Se levantó con un horrible dolor de cabeza, pero estaba feliz.
Se sentó en la cama y rozó sus labios, aún seguía sintiendo sus labios sobre los de ella, seguía su sabor.
Se acordó de las palabras que él dijo “te amo” y ella también lo hacía, pero tenía miedo.
Se levantó de la cama y bajó a ver a sus hijos.
Ellos ya estaban desayunando alegres.
Alex: ¡Buenos días!
Dulce: No grites, me duele la cabeza demasiado.
Fer: ¿Tienes fiebre?
Dulce: No, ya mismo me tomo una pastilla y se me pasa.
Dio un beso en la cabeza de cada uno y se sentó a comer.
Romi: ¿Te dijo papá Chris que nos irá a recoger?
Dulce: Sí, así que se portan bien eh.
Alex: ¿Sólo irán las gemelas?
Romi: No, necesito de la ayuda de mis querido hermanos para hacer lo que quiero hacer.
Dulce: ¿Y qué quieres hacer?
Romi: Sorpresa.
Dulce: No hagas nada niña loca.
Alex: Miedo me das.
Dijo riendo.
Se despidió de sus hijos, mientras veía como su chófer se los llevaba a los 4.
Subió a su habitación, se metió a la ducha y después de un rato se cambió y salió rumbo a la empresa.
Entró y todo estaba tranquilo.
Carmen: Señora, hoy tiene una reunión con los socios de Francia y también me dijo su esposo que llegará mañana temprano.
Dulce: Gracias.
Dijo entrando a su despacho, se había tomado una pastilla, pero el dolor de cabeza seguía.
Se dejó caer sobre la silla, mientras observaba el marco de fotos.
Era ella, con sus hijos y con Paco.
Se sentía confusa, no podía poner en peligro la vida de los que más quería y ya Paco le advirtió una vez sobre lo que debía hacer.
¿Por qué todo tan complicado?
¿Por qué tenía que haber pasado eso?
¿Qué pasaría si ella hablase?
Se torturaba, pensaba demasiadas cosas, necesitaba gritar a todo el mundo la verdad, pero eso solo le traería problemas.
Sus hijos eran lo fundamental y no permitiría que les hiciera daño.
La puerta sonó y ella giró la cabeza y se sentó bien.
Vio como Marcos abrió un poco la puerta.
Marcos: ¿Puedo pasar?
Dulce: Sí pasa.
Marcos entró y se sentó frente a ella.
Marcos: Vengo aquí a decirte que… Necesito irme de la empresa por un tiempo.
Dulce: ¿Y eso por qué?
Marcos: Tengo cosas que resolver.
Dulce: Tu prima querida se toma los días que le da la gana de descanso, Christopher apenas aparece y tú, ¿te quieres ir?
Marcos: Dulce, me resulta incómodo trabajar contigo.
Dulce: Apenas nos vemos.
Marcos: Además, lo sé todo.
Dulce no entendía nada.
Marcos: Sé que te casaste con Paco por…
Dulce: Ni se te ocurra abrir la boca. Está bien, te podrás ir, pero más vale que te quedes callado.
Marcos: Lo haré, pero necesito mi sueldo por adelantado.
Dulce bufó y sacó un talón de cheques, le puso una cantidad y se lo dio.
Marcos: Gracias señora Álvarez.
Marcos se levantó con una sonrisa triunfante y salió de allí.
Dulce marcó un número.
Dulce: Hola Paco… Sí, ya me lo dijo… Los niños bien… Sí, ya recibí las cosas… Es algo importante, Marcos sabe por qué me casé contigo y sabe lo de… Exacto, me pidió su sueldo y que se tiene que ir durante un tiempo… Sí, se lo di… ¿Qué piensa hacer?... Me das miedo… Está bien, y yo a ti.
Colgó el teléfono mientras seguía pensando en qué haría su esposo en este asunto.
Observó el reloj de nuevo, ya había tenido la reunión con los socios nuevos, había ido a la construcción y seguía en su oficina leyendo unos informes.
Le dolía la cabeza y eso que ya llevaba la segunda pastilla.
Era raro, pero se sentía mal.
Sus hijas salieron corriendo a abrazarlo. Alex: Hola Chris.
Christopher: Hola campeón.
Dijo revolviendo su pelo.
Fer: Tenemos que ir a por Thiago.
Christopher: Sí, vamos.
Fueron a por Thiago a la guardería y se subieron a su coche.
Acomodó las sillas de los tres pequeños y dejó a Alex ir de copiloto.
Christopher: ¿Y a dónde queréis ir a comer?
Fer: Yo quiero una pizza.
Romi: No no, yo quiero una hamburguesa.
Alex: No, yo quiero pasta.
Thiago: Hame.
Dijo moviendo las manitos.
Christopher: Conozco un sitio donde hay varias opciones de comida, así cada uno comerá lo que quiera.
Fer: Y después vamos a la…
Romina le tapó rápido la mano.
Alex: Te dije que no le contaras, que es una chismosa.
Fer: Oye, no me digas eso.
Romi: Tú calladita estas más bonita.
Fer: Los odio.
Alex: Y nosotros a ti.
Christopher: Oigan, no se metan con mi princesa mayor.
Romi: Yo también soy mayor.
Dijo cruzando los brazos.
Alex: Yo soy el mayor de todos, así que silencio.
Thiago: Hame.
Romi: Este solo piensa en comer.
Fer: Como tú fea.
Christopher: Ya ya, tengamos la fiesta en paz.
Comieron en un restaurante amplio y con muchas risas y además tenía juegos.
Alex jugaba con Thiago y Fer saltaba de un lado al otro.
Romina se acercó y se sentó en sus piernas.
Romi: ¿Qué te dijeron en el médico? ¿Cómo está mi bebé?
Christopher sacó una sonrisa.
Christopher: Está bien, tiene 2 meses y apenas se le ve.
Romi: ¿Y será niño o niña?
Christopher: Aún no se sabe.
Romi: Que te quede claro que si es niña ya no te querré.
Christopher: ¿Por qué no?
Romi: Bastante tengo con compartirte con la barbie de mi hermana y con mi mamá, y con la tipa esa, ya somos muchas.
Christopher sonrió.
Christopher: Yo quiero un niño, es que yo no quiero que los niños se vayan detrás de ustedes.
Romi: No seas celoso, tú eres nuestro padre, ellos serán nuestros novios.
Dijo riendo.
Christopher: No tendrás novio.
Romi: Sí.
Christopher: No.
Romi: Sí.
Christopher: Ya te dije que no.
Romina era bastante lista y sacó una sonrisa.
Romi: No.
Christopher: Sí.
Dijo por equivocación.
Romi: Vale papi, gracias por dejarme tener novio.
Dijo sonriendo y saliendo de allí para irse a jugar con su hermana.
Christopher: Antes te meto en un convento.
Terminaron de jugar y salieron de allí.
Romi: Bueno, ya va siendo hora del plan, ¿no?
Fer: Sí.
Alex: Tú y Thiago os vais con él, mientras Fer y yo buscamos en las tiendas.
Christopher: Haber, ¿me van a decir que me quieren hacer?
Romi: Sorpresa. Ponte esto.
Dijo sacando un pañuelo de su mochila.
Christopher: No quiero que me maten.
Alex: Confía en nosotros.
Christopher miró a sus hijos y se puso la venda, los niños cuchicheaban algo y luego unieron sus manos en un pequeño choque.
Alex se fue con Fernanda a comprar ropa, mientras Romina cogía a Thiago y a su padre y los llevaba a un centro estético.
Romi: Hola buenas, este es mi padre y quería que le hicieran un cambio de look completo, tiene que gustarle a mi mami.
Dijo riendo.
Christopher: ¿Me puedo quitar ya la venda?
Romi: ¡Ah! Quiero que tapen todos los espejos, no quiero que se vea hasta el final.
Peluquera: Estará en muy buenas manos.
Taparon todos los espejos del sitio y Le quitaron la venda, le lavaron el pelo, le pusieron miles de mascarillas y ahora le estaban haciendo algo en el pelo.
Christopher: Confío en ti eh.
Alex: Mal haces.
Dijo riendo y entrando con varias bolsas de ropa.
Fer comía una piruleta.
Fer: También traje una para ti, para que luego digas que no te amo.
Dijo dándole la piruleta a Romina.
Romina la abrazó y la abrió para comérsela.
Alex: Vaya Romina, esto le va a gustar a mamá.
Dijo riendo.
Thiago: Apo papi.
Fer: Te dijo papi.
Christopher cargó a Thiago y le dio un pequeño beso.
Christopher: ¿Y qué esperan conseguir con este cambio?
Fer: ¿Es obvio no? Que tú vuelvas con mamá y seamos la familia feliz de hace tiempo.
Romi: Y sin el ruco.
Alex: Pobre Paco.
Dijo entre risas.
Christopher: ¿Creen que funcione?
Alex: Claro que si, si se muere al verte así de feo, imagínate ahora que estás todo un…
Romi: Dios Griego. Eso es lo que eres.
Dijo riendo.
Fer: Tienes que ir al gym.
Thiago: Mami ama papi.
Christopher: ¿Me ama?
Thiago: Muto.
Fer: Bueno, si volvéis ya no queremos más niños.
Romi: Cierto, bastante tengo con estos tres como para tener otro.
Fer: Pero papi tiene otro bebé con otra tipa.
Romi: ¡Oye! ¿Y si sale igual que tú? No es mi hermano así que podré salir con el.
Alex: ¡Claro que será tu hermano! Además tú no puedes tener novio.
Romi: ¿Por qué no?
Christopher: Por qué lo digo yo, además, soy tu padre y me tienes que obedecer.
Romi: Celosos.
Dijo sacandoles la lengua.
Christopher: Oye, ¿y todo esto?
Dijo señalando las bolsas.
Fer: Te compramos ropa.
Christopher: ¿Con qué dinero?
Alex abrió su mochila y sacó una billetera y de ahí, sacó una tarjeta Visa Gold.
Alex: El ruco no es tan malo, nos deposita 100€ a la semana.
Fer: Tenemos dinero de sobra.
Romi: Además, he estado en tu casa y he visto tu armario. ¡Papá tienes apenas 2 pantalones y 5 camisetas! Y un Jersey, ese me gustó y me lo llevé a mi casa.
Dijo riendo.
Christopher: ¿Y para qué más ropa?
Romi: Porque tienes que verte guapo para mamá, así que en cuanto acabemos lo del pelo, te cambias y vamos a ver a mamá.
Después de un rato ya habían cambiado de look a Christopher, él tenía curiosidad por verse, se levantó y caminó hasta sus hijos.
Christopher: ¿Y bien?
Sus hijas se quedaron con la boca abierta, mientras Alex sonreía y le guiño un ojo.
Thiago: Papi apo, muy apo.
Romi: ¡Omg! Si mamá te desperdicia la mato, mi dios Griego.
Dijo lanzándose a sus brazos.
Fer: Mamá se va a derretir por ti.
Alex: Hiciste bien al confiar en nosotros.
Le dimos la ropa y se cambió, después salió y le dejamos que se viera en un espejo.
Abrió los ojos al verse, apenas tenía barba y su pelo estaba corto.
Ya no tenía rizos, ahora tenía una pequeña cresta con reflejos rubios.
Le habían disminuido las ojeras y se veía muy bien.
Christopher: Tenéis razón, me apuntaré a un gimnasio.
Dijo riendo.
Christopher: Gracias por hacerme esto.
Romi: ¡Lo que sea por mi dios Griego!
Fer cogió la mano de su padre.
Fer: Vamos vamos, ya le dije a mamá que iremos a cenar a casa.
Salieron rumbo a casa, él estaba demasiado guapo y sus hijos esperaban que su madre, al verlo, volviera con él.
Tocaron el timbre y nada más abrirse la puerta los 4 niños salieron corriendo.
Thiago iba despacio, ya que sabía caminar pero con mucha lentitud.
Sus gemelas fueron a ver a su madre y junto con Alex la sacaron de la habitación, para que viera a su padre.
Dulce bajó riendo, mientras veía la desesperación de sus hijos.
Dulce: Ya bajo, tampoco me rompan los brazos.
Fer: Tienes que verle.
Dulce: Ver a qui…
Se quedó en blanco al verle, estaba ahí, con sus manos en los bolsillos.
Llevaba unos pantalones oscuros anchos, acompañados de una camisa negra con puntos blancos, que se ajustaba un poco a su cuerpo y unas zapatillas Vans negras.
Se fijó en su pelo, estaba demasiado guapo así.
Él le dedicó una tierna sonrisa, ella sentía como sus piernas temblaban.
Estaba guapo, Dios mío, estaba hermoso.
Romi: ¿A qué es un dios Griego?
Dulce: Y tanto.
Dijo embobada.
Alex: Vamos a lavarnos las manos para ir a cenar.
Hilda se llevó a los niños y ellos se quedaron solos.
Dulce: Estás muy guapo.
Christopher: Gracias, ¿te gusto?
Dulce: Muchísimo.
Dijo dándole un pequeño pico.
Cenaron a gusto, como la familia que eran.
Después ambos acostaron a los pequeños terremotos.
Dulce: Esto era lo que Romina planeaba.
Christopher: Sí, me dijo que confiase en ella y así lo hice, pensé que iba a quedar peor.
Dulce: Pues no deberías, yo ya lo hice y acabé horrible.
Dijo riendo.
Christopher: ¿Qué te hicieron?
Dulce: Me pintaron el pelo de azul eléctrico.
Christopher se empezó a reír.
Dulce: ¡Oye!
Dijo dándole un golpe en el brazo.
Christopher: Sigues siendo igual de maltratadora que siempre.
Dulce: Y tú el mismo gilipollas de siempre.
Dijo riendo.
Christopher: Oye no me insultes niña.
Dijo abrazándola.
Dulce: Ven, vamos a arriba.
Christopher: Dulce, que los niños están durmiendo.
Dulce: ¡Por eso mismo!
Dijo guiñandoLe un ojo.
Christopher: Suena tentador.
Dulce: No haremos eso cochino.
Dijo riendo y subiendo las escaleras.
Salieron a la azotea de la casa, estaba decorado con pequeñas luces y un par de sofás.
Dulce: Me gusta venir aquí por la noche y mirar las estrellas.
Christopher: Siempre te ha gustado mirar las estrellas, donde sea.
Dulce: Sabes que es algo que me apasiona.
Christopher se sentó y a su lado ella, él la atrajo a su pecho y ella dejó caer su cabeza allí.
Había una manta y se taparon porque hacía un poco de frío.
Estuvieron por unos minutos callados, disfrutando de ese momento.
Christopher: Dulce, ¿qué pasará con nosotros?
Dulce: Christopher, mi amor, tú estás esperando un hijo con Ana.
Dijo acariciando su mejilla.
Christopher: Y me haré cargo de él, pero Dulce, yo te necesito a ti, necesito a mis hijos.
Dulce: Me da miedo que te pase algo.
Christopher: ¿Por qué piensas eso? Dulce… ¿Paco te amenazó?
Dulce suspiró.
Dulce: Paco es… Fue el tipo que me violó Chris.
Christopher se separó de ella y la miró a los ojos.
Christopher: ¡Cómo puedes estar casado con alguien así!
Dulce: No te puedo decir nada Chris, pero por favor, no hagas esto más difícil. Christopher: Separate de él.
Dulce: No, no puedo, tengo que proteger a mis hijos y a ti.
Dijo agachando la cabeza.
Christopher: Te juro que intentaré que ese hijo de puta acabe en la cárcel.
Dulce: ¿De verdad?
Christopher: Sí Dulce… Por ti hago hasta lo imposible, por ti y por mis hijos.
Dulce lo besó.
Dulce: ¿Seguirías con el plan de llevarlo en secreto?
Christopher: Por supuesto, te amo.
Dijo besándola.
Dulce: Tenemos que ser cuidadosos, no quiero que nada malo te pase, Paco me tiene muy bien vigilada.
Christopher: Vamos a poder llevarlo bien, sin que él se entere.
Dulce: Gracias.
Dijo dándole un beso.
Un beso que subió de tono, sus manos recorrían sus cuerpos, se sentía en el cielo.
Él estaba desnudo y sobre él, estaba ella.
Desnuda, con sus pezones en punta, ya no sé sabía si del frío o de la excitación que sentía.
Se besaron con amor.
Christopher: Quiero tenerte.
Dulce se metió en su pene, con tanta pasión, que ambos soltaron un pequeño gemido.
Dulce: ¿Te gusta?
Dijo moviéndose poco a poco.
Christopher: Te necesito más dentro.
Dulce empezó a moverse con rapidez y con desesperación, Christopher le ayudaba cogiéndola de las caderas.
Gemian de placer, echaban de menos tenerse así, sentirse uno.
Un pequeño grito hizo que llegaran al clima ambos.
Dulce se dejó caer sobre el pecho de su amado.
Dulce: Mi dios Griego.
Christopher: Tú.
Dijeron sonriendo, y se volvieron a besar.
Xx: ¡Dulce Maria!
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¿Quién les habrá descubierto?
Comenten muchísimo y hagan sus apuestas.
Ya saben, cada 20 ⭐ y 15💬 habrá nuevo capítulo.
Las quiero mucho...
Sara 🐺💙
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