Jong In, El novio de mi herma...

By Liliana3007

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MinHun. KaiHun. KaiYeol. FLOWERS_9490 Gracias por tan maravillosa portada, Vigicita. Todos los crédito... More

Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Final KaiHun.

Final MinHun.

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By Liliana3007


Tal vez los finales no sean la gran cosa, pero me gustò como quedaron. Ojalà les haya gustado toda la historia a pesar de tener dos finales. Gracias a todas y todos por leer, votar y comentar. En verdad amo todos sus comentarios, déjenme saber qué les parecieron ambos finales.. XD     ¡¡¡¡LAS (OS) AAMMOOOOOO DEMASIAAADDOOOOOOO!!!! ¡¡MUCHOS BESOS PARA TODAS!! :**********   -3-



MinHo.


La reunión de último momento con un cliente de la empresa apenas terminaba. Saqué mi celular: ocho llamadas y tres mensajes. Sonreí al imaginarme la cara de Se Hun; Estará desesperado y ansioso por ver a su hermano. Baek y Chan Yeol se habían casado en una maravillosa playa. La boda no había sido ostentosa, contrario a lo que todos esperábamos, sino más bien sencilla y familiar en un lugar recóndito de un país lejano. Y ahora llevaban tres años casados e igual de felices y enamorados.

Cada año, para Navidad y Año Nuevo, nos reuníamos ya fuera en Corea o Los Ángeles. Sam y Lay iban por el cuarto hijo: ésta vez sería otra beba. Una prestigiada y famosa empresa telar había buscado a Jong In para ofrecerle trabajo en un excelente puesto. Era el vicepresidente de la fábrica y sucursal en San Petersburgo, Rusia. Tenía ya casi dos años allá, la última vez que lo vimos fue en la boda de Chan Yeol. Sé por Se Hun que Lay es el más emocionado por volverlo a ver.

Subí al coche, lo encendí y arranqué rápidamente; tenía que darme prisa por llegar a casa.

Yo tenía que comenzar a hacerme cargo de la empresa de mis padres y no podía estar yendo y viniendo de corea a Los Ángeles, así que ahora vivíamos en L.A. pero veníamos a Corea en vacaciones o en alguna ocasión especial. Como la de ahora: el bautizo para el primogénito de Chan Yeol y Baek.

En cierto momento de nuestra relación pensé que terminaría perdiendo a Se Hun, y por consecuencia me volvería loco. Juro por todos los Dioses que llegar a pensar que en cualquier momento él se alejaría de mi lado para siempre y que estaba conmigo sólo por costumbre y un sentimiento de cariño alejado al sentimiento del amor. Pero estaba equivocado. Gracias a Dios estaba equivocado.

Compré una casa justamente como la que él quería: con un amplio jardín delantero y una terraza en el patio trasero; Con un frondoso árbol a la mitad del camino a la puerta de entrada a las afueras de la Seúl. Se Hun amaba esa casa, fue mi regalo de bodas para él.

¿Cómo fue que nos casamos Se Hun y yo? Fácil. Él me lo propuso en mi penúltimo cumpleaños. Si bien no fue algo único para los demás; Para mí lo fue.

Se Hun había rentado por una noche el pequeño café al que acostumbramos a ir por las noches cerca de nuestro hogar. Preparó con complicidad de mi madre, una cena romántica sorpresa. No hubo necesidad de que lo pidiera de rodillas ni lo hiciera de manera espectacular. Sencillamente tomó del bolsillo interior de su saco una cajita aterciopelada color vino, la puso sobre la mesa y la extendió hacia mí. ¿Qué si yo había pensado pedirle matrimonio? ¡Por supuesto que sí! Pero él.. simplemente se había adelantado.

Él había estado nervioso. Mordía el interior de su labio inferior, movía continuamente su dedo meñique e inhalaba aire aguantando la respiración por unos segundos, expulsándolo luego lentamente. Esperaba mi respuesta, que dijera algo, pero realmente la sorpresa me tenía mudo. Recuerdo que le sonreí y asentí en silencio. Buscó el anillo en el interior de la cajita y lo colocó en mi dedo anular. Susurró "Te amo" cerca de mi oído cuando lo rodee con mis brazos en un abrazo, transmitiéndole cuanto lo amaba también.






Presioné el botón del cancel automático de la cochera. A mi derecha vi a Se Hun de espaldas, agachado en el pasto del jardín. El jardín era el más maravilloso que yo había visto en toda mi vida. Todo gracias a él. Cada planta y flor existía ahí por él. Las cuidaba, podaba, regaba casi todos los días y les hablaba. ¿Qué les decía? No tenía ni idea; pero me imaginaba que era algo bonito, por ellas crecían y florecían hermosamente.


Bajé del auto y fui a encontrarme con él. Casi llegaba a donde estaba, sin tiempo a reaccionar, se puso de pie con la manguera entre las dos manos. Alcancé a lanzar por ahí mi saco cuando sentí el chorro de agua chocar en mi rostro y mi pecho. Traté de cubrirme con las manos, pero era imposible. Corrí hacia él, intenté quitarle la manguera y la volteé para mojarlo. Su risa alta, divertida y relajada, me hizo saber que era feliz; su mirada brillosa, profunda y tierna, me hizo saber que me amaba.





La casa estaba en completo silencio con la luz al inicio del pasillo encendida solamente. Salí del baño con calma, buscándolo, y encontrándolo en nuestra recámara. Me detuve cerca de la puerta y lo observé. Untaba en las manos una de las cremas que perfumaban todo su casi desnudo cuerpo y suavizaban aún más su tersa piel. Solté la pequeña toalla con la que secaba mi cabello dejándola caer a mis pies; acomodé la que llevaba alrededor de mi cintura, pasando mi mano por mi pecho, quitando algunas gotas de agua que aún resbalaban por él.

- ¿Hasta cuándo vendrás a mí?

Escuché y reí bajito. Abrí más la puerta y entré ahí.

Mi cuerpo entero buscó el suyo por instinto. Mis manos buscaron su cintura y sus caderas por necesidad. Mi boca buscó la suya por celos y posesión; Y mi corazón buscó el latir del de él por amor. Nuestros cuerpos se buscaron y unieron en un sinfín de caricias, palabras de amor y pasión; Y se encontraron en un placer intenso e infinito, en el que éramos dueños uno del otro, de nosotros mismos.

A ambos nos encantaba despertar uno al lado del otro cada nuevo día, dedicándonos caricias en el rostro, en la espalda o en nuestro pecho. Ambos éramos felices por poder amarnos todos los días de nuestras vidas. Amaba tanto a Se Hun que sería ridículo decir que lo quería más que a mi propia vida, que lo necesitaba a mi lado para ser completamente feliz junto a él y que me moriría si no me hubiera casado con él, ¿no? Pero era la verdad; Y seguramente sería uno de los seres más estúpidos e idiotas si lo hubiera dejado escapar.

Se Hun dormía boca abajo con su rostro frente al mío. Miré sus cabellos castaños recordando lo de un momento atrás. Nunca me cansaré de decirle que le daré toda mi vida, toda la vida. Que siempre tendré fe en que podamos estar juntos, aunque a veces llegue a dudarlo. Su amor cambió mi mundo y siento que puedo tocar el cielo si él está aquí conmigo; Así que espero jamás piense en irse de mi lado, porque nunca lo dejaré marchar. Lo besaré, respetaré, cuidaré,.. Haré todo lo que sea necesario para que pueda sentir todo el amor que él provoca en mí. Se Hun se remueve un poco y lo estrecho en mis brazos. Lo coloco de forma que pueda escuchar y sentir el latir de mi corazón. Siento sus labios presionar una pequeña parte de mi pecho y sonrío. Somos felices y sé que lo seremos por los días futuros de nuestras vidas.








- No tienes idea de cuánto te extrañé, tonto.- susurró Chan Yeol a Se Hun mientras lo abrazaba fuertemente.

El mayor sonrió alegre por las palabras de su hermano menor. Feliz por volverlo a ver y abrazar. Pero aún había algo que lo tenía ansioso y nervioso.

- ¿Dónde está? Quiero verlo.- preguntó deshaciendo el abrazo, comenzando a buscar con la mirada.

- Lo tiene Baek.- dijo el menor antes de saludar y abrazar a Min Ho. – No quiere soltarlo. Ni siquiera me deja cargarlo.

Min Ho los encontró antes. Pasó su mano por la espalda de Se Hun llamando su atención; le hizo una seña con la cabeza hacia donde estaba Baek. Se Hun buscó hacia esa dirección, tomó la mano de su esposo y se dirigieron hacia allá.

- Quiero cargarlo, Baek.- pidió autoritario.

Baek Hyun se giró escuchando aquel pedimento con el entrecejo unido.

- No. Lo estoy cargando yo.

- Tú lo cargas todos los días. Ahora dámelo.

Baek cargaba a un pequeño bebé de siete meses. Durante algún tiempo, Chan Yeol y él, habían batallado mucho al momento de hacer el trámite de adopción. Chan Yeol había ya terminado la carrera; Estudiando arquitectura. Había estudiado demasiado y trabajado de sobremanera para sacar buenas notas durante ella. Ahora tenía un estudio donde trabajaba al lado de su mejor amigo Kyung Soo.

Kyung Soo era un arquitecto urbanista. Éste estudiaba la ciudad, buscaba soluciones desde una perspectiva integral, a los problemas asociados con el crecimiento de las ciudades. Checaba el diseño de los espacios públicos, rescatando centros históricos, que hubiera servicios públicos y el mejoramiento de vialidad y transporte. El desarrollo económico y proyectos inmobiliarios. Mientras que Chan Yeol determinaba si realmente se podía levantar el establecimiento o si era seguro hacerlo. Él decía si un diseño o el proyecto de algún ingeniero necesitaba un apoyo adicional o refuerzos a la hora de la construcción. Además de hacer ciertos planos.

No tenían muchos clientes por ahora, pero sí mucho trabajo. Eso no le importó a la hora que decidió con Baek el adoptar un bebé. Chan Yeol siempre soñó con tener una hermosa niña, aunque nunca se lo dijo a su esposo. Pero cuando les llamaron de la agencia de adopción, no evitaron enamorarse de un precioso niño de cuatro meses. En cuanto lo tuvieron en sus brazos, en su casa, llamaron a Se Hun para contárselo. Obviamente Se Hun y MinHo serían los padrinos de bautizo.

- Quiero cargarlo un poco más.- exclamó Baek abrazando más al bebé. – Es mi hijo.- dijo eso último haciendo un ridículo puchero.

- Y yo soy su único tío y padrino. Así que dámelo.

El bebé sin saber lo que sucedía, sonrió ampliamente viendo a su padre y luego dirigió la mirada hacia Se Hun, ésta vez soltó una divertida y ruidosa risa junto a un gritito.

- ¿Lo ves? Me ama.- se acercó al pequeño bulto que Baek tenía entre sus manos e intentó tomarlo.

- No te ama. Te acaba de conocer.

- Aun así me ama.

Baek le entregó su bebé a Se Hun. Sí, parecían dos pequeños niños peleando por el nuevo regalo en casa. Seguramente se verían ridículos peleando por aquel hermoso crío de cachetes rechonchos rojizos, y de mirada brillante y traviesa.

En cuanto Se Hun tuvo a su sobrino en brazos, dio media vuelta. Min Ho y Chan Yeol lo observaban con una sonrisa en sus rostros; les respondió la sonrisa y se alejó de ellos, feliz por haber ganado "la pelea" a su mejor amigo y haberse quedado con el premio mayor.







Ahora estaba a solas en la terraza, un poco alejado del ruido de la música, las risas, el murmullo de las personas. El tiempo era simplemente bueno. El bebé dormía recargado en su pecho, escuchando seguramente el latir de su corazón. Sonrió cuando éste dio un brinquito. Enroscó mas sus brazos en el pequeño, tratando de protegerlo de aquel sueño apretándolo más a su pecho.

- Te ves realmente precioso con un bebé en brazos, Se Hun.

Escuchó. Buscó al dueño de aquella voz y su corazón saltó de gusto.

- Él es el precioso. Míralo.

Se Hun fue hacia el moreno, acercándose para que pudiera ver a su sobrino. Jong In acarició con el dedo pulgar la delicada piel de la frentecita, haciendo que se removiera un poco. Se Hun hizo un movimiento indicándole al mayor que abrazara al pequeño.

Jong In abrió los ojos asombrado ante aquello.

- No. No puedo.- negó rápidamente. – Es demasiado pequeño.

- Vamos, que no muerde.- se colocó de forma que con par de movimientos más, el bebé se encontraba en los otros brazos. – ¿Lo ves? Le gustas.- dijo cuando el bebé enterró su carita en el fuerte pecho del moreno.

Jong In reía nervioso, estático en su lugar. Sintiendo que si se movía dejaba caer al pequeño. Era verdad. Se Hun tenía razón al decir que éste era precioso. Le acarició la mejilla y luego el diminuto bracito. El bebé tomó entre su manita el dedo índice, abriendo los negrísimos ojos. La mirada del niño se cruzó con la del mayor y ambos se observaron por un momento. Luego éste sonrió mostrándole sus rosadas encías. Jong In sonrió instintivamente y lo acercó a su cuello.

- También te ves bien con un bebé en brazos, Jong In.- dijo el menor con la mirada brillosa. – Creo que ahora todos quieren tener hijos.

El moreno notó que Se Hun veía al bebé como la presencia más sinigual y pura que jamás hubiera visto. El brillo de sus ojos reflejaba la felicidad y el amor que sentía por ese bebé, que aunque no fuera de él, este lo hacía sentir de aquella manera. Jong In supo que Se Hun sería un maravilloso y consentidor padre, y eso lo hizo sentirse feliz por él.

- Chan Yeol nos quiere ver todos los días, todo el día mientras estemos aquí.- suspiró al final.

- Lo imaginé. Aunque siento que no podré estar mucho tiempo lejos de él.- señaló al bebé que comenzaba a ponerse inquieto en los brazos del mayor. Con cuidado lo tomó y lo arrulló para calmarlo un poco.

Chan Yeol y Min Ho llegaron con ellos. El menor le quitó a su hermano el bebé. Empezó a hablar con el moreno, sentándose en una de las sillas que estaban ahí. Sacó un biberón y comenzó a alimentar a su hijo, mientras Jong In no dejaba de ver al niño.







- No he dejado de pensar en algo.- murmuró Min Ho a su esposo.

Min Ho y Se Hun bailaban una balada en la pista al centro del lugar. Los largos brazos y fuertes del mayor rodeaban la estrecha y delgada cintura del pelinegro. Moviéndose de un lado a otro lento con movimientos suaves. Se Hun apoyaba su rostro pegado al del contrario, entre la mejilla y el cuello. Escuchándolo en silencio.

- Creo que me gustaría escuchar el llanto de un bebé en casa.- en cuanto dijo esas palabras sintió separar el rostro de su esposo del suyo y mirarlo fijamente, pero él no le devolvió la mirada y siguió hablando. – Quiero levantarme en la madrugada y alimentarlo. Bañarlo a medio día o por la noche antes de dormirlo. Tú le cambiarías los pañales, claro. ¿Qué dices?.- y ahí fue que volteó a ver al menor.

Se Hun había dejado de moverse, sin embargo, no se soltaba del agarre en su cintura. Min Ho también había parado de bailar y ahora lo observaba con una sonrisa de medio lado.

- ¿Estás hablando en serio? No juegues así conmigo, cariño.

- Estoy hablando tan en serio como cuando tú me pediste que nos casáramos.- susurró haciendo caricias en la mejilla del menor. – Jamás diría algo así jugando.

Una lágrima resbaló por un costado del rostro del menor. Min Ho la secó y lo abrazó con fuerza. Se Hun rodeó el cuello de su esposo y sollozó quedamente. Ese día lo adjuntaría a sus días favoritos sin duda. Min Ho no se sintió mal por haber hecho llorar a su esposo. Tanto él como Se Hun anhelaban una familia completa, con hijos. Se Hun lloraba de felicidad y eso lo maravilló. Ahora eran felices, pero con un nuevo integrante en la familia, su felicidad sería multiplicada en demasía. Y quien sabe, tal vez su familia no sólo sería de tres..

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