El placer del amor.| Romione.

By LauraAche3

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Escritora Original: Agata Camil. Escritora en FanFiction.net: Paola Prieto. Escritora en Wattpad: Laura Hil... More

El placer del amor.
Capítulo 2: Ella.
Capítulo 3: Deseos desesperados.
Capitulo 4: Las preguntas.
Capítulo 5: El vestuario.
Capitulo 6: La confesión de Harry.
Capitulo 7: Buscando el perdón.
Capitulo 8: Casi, a punto...
Capítulo 9: Explorando.
Capítulo 10: Al día siguiente.
Capítulo 11: El paseo por el pueblo.
Capítulo 12: Antes del encuentro.
Capítulo 13: El momento más esperado.
capítulo 14: Esclavo de tu amor.
Capitulo 16: Bésame.
Capítulo 17: Un cuarto solo para Ron.
Capítulo 18: La carta.
Capítulo 19: Las monedas del ED.
Capítulo 20: ¡Di que si, Hermione!
Capítulo 21: El primer día de Ginny y Harry.
Capítulo 22: El primer día de Ron y Hermione.
Capítulo 23: El segundo día de Harry y Ginny.
Capítulo 24: El segundo día de Ron y Hermione.
Capítulo 25: El tercer día de Ron y Hermione.
Capítulo 26: El tercer día de Harry y Ginny.
Capítulo 27: Cuarto día de Ron y Hermione.
Capítulo 28: El cuarto día de Harry y Ginny.
Capítulo 29: Quinto día.
Capítulo 30: La partida.
Capítulo 31: En busca de un amigo. (Primera parte)
Capítulo 32: La comarca para pasar la noche.

Capitulo 15: Enviando flores.

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By LauraAche3

El día lunes las cosas iban regresando a su estado normal, los chicos asistieron temprano a sus clases y Hermione volvió a compenetrarse en sus estudios. Harry, ya había comenzado a planificar el día de su partida, dejar a Ginny era lo mas difícil para él, pero desde un principio supo que esto pasaría, cuando decidió regresar con Ginny, supo que dejarla para ir en busca de Voldemort sería lo más difícil de su vida, quizás más difícil que enfrentar al mago más tenebroso de la tierra.

En la lucha contra Voldemort podría vivir ó morir, en cambio estar sin Ginny era estar muerto en Vida. Harry nunca había amado, incluso él mismo sentía que aparte de sus padres y Sirius, nadie lo había querido verdaderamente.

Desde ya contaba con el cariño de sus amigos y de los padres y hermanos de Ron, pero el amor de Ginny era totalmente distinto, cuando estaba con ella se sentía más valiente, más hombre, amado y respetado, eso era lo que ella le daba, Ginny amaba todo de él, amaba su piel, su cabello y hasta su dolorosa cicatriz. De momento lo mejor que pudo hacer era aprovechar el tiempo que le quedaba.

La felicidad de Ron se notaba en su rostro, estar junto a Hermione le deba ganas de mejorar y crecer para ella, deseaba con toda el alma que la castaña lo admirará y respetará tanto como él a ella. En uno de los recreos de la mañana del Lunes, Ron desapareció, la chica lo buscó por todos lados pero no había rastro del pelirrojo, ella lo estaba esperando junto a Harry en la entrada de aula de pociones cuando él llegó.

—¿Dónde estabas?-Preguntó la chica, el pelirrojo solo sonrió al tiempo que le decía:

—Luego lo sabrás.

La clase de pociones era sumamente pesada y aburrida para los dos amigos, al parecer la única capaz de seguir las instrucciones que se hallaban al pie del pizarrón era Hermione. Ron tenía el rostro colorado, Harry nunca lo había visto tan concentrado en una clase, a pesar de sus intentos, cuando la clase finalizó, su poción se parecía más a una sopa espesa de espárragos que una poción de sueño, el chico cerró y etiquetó su botella sabiendo que la nota que obtendría no sería buena, salieron del aula los tres juntos, tanto Harry como Hermione notaron el mal humor del pelirrojo.

—¿Qué pasa, Ron?-Le preguntó la castaña.

Él solo hizo un gesto con la cara, Harry le dio unas palmadas en la espalda al tiempo que Ron respondía:

—Quería hacerlo bien, pero no me salió.

Hermione le sonrió prometiendo ayudarlo para que mejorara en esa materia. El deseo del pelirrojo era ser Auror, para eso necesitaba buenas notas en todas las materias en las que se había matriculado.

La castaña los dejó en la planta baja, ella tenía otra clase, los saludó rápidamente y partió con su mochila al hombro, el pelirrojo y Harry tenían una hora libre antes del almuerzo, el ojiverde invitó a su amigo a caminar por los terrenos del colegio, todavía no había conseguido estar a solas con él para que le contara lo sucedido con la castaña, pero por la cara de su amigo, imaginó que tendría buenas noticias.

—Adelántate, yo luego te alcanzo.-Dijo Ron.

El moreno chico salió del castillo. Ron se quedó parado detrás de una armadura viendo caminar a su novia, la chica iba por la mitad del pasillo cuando un niño muy pequeño de unos 11 años la detuvo tomándola de la parte trasera de su túnica, ella se giró y vio al pequeño niño rubio que llevaba en la mano un ramo de flores silvestres atadas con un lazo azul, el pequeño le entregó el ramo y regresó por el pasillo, la castaña tomó el ramo y miró para todos lados mientras Ron la espiaba divertido, en el medio del ramo había una pequeña nota dentro de un sobre de un color rojo intenso.

La chica tomó el sobre y lo abrió, desplegó la nota y leyó lo siguiente:

¿Te gustan las flores? No son ni la mitad de bellas que tú.

Te espero esta noche a las 11:30 en la sala común.

Te amo,

Ron.

Ella miró para todos lados buscando al pelirrojo pero él no salió de atrás de la armadura, el pequeño niño rubio estaba detrás de él esperando su recompensa, Ron pudo ver como su novia sonreía dulcemente mientras olía las flores silvestres del ramo.

Una vez que la chica continuó su camino, el pelirrojo se giró hacia al niño y le pagó con unas monedas de bronce. Después de esto salió por el castillo en busca de Harry, el chico estaba sentado bajo un árbol, Ron se sentó junto a él y se recostó en el pasto sin decir nada.

—No hagas que te lo pregunte de nuevo, ¿Vas a contarme ó no?

El pelirrojo se rió a carcajadas, disfrutaba hacer sufrir a su amigo con la intriga. Ahora estaba más relajado y ya estaba listo para compartir parte de su experiencia con él.

—No sé cómo decírtelo...-Comenzó Ron.—Ha sido maravilloso, todo en ella es maravilloso, nunca imaginé que fuera así.-Terminó de decir con una sonrisa radiante.

—¿Así cómo?-Preguntó Harry.

—Así tan… Maravilloso. Es extraño, Hermione es muy enérgica y tiene un carácter embravecido, sin embargo cuando estuvimos juntos ella era más como un gatito pequeño que como la fiera leona que conocemos.

—Bueno, habrá estado nerviosa, con el tiempo se le pasará.

—No, no es eso, no sé explicártelo, no es que estuviera tímida… ó avergonzada, no sé, creo que si hubiera puesto mi oído en su garganta la habría escuchado ronronear.

El ojiverde se rió con ganas con la comparación que Ron había hecho sobre Hermione, la castaña no le parecía en absoluto un gatito dulce capas de ronronear, sin embargo el pelirrojo estaba en lo cierto, él todavía no lo sabía, pero lo cierto era que estaba ejerciendo un poder muy especial sobre la chica.

A ella le era muy difícil concentrarse en sus clases y sus deberes, a cada momento recordaba las sensaciones que el chico le había provocado, era una mezcla extraña de amor y deseo, por un lado lo amaba, ella lo sabía, sabía que ese amor crecía a pasos agigantados a cada minuto, de un momento a otro Ron se transformó en lo más importante de su vida, por otro lado la pasión y el deseo que él le provocaban la asustaba un poco, podía sentir en su interior que perdía la fuerza y la voluntad frente a él, todo en él era maravilloso, la besaba increíblemente, la tocaba de una manera inexplicable, parecía que él sabía todo sobre su cuerpo, el cuerpo de Ron la reconocía, sabía como acariciarla, como besarla, como saborearla.

Hacía grandes esfuerzos por no recordarlo a cada momento, debía concentrarse en sus estudios y no dejarse llevar. Después de una tarde terrible en donde el trío asistió a dos horas de transformaciones y dos horas de historia de la magia, se sentaron en la sala común para hacer sus deberes, como siempre la castaña terminó primero, Harry y Ron la miraron expectantes para ver si recibían ayuda, ella sintió como el dúo le daba miradas suplicantes.

—Ya dejen de mirarme así, a ver, pásenme las redacciones.-Dijo Hermione.

La chica revisó los trabajo y les indicó dónde corregir, luego cumplió su promesa y ayudó al pelirrojo con pociones, Harry nuevamente desaparecía, Ginny también. Ella se sentó muy cerca de su novio mientras le explicaba como hacer la poción de sueño, el chico no le apartaba los ojos de la boca, ella se sonrojó levemente y le dijo:

—Si no me prestas atención no lo vas a comprender.

—No puedo concentrarme, quiero besarte.

La castaña alzó los ojos y vio que la sala común estaba repleta de gente, entre ellos Lavander que no les sacaba los ojos de encima. El chico tomó con desenfado la mano de su novia y la sacó a la rastra de la sala común, salieron por el retrato de la dama gorda, y caminaron varios metros, bajaron por unas escaleras y el chico empujó la puerta de un aula vacía, entraron en ella y en cuanto se cerró la puerta él la tomó del rostro y la besó con pasión.

Ella ni siquiera tuvo tiempo de decir nada, antes de que pudiera parpadear Ron ya le estaba hundiendo la lengua en su boca, la castaña cerró los ojos y dejó que el chico la saboreara, el beso profundo lleno de pasión y sentimiento duró más de dos minutos, ni siquiera se separaron para tomar aire, cuando lograron despegarse el chico la abrazó, necesitaba sentirla entre sus brazos y acariciarla aunque solo fuera por unos minutos.

Mientras se abrazaban con profundo amor ella le dijo:

—Me han gustado mucho las flores, eres muy tierno.

El chico se alegró tanto que la alzó en el aire y la hizo girar mientras la abrazaba.

—Bueno, ya podemos regresar, solo deseaba besarte.-Dijo Ron.

Pero ella ya no quería regresar, lo besó nuevamente, lo besó con deseo haciendo que él suspirara mientras cerraba los ojos lentamente.

—No me provoques, Herms, o te juro que no regresarás en toda la noche.-Murmuro él.

En respuesta ella colocó sus manos en el pecho del pelirrojo y lo tomó de la corbata acercándolo más a ella, un nuevo beso encendido de pasión y deseo se apoderó de ellos, el pelirrojo camino uno pasos y la acorraló contra la pared, estaban en lo mejor del beso cuando la puerta del aula se abrió por completo, Ron giró la cabeza y la castaña pudo ver en la entrada a la directora, la profesora McGonagall y a Lavender.

La directora frunció tanto los labios que parecía que su boca iba a desaparecer, la mujer tenía la vista fija en los chicos mientras Lavander reía por lo bajo maliciosamente.

McGonagall.

—Los dos a mi despacho, ahora.-Dijo la mujer.

Pegó la vuelta y caminó por el corredor, los chicos la seguían mientras Hermione miraba a Ron con cara de terror, el pelirrojo en lo único que pensaba era que en cuanto se librará de eso, mataría a la odiosa de Lavender. Entraron en el despacho y la profesora se sentó tras su escritorio, juntó las manos y les hizo una seña a los novios para que tomaran asiento enfrente de ella, ninguno de los dos decía nada, la mujer los miraba con severidad.

—Estoy muy decepcionada, Srta. Granger.

—No estamos haciendo nada malo…-Dijo Ron.

A la castaña se le erizaron los vellos de la nuca, pensaba que ese no era el momento de replicar.

—Encerrarse en un aula vacía con una compañera, Sr. Weasley, no es lo que se espera de ustedes.

—Lo sentimos mucho, profesora.-Dijo Hermione.

—Yo no.-Dijo Ron

La chica lo miró con la misma severidad que la docente, no podía creer la actitud de su novio.

—Voy hacer de cuenta que no escuché eso, los dos están castigados.-Dijo la mujer.

—¿Por qué?- preguntó Ron.

—Basta, Ron, cállate.-Dijo Hermione.

—No, no me voy a callar, con todo respeto, profesora, no estábamos haciendo nada malo, solo fue un beso, Hermione es mi novia, ¿qué se supone que hacen los novios? Nos comportamos en nuestras clases y ni siquiera nos besamos en la sala común delante de todos, estábamos en el aula porque… Bueno, la sala común estaba llena, no fue nada malo.

Hermione cada vez se hundía más en su asiento, estaba totalmente avergonzada, tenía ganas de matar a su novio, ella nunca le replicaría a un profesor de esa manera.

La profesora por su parte dejó su mirada severa y Ron pudo jurar que la mujer tenía ganas de reír.

—¿Algo más para decir, Sr. Weasley?

—Si, lo siento, no imaginé que estaba violando alguna norma, solo fue un beso, castígueme a mí, es mi culpa, yo la lleve ahí, ella no quería, solo quiero que le quede claro, que… Bueno, sé que no es de su incumbencia, pero yo la quiero mucho y le aseguro que no fue mi intención hacer algo malo.

Ahora la mujer no pudo evitarlo y sonrió con libertad, se puso de pie y los acompañó a la puerta al tiempo que les decía:

—Mañana los dos limpiarán el baño de los prefectos sin usar magia, de todas maneras, hacen una hermosa pareja. Espero que la Srta. Lavender no vuelva a seguirlos, de esa manera los acusará. Les recomiendo más disimulo, vayan al comedor, está por empezar la cena.-En cuanto los chicos salieron la mujer murmuró: —Espero que ahora dejen de discutir.

No estaba molesta con los chicos, pero Lavender los había acusado y la docente no podía dejar de castigarlos, aunque no les dio un gran castigo, el baño de los prefectos siempre estaba muy limpio.

La parejita salió del despacho, Ron no estaba tan afligido como su novia, para la chica que un profesor le llamara la atención era algo terrible, él en cambio la tomó de la mano y le dijo:

—Bueno, no fue un gran castigo, tendremos tiempo para estar juntos.

La castaña quiso replicar y retarlo pero no pudo, él la miraba con sus ojos celestes llenos de ternura.

—Si, tendremos tiempo de estar juntos.

No hablaron más del asunto y caminaron en dirección del gran comedor. En la sala multipropósito estaban Harry y Ginny, el moreno tuvo ganas de decirle a su novia que ya estaba planificando su partida, luego de mirarla unos instantes intentó decir algo.

—Ginny, yo… No sé cómo decirlo, pero…Bueno, tú sabes que me iré, creo que…-Decía Harry.

La chica no lo dejó seguir, le apoyó un dedo en los labios para que hiciera silencio.

—No digas nada, no quiero saberlo, avísame un día antes ó el mismo día si quieres, pero no ahora. Si me lo dices no dejaré de pensar en eso, yo prefiero disfrutar el tiempo que nos queda.

Harry la miró con ternura, Ginny a pesar de su corta edad demostraba una madurez sin igual, era valiente y estaba dispuesta a esperarlo. La pelirroja se puso de pie y miró a Harry con amor, lentamente se fue quitando sus prendas, una a una su ropa fue cayendo, el chico la miraba embelesado, cuando estuvo finalmente desnuda, Harry pensó que miraba una obra de arte, la chica estaba de pie con su largo cabello rojizo tapándole los senos, ella se arrodillo junto a él y lo desvistió sin decir nada, cuando lo tuvo desnudo frente a ella, lo recostó en la alfombra y se echó sobre él, lo beso dulcemente y Harry comenzó a llorar en silencio, lo que más le costaba era dejarla, no podía, no quería dejarla, en ese momento odio su vida, odio su pasado y a Voldemort, si él no se hubiera cruzado en su camino el hubiera sido un chico normal y nunca tendría que dejar a Ginny.

Ella le limpió las lágrimas de su rostro con sus labios, absorbió cada una de las gotitas que le caían de los ojos, el chico la tomó del rostro y la besó con amor, ella siempre le daba lo que necesitaba, él la giró y se montó sobre ella al tiempo que la besaba con todo el amor que tenía en su corazón, todavía estaba emocionado cuando le habló en un susurro:

—Vas a esperarme, ¿verdad?-Dijo Harry.

—Claro que si.-Dijo Ginny.

—Sé que eres muy joven y yo también, pero cuando esto pase, quiero que te quedes conmigo para siempre.

—Siempre estaré contigo, mi amor.

—Ginny, yo quiero todo contigo, quiero tu amor, tus besos, tu risa, quiero que me ames toda la vida.

Mientras le hablaba, Harry no podía dejar de acariciar su cabello y su rostro. Ginny entendió lo que su novio le quería decir, le acarició su rostro emocionado y le dijo dulcemente:

—Quiero darte todo lo que necesitas y deseas, quiero darte hijos, un hogar, un hogar en donde tú seas feliz, te sientas amado, quiero darte todo lo que tengo.

Harry estaba tan feliz que sin pensarlo respondió:

—No tengo mucho para ofrecerte, pero me queda la casa de Sirius, a mi regreso podemos vivir ahí, nos podemos casar y estar juntos por siempre.

Ginny lo abrazó rodeándolo del cuello con sus brazos, al tiempo que hizo esto lo abrazó con sus piernas desnudas, lo rodeó de la cadera y Harry pudo sentirla más cerca. La besó con pasión y amor, la penetró con lentitud haciéndole el amor con la ternura que sentía en ese momento.

De pronto Harry sintió una punzada en su vientre, ya nada podía separarlo de Ginny, ni siquiera Voldemort, estaban unidos por un lazo profundo que el mago tenebroso no podía romper, de pronto se sintió tan hombre que mientras le hacia el amor suavemente tuvo deseos de ser padre, de tener un hogar, un hogar junto a la mujer mas esplendorosa.

La pelirroja jadeaba mientras el suspiraba lleno de pasión, mientras se movía en su interior, le susurró jadeante:

—Regresaré por ti Ginny, te lo prometo.

Ella no pudo más que besarlo, luego le dijo:

—Sé que regresarás, yo te estaré esperando,mi amor.

Se olvidaron de la cena, de los deberes, se olvidaron de todo y de todos, solo existía ese momento sublime de amor, Harry se aferraba a la chica gimiendo de placer, la besaba con desesperación, la besaba como si fuera la última vez, cuando no pudieron más se unieron en un grito de placer ensordecedor, se quedaron abrazados mientras soñaban con ese futuro maravilloso que tanto deseaban.

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¡Tiene Hinny este cap!

Espero que les haya gustado, porque era uno muy extenso.

Actializare mañana, lo prometo.

Att: LauraHillón ✏

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