29

317 19 5
                                    


Narra Álvaro

Catorce de junio.

Mientras Lucía intenta cerrar su maleta yo me dedico a comprobar que no se nos olvida nada a la par que intento convencer a Hugo de que volveremos antes de lo que él se imagina.

—Pero yo quiero irme con vosotros. —Responde enfadado.

—Cariño, ya te lo he explicado, a este viaje solo pueden ir mamá y papá. —Le digo sonando lo más dulce posible.

—¿Pero volveréis pronto? ¿No os vais porque no me queréis? —Me mira con los ojos muy abiertos y muy serio. Es tan terco como su madre cuando quiere. Me agacho a su altura.

—Claro que no, a ti te queremos más que a nada en este mundo. —Se lanza a mis brazos y me abraza.

—Os voy a echar mucho de menos. —Su mirada es triste.

—Y nosotros a ti, campeón.

Intentamos hacerle ver a Hugo que no es para tanto y acabamos prometiéndole que vamos a traerle algún regalo. Su cara cambia finalmente y pone una sonrisa en ella.

Por otro lado, está la madre de Lucía, quien no tarda mucho más en llegar para llevarnos al aeropuerto.

—Y pórtate bien con la abuela y hazle caso en todo lo que te diga. —Le repite por tercera vez Lucía.

—Vale mami. —Repite después de resoplar para después abrazarla.

—Te quiero mucho peque. —Le dice Lucía.

Por megafonía suena el último aviso de varios vuelos, entre ellos el nuestro y, tras abrazar a Hugo y a mi suegra por última vez, Lucía y yo nos dirigimos hacia el avión.

—Espera. —Le digo.

—¿Qué pasa?

—No puedes saber dónde vamos a viajar, recuerda que es sorpresa. —Saco un pañuelo de mi bolsillo.

—Ni de coña voy a ir con eso puesto. —Bufa.

—O te lo pones o no vamos. —Se gira haciendo el amago de irse por donde ha venido. Tiro de su mano y la atraigo hacia mí. Pongo la venda en sus ojos y sus manos van directas a mi pecho para dejar en él un puñetazo.

—A ver si eres así de agresiva por la noche. —Intenta responder, pero la corto de cuajo. —No estropees el momento, anda.

La empujo levemente hacia el interior del avión y en cuanto entramos le quito el pañuelo de los ojos.

—¿Cuándo voy a saber dónde vamos?

—Cuando lleguemos. —Le sonrío a pesar de su intento de asesinarme con la mirada. —Relájate, tenemos una semana para nosotros solos. —La beso antes de acomodarme por fin en el asiento.

Tras un par de horas de vuelo, la megafonía del avión avisa de que está a punto de aterrizar. "Atención a todos los pasajeros, se les informa de que el avión está a punto de aterrizar en Venecia. Gracias". Miro a Lucía que me está mirando sorprendida.

—¿Me has traído a Venecia? —Asiento con la cabeza.

—Y los tres últimos días los pasaremos en Roma. —Se acerca a mi y me besa.

—Madre mía, tengo que quererte. —Suelto una carcajada.

El avión aterriza definitivamente y bajamos del avión.

—Oye, ¿y este viaje es por algo en especial? —Me pregunta de repente.

—Es para celebrar muchas cosas. —Rodeo su cintura con mis brazos y la beso.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 18, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Desde que no estás | Álvaro GangoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora