Desde el momento que Mel se instalo en la casa, las cosas en mi vida fueron para mejor. Era como siempre imagine desde que la compre. Solo hasta ese momento comprendí todo lo que me había perdido sin ella.
Una vez que retiraron mi yeso, Mel se encargo de mi rehabilitan. Ese tiempo nos sirvió para conocernos más y ver en lo que nos habíamos convertido. Por mi parte me encantaba cada parte de ella, incluso aquellos momentos que en peleábamos.
En ningún momento hablamos de entablar una relación porque en ese tiempo no lo necesitamos. Había muchas cosas que perdonar y otras que superar. Pero para mi había necesidad de cerrar lo nuestro y solo existía una manera.
Me sorprendió la facilidad con la que Alberto y yo nos adaptamos. Y es que tampoco me engañaba, desde el momento que nos conocimos mi vida dio un giro para bien. En ese momento creí haber encontrado a la persona adecuada para mi. Aquella que jamas me abandonaría como otros lo habían hecho, pero tuvimos que esperar años para comprender que nuestro lugar estaba con el otro.
Nadie jamas dijo que el amor seria sencillo y definitivamente llegar a este punto no lo fue.
Si alguien me preguntara que somos, no sabría contéstale pues en realidad no teníamos una relación, pero si podría decirles que ambos nos preocupábamos por el otro, que estando juntos eramos felices y que si la vida iba a ser de esa manera, bien podía olvidar todo nuestro pasado.
Pero si en algo estoy segura es que no necesitamos palabras para definir lo nuestro. Por que hay ocasiones en las que las palabras están de sobra e incluso no alcanzan a abarcar lo que una persona es para otra. Creo que ese es nuestro caso.