una sonrisa emocionada se dibuja en mis labios, lentamente gire mi cabeza a un costado de la cama, mi sonrisa se apagó en el momento en que vi que lugar solo, no estaba… se fue. Me siento como toda una idiota por pensar que se  quedaría conmigo.

<<No se lo pediste>> mi conciencia me recuerda, pero si de lo hubiera pedido él ¿se hubiera quedado?

<<Tal vez no… tal vez es demasiado tarde>>  

Borro esos pensamientos de mi cabeza, tal vez no durmió conmigo pero este en la casa.

Todavía siento la calidez de su pecho, sus manos fuertes al abrazarme… estaba consciente de todo, fingí que dormía para acercarme a él… necesitaba su olor… su tacto, pero cuando estábamos en la habitación creí que… que se quedaría… creí que iba a notara mi invitación silenciosa..

<<Katy, es tarde>>

Esa fue su respuesta, no se que significado tienen esas palabras.

Me levanto de la cama rápidamente, necesito hablar con él.

La sala está en silencio, camino en busca de alguna pista de su presencia, la cocina fría me recibe sin ninguna noticia de él.

Con el ceño fruncido camino a la habitación de mis hijos… nada. ¡No están! Trato de respirar y pensar, busco con la mirada mi bolso y al encontrarlo saco el móvil de su interior, estoy por marcar el número de Emmanuel cuando la puerta de la entrada de abre.

Mis hijos entran vestidos con ropa deportiva y gorras en la cabeza Emm tras de ellos con una botella de agua bajo el brazo y en el otro un balón de fútbol.

—¿Donde estaban? -pregunte con mi voz un poco más elevada de la que pretendía.

—Mamá es sábado -mi hija me contestó encogiéndose de hombros como si fuera bastante obvio. Me giro con Emm en la espera de respuestas mi cara de ¿que mierdas significa esto?

Él se acerca con una hermosa sonrisa, los pantaloncillos cortos dejan ver sus piernas fuertes y marcadas ¡Mierda! Olvide lo sexy que se veía en esa ropa lo peor de todo esto es que él lo sabe, sabe el efecto que tiene en mi. Sus ojos captaron mi mirada mientras camina como un elegante felino hacia mí, llega a mi lugar en inclina su cabeza hacia mí.. cerca de mi oído me susurra:

—Es sábado de fútbol -su aliento acarició mi oído y mi cuello provocando unas exquisitas  cosquillas que recorren mi columna hasta colocarse en mi centro. No me muevo de mi lugar, no por rebeldía sino porque dudo que mis piernas me respondan como es debido.

—Estás… sudado -comentario estúpido lo sé, pero no se me ocurrió nada más, tenerlo así de cerca me pone… me pone… mal.  —Sabes que me encanta sudar -su nariz acaricia mi cuello, yo incliné  mi cabeza a un costado para darle acceso total a ella, un ruidito parecido a un ronroneo sale de su garganta al inhalar mi perfume  —me gusta ese perfume, pero el olor que desprendes cuando te excitas.. ese mmm me mata. -me dice todavía en mi cuello, me sorprendió sentir sus manos en mis caderas, no me di cuenta cuando se coloco tan cerca de mí.

—Y-yo no n-o..-carraspeo para relajar mi garganta  —no estoy excitada -baje la mirada al piso, Emm se acercó más acorralandome en la pared, su pecho subía y bajaba con violencia como el mío.

—Katy querida, 10 años… -lo mire a los ojos o es era mi intención, el enfrentarlo, pero mis ojos traicioneros se quedaron en su boca… admirando sus labios llenos. —10 años de recorrer tu cuerpo… centímetro a centímetro me han dado una maestría en el y se reconocer tus gestos cuando estas excitada.

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