CAPÍTULO. #38
Katrina..
—Todo tiene que salir perfecto -Irina comentó mientras analizaba la lista de invitados. Estaba insoportable Cómo era la fiesta de su cumpleaños quería que todo salga a la perfección y a mí me tenía vuelta loca de arriba para abajo.
—Si Ina. Todo saldrá bien esta noche -le volvió a repetir con la esperanza de que se quedara grabado en su mente.
—Esta noche será épica, vendrán varios clientes y unos jugosos prospectos. -ni porque era su cumpleaños dejaba de pensar en trabajo esa mujer es insufrible.
—Sí, lo sé. Me lo has dicho más de cien mil veces. -rodé mis ojos hasta ponerlos en blanco.
—¿Vas a ir sola? -me preguntó bajando la vista al portátil.
—No, Marco ira conmigo. -hice una pausa midiendo su reacción. —Espero que no te moleste -levantó su mirada con el ceño fruncido
—No, puedes llevar a quien quieras. Solo y preguntaba para agregarlo a la lista de invitados -sonrió y volvió su atención a la portátil.
—Bien, porque no tiene nada de malo ¿cierto? -Ina me ve achicando los ojos como hace cuando analiza a las personas.
—Oh no, -mueve su dedo índice de un lado a otro. —yo no me voy a meter en eso, se lo que tramas y no caeré, estás demasiado grandecita como para saber lo que haces -me miró con fijeza, por un momento creí que iba agregar algo más pero en cambio se levantó de su asiento para encaminarse a la puerta, el vestido negro nadaba en su cuerpo con tal sensualidad, últimamente Ina se vestía más sexy, atrevida. En cierta forma tenía razón, necesitaba que ella me recordara que lo que estaba yacimiento censo o estaba por hacer era lo correcto, los trámites del divorcio estaban por terminar, en pocos días sería oficialmente libre, y eso me hacia sentir mal, cuando ese hombre entró a mi oficina en representación de Emmanuel me sentí furiosa, nunca creí que le urgiera deshacerse de mí.
Esta noche llevaré a Marco como mi pareja oficial, él es el único que me ha apoyado en todo sin juzgarme.
****
Son las 7:00 de la noche, me miró por última vez en el espejo de cuerpo completo, el vestido color perla descubierto de la espalda con pequeñas piedras en forma de brazalete por debajo del busto. Mi moño acomodado con pequeños mechones sueltos le dan una apariencia juvenil y relajada. Metí mi labial y perfume en mi bolso de mano, el reloj de pulsera me indica que es hora de salir.
Marco no tardará en llegar y solo la idea de estar toda la noche con él me desconcierta; es la primera vez que voy a un evento con un hombre que no sea Emmanuel, él estará ahí de eso estoy segura y me siento nerviosa ya que no lo veo desde el incidente con Marco.
El timbre de la casa se hace escuchar anunciando la llegada de Marco. Salgo de mi habitación sorprendida por su impuntualidad, le dije 7:30 y se ha adelantado por media hora.
Llegó a la casa quedándome inmóvil en mi lugar ante la espectacular alucinación que mi mente esta proyectando en estos momentos, dándome la espalda un hombre con un espectacular trasero que cualquier mujer adoraría poder mordisquear se encontraba Emmanuel perdido en sus pensamientos vestido con un hermoso traje a medida sus brazos más musculosos de cómo recordaba nunca fue un flacucho pero ahora dioses ahora estaba como para untarle chocolate y comerlo de un bocado sí se dio cuenta de mi llegada lo disimulo muy bien ya que no se giro Cuando entré a la sala Emmanuel dije por lo bajo en un tono sorprendido él se giro para dejar ver un pañuelo rojo en el bolsillo del saco de su lado izquierdo acaso llevar a alguien a la fiesta mi vestido era a juego al pañuelo que marcó llevaría qué sorpresa y si lo era el verlo Después de tanto de mi que preferia tiempo el sonrío levemente en una sonrisa triste me di cuenta
-Hola Katrina, te ves hermosa- hizo un ademán con su mano señalando mi cuerpo mi pulso se aceleró y de repente me sentí como un adolescente en su primera cita.
-¡Gracias! - dije coquetamente sintiendo como mis mejillas se calentaban.
-Se que no esperabas mi visita; sin embargo no tardare -una pausa y después un paso...dos... tres hacia mi, y cuando creí que se acercaria a mi para envolverme entre sus brazos..
El se detuvo desviando su mirada de mi hacia la mesita que estaba a mi costado, segui su mirada a la mesa solo npara ver como tomaba un sobre entre sus manos, Emmanuel lo abrio sacando de su interior unas hojas engrapadas en la parte superior, los ducumentos cambiaron de mano yb en un solo movimiento me los ofrecio, dude para tomarlos algo no me caia de todo bien, su visita tan repentina despues de un mes sin verlo. al final tome los documentos entre mis manos sin verlos realmete ya que me parecia que estaban en otro idioma.
-los papeles del divorcio -una pausa- me los entregaron hace unas horas -me explico mirando a otro lugar menos a mi, al notar mi cara de tonta me imagine que se apiado de mi. no se que me dolió mas su indiferencia al decírmelo o su ausencia de todos estos días. ¿Tanto le urgía? no podía esperar otro día mas? ¿tantas ganas tenia de deshacerse de mi?
Emmanuel esperaba una respuesta de mi parte, me di cuenta, pero estaba en shokc solo se reproducían las palabras DIVORCIO DIVORCIO... simplemente no pude contestar, mi cerebro no conecto con mi lengua.
el timbre volvió a sonar pero no me importo nada, solo importaba el hombre que estaba en frente de mi amenazándome en apartarme de su vida como mala hierva, la chica que me ayudaba con los niños corrió a atender la puerta.
-Te los dejo -miro se reloj de pulsera ese que le regale en su cumpleaños -Ya firme, revisa con cuidado con la asesoría de tu abogado y si estas conforme firma. si hay algo que quieras agregar consúltalo con mi abogado -dando por terminado nuestra conversación <<DONDE SOLO EL HABLO>> dio un paso acercándose peligrosamente a la salida
-¿Por qué...-quise preguntar ¿por qué lo haces? ¿ya no me amas? sin embargo lo que salio de mis labio fue:
-¿Crees que necesito algo de ti? ¿tu dinero? -la furia y la fría tristeza recorría mi cuerpo de una forma rápida y letal, note como se tensaba por mis palabras -¿no me crees auto suficiente? -no podía detenerme, las palabras afiladas llenas de veneno salían sin control de mi boca disparadas como proyectiles.
-Nunca dije eso -su cara cambio a una de piedra, cambio su peso de un pie a otro con evidente molestia.
-¿Entonces? -quería que el me mirara como cuando discutíamos con esa expresión entre cabreado y divertido, pero no; su rostro no expresaba nada mas, su mirada fija en algo ajeno a mis palabras.
-Katrina, si estas de acuerdo solo firma los malditos documentos y terminemos con todo esto de una vez por todas - me hablo con ese tono frió y profesional que guardaba para sus clientes
-¿Por qué la prisa? -gire mi cabeza de costado analizándolo
-¿Disculpa? -por fin me vio, sus ojos fríos ...salvajes me escudriñaron de pies a cabeza.
-Me escuchaste ¿por qué la prisa en ser libre? ¿hay alguien mas?- mi voz se ahogo en estas ultimas palabras, en cambio Emmanuel sonrió, negó levemente con su cabeza alejándose un poco mas.
-Lo que yo haga o no...
-Tina hermosa -Marco entró a la sala interrumpiendo a Emmanuel, le dio un rápido vistazo y un corto saludo al que Emm contesto de igual marera que el.
-Bien, te dejo los documentos, mientras mas rápido firmes mas rápido seras libre -dijo haciendo mas énfasis a sus ultimas palabras, para que Marco escuchara me di cuenta.
-Tina, cariño eso es fabuloso -Marco se acerco a mi abrazándome por atrás.lance una fria mirada a Emmanuel quien solo dibujo una sonrisa burlona en esa hermosa boca <<¡Desgraciado!>>
****
-No entiendo ¿por qué no firmas d una vez? -Marco me volvió a preguntar de camino al salon de eventos.
-Ya te dije- di un masaje en mi frente ¿Gracias Emmanuel! -primero tengo que llevar los documentos con mi abogado para que me asesore -el dolor de cabeza me ataco, si no fuera porque se trata de Irina me hubiera quedado en casa.
-¿Te refieres a cuestiones monetarias? -asentí en confirmacion sin verlo -Pero a ti no te hace falta su dinero... tienes un trabajo estable y la herencia que te dejo tu padre y... me tienes a mi -esto era horrible, tenia ganas de ahorcar a este hombre.
-Lo se, pero no le voy a quitar su responsabilidad para con sus hijos -busque una ibuprofeno que estaba segura tenia en la bolsa, el dolor no disminuía.
-¿Es solo eso? -me detuve en mi búsqueda, mi mano aun dentro del bolso, mi entre cejo ante la interrogante de mi acompañante
-¿A que te refieres con eso? -note como tragaba saliba, estaba nervioso me di cuenta.
-Solo pregunte...-hizo una larga pausa, tal vez buscando las palabras correctas -¿es el único motivo por el cual no has firmado? -evite poner los ojos en blanco, Marco detuvo el vehículo, habíamos llegado gracias a los dioses de las mujeres con acompañantes inoportunos.
-¿Es enserio? -mis ojos como rendijas estudiándolo, Marco desvió la mirada al volante -olvidemos esto ¿si? -en respuesta el salio del auto rodeándolo por la parte de atrás hasta llegar a mi puerta para ayudarme a bajar.
Salí del vehículo despacio acomodando mi vestido, caminamos en silencio nos cuantos pasos, Marco se detuvo y tomando mi codo también detuvo mi paso, levante la vista hacia el, ya que e sacaba una cabeza a pesar que tenia unas zapatillas del numero 15 cm.
-¿Qué pasa? -le pregunte con urgencia, ya quería entrar a buscar una bebida, deespues de lo acontecido ya lo necesitaba
-Tengo algo para ti -busco dentro de su abrigo, para despues sacar una pequeña caja de terciopelo negro <<Mierda>> el pánico se estaba haciendo presente en mi -Tarde en encontrara algo que se asemejara tu belleza.... espero que te guste <<no te arrodilles por favor>>
La caja fue a aparar directamente a mis manos, confundida y llena de dudas no supe como reaccionar, si abrirla o no. Tal vez mi reacción fue tan obvia ya que Marco se me adelanto.
-Ábrelo mujer... no muerde -dijo y después abrió la pequeña caja delante de mis ojos.
Unos aretes en forma de lagrima.. dioses esas eran.... ¿Perlas?
Respire alimentando mis pulmones de oxigeno que en algún momento olvide como hacerlo.
-¿No dices nada? -Marco me veía con diversión.
-¡Son hermosos! -Marco los saco de su caja y leyendo sus intenciones me adelante quitándome mis aretes viejos de fantasía, me ofreció uno y lo tome acomodándolo en mi oído izquierdo para después hacer el mismo procedimiento con el otro, al final Marco recogió mis antiguos aretes y las coloco en la caja ocultándola en el interior de su abrigo.
-Te ves simplemente... perfecta - sonrió orgulloso ofreciéndome su mano para entrar al salón cristal
El lugar estaba hermoso, decorado con las flores favoritas de Irina, Rosas predominaba el lugar, algo cursi para mi, pero perfecto para ella. El salón estaba dividida en dos partes; la mas grande en el interior y otra pequeña sala en el jardín ideal para los jóvenes enamorados. Mientras pasábamos por el lugar me di la tarea de verificar que tanto el decorado y el personal estuvieran listos y en su lugar.
Los invitados poco a poco llegaban tomando lugar en sus reservados acompañados de hostess.
Nosotros llegamos a una de las tres de las mesas principales, una de ellas era de la festejada junto a sus padres y hermanos y las otras dos eran para los amigos mas íntimos, las otras mesas se conformaban de clientes tanto de Irina y su esposo Estefano.
La mesa de regalos estaba llena de ellos, cajas y cajas estaban siendo acomodadas por las chicas que nos auxiliaban en los eventos.
-¡Increíble! -exclamo Marco estudiando el lugar.
-Lo se, quedo perfecto -respondí en automático, la mesa de nosotros todavía no se llenaba, note que faltaban 4 lugares vacíos. tentada estuve de ponerme en pie para echarle un vistazo ya que no estaba familiarizada con el acomodo de los invitados, pero me gano la vergüenza así que no lo hice y no me moví de mi lugar.
La noche transcurría muy lenta para mi gusto, me hice a la idea de que esos lugares en frente de nosotros nunca se llenarían, en mi cuarta copa de vino blanco Ina se acerco con cara inexpresiva llamándome con su mano, me disculpe con Marco y me puse de pie siguiendo los pasos de mi amiga quien no se tomo la molestia de dirigirme la mirada. esto estaba mal, lo note.
Irina llevaba un vestido negro entallado con un escote en V por el frente y descubierto por la espalda, su cabello dorado estaba suelto con hondas, se veía hermosa y sexy
caminamos en silencio hasta detenernos en frente de el segundo salón mas pequeño e intimo que todavía se encontraba solo. El jardín estaba decorado dando un toque de romanticismo; lleno de luces por todo el lugar.
-¿Qué pasa Ina? -pregunte ya cansada de tanto misterio, no se de donde lo saco pero cuando me di cuenta Ina tenia un cigarrillo entre sus labios, solo hacia eso cuando se encontraba muy estresada.
-Él esta aquí. -dio otra calada de su cigarrillo y otra y otra mas, no me decía nada se le veía muy preocupada -Le pedí que no viniera, pero es un imbécil arrogante -fruncí el cejo, no entendía nada.
-¿Quién Irina?
-Christoper... él esta aquí -mentalmente busque el nombre entre la larga lista de invitados, tratando de recordar ese nombre... nada.
-Y ¿quien es él? -la tome por el brazo llamando su atención y así logre sacarla del trance en el cual se encontraba.
-Irina -la voz de Estefano me sobresalto, él nos observaba desde la puerta del salón y cuando vimos movimiento por su parte Ina tiro lo que quedaba del cigarrillo lejos de nosotras. Ina por su parte busco en su pequeño bolso un perfume pequeño y literalmente se baño de el, yo entendí el mensaje y saque unas mentas y un labial de mi bolso, acercándome a ella discretamente le metí la pastillita en su boca con el pretexto de retocarle el labial.
-¿Qué hacen aquí? -Estefano pasaba su mirada de mi amiga a mi y viceversa. A Estefano nunca le ha gustado la idea de que alguien fumara y menos si se trataba de su hermosa mujer "Es un vicio asqueroso y apestoso" había dicho en una ocasión.
-Estamos checando unos detalles -fue lo primero que salio de mi boca, solo espero que no me interrogue y pida mas detalles porque no se que es lo que voy a decir.
-Muy bien -soltó analizándonos, Ina, La mujer mas social del mundo se quedo muda y estática en su lugar . -Llegaron los Marchesoli y te quieren saludar -ofreció su brazo a la muda mujer y ella lo acepto todavía nerviosa. Los Marchesoli eran una pareja chilena que tenían varias franquicias especializadas en el hogar. Excelentes clientes de Ina. Any era una hermosa y amable mujer de sensuales caderas, su esposo un hombre visiblemente mayor que ella, era muy atractivo y a pesar de tener un rostro muy duro era un hombre muy generoso caballeroso
-¡Vamos pues! -dijo Ina después de varios segundos que se me antojaron como eternos, los dos giraron entre sus talones, Ina se giro hacia mi y me guiño un ojo en agradecimiento, observe como se alejaban tomados de las manos, Estefan era un excelente hombre y un padre amoroso. eran la pareja perfecta.
Observando a la luna inmensa y ajena a mis problemas mortales un recuerdo me asalto de repente un recuerdo, uno en el que Emmanuel era protagonista. recuerdo como aprovechaba cada momento para dedicarme tantas lunas como le eran posibles, todos esos mensajes llenos de amor y pasión. Todo ha cambiado, ya no eramos "NOSOTROS" ahora era él... ajeno a mi... pasaría el tiempo sin verlo y yo pasaría a ser parte de su pasado... su ex esposa. Mis ojos comienzan a picar, las lagrimas amenazan con desbordarse de mis ojos.
-No, no, no. No voy a llorar por él. si lo que quiere es deshacerse de mi... pues bien. firmare los estúpidos documentos
Caminando sin prestar atención me dirigí a mi lugar, en mi camino algunos invitados que me reconocían me detenían de vez en cuando para felicitarme por la decoración o simplemente para saludar,
Cuando por fin llego a la mesa Marco me recibe con esa tierna y cálida sonrisa tan de él
-¿Donde estabas? -me pregunto cuando me acomode a su lado, tomo mi mano y la llevo a sus labios dejando un tierno beso en ella.
-Estaba supervisando unas cosas -sonreí cuando él giro mi muñeca y dio otro pequeño beso provocandome cosquillas, pero mi sonrisa fue interrumpida cuando mis ojos se posaron en una pareja que estaba llegando.
En la puerta Emmanuel estaba con una mujer colgada del brazo. Ella radiante y coqueta reía sobre algo que él le había dicho en su oído. Irina apareció en mi campo de visión, con una gran sonrisa envolvió en un abrazo a la mujer que correspondió al instante dejando un beso en cada un a de sus mejillas. Después de la bienvenida todo se volvió en cámara lenta, la traidora de mi amiga se acerco poco a poco a mi mesa
<<MIERDA...MIERDA>> los tres se detuvieron en los asientos que quedaban vacíos, Emmanuel con gran elegancia retiro el asiento y con cuidado ayudo a que ella se sentara. ¿acaso no lo puede hacer ella sola? Ahora entiendo todo... es ella el motivo por el cual le urge el divorcio... es por ella que quiere deshacerse de mi...
holaaa mis hermosas chicas
lo se, lo se. ha pasado tiempo desde mi ultima actualización, las razones... exceso de trabajo, pero aun así no me olvido de ustedes.
las adoro
con mucho cariño anny