Capítulo 4: ¿De qué la conoces?

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Maite llegó temprano, junto con su abogado.

Entró a su despacho, a lo que él respondió con mala cara.

Christopher: Se llama antes de entrar.

Maite: Me da igual.

Maite se sentó.

Maite: Este es mi abogado.

Christopher: ¿Por qué quieres trabajar aquí?

Maite: Porque esta empresa es tan mía como tuya.

Christopher suspiró, quería a su hermana, pero no podía decírselo.

Christopher: No hace falta que tu abogado esté aquí...

Maite: ¡Claro que sí!

Christopher: Espera, quería decirte que vale, que puedes trabajar, pero de vicepresidenta.

Maite: Vale, me conformo. Gracias.

Se levantó y abrazó a su hermano, a lo que él le respondió con otro abrazo.

Maite: Gracias, enserio.

Christopher solo se limitó a sacarle una sonrisa.

Christopher: Ven, te digo cuál es tu despacho y si quieres lo puedes acomodar a tu manera.

Dulce se levantó temprano y decidió salir a correr, como todas las mañanas, o al menos los días que podía salir.

Se puso su ropa de deporte, ni si quiera se maquilló, se recogió el pelo y cogió su móvil para ponerse a oír música.

Hacía un buen día, soleado y muy bonito. Nada mas salir sacó una sonrisa y pensó en su pequeño Alex, seguramente se lo estaría pasando genial.

Empezó corriendo poco a poco, mientras escuchaba su playlist favorita. Llegó a la plaza y se puso a correr por ahí.

Maite: Me alegra que hayas aceptado venir a comer conmigo.

Christopher: Ahora que trabajamos juntos es bueno que nos llevemos bien.

Se quedó paralizado, era ella. La reconocía por su pelo, que se movía al ritmo de su carrera y del viento.

Bajó su mirada y no pudo evitar mirarle el culo, tenía un buen culo y no lo negaba.

Al rato recibió un golpe en el brazo de su hermana.

Maite: Hombre tenías que ser.

Christopher se sobó el brazo y le miró.

Dulce llegó y abrazó a su amiga.

Dulce: ¿Cómo estás?

Se giró y sus miradas se cruzaron, con magia, con un brillo especial.

Maite: Bien, mira, hoy comemos juntos.

Dulce le miró.

Dulce: Me alegro mucho. Por cierto, hola.

Christopher no sabía que decir. Dulce le iba a dar dos besos, pero él le dio la mano, así por un impulso, quería sentir sus labios, pero en la boca, y no sabía por qué actuó así.

Dulce le miró extrañada.

Dulce: Os dejo tranquilos, nos vemos pronto. Adiós.

Se despidió de Maite con un beso y un abrazo y de Christopher, apenas le dijo Adiós.

Se puso los cascos y salió corriendo.

Christopher giró la cabeza y se dio un golpe.

Christopher: Eres un estúpido Christopher, un estúpido.

Simplemente Tú.Where stories live. Discover now