Narra Álvaro
Me despierto con un dolor de cabeza horroroso y la luz que entra por la ventana no ayuda lo más mínimo. Miro a mi derecha y veo a una Lucía dormida profundamente entre mis brazos. Sonrío y me quedo mirándola un buen rato hasta que noto que empieza a despertarse.
Narra Lucía
Empiezo a notar unos brazos alrededor de mi cuerpo y hago un intento de abrir los ojos. Comienzo a dudar de si quiero enfrentarme a lo que viene a continuación. La cabeza me retumba, pero aun así abro los ojos encontrándome con una mirada verde acompañada de una sonrisa perfecta. No decimos nada durante unos minutos. ya que Los dos somos conscientes de lo que pasó anoche. Mi cabeza vuelve a su lugar y entro en razón.
—¡No! ¡No! ¡No! —Digo desesperada mientras me deshago de sus brazos y me levanto de la cama envuelta en las sábanas. Miro la papelera y suspiro, al menos tomamos precauciones. Busco mi ropa, que está tirada por toda la habitación, y empiezo a vestirme sin mirarle a la cara.
—¡Lucía! —Grita mi nombre. —No te puedes ir después de lo que pasó ayer.
—Si puedo Álvaro, no me lo puedes prohibir. —Le digo mientras cojo mi vestido. Y me lo coloco intentando que las sábanas sigan tapándome.
—¿Y lo que me dijiste? ¿Es verdad? —¿Qué le dije? ¿Le contaría que Hugo es hijo suyo?
—Estaba borracha, a saber la gilipollez que dije. —Sueno enfadada, pero aun así lo sigo sin poder mirar.
—Mírame a la cara y dime que no me echas de menos y que no quieres sentirte así. —¿Eso le dije? Suspiro porque sé que es verdad y lo miro seriamente.
—No te echo de menos. Álvaro, llevo sufriendo desde que has vuelto. Lo tenía superado. —Mentira. No entiendo como soy capaz de mentirle a la cara. —Vamos a olvidar este error. —Veo como mis palabras le duelen y salgo de allí dejándolo sólo.
Me dirijo a mi casa y me ducho para despejarme. Desayuno y me tomo un ibuprofeno. para que Espero que se me pase el dolor de cabeza. Salgo de esta, me encamino al teatro y cómo no, me encuentro con Samu. Esta vez no va a servir de nada evitarlo.
—¿Te fuiste con él? —Pregunta dolido. Ni buenos días ni nada.
—Sí. —Contesto sin más.
—No me puedo creer que con todo lo que has pasado con él, lo trates así. No se lo merece. —Empieza a levantar el tono de voz. —¿Y eso? ¿Un chupetón? ¿Te acostaste con él? —Señala mi cuello.
—¡Por supuesto que no! —Miento. —Los dos íbamos borrachos y no sabíamos lo que hacíamos, pero aun así no me acostaría con él. —Sigo mintiendo. —Además, que no sé quién te crees que eres para hablarme así y decirme lo que tengo que hacer. Se supone que somos amigos, deberías abrazarme y apoyarme.
—Estás ciega si no ves que me importas más que como una amiga. —Me da la espalda y se larga.
El director nos llama para ensayar, posiblemente, la última escena conmigo. Voy a echar mucho de menos a todos mis compañeros, pero sé que siempre voy a tener una puerta abierta, al menos para hacerles visitas. Mi último día se acaba y comienzan los lloros otra vez. Me abrazo a cada uno de los actores y actrices, al director, a los técnicos...
—Ayer la fiesta acabó a lo grande. —Miro al técnico que me está hablando entre risas. —Para ti, digo. Alvarito te hace un chupetón más grande y te cubre todo el cuello. —Se me suben los colores en el acto.
—Álvaro no tiene nada que ver en esto.
—Os vi ayer iros juntos. —Me guiña un ojo y separa de mí. —Seguís haciendo buena pareja.
Me despido definitivamente de todos y salgo por las puertas del teatro. En un par de horas empieza mi jornada de nuevo, esta vez rodando la película. Espero que ya se puedan cambiar los horarios para las mañanas porque no creo que mi cuerpo pueda aguantar más este ritmo. Hugo sigue en casa de mis padres, ajeno a lo que acaba de pasar horas antes con su padre. Si algún día se entera de quién es él, ¿cómo reaccionará? Necesito despejarme. Abro WhatsApp y busco el grupo de mis mejores amigas.
"Necesito veros. Es urgente."
"¿Qué has liado ya?" Alba como siempre tan maravillosa.
"Me he acostado con Álvaro."
"¿QUÉ?" Si en este momento María estuviera en frente de mí, me arrancaría la cabeza.
"Lo que lees y no me eches la bronca. Suficiente he tenido que aguantar con Samu..."
"¿Qué ha pasado con Samu?" Ale tan cotilla como siempre.
"Hemos discutido y le he negado que me haya acostado con Álvaro. Le he dicho que se supone que los amigos se apoyan y esas cosas y... Me ha dicho que si estoy ciega para no darme cuenta de que el me ve como algo más que una amiga."
"¿Le gustas a Samu?" Andrea flipa con cada cosa que voy contando.
"Yo creo que estaba claro que estaba pillado por ti, sólo había que verle la cara cuando volvió Álvaro" Ale tan avispada como siempre.
"¡Esas cosas se avisan!"
"¿Y con Álvaro que has hecho?" Pregunta María.
"Le dije que todo lo que había pasado era un error".
"¿En serio piensas eso?" Alba interrumpe de nuevo.
"No sé ni lo que pienso. Mejor hablamos en persona".
"¿Nos vemos donde siempre a las 2?"
Aceptamos todas y me voy a por el coche. Me espera una comida movidita.
Narra Álvaro
—¡¿Qué os habéis acostado?! —Grita Carlos importándole nada mis vecinos.
—No hace falta que grites. No quiero que se entere todo el mundo.
—No es por quitarte la ilusión, pero me apuesto lo que quieras a que ya lo sabe la mitad del edificio. —Apunta Blas.
—Cuando vas de listo me pones malo.
—¿Y dices que se fue sin más? —Pregunta Dani.
—Según ella fue un error. Joder, pensaba que después de esta noche tendría alguna oportunidad. —Me derrumbo.
—Tenéis que hablar las cosas bien. —David me ignora por completo. —Dos no se acuestan si uno no quiere.
—Estábamos borrachos, nos dejamos llevar y ya. Ahora si que la he perdido para siempre.
—Trabajáis juntos, no digas que no puedes hacer nada cuando tú eres de los que lo intentan hasta el final. —Me anima Dani.
—Si antes en el trabajo me evitaba la mirada, ahora ya ni te cuento... —Pongo pegas a todo.
—¿Y qué vas a hacer? ¿Dejar que ese tal Samu la acabe conquistando? Porque está claro que está enamorado y no va a parar hasta conseguirla. ¿Vas a dejar que un moñas te la quite sin hacer nada? Además que los borrachos siempre dicen la verdad. Si Lucía hizo lo que hizo es porque su subconsciente quería. —Blas no puede sonar más serio y me doy cuenta de que tiene razón.
—Tienes razón. Necesito recuperar a mi chica antes de que sea tarde.
Los chicos me intentan amenizar la mañana y el mediodía, aunque yo solo tengo ganas de que se acabe este día de mierda. Me despido de todos ellos y me dirijo al set de grabación. La veo hablando con algunas actrices y dudo entre si meterme en medio para hablar con ella o esperar al momento adecuado. Uno de los co-protagonistas aparece a mis espaldas.
—Te noto tenso, ¿qué pasa? —No le respondo. No porque no quiera, sino porque no me sale. Sigo con la mirada fija en Lucía hasta que él rompe el silencio. —Dime que ese chupetón se lo has hecho tú, porque si no te compadezco.
—Prefiero no hablar de eso, lo siento. —Me voy de allí bajo la atenta mirada de Lucía.
Empezamos a grabar la escena y para mi desgracia hay que hacer varias tomas.
—¡Diez minutos de descanso! Álvaro, tenemos que hablar. —Grita el director. Todos los actores y actrices se dispersan y nos quedamos solos.
—¿Qué te pasa? No te sale ni una toma bien y ni siquiera sonríes. —Me dice preocupado.
—Ni que tuviera motivos. —Le digo arrepintiéndome al momento. —Lo siento, no lo estoy pasando muy bien últimamente. —Miro a Lucía.
—Te entiendo perfectamente. Mira, te voy a dejar descansar un par de escenas porque sé que lo necesitas, pero no dejes que lo personal se junte con lo profesional. ¡Baja de la nube!
—Lo siento. —Me disculpo por mi actitud tan poco profesional y salgo al exterior a que me dé un poco el aire.
Me quedo parado cerca de la puerta del set de grabación sin saber a dónde ir.
—Siento lo de esta mañana y lo de ayer. —Escucho de repente la voz de Lucía y me doy la vuelta.
—¿Qué sientes de ayer? ¿Haberte acostado conmigo?
—Siento no haber confiado en ti. Ya sabes, lo de Sálvame. —Veo arrepentimiento en sus ojos.
—Me duele más que te hayas largado esta mañana. Cuando pienso que he conseguido avanzar en mi propósito de recuperarte, me rompes los esquemas. No sé a qué atenerme contigo y empiezas a hacerme daño.
—¿Qué yo te estoy haciendo daño? Te dejé muy claro que no quería nada contigo en cuanto te vi aparecer, Álvaro. No seas cínico.
—Pues se te ve muy feliz cuando estamos los dos con Hugo, que yo sepa cada vez que me he presentado en tu casa para estar con él no has opuesto mucha resistencia. Sabes perfectamente que te mueres de ganas por que vaya y yo me muero de ganas de ir. Además para no querer nada conmigo, ayer no te quejabas tanto. —Golpe bajo. —¿Por qué te cuesta tanto aceptar la realidad?
—No me cuesta aceptarla. ¡Ha sido un maldito error! —Acaba gritando.
—Siento que le hayas puesto los cuernos al padre de Hugo. —Intento controlar mis palabras, pero salen solas. —Ya veo que te ha faltado tiempo para buscar a otro hombre después de irme yo. —Escupo cada palabra que pronuncio con rencor.
—Definitivamente eres gilipollas. No sé que vi en ti hace cinco años.
—¿Me insultas por qué tengo razón? —Cada vez levantamos más la voz y no es el sitio apropiado.
—Te insulto porque el padre de Hugo eres tú, imbécil. —¿QUÉ? —Aunque igual tienes razón, debería buscarme a otro hombre, uno que no me abandone.
Se va dejándome completamente estático y algo mareado. Recuerdo todas las veces que le he preguntado a ella, a mi madre y a mi hermana que si Hugo era mi hijo. Recuerdo cada "no" saliendo de sus bocas y el dolor que sentía al escucharlo. ¿Cómo he podido ser tan gilipollas? ¿Por qué me lo han estado ocultando todos? Entro de nuevo al set de grabación y busco a Lucía con la mirada. Está hablando por teléfono.
—Soy la chica de la piscina. Aquella a la que le lanzaste tu número. ¿Te acuerdas de mí?
No me jodas.