El placer del amor.| Romione.

Capítulo 20: ¡Di que si, Hermione!

El cubículo del baño era tan pequeño que los dos chicos apenas podían moverse. Ron apretaba su mano contra la boca de la chica para evitar que los oyeran desde afuera, a la castaña el corazón le latía con furia, estaba aterrada, ellos eran prefectos, si los descubrían iba a ser muy difícil de explicar qué hacían ahí los dos.

Hermione movía los ojos para todos lados, quería salir cuanto antes del cubículo. Los niños estaban muertos de risa y parecía que no abandonarían el lugar, por lo que alcanzaron a oír, se estaban escondiendo.

Ron giró a la chica y ella quedó con su espalda pegada al pecho de él, él seguía apretando su boca con su mano, la puso en esa posición para poder decirle algo al oído, llevó sus labios hasta la oreja de la joven y habló en un murmullo:

—Voy a sacar mi mano de tu boca, espero que no hagas ningún ruido.-La chica solo movió la cabeza dando a entender que había comprendido, él retiró suavemente su mano y pegó el oído a la puerta, la chica lo miraba con desesperación, escucharon claramente que los niños caminaban en la dirección donde estaban ellos, la pobre castaña hizo un ruido con la garganta y Ron le tapó la boca nuevamente, ella podía sentir en su espalda el pecho agitado de su novio, el pelirrojo también estaba muy nervioso por la situación.

Uno de los niños entró en el cubículo continuo al de ellos, podían escuchar como mientras estaba en el baño hablaba con sus compañeros. Luego de que el niño salió escucharon que todos estaban en los lavamanos, escucharon caer el agua de los grifos y Ron se tranquilizó pensado que luego de lavarse las manos se irían.

El pelirrojo llevó nuevamente sus labios al oído de su novia, mientras lo hacía con su mano libre la rodeó de la cintura.

—Si te digo que encontramos la forma de saber de los chicos todos los días, ¿Irás conmigo a la madriguera?

Esto provocó que el cuerpo de la chica se estremeciera y los bellos de su nuca se erizaran.

—Debes confiar en mí.-Continuó suavemente Ron.-No expondría a mi hermana y amigo si no supiera que estarán bien.-Finalizó con voz suave.

La chica cerró los ojos, no tenía la menor idea de lo que hablaba su novio, no podía hablar porque él todavía le tapaba la boca con la mano.

Ron siguió hablando.

—No saldrás de aquí hasta que me asegures que irás conmigo.

La chica llevó lentamente su mano a la mano de Ron con el fin de que éste la soltara, había evitado por dos días no estar a solas con él porque sabía que el chico la convencería. Los niños seguían en el baño, solo faltaba esperar a que terminara el recreo para poder salir del cubículo.

La chica le tomó la mano a su novio he intento que la liberara, pero él no hizo caso. Subió lentamente la mano que tenía en la cintura de la chica, la subió hasta que la apoyó sobre su pecho, dibujó formas irregulares sobre su busto mientras le decía en voz muy baja:

—No me impidas tenerte todos los días, te cuidaré, te bañaré, podremos cenar junto al lago… No sabes las cosas que he imaginado para hacer contigo, créeme que los chicos estarán bien, encontramos la forma de comunicarnos.

Los ojos de la bella chica estaban totalmente cerrados, escuchar su murmullo en su oído la estaba poniendo en un estado de frenesí, un estado que conocía muy bien.

Los chicos salieron finalmente del baño, el pelirrojo apoyó nuevamente su oído contra la puerta, no escuchaba nada.

—Se han ido.-Confirmó Ron.

Hermione esperaba que ahora él la soltara, pero el chico tenía otros planes, hacía dos días que no estaba a solas con ella, no perdería la oportunidad de besarla como deseaba.