Era día viernes cuando Namjoon despertó de su sueño, estaba exhausto, sin más se incorporó en aquella cama soltando un pesado suspiro y justo después un bostezo. Con su mirada analizó cada rincón de la pequeña habitación, en un lado suyo de la cama permanecía Hoseok plácidamente dormido, Namjoon sonrió con satisfacción al saber que nada de eso había sido un estúpido sueño sino la realidad, se levantó de cama cambiándose completamente y yendo hacía una puerta de madera dentro de la habitación; seguramente sería el baño.
Al salir de éste con el rostro más despejado acomodó sus cabellos un poco y se dirigió a Hoseok, su gran mano se posó en el hombro del chico contrario removiendolo a jalonasos. Tras al no responder a sus llamados junto a los movimientos que le proporcionaba suspiró casi al punto de darse por vencido, su molestia llegó a arrebatar ese lugar.
—¡Despierta de una puta vez!— Gritó y Hoseok no tardó en abrir los ojos totalmente exhausto.
—¿Qué es lo que quieres?— Musitó con molestia en cada palabra y letra incorporándose en la cama, pasó una mano por todo su rostro con la finalidad de despertar de una buena vez.
—De ahora en adelante vendré a visitarte y dejame decirte...— Susurró Namjoon con una cínica sonrisa.- Que tus queridas llaves ahora me pertenecen y vendré cada vez que me venga en gana o cuando me aburra acudiré a ti como mi mascota y la zorra que eres, Jung Hoseok.
—Escoria indeseada—- Susurró Jung para sí mismo esperando no ser escuchado.
—¡Ah! Y una cosa más, tu teléfono celular estará en mi casa, Jung no me creas imbécil que sé perfectamente cuando podrías llegar a contactar a Taehyung si dejaba el celular a tu alcance. Que lástima ¿no crees?
Y eso fue lo último que el chico de sonrisa y rostro esperanzado recordó, ese día Viernes había gritado con todas sus fuerzas llenas de odio a tal punto de desgarrar su garganta, maldijo una y mil veces al bastardo de Namjoon. Pasó exactamente tres milagrosos días en los cuales el puto enfermo no hacía presencia en casa de Hoseok, ni siquiera la planta de su pie pisó los adentros de aquel hogar, Jung estaba desesperado e inclusive no perdía el tiempo relajandose sino tratando de escapar nuevamente de las garras de aquel tipo, desesperado subió a su habitación buscando entre cajones el teléfono celular que tenía de repuesto por si alguna emergencia llegase a suceder.
Sacó cada cajón dejando papelero o incluso su propia ropa tirada por toda la habitación, sin embargo no le importó, nada le interesaba más que encontrar su único rastro de salvación era el aparato electrónico. Una vez que lo encontró sonrió complacido tomándolo en manos y marcando con rapidez el número de Taehyung entre su lista de contactos.
Más de veinte llamadas fueron las que hizo en tan sólo treinta minutos, caminaba de un lado a otro dentro de la habitación esperando que contestaste al menos un simple llamado, Hoseok susurraba y casi rezaba por pensar lo más positivo que podía llegar a ser, sin embargo, la inseguridad en él reinaba dándole paso a la preocupación, tanto así que sus manos temblaban sosteniendo el aparato y sudaban sin remordimiento.
—Porfavor... Contesta...— Susurró mirando con atención la pared.
—Oh no bebé, yo no haría eso si fuera tú.— Una voz bastante más gruesa que la de él resonó por las paredes de la habitación, como si fuese el sonido más potente ahí. Un escalofrío recorrió por toda su espalda al girarse y observar la intensa al igual que pesada mirada de Namjoon, sus brazos estaban cruzados acompañado de una ceja alzada.
—¿Acaso me creíste estúpido?
—No estúpido, sino un GRAN HIJO DE PUTA.— Con toda sinceridad, molestia y repulsión escupió Hoseok y como devolución sintió un puño ser estampado en su mejilla con suficiente potencia.
Ahora la tenía roja y ligeramente hinchada.
—A ver Horse. Vuelve a repetir lo que dijiste.— Con un tono más tranquilo, amable y obviamente fingido habló Namjoon jalando a Hoseok de sus cabellos obligándolo a verle directamente, éste en cambio se negó una y otra vez debido al temor y la fuerza que poseía su abusador.
Pero fue mala idea hacerlo ya que una vez más recibió un merecido jalón en sus hebras, fue aventado a su cama e incluso Kim Namjoon se subió encima suya propinandole el segundo golpe de día, uno tras otro, tras otro hasta dejarlo con la sangre por fuera de su boca, su nariz posiblemente rota y sus ojos acuosos debido al dolor.
—Vamos a divertirnos como siempre Hoseok, pero te prometo que está vez no tendré compasión.
⭐⭐🐶⭐⭐
—Duele mucho...— Susurró Hoseok mirando con los ojos entrecerrados a Namjoon, más lágrimas cayeron de sus ojos siendo deslizadas hasta perderse en sus mejillas y Namjoon... Él se encontraba jodiendo a Hoseok en cada instante.
—Es evidente, idiota. No esperes a que te trate bien, las zorras como tú no merecen respeto.— Namjoon dijo junto a cínica sonrisa en sus labios y sin preparación metió su miembro en la entrada de Hoseok, dolía como los mil demonios y apretaba sus labios por no gritar.
El puto animal estaba partiendole el culo en simples pasos.
Nam se encontraba sin ropa, en cambio Hoseok solamente mantenía su camiseta levantada y rota como si fuese atacado por cantidad de depredadores; estaba rota. Sus labios permanecían intensamente rojos debido a que los mordía callando cualquier jadeo o gemido y el miembro de Jung respondía a cada caricia, movimiento y acción de manera inconsciente.
Los pezones ¿Qué decir de ellos? al igual que sus labios estaban bastante rojizos junto a las marcas en todo su pecho, cuello y en los costados donde permanecían sus costillas, Namjoon observaba cada facción en el rostro temeroso/lloroso de Hoseok como si fuera la mayor satisfacción del mundo, el gran hijo de puta tenía una sonrisa plantada en su rostro.
Y la primera estocada acompañada de un grito desgarrador de dolor se hizo presente resonando por toda la habitación, Namjoon posó una de sus manos callando la boca contraria con molestia.
—Un grito más y te estampo otro golpe en el rostro.— Amenazó, Hoseok lo miró restándole importancia a la situación y simplemente desvío la mirada.
Namjoon tomó la mandíbula del chico con la brusquedad obligándolo a un beso bastante forzado, lamió, mordió y jugó con ellos un buen rato cuando comenzó con las embestidas.
Segunda, tercera y cuarta embestida fueron las que dio, claro, todas llenas de rencor, deseo y ansias.
—Joder, estás bastante apretado.— Su voz había salido ronca más de lo habitual y su mirada llena de lujuria demostraba mil cosas.
Por otro lado Hoseok temblaba y lloraba continuamente, jadeos salían de sus labios llenos de dolor por casa dura embestida.
Las manos de Namjoon sujetaban fuertemente la cintura de Hoseok, masajeaba su miembro y sus movimientos no detenían en ningún momento, Jung llevó ambas manos a su boca haciendo sonreír aún más a Namjoon, sin embargo no pudo callar un grito más y fue golpeado en su rostro una vez más, la sangre que había parado hace momentos atrás nuevamente comenzaba a salir.
—P-Porfavor, detente...— Suplicó casi inaudible, sentía pocas fuerzas ante cada brutal movimiento.
Los gemidos de Namjoon acompañado de maldiciones se hacían más sonoros y simplemente no dijo nada al respecto de lo que Hoseok le había dicho, es más, lo había jaloneado de sus cabellos una vez más.
—¿Enserio crees que me detendré? Eres bastante incrédulo Hoseok, eso es lo que me encanta de ti.— Y sollozos más fuertes se escucharon por parte del abusado, estaba destrozado tanto emocional como físicamente.
Sus fuerzas comenzaban a ser menores y sentía los ojos bastante pesados, Namjoon estaba casi a punto de correrse cuando escuchó un sonido morboso en cada embestida, bajó su mirada creyendo que ya se había corrido pero, su sorpresa fue grata al ver que no lo hizo sino que era sangre, bastante sangre se hizo presente mojando toda la cama y sábanas del muchacho, la calentura en Namjoon bajó en segundos.
Salió de Hoseok sin importancia y rodando los ojos, el chico se había desmayado o tal vez muerto, perdió bastante sangre, sonrió por lo que le hizo pero tampoco podía llegar a ser tan hijo de puta y dejarlo ahí tirado.
Tomó su teléfono celular entre manos, cantidad de mensajes y llamadas perdidas de SeokJin estaban en él e incluso tenía una reciente, la ignoró y tecleó un número bastante conocido para él, su voz había cambiado al igual que su forma de ser al ver a Hoseok por primera vez, es más, su actitud con las personas también sufrió cambio. La llamada finalmente fue contestada sin tardarse tanto y Namjoon no creía que llegase a hacer esto; pedir ayuda a quien le arrebató a su pequeña diversión.
—Taehyung, necesito de tu ayuda lo más pronto posible...
Y esta vez no tenía planeado que Taehyung le arrebatase una vez más a su querido juguetito.
Muy bien niñas, agárrense para lo que se viene(?
Estén preparadas.