Capítulo 29: Quinto día.

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La mañana del quinto día, Harry despertó muy triste, era su última mañana con Ginny, a las 11 en punto debía tomar el tren y regresar al colegio, lo que Ginny no sabía era que luego de eso, él partiría.

Ginny dormía sobre su pecho, Harry la vio más bella que nunca, estaba serena, sus pecas relucían a la luz del día. El chico acarició la mejilla de la pelirroja, lo hizo con suavidad y ternura como si fuera la última vez que lo hacía, su piel estaba suave como la seda, su respiración calmada, el corazón del muchacho se contrajo al punto de sentir una punzada de dolor, la miró y sus ojos se llenaron de lágrimas, Ginny era su tesoro mas preciado, cerró los ojos y pensó en sus padres, los necesitaba más que nunca, recordó a Sirius, recordó el velo en el que su padrino había caído.

-Si estuvieras aquí.-Se dijo mentalmente, necesitaba la fuerza para seguir y no abandonar, lo que más deseaba era regresar con Ginny, ni siquiera estaba Dumbledore, su antiguo director había sido el mago más grande y maravilloso que jamás él hubo conocido, lo necesitaba más que nunca, no sabía como vencer a Voldemort sin él, tenía toda la fuerza en su corazón y le sobraba valentía, pero Voldemort era poderoso y Harry lo sabía, solo debía encontrar todos los horrocruxes.

Ginny se movió entre las sabanas, Harry le besó la frente y la pelirroja abrió lentamente los ojos, inmediatamente Harry le dio un suave beso en los labios, la chica lo rodeó del cuello, ella también sabía que ese instante juntos era uno de los últimos que compartirían.

Sin descuidar ese suave beso, el chico se acomodó sobre ella para acariciarla y sentirla antes de partir. A pesar de lo triste que parecía todo Ginny no lloró, simplemente se dejó acariciar y besar, para ella cada momento vivido con él era único y especial, solo quería aprovechar ese momento y amarlo una vez más.

En la madriguera Hermione estaba despierta mirando a Ron, el chico que era muy dormilón, no quería despertar, ella le acarició el cabello suavemente, su pelo rojo encendido como el fuego estaba sedoso, Hermione suspiró largamente, aquel joven que estaba frente a ella no era un niño, era un hombre, un hombre que seguía creciendo y madurando, Ron parecía débil, pero no lo era, el chico contaba con una gran valentía, en esos días que habían compartido, ella había descubierto cuanto lo amaba.

Estaba segura que podía pasar con él toda su vida, él la dominaba en muchos sentidos, la chica sabía que su cuerpo y su corazón le pertenecían por completo. Hermione le besó los labios con dulzura, Ron abrió los ojos lentamente.

-No quiero irme…-Fue lo primero que dijo él, ella simplemente sonrió, si hubiera sido por ella, se quedaría con él ahí, toda la vida, pero debían regresar, ya hace mucho le habían prometido a Harry su ayuda para encontrar a Voldemort…Y matarlo.

Ron la abrazó tiernamente.

-Estos días han sido maravillosos…-Dijo él seriamente, ella que sentía lo mismo, le respondió con voz suave:

-Han sido los mejores días de mi vida…-Él no pudo más que besarla.

En la vieja casa de los Black, Harry besaba a Ginny con pasión, sus manos acariciaban su cuerpo, su boca recorría el cuerpo blanco de la chica, ella echaba la cabeza hacia atrás y se dejaba saborear tan deliciosamente, con los ojos cerrados el moreno le hizo el amor, disfrutando cada palmo de su piel, deseaba tenerla así por mucho más tiempo, pero el antiguo reloj que estaba sobre la mesa de luz, le recordaba que el tiempo se acortaba, la pelirroja se aferraba a el.

-Te amo…-Le susurró la chica, Harry la besó dulcemente.

-Yo también.-Dijo con voz gimiente, con movimientos suaves y delicados término ese momento de amor, el muchacho llevó a la pelirroja hasta el baño y juntos tomaron una ducha.

El placer del amor.| Romione.Where stories live. Discover now