Capítulo 28: El cuarto día de Harry y Ginny.

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Una chica dormía boca abajo en la cama, desnuda. Harry se movió entre las sabanas y se giró hacia ella, abrió los ojos lentamente y lo primero que vio fue la cabellera roja como el fuego de su chica, Ginny tenía las manos bajo la almohada, no se movía...

Parecía serena y feliz, el moreno acarició su espalda desnuda, pasó las yemas de sus dedos suavemente por su blanca piel, no quería despertarla, solo quería contemplarla.

La belleza de Ginny era un espectáculo para sus ojos, bajó con su mano hasta la cintura de la chica, luego siguió su descenso hasta su trasero redondo, sus curvas eran suaves y delineadas, el chico no podía creer que su mano pudiera acariciar a semejante belleza, el cuerpo de Ginny era para él delicado y fino, suave como el terciopelo, podía ser frágil y salvaje, su pecho se llenó de emoción, estaba profundamente enamorado de aquella joven que dormía junto a él.

Sintió un impulso frenético de besarla, un deseo incontenible de acariciar su cuerpo, se la quedó mirando mientras ella seguía durmiendo, no sabía si seguir su instinto o dejarla dormir, se debatió unos minutos con él mismo hasta que su deseo fue más fuerte, se montó sobre ella suavemente tratando de no dejar caer todo el peso de su cuerpo sobre la chica, Ginny abrió los ojos, seguía muy dormida cuando él le habló el oído.

-Perdona por despertarte.

Ella sonrió, para ella no había mejor forma de despertar, el muchacho apoyó los codos en la cama y dejó reposar todo su cuerpo sobre el de Ginny, su masculinidad se enloqueció al sentir los torneados muslos de la chica bajo su vientre, el moreno se revolvió el cabello con la mano, sabía que la chica lo enloquecía, lo dominaba, sentía tanto amor hacia ella que no podía dejar de sentirla, quizás porque sabía que debía partir, sabía que ir en busca de su enemigo significaba dejarla y posiblemente no volver a verla, sintió una angustia en el pecho.

-Te amo, Ginny.

Ella recostó su cabeza en la almohada, sentía el dolor de Harry en su voz, cada vez se le hacía mas difícil reconocer que Harry partiría, apretó los ojos con fuerzas y deseó con toda su alma que esos días no terminaran jamás.

-Te amo, Harry.-Le murmuró ella.-Siempre estaré contigo, me llevas en tu corazón, mi amor, jamás estarás solo.

La besó con ternura y pasión, sabía que Ginny hablaba muy en serio, no eran solo palabras, era las más puras de las verdades, Ginny vivía en su corazón, por un segundo volvió a sentir ese deseo irrefrenable de abandonar todo, de marcharse lejos con ella y empezar una nueva vida, lejos de Voldemort, un lugar en donde él no pudiera encontrarlo, su felicidad se esfumó pronto cuando su corazón le recordó su deber, debía enfrentarlo y no había escapatoria para eso, además ella admiraba su valentía, no podía decepcionarla, bajó sus manos hasta que encontró las de ella y sus dedos se enredaron con los del otro.

Harry bajó su cabeza y hundió su boca en el cuello de Ginny, pasó su lengua sin tapujos por esa zona haciendo que la pelirroja cerrara los ojos al máximo, la hombría del muchacho le pedía a gritos poseerla, sentirla, hacerla suya una vez más, le separó las piernas con las de él y lentamente la fue penetrando, Ginny que estaba boca abajo y de espaldas a él, mordió la almohada mientras apretaba las manos de Harry con las suyas, el chico se clavó en ella con profundidad como si fuera la ultima vez que le hacía el amor, con desesperación buscó su boca hasta encontrarla, sus lenguas se enredaron hasta que se hicieron una sola, Ginny le mordía suavemente los labios a su novio mientras él gemía, sus movimientos se hicieron mas rápidos.

La disfrutaba por cada poro de su piel, de pronto se detuvo, no quería que ese momento sublime terminara, soltó sus manos y ahora que estaba con las manos libres buscó los pechos de la pelirroja por debajo de su cuerpo, se apoderó de ellos envolviéndolos con sus manos, sintió los pezones endurecidos de su chica en las palmas de sus manos y su ritmo nuevamente aumentó, el movimiento se volvió salvaje, Ginny jadeaba y el jadeo de la chica llegó a sus oídos como una música dulce, la pelirroja no aguantó el placer en su cuerpo y se fue en un orgasmo violento, su cuerpo se arqueó mientras Harry la besaba con pasión.

El placer del amor.| Romione.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora