La mañana del quinto día, Harry despertó muy triste, era su última mañana con Ginny, a las 11 en punto debía tomar el tren y regresar al colegio, lo que Ginny no sabía era que luego de eso, él partiría.
Ginny dormía sobre su pecho, Harry la vio más bella que nunca, estaba serena, sus pecas relucían a la luz del día. El chico acarició la mejilla de la pelirroja, lo hizo con suavidad y ternura como si fuera la última vez que lo hacía, su piel estaba suave como la seda, su respiración calmada, el corazón del muchacho se contrajo al punto de sentir una punzada de dolor, la miró y sus ojos se llenaron de lágrimas, Ginny era su tesoro mas preciado, cerró los ojos y pensó en sus padres, los necesitaba más que nunca, recordó a Sirius, recordó el velo en el que su padrino había caído.
-Si estuvieras aquí.-Se dijo mentalmente, necesitaba la fuerza para seguir y no abandonar, lo que más deseaba era regresar con Ginny, ni siquiera estaba Dumbledore, su antiguo director había sido el mago más grande y maravilloso que jamás él hubo conocido, lo necesitaba más que nunca, no sabía como vencer a Voldemort sin él, tenía toda la fuerza en su corazón y le sobraba valentía, pero Voldemort era poderoso y Harry lo sabía, solo debía encontrar todos los horrocruxes.
Ginny se movió entre las sabanas, Harry le besó la frente y la pelirroja abrió lentamente los ojos, inmediatamente Harry le dio un suave beso en los labios, la chica lo rodeó del cuello, ella también sabía que ese instante juntos era uno de los últimos que compartirían.
Sin descuidar ese suave beso, el chico se acomodó sobre ella para acariciarla y sentirla antes de partir. A pesar de lo triste que parecía todo Ginny no lloró, simplemente se dejó acariciar y besar, para ella cada momento vivido con él era único y especial, solo quería aprovechar ese momento y amarlo una vez más.
En la madriguera Hermione estaba despierta mirando a Ron, el chico que era muy dormilón, no quería despertar, ella le acarició el cabello suavemente, su pelo rojo encendido como el fuego estaba sedoso, Hermione suspiró largamente, aquel joven que estaba frente a ella no era un niño, era un hombre, un hombre que seguía creciendo y madurando, Ron parecía débil, pero no lo era, el chico contaba con una gran valentía, en esos días que habían compartido, ella había descubierto cuanto lo amaba.
Estaba segura que podía pasar con él toda su vida, él la dominaba en muchos sentidos, la chica sabía que su cuerpo y su corazón le pertenecían por completo. Hermione le besó los labios con dulzura, Ron abrió los ojos lentamente.
-No quiero irme…-Fue lo primero que dijo él, ella simplemente sonrió, si hubiera sido por ella, se quedaría con él ahí, toda la vida, pero debían regresar, ya hace mucho le habían prometido a Harry su ayuda para encontrar a Voldemort…Y matarlo.
Ron la abrazó tiernamente.
-Estos días han sido maravillosos…-Dijo él seriamente, ella que sentía lo mismo, le respondió con voz suave:
-Han sido los mejores días de mi vida…-Él no pudo más que besarla.
En la vieja casa de los Black, Harry besaba a Ginny con pasión, sus manos acariciaban su cuerpo, su boca recorría el cuerpo blanco de la chica, ella echaba la cabeza hacia atrás y se dejaba saborear tan deliciosamente, con los ojos cerrados el moreno le hizo el amor, disfrutando cada palmo de su piel, deseaba tenerla así por mucho más tiempo, pero el antiguo reloj que estaba sobre la mesa de luz, le recordaba que el tiempo se acortaba, la pelirroja se aferraba a el.
-Te amo…-Le susurró la chica, Harry la besó dulcemente.
-Yo también.-Dijo con voz gimiente, con movimientos suaves y delicados término ese momento de amor, el muchacho llevó a la pelirroja hasta el baño y juntos tomaron una ducha.
Un breve desayuno fue lo que consumieron esa mañana, ninguno de los dos tenía hambre, Harry tenía un nudo en el estómago, la chica sentía que el pecho se le cerraba, ella lo sabía, sabía que esos días habían sido una despedida, ninguno de los dos hablaba mucho, no sabían qué decirse.
Harry dejó las tazas en el fregadero.
-Ginny, yo… Quiero decirte…-Murmuro él, pero ella no lo dejó seguir, corrió hasta él y le tapó la boca de un beso
-No digas nada, por favor, no quiero saber cuando te irás, sé que regresarás, eso es todo lo que necesito saber.-Dijo la pelirroja con voz clara y serena, Harry la abrazó y la apretó contra su cuerpo, ella era maravillosa, nunca tendría en su vida alguien tan especial como Ginny, nunca jamás conoció a nadie que lo conociera tan bien como ella.
Ron seguía en la cama, Hermione quiso levantarse pero él se lo impidió, la abrazó y besó su frente.
-No sabes cuánto voy a extrañar dormir contigo todos los días.-Le confesó el pelirrojo, ella se mordió el labio inferior sin saber qué responder, para ella sería igual de difícil llegar al colegio y verlo solo en los recreos, los momentos que tenían para estar a solas eran pocos y los ratos cortos, sin pensarlo ella se fue sobre él besándolo con infinita pasión y amor, luego le habló al oído:
-Nunca voy a olvidar lo que hemos vivido aquí, te amo, Ron.- Él la escuchaba con los ojos cerrados, el murmullo en su oído le estremeció el corazón y los sentidos, como respuesta, la tomó de la nuca y la besó, su lengua la acariciaba con desesperación, no sabía como se podía amar de esa manera, pero estaba seguro que aquella chica era su vida, su pasión, su amor…
Ella lo llenaba de ternura y de deseos profundos.
Hermione se dejó besar salvajemente por él, antes de que pudieran darse cuenta, el chico ya la estaba penetrando, ella estaba sobre él gimiendo suavemente.
-Te amo…-Dijo el chico con los ojos cerrados.-Te adoro…- Con la pasión que sentían se entregaron al deseo que los embargaba, jadeantes pero felices, salieron de la cama para tomar el desayuno.
Ron comió mucho, como siempre, la castaña lo miraba de reojo, estaba segura que no podría pasar una noche sin él. Harry y Ginny se sentaron en un banco de madera para esperar a Ron y Hermione, la gente que caminaba por el anden (muggles) ni siquiera notaban que ellos estaban allí, el moreno miraba los trenes y se preguntaba cuál era el destino de esos vagones, por su cabeza pasó la loca idea de tomar con Ginny uno de ellos y desaparecer, podía irse lejos con ella, irse a un lugar donde nadie los conociera, vivir con ella, olvidar a Voldemort, la pelirroja lo miraba atentamente.
-Ni lo pienses, Harry.
-¿Qué dices?-Preguntó desconcertado.
-Debemos tomar el tren al colegio, Harry, es tentador querer abandonar todo y partir, pero tú debes seguir tu camino, nunca tendrás paz si no lo haces…
-¿Cómo sabes lo que pensaba?-Dijo Harry, la chica rió y se acomodó el cabello detrás de las orejas.
-Te conozco más de lo que crees, y como te conozco sé que tomarás el tren al colegio y luego partirás, eso es lo que debes hacer, yo te esperaré.
Harry la tomó de la mano y se la besó.
-Cuando regrese, Ginny, quiero que te cases conmigo, quiero que estés conmigo siempre.-Le susurró con tristeza, él no quería ponerse melancólico pero no pudo evitarlo, sus ojos se humedecieron, por primera vez sintió miedo, no a Voldemort, miedo de no volver a ver a Ginny, ella era lo único que lo retenía.
Sin que él se diera cuenta, Ginny se había transformado en la persona más importante de su vida, a su corta edad había sufrido muchas perdidas, pero no estaba dispuesto a perderla a ella, por eso prefería tener oculta su relación. Hace mucho que no sentía que Voldemort invadía su mente, eso lo dejaba más tranquilo.
Estaban tomados de la mano y en medio de un beso, fue cuando llegaron sus amigos.
-¿Tienes que besarla en público?-Dijo con una sonrisa Ron, el pelirrojo venía arrastrando el baúl con una mano y con la otra sostenía con firmeza la mano de la castaña, Harry se puso de pie y le dio un fuerte abrazo a su amigo mientras Ginny hacía lo mismo con su amiga.
-Pero, Herms, ¿qué tienes? Estás muy pálida, ¡Ron! ¿Qué le has hecho? -grito la pelirroja con una sonrisa diabólica en los labios, los cuatro amigos se miraron y se dieron cuenta de que los cuatro estaban pálidos y ojerosos, y no era para menos, cinco días de puro amor, empalidecen a cualquiera.
Hermione se sonrojó mucho y Harry le puso la mano en el hombro.
-No te preocupes, ya tomaremos algo de sol en el colegio…-Dijo para calmarla, juntos atravesaron la barrera y vieron la locomotora escarlata lista para partir, se ubicaron en un compartimiento y se pusieron a conversar, luego de un rato de viaje, Ron dijo que tenía hambre y junto a Harry fueron a buscar a la señora del carrito, dejaron a las chicas solas.
-¿Cómo estuvo todo, Ginny?
-Maravilloso, es solo que sé que ahora partirá y…-Comenzó a decir Ginny con una sonrisa de felicidad, para después desaparecer de su rostro.
-No llores, yo sé que todo saldrá bien.-Le dijo su amiga.
-Yo también lo creo, pero quisiera ir con él y ayudar…-Le dijo la pelirroja.
-Eso es imposible, si algo te pasará, Harry no se lo perdonaría.
-Pero puedo ayudar…
-Ayudarás más si te quedas y lo esperas.
-Si, supongo que si. Cuéntame, ¿qué tal ustedes?
La castaña se volvió a sonrojar, no podía explicar lo vivido en estos días y tampoco quería hacerlo.
-Genial, simplemente maravilloso.
En el pasillo del tren Harry se paró junto a una ventana y dejó que el aire le golpeara la cara.
-¿Cómo estuvo todo?
-Increíble, no sé cómo voy a hacer para pasar una noche sin ella…- respondió Ron con tono apagado.
-Te entiendo…
-¿Te encuentras bien?
El moreno no pudo contenerse y se largó a llorar.
-¿Qué tienes?-Preguntó Ron.
-Tengo miedo, si algo me pasara cuida de Ginny.-Dijo el chico aunque sus palabras verdaderas eran: cuida de ella y de… ¿Cómo le iba a decir a su amigo que, antes de regresar al colegio había hecho todo lo posible para que Ginny y él tuvieran un hijo?
-Nada malo va a pasarte, nosotros iremos contigo, lo resolveremos, ni pienses en eso, Harry.
-Yo…No quiero que vengas, no puedo cargar con otra muerte en mis espaldas.
-¿Te has vuelto loco? Claro que iremos, nada impedirá que te acompañemos, no estás solo, ya no llores, créeme, siento que ganaremos.
Al moreno se le escapó una sonrisa, Ron parecía más valiente y más decidido que nunca.
-Veo que estar con Hermione te hace muy bien.
-Estos días han sido increíbles, quiero pasar el resto de mi vida con ella, ha sido increíble y Voldemort no me lo va arruinar, lo mataré con mis propias manos si es necesario, luego me tomaré unos días con Herms, solos…
Ron se apoyó contra una puerta de un compartimiento vacío con cara soñadora.
-Ella es increíble, es todo lo que puedo decir…
La mujer del carrito apareció por la esquina, los chicos compraron comida y regresaron con sus novias, con cuidado de no ser visto, Harry le tomó la mano a Ginny y le dijo al oído.
-Te amo.-Ella rió.
El expreso a Hogwarts llegó horas después, los chicos bajaron del tren y partieron al colegio, Harry sabiendo que solo estaría un día en el lugar y Ginny imaginando que su amor partiría, Ron solo pensaba en como pasar la noche con Hermione, la castaña estaba preocupada por Ginny, su amiga estaba triste, aunque trataba de disimularlo.
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¡Hola, gente de Wattpad! Un nuevo cap, pronto acabará la novela y estoy conmovida y orgullosa por ello.
Hay un nuevo capítulo en Cuestión de Suerte, para que lo lean, voten y comenten. ;)
Un beso y hasta pronto.
Att: LauraHillón ✏.