CAPÍTULO #9

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—¿Estas bien? -la voz de Emmanuel me saca de mis pensamientos. Nos dirigimos a la casa de su tío a las afueras del estado de Querétaro, es un lugar lindo y pintoresco.

—Sí, estoy bien. -le contestó a secas, sin mucho entusiasmo.

Ahora que estoy con él y que nos dirigimos a nuestra nueva vida, no puede evitar preguntarme
«¿Es lo correcto? ¿Esto es lo que quiero?»
¡Claro que no! Por dios tengo 17 años, en esta edad mi única preocupación  debería ser mis calificaciones, mis sueños e ilusiones se fueron a la mierda, pero ¿qué otra opción tenía? Casarme con el teto de Miguel, no gracias.

Respiro hondo para sacar todos mis tormentosos pensamientos de mi cabeza y tratar de relajarme, milagrosamente funciona y me quedo dormida en las cuatro  horas de viaje restantes.

—Katy nena, despierta -unos leves golpecitos en mi mejilla me despierta, abría mis ojos adaptándome al paisaje que tengo en frente de mi, es a punto de  amanecer eso significa que Emmanuel condujo toda la noche.

La casa es mas pequeña que la casa de mis padres, o esa impresión me da a simple vista.

Emmanuel saca una pequeña maleta la mía para ser exactos, es muy pequeña solo pude meter dos cambios de ropa. Todo para que pasará desapercibido y no sospecharan nada. Aunque después del escándalo que paso, no creo que me recuerden o se pregunten en donde estoy.
Todavía me siento quebrada es decir ¿por que me odia mi madre?
¿Qué le he hecho yo para que me haga esto?
Me duele solo de imaginar que pudo ser capaz de ordenarle eso a Ángela.

¿Que clase se madre tengo? ¿No se supone que yo me casaría con él? Entonces ¿por qué humillar a sus dos hijas?
Aunque Ángela no se veía que sufriera tanto.

—Esta maleta es tuya, ¿me ayudas para poder sacar lo demás? -me extiende mi maleta y una bolsa negra  con una etiqueta que dice (Donación a casa San Jose) esta horriblemente pesada, pero cono una buena chica no me quejo en absoluto y como puedo llevo la bolsa a la puerta que todavía permanece cerrada.

Ya adentro de la casa me doy cuenta de dos cosas:
1.- Es una casa engañosa, ya que por fuera se ve pequeña, pero por dentro es espaciosa. Y...
2.-Ha estado abandonada, hay polvo por todos lados. Los muebles están cubiertos con sábanas que tal vez en algún momento fueron blancas.

Emmanuel hace un ademán con da mano para que lo siga, yo camino casi pisándole los talones. Subimos unas escaleras que esta tapizado en una alfombra roja. En la pared está decorada con varios retratos familiares o eso creo por que por tanto polvo no se alcanzan a ver las imágenes con claridad.

Emmanuel se detiene en una habitación saca las llaves para abrirla y logrando eso introduce unas bolsas y me invita a que entre.
Yo asiento y entro antes que él.
Es una habitación linda, con un pequeño guardarropa y un gran ventanal que da a lo que supongo el patio trasero. Cuenta con un baño completo y un hermoso tocador.

—Esta será tu habitación -me indica, creo que alcanza a notar mi sorpresa pues rápidamente me aclara:
—Haremos las cosas bien, ya oíste a la abuela.. Una boda sencilla no caería nada mal.
Así que mientras, esta será tu habitación.
La mía esta enfrente, si necesitas algo sabes donde encontrarme. -se aproxima a mí, toma mis caderas con firmeza para después pegarse a mi.
—Si por mi fuera, esta misma noche serias mía, pero debemos esperar. -deja un casto beso en mis labios para después despedirse agitando su mano y cerrando la puerta atrás de él.

Suelto un gran suspiro, no era consciente de que estaba aguantando la respiración.

Tomo mi maleta y saco mi pijama este vestido y los tacones me están matando, todavía falta unas horas para que salga el sol y pienso aprovecharlo.

Tomo mis objetos de aseo personal para acomodarlos en el baño. Cuando abro la puerta y encuentro en apagador, casi muero de susto. El baño esta asqueroso el escusado... El lavabo y en las paredes hay "¡CUCARACHAS!" rastreras enormes, que al momento de encender la luz ni se inmutaron como las comunes, al contrario me pareció hasta ver como giraban sus cabezas con esas enormes antenas como diciendo:

« ¡Hey apaga la luz!»

Cierro la puerta, no pienso entrar ahí, ni loca.. Me aguantaré hasta que amanezca y así poder buscar otro baño.
¿Si voy al cuarto de Emmanuel? No, se burlaría hasta el cansancio.

Arrojó todas las cosas que tenía en mis manos a la maleta, tomo mi pijama para comenzar a ponerme cómoda.
Buscando en una de la vitrinas encuentro un cajón lleno de mudas para la cama, no lo dudó ni dos segundos para comenzar a cambiar desde la funda de las almohadas hasta el forro del colchón.

Solo relajate y no pienses en las enormes ganas de hacer pis me repito a mi misma, no pienso volver a ese baño,..
«¡He dicho!»

Minutos más tarde ya no puedo más, mi vejiga me exige la liberación que necesita, pero el recuerdo de esas enormes cucarachas me vuelven loca. Sí solo tuviera a mi mano un raticida o ese líquido en aerosol  para matar esos bichos..

—¡Ya se! -me levanto de la cama en busca de mi maleta meto la mano en ella hasta dar con el objeto indicado. Más segura de mi idea me encaminó al baño.
Abro la puerta sin hacer mucho ruido, no vaya siendo que se escapen. Enciendo la luz y con mi arma mortal en mi mano derecha (fijador para cabello) le apunto a la que esta más cerca de mi.

—¡Muere maldita! -le digo mientras el fijador hace de la suya haciéndola caer al piso con las patas hacia arriba. Aprovechó y la mato con el tacón favorito de Ángela. Se escucha un esplash cuando mi zapato hace contacto con ella. Me incorporó rápido para buscar a las demás, pero han huido las cobardes.

—Lo sé, Soy un arma mortal -digo en voz alta soplando al bote que tengo en mis manos. Por fin puedo sentarme y  hacer mis necesidades.
Satisfecha me meto en la cama que dandome dormida a los pocos minutos.

Hola, es algo corto lo sé, pero quería aprovechar que mi peque esta un poco mejor para dejarles este capítulo.
Esperó tu voto y comentarios.

Con mucho cariño
Anny💋💋

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