* Narra Thomas *
Lo peor no tardó en llegar.
El estado de Winston había empeorado en las horas que transcurrieron.
Comenzó con pequeñas convulsiones, las cuáles fueron siendo cada vez más intensas, hasta el punto de expulsar sangre de su boca. El color de ésta parecía tornarse más oscura de lo normal. Casi tan oscura como el negro mismo.
Se vino a mí mente los recuerdos de los Cranks en las dunas; con sangre de ese mismo pigmento negruzco esparcido por su piel.
Luego, comenzaron a ser algo más que convulsiones.
Winston sufría múltiples ataques de rabia que eran muy difíciles de controlar. No parecía ser él mismo.
Y definitivamente no lo era.
Todo el grupo hizo un esfuerzo para sujetarlo durante unos buenos minutos.
Tras los últimos fuertes espasmos, lanzando gruñidos como si luchara con él mismo para controlarse,se dejó caer inconsciente.
Estaba tumbado sobre la improvisada camilla que entre todos habíamos hecho para llevar a nuestro amigo herido. Era fácil transportarlo pero lo cierto era que nos retrasaba bastante.
La respiración de Winston siguió agitada hasta que se volvió serena en cuestión de minutos.
Los Habitantes, algunos más que otros, se alejaron agobiados y también se los veía angustiados. Yo también lo estaba. Conocieras o no a Winston, era difícil presenciar tal comportamiento errático de una persona que no era de esa manera.
Una vez más, odie a C.R.U.E.L por no encontrar una cura.
Me senté frente a la fogata en busca de algo de calor, aún con ese último pensamiento pasando por mi cabeza. Imaginé cuántas personas habrían sufrido lo mismo que a Winston, o cuántas personas como nosotros habían visto a sus seres queridos transformarse de esa forma.
Mis pensamientos se desviaron nuevamente a Winston.
Un remolino de furia me recorrió todo el cuerpo, alojándose en mi garganta como un gran nudo que era difícil de deshacer. Sentí ganas llorar, pero reprimí el sentimiento y fruncí los labios. Tenía gente a mi alrededor a la que no quería verme vulnerable.
No quería sumar a Winston en ese listado de quiénes ya no estaban. No quería creer que no pude haberlo salvado del peligro, cuando en realidad podría haberlo evitado.
Mis puños se apretaron con fuerza mientras la arena escurría en mis dedos.
Todo es mi culpa.
Era una frase que no dejaba de sonar en mi cabeza.
Quizás todo este tiempo, desde que escapamos de las instalaciones de C.R.U.E.L, estaba pretendiendo ser el líder que no era.
- Thomas...
La voz de Ariana me tomó por sorpresa. Sentí su mano fría sobre la tela de mi abrigo.
Al levantar la vista hasta sus ojos, apenas pudo sostener su mirada con la mía. Su rostro y expresión carecían del brillo y ánimo que siempre tenía.
- Deberías acompañar a Sartén. Está sentado junto a...- tragó con disimulo su tristeza- Winston.
Me incorporé y antes de que ella se alejará de mí, la tomé por el brazo con suavidad. Ella seguía afligida mirando el suelo.
- Todo va a estar bien.
No obtuve respuesta hasta unos cuantos segundos después, cuando sin mirarme aún, se dio media vuelta.
- Iré a dormir.
Se alejó con el resto y buscaron un lugar cerca donde no pasar frío por la noche. Supuse que todos preferían dormir y dejar de pensar en el día difícil que habíamos pasado.
Sartén estaba sentado sobre una roca, junto a su amigo. Tenía los codos apoyados sobre sus rodillas y la cabeza encorvada, jugando con sus dedos temblorosos.
Me senté en el pequeño lugar disponible sobre la piedra a su lado.
Al verlo de cerca, noté sus ojos brillosos.
Él no esperó que yo dijera algo, solamente empezó a hablar en un tono débil.
- Winston y yo nos conocimos por primera vez cuando era su turno de bajar a ver quién era el nuevo novato. Esa vez, llegó un garlopo con los ojos a punto de estallarle en lágrimas. Se trataba de mí, Thomas. Winston soltó una carcajada al ver mi cara y me extendió la mano para sacarme de la caja. Su carácter tenía la calidez que no vi en ningún otro Habitante. Fue el único que se ofreció voluntariamente a mostrarme el Área. Hacía chistes durante el recorrido, haciéndome reír, cosa que no creí hacer al llegar. Lo consideré mi primer amigo y lo sigue siendo hasta ahora.
Cuando estaba comenzando a trabajar en la cocina del Área, un día, Gally se metió conmigo por querer comida extra. Cuando lo enfrenté por negarme, éste quiso golpearme y me asusté. Pero Winston apareció y recibió todos los golpes en mi defensa. Cuando la pelea terminó debido a que Newt y Minho habían llegado a poner orden, Gally fue encerrado y casi desterrado.
Todos los días visité y cuidé de Winston en la enfermería. Le llevaba una ración de mi sopa especial. Nuestra amistad se fortaleció gracias a eso y otras situaciones donde nos hemos ayudado el uno al otro. Le debo mucho, Thomas. Él es mi mejor amigo.
La últimas frases temblaron en sus labios.
Abrí la boca vacilante, sin saber que decir. Pero antes de encontrar las palabras correctas, Sartén se había lanzado hacia mí. Me rodeó con sus brazos y comenzó a llorar en mi hombro.
Aquello terminó por romper mi estabilidad y también solté las lágrimas acumuladas mientras le devolvía el gesto.
Nunca lo había visto de esa manera y deseé no volver a hacerlo jamás.
- Lo siento, Sartén- dije cuando rompimos el abrazo- Podría haber evitado que esto sucediera.
- Podría haber sido cualquiera de todos nosotros.
- No soy Newt. Él no habría dejado que esto pasara.
Sartén me miró, mientras mis ojos no podían despegarse de la arena en mis botas, avergonzado.
- Es un mundo nuevo del que no conocemos. Pero cosas como éstas- miró a Winston-, pasan todo el tiempo aquí afuera.
Una pequeña sonrisa, o inclusive, algo más pequeño aún, surcó por sus labios.
- Eres un buen líder, Thomas.
Nos quedamos en silencio varios minutos. La noche estaba en calma y parecía que así sería hasta el amanecer.
Lancé un último suspiro al aire y me puse de pie.
- Será mejor que duerma.
Sartén, quién se incorporó tan pronto como terminé de hablar, me abrazó nuevamente. Nos dimos pequeñas palmaditas en la espalda.
Mientras me alejaba a descansar, me prometí a mí mismo ser un mejor líder. Nadie volvería a pasar por lo de Winston.
Nadie más.
...
Mi corazón latía con la fuerza suficiente para casi salir volando de mi pecho.
La forma tan brusca de haberse despertado se debía a que había captado varios gritos, forcejeos y sonidos de gente luchando.
Cuando mi vista se acostumbró a la luz del día y mis ojos vieron en dirección de donde venía el escándalo, lo primero que pude ver fue a Aris, Minho y Ariana sujetar a Winston. Éste lanzaba alaridos escalofriantes mientras estaba casi sobre Sartén, intentando atacarlo.
- ¡Winston, para!- su amigo le repetía una y otra vez- ¡Soy yo, Sartén!
Pero a éste no parecía importarle. Estaba poseído por la necesidad de comer carne humana y sus ojos estaban inyectados en sangre. Era evidente que no lo reconocía, estaba teniendo otro ataque.
Brenda, Anne y Teresa ayudaron a Sartén a alejarse lo máximo posible, antes de que resultará dañado.
Apenas había sujetado a Winston, cuando vomitó una gran cantidad de sustancia de color negro y aspecto extremadamente viscoso.
Agitado como el día anterior, cayó sobre la camilla, pero esta vez estaba despierto y parecía, de a poco, recobrar la razón.
- Lo siento...- su voz parecía entre cortada- Ya no puedo controlarme más.
Supe lo que iba decir.
- Tienen que dejarme aquí.
La respuesta de Sartén fue la primera.
- No.
- ¡Tienen que dejarme!
- Te he dicho que no.
- Tal vez podríamos hacer algo...- la buena intención de Brenda quedó en el aire. No se podía hacer nada y nadie se animaba a decirlo en voz alta.
Los gruñidos de Winston hicieron que las venas de su cuello resaltaran sobre su piel. Se estaba conteniendo ante otro ataque.
- Ya no soy el mismo. Y ya no lo seré dentro de unas horas- dijo esforzándose en hablar con buen juicio- Por favor, déjenme.
- ¡No!- volvió a decir Sartén- He dicho que no te...
Su amigo- o lo que quedaba de él-, no pudo seguir reteniendo su tono moral.
- ¡Qué me dejes, maldito! ¡Déjenme morir aquí! O juro que cuando tenga la oportunidad los asesinaré a todos. Uno por uno. ¡Y me tragaré sus ojos y dedos!
Todos quedamos en silencio, asustados ante la amenaza que sabíamos que no era mentira viniendo del futuro Crank creciendo dentro de Winston.
Apretó la mandíbula y un poco de esa sustancia oscura salió de su labio inferior. Estaba sudado por completo de pies a cabeza y respiraba cada vez con más dificultad.
Buscó con la mirada entre nosotros hasta que su mirada se posó en mí.
Abrí los ojos asustado, mientras su mirada buscaba auxilio con desesperación.
- Thomas...- jadeó agitado-, si eres un buen líder, sabrás lo que será mejor para el grupo.
- Yo...
- ¡Soy peligroso!- se apuró a decir casi en un grito frenético- ¡Soy un obstáculo para el camino que deben cruzar!
Las miradas de cada uno de los Habitantes estaban sobre mí. Tragué saliva.
Excepto por Sartén, todos opinaban lo mismo que yo.
Deseé no tener que hacerlo, pero asumía la responsabilidad de la seguridad de todos.
- ¿Tienes alguna última voluntad?
Mi pregunta había sido tímida y ni siquiera me había atrevido a mirarle la cara.
La mirada de Winston se dirigió nuevamente a Sartén, quién era consciente de que era lo mejor pero no podía aceptar la idea aún.
- Busca dentro de mi mochila.
Su amigo le hizo caso y su mirada triste cambió a una alarmante cuando extrajo una pistola de adentro de la bolsa.
- Yo no...- dijo con su voz quebrada- Yo no puedo.
A continuación, recibí el arma en mis manos.
Por segundos, observé temeroso la difícil tarea que debía hacer. No había decidido nada cuando Winston volvió a gruñir. No faltaba mucho más para perderlo para siempre.
Y por el bien de todos, tomé una decisión.
La menos dolorosa, tal vez.
Ahora el arma estaba en manos de él.
- Hazlo cuando estés listo, amigo.
Él esbozó una sonrisa apenas visible entre tanta angustia.
Me alejé caminando, no esperé a nadie. Debíamos continuar el camino.
Todos se despidieron y siguieron mis pasos.
Por instinto, supe que Sartén sería el último en despedirse, y también el que más tardaría.
Apenas habíamos avanzado unos pocos kilómetros cuando el disparo hizo eco en toda la zona.
Por reflejo, todos nos detuvimos.
Sentí una punzada en el pecho de culpa absoluta.
Escuché a varios de mis amigos llorar por horas.
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¡Capítulo difícil! 😭 Bye, Winston. Siempre en nuestros coras.
Buena noticia... ¡Hey vuelto!
La historia continuará hasta su final, así que no desesperen que no dejaré la novela.
Estoy trabajando en una nueva historia, pero no se si publicarla.
De todos modos, si lo hago, no será por ahora. Necesito terminar de armar la trama.
Las extrañé queridas Lectoras ❤ Espero que no se enojen por no haber actualizado en tanto tiempo 😔 Perdón.
Este año será distinto 😄
Adiós, hasta el siguiente capítulo 💕