El placer del amor.| Romione.

Capítulo 18: La carta.

Los días fueron pasando y los chicos tenían cada vez menos tiempo para verse a solas. Una semana antes de la Semana Santa estaban sentados en el gran comedor cuando Ron vio que su lechuza avanzaba hacia él.

El pelirrojo tomó el sobre y vio con alegría que era de su madre. La nota de la mujer solo decía que se irían a Rumania a pasar semana Santa, por lo tanto ellos debían quedarse en el colegio. El chico puso mala cara, tenía la intención de ir a su casa para esas fechas y llevar con él a la castaña.

Le dio la nota a su hermana y la pelirroja leyó con atención, de pronto su rostro cambió, se puso de pie y llamó a Ron, lo apartó del resto frente a la mirada de asombro de Hermione y Harry.

—Tengo una idea.-Dijo la chica.

Los hermanos salieron juntos del gran comedor y caminaron a solas, mientras lo hacían Ginny le contó a su hermano lo que pensaba.

—¿Qué te parece?-Terminó de decir Ginny después de unos minutos de la charla misteriosa.

—¡Me parece bien! ¿pero cómo lo haremos? ¿Y si nos descubren? Mamá se pondrá furiosa.-Contestó el pelirrojo, primero entusiasmado, y después con temor.

—¡No seas cobarde!-Le gritó su hermana.

El pelirrojo se quedó pensando y luego contestó:

—Está bien, hagámoslo.

Ginny regresó corriendo al gran comedor, quería contarle a Harry pero no podía hacerlo delante de todos.

—Nos vemos en el almuerzo bajo el árbol.-Le dijo a Hermione y a su novio que la miraban sin comprender.

El trío compartió la clase de pociones, cada tanto le insistían al pelirrojo para que les contara de qué se trataba todo, pero el chico no adelantaba nada, en realidad no estaba muy seguro, si los atrapaban se verían en serios problemas.

Ron había mejorado bastante en pociones gracias a la ayuda de su novia, esto lo hacía muy feliz, de verdad se esforzaba por ser mejor para ella. Luego de esta clase partieron a la clase de transformaciones, ahí era mucho más difícil insistir para la castaña y el moreno, la profesora McGonagall no permitía los murmullos en su clase.

Finalmente llegaron al final de la clase y los tres caminaron hacia el árbol que sería el punto de encuentro. Esperaron unos pocos minutos hasta que llegó la pelirroja, la chica llegó corriendo y con las mejillas muy coloradas, se sentaron en el pasto mientras Hermione y Harry no podían más de la intriga.

—Nos van a decir que pasa ¿o no?-Comentó Harry un poco desesperado.

—Si, mis padres se irán para semana santa, la Madriguera quedará sola, hemos pensado, que podemos irnos los cuatro y pasar esos días ahí.

—Pero… Sin tus padres… Ellos no les dan permiso.-Dijo Hermione un poco temerosa.

—No les diremos nada, no creo que a mi madre le guste la idea.-Murmuró Ginny.

Hermione miró a su novio para ver que pensaba del tema, el chico no se veía muy convencido, si bien la idea le parecía maravillosa, era muy arriesgada. Harry se limitó a mirar el pasto, estaba pensando y tenía cara de estar muy concentrado.

—Ron, no te parece buena idea, ¿verdad?-Preguntó Hermione.

—Me encanta la idea, pero no sé, si mi Madre nos descubre…-Dijo el pelirrojo temeroso.

—No lo hará.-Dijo Ginny convencida de cada una de sus palabras.

—¿Y cómo lo sabes?

—Porque a Mamá le encanta ir a Rumania, lo pasa muy bien y ya me había dicho en el verano que tenía ganas de viajar con Papá. Le escribiré y le preguntaré cuánto tiempo se quedará y podremos estar tranquilos.-Confesó la chica.

Ron pensaba que la idea era genial, pasar 5 días con su novia y amigo era lo mejor, a demás podría dormir todos los días con Hermione y compartir más que unas escasas horas.

Harry, que había permanecido en silencio habló por fin:

—Esto es lo que haremos, iremos juntos hasta la madriguera, de ahí Ginny y yo viajaremos por red Flu a la casa de Sirius y así les dejaremos la casa sola para ustedes.

A Ginny le brillaron los ojos, ¿cómo no se le había ocurrido a ella esa genial idea?, sintió ganas de abrazar a su novio, pero se contuvo.

—¡De ninguna manera!, ¿cómo puedes ser tan inconsciente? ¿Y si te encuentras con Voldemort? ¿Qué harás?-Le contestó Hermione enojada.

—No me topare con él, no todavía y él lo sabe. Quiero pasar estos días con Ginny antes de irme.-Dijo el chico mirando a su novia pelirroja.

El moreno habló con tanta seguridad que ni Ron ni su novia se animaron a replicar. Por otra parte a Ron le entusiasmo saber que podía estar totalmente a solas con la castaña, era su deseo más profundo, tenerla solo para él, lejos de los horarios del colegio y las obligaciones, solo él y ella.

Ginny estaba decidida, nada le impediría pasar esos días con Harry. A Hermione la idea no le cerraba. Se puso de pie diciendo que: "No cuenten conmigo".

Se marchó de regreso al castillo dejando a Ron, Harry y Ginny bajo el árbol. Al moreno no le importó, lo tenía decidido, pasaría la semana santa, solo con Ginny y lejos de todos.

—Yo iré y hablaré con ella, no se preocupen.-Comentó Ron.

—Yo no estoy preocupada.-Confesó la pelirroja.

El pelirrojo salió a toda velocidad decidido a convencerla.

CONTINUARÁ…

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¡Después de una semana! ¡Juro que ni siquiera me di cuenta!

Espero que les haya gustado, y nos vemos hasta una próxima oportunidad.

Att: LauraHillón ✏.