CAPÍTULO #3

8.3K 257 10
                                    

La ambulancia llega en escasos minutos, no quiero una ambulancia no es necesario, pero Emmanuel piensa lo contrario.

Mi cuerpo me duele, mi cara esta caliente y la siento inflamada no soy consciente de lo que paso realmente ¿él logro su cometido?

Desvío mi mirada no quiero verlo tengo tanta vergüenza que no puedo sostenerle la mirada.

-Tranquila nena ¡mirame! Soy yo Emmanuel. -pasa su mano por mi mejilla provocándome una mueca de dolor ante su caricia , aunque trata de ser tierno, mi piel esta muy sensible hasta para soportar la caricia de el pétalo de un rosa.

-Lo siento, no quise...-desvía su mirada hacia el techo; la manzana de Adán se mueve al momento de tragar saliva, se que no encuentra las palabras correctas para decirme...
Lo entiendo no hay palabras correctas ante tal acto.

-Descuida no me duele tanto.. -miento -Solo me sorprendiste -sonrió o eso intenté, al hacerlo una cortada en mi labio se abre liberando el líquido carmesí.

El sonido de las sirenas anuncian la ambulancia y atrás de ella un patrulla llega.

-¿Llamaron a la Policía? -pregunte en un susurró.

-¡CLARO! Teníamos que hacerlo. Debes denunciar a este tipo, las cosas no pueden quedar así... Tiene que pagar por lo que te hizo... Y lo hará créeme . -eso sonó más a una promesa. No me está pidiendo mi opinión, tal pareciera que el tuviera las riendas de todo, se ve tan seguro, yo lo único que quiero es desaparecer y que este día termine.

El camillero baja de la ambulancia acercándose a mi con un uniforme completamente blanco y un maletín en su mano.

Se inclina y comienza examinarme meticulosamente.

-¿Puedes caminar? -me pregunta el hombre malhumorado de mediana edad y rizos en todo su cabello.

-No lo sé -contestó insegura, no lo había intentado desde que ese bruto me golpeo.

-Mejor no lo intentes -me dice Emmanuel evitando con su mano que me levante -Traiga la camilla -le ordena al hombre con dureza.
El camillero lo ve con mala cara, por un instante se pone en pie de mala gana, pero le obedece.
Presiento que esta a acostumbrado a salirse con la suya.

Entre el camillero y el chofer de la ambulancia me suben a la camilla y de ahí al interior de la ambulancia. Busco con la mirada a Emm y lo veo hablando con el policía, hablan por unos minutos más y se despiden con un abrazo con bastante familiaridad.

Antonio camina despacio con la mirada pérdida, esta esposado y escoltado por dos oficiales que al pasar cerca de la ambulancia alcanzo a escuchar lo que uno de ellos le dice:

-¿Sabes lo que les pasa en la cárcel a los violadores? - se carcajea en sus narices.

Su comentario hace que se me erize la piel.
No se que les pasa a esos hombres pero no creó que sea algo bueno.

El camillero sube a la ambulancia y de tras de el sube Emmanuel.

-¿Qué haces? - le veo curiosa, no quiero que se sienta presionando o comprometido a quedarse conmigo.

-¡Voy contigo! - se encoje de hombros, toma asiento y se coloca el cinturón de seguridad que este atrás de él.

No me opongo, la verdad es que muero de miedo; no quiero estar sola en todo eso..
El saber que hay alguien afuera esperando por ti hace todo menos doloroso.

Mis padres no están en la ciudad, mi hermana está con alguno de sus novios así que no tengo quien se preocupe por mi; ya debería estar acostumbrada después de tantos años, pero creó que siempre buscamos y anhelamos el amor y la protección de la familia.

INFIELES Where stories live. Discover now