¿Primos? (Manu Ríos)

By Guadalupe_Garcia

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La familia Ríos Fernández. La familia Mendes Espinosa. Aunque no lo crean son familia. Dos primas algo mayor... More

Presentación
Prologo
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Aviso.
Capitulo 18
Capitulo 19
¡Hola!
Capitulo 20 I
Capitulo 20 II
Capitulo 21
Capitulo 22
Lo siento.
Capitulo 23
¡Feliz Navidad!
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31

Capitulo 24

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By Guadalupe_Garcia

Narra Ana.

Los días fueron pasando, volvimos la casa del abuelo al igual que la rutina diaria de cada uno, claro, que era muy diferente, quería y en parte tenía que quedarme más tiempo en España, pronto comenzaría a visitar las universidades de aquí y estaba cerca Londres, donde igual me habían ofrecido una vacante.

Mamá cree que simplemente las universidades comenzaron a llamar de un día para otro, al ver mis calificaciones, pues no fue tan fácil. A inicios de año sabía que había reducido un año al tiempo de preparatoria, tendría que comenzar a adelantar mis planes. Hice muchos exámenes por internet, en varias universidades y buscaba una beca completa, no era nada fácil, el simple hecho de poder entrar en las prestigiosas instalaciones era un honor.

No recuerdo a cuantas universidades mande mi información, la cantidad de exámenes que realicé, al final valió la pena. Mamá estaba feliz y orgullosa, al igual que papá y Augustus también.

Megan pensaba que no había movido ni un dedo para tales oportunidades. Cuando comencé el último año, le dije que comenzáramos a ver las universidades, ella dijo que no estaba muy interesada y no quería preocuparse por un algo que todavía no pasaba, no teníamos las mismas metas. Yo era organizada, no es todo, me gustaba que lo relacionado con los estudios estuviera preparado, al igual que la vida como la manejaba fuera de ellos.

En los últimos meses el último se ha salido de mis manos, lo que sucedió con mi salud me dio un giro drástico, el volver aquí, lo que siento conforme a Manu, el más preocupante. Intentaba tomar con mis manos mis sentimientos, meterlos en una caja y poner un millón de cadenas alrededor, pero estos se resbalaban de mis manos, intentaba tomar al aire y encerrarlo en las mismas.

La vida que tenía un día, la cual era mi rutina diaria, mi amistad con Megan, el crush con Scott, todo era tan normal, ordinario, era lo que yo tenía y no me quejaba. Megan me hablaba de tener aventuras, vivir la vida día a día, no preocuparme por un mañana, no pensábamos igual. Yo quería echar un vistazo al día siguiente antes de dormir, prepararme.

El momento en que llegó Manu todo se alteró, Megan comenzó a sentir cosas por él a una semana de su llegada, cuando a mitad de la semana hablo de que siguiera mi corazón, no entendía que no todo es seguir tus instintos, te pueden hacer que cometas actos de los cuales te arrepientas un segundo más tarde de hacerlos.

Y es lo que estoy haciendo yo, lo que estaba haciendo. Dejar que mi corazón me guiara por donde ir, no deje que mi cerebro analizará la situación, como siempre lo había hecho, a lo que estaba acostumbrada. Tome lo que quería, por poco besaba a Manu, estaba cegada.

Todo comenzaba a derrumbarse, mi amistad con Megan había terminado, volví a España, estaba fallando mi propio yo, físicamente y mentalmente, no veía de la misma manera a mi primo, lo que al principio del mes negué, ahora aceptaba y dejaba que pasara, no era lo correcto, para mí no lo era.

Cuando llegaron, él en especial, no debía. No debía comprar ese helado, quedarme en esa banca sentada, voltear a mi izquierda, comportarme de la manera más absurda, quedarme viéndolo, analizarlo y llegar a la conclusión de que era lindo, querer conocerlo en ese instante.

Salir corriendo fue lo mejor que pude haber hecho, he analizado eso muchas veces en estos días. ¿Y si me hubiera acercado? ¿Lo hubiera reconocido al decirme su nombre?, al ver su cabello alborotado, sus ojos verdes con toques de colores, las facciones del rostro, su forma de hablar, seguramente lo hubiera reconocido. Esa era la situación uno, estaba la dos, era peor que la primera.

¿Y si él se hubiera acercado? Se hubiera sentado a un lado de mi, no lo reconocería, porque ha cambiado, el igual no me reconocería, han pasado años, los dos hemos cambiado. Me hubiera dicho su nombre, yo le diría el mío, le exigiría que me mostrará las fotografías que había tomado, que le parecía Los Ángeles, sus gustos, ambiciones, disgustos, procedencia, quedar como amigos en ese momento, porque al ver a la chica a su lado pensaría que era su novia, no le preguntaría, sería vergonzoso.

Me hubiera agradado desde ese momento, sería algo nuevo, que nunca había sentido, porque desgraciadamente no me había enamorado, pero al llegar a casa y verlo ahí, parado frente a mi, con los mismos ojos curiosos y esa sonrisa, sentiría mi primer corazón roto, sin siquiera saber que había sentido algo. Todo sería diferente, puede que las cosas no tomarían el mismo ritmo, porque no quiero estar enamorada, no quiero.

El hubiera no existe, pasó lo que pasó. No hay vuelta de hoja, la vida es un libro con nuevas páginas cada día, capítulos por cada nueva experiencia y finales por cada etapa. No puedo regresarme al siguiente capítulo solamente porque no me gusto el desarrollo, lo escrito está escrito, el libro se escribe al día, si cambio algo, altero todo.
No quiero cambiarlo a él, tampoco sacarlo, menos quererlo de esta manera.

-¡Ana! ¡Manu está aquí! -gritó mi madre desde la planta baja, no importa donde estemos, los gritos vienen con el paquete.

¿Manu? ¡Está aquí! Mi corazón comenzó a latir con rapidez, me pare de la cama, fui a verme al espejo, hacía poco que me había levantado, mis cabellos estaban desordenados, mi pijama arrugada y claramente mi aliento era mañanero. Entre al baño y cepille mis dientes, y me hizo pensar nuevamente el porque de haber durado 30 minutos en la cama viendo el techo lleno de estrellas. Volvía a comportarme como hace días, dejando que mis sentimientos controlarán mi cuerpo, el rápido latir de mi corazón, mi apariencia, las mejillas que ya tenía sonrojadas y la respiración agitada.

Termine con mi boca y volví a verme, algo color plateado destellaba, sobresalía en el castaño de mi melena. Me acerqué más al espejo, la raíz de un mechón de mi cabello estaba color plateada, brillaba. Lo oculte rápidamente con más cabellos, estaban tocando la puerta de mi habitación. Luego volvería a ver qué era eso, ahora tenía que controlarme, no soy una chica enamorada, no tenía que comportarme así.

Tome la perilla del baño de la habitación, seguía creyendo que no estaba lo suficiente presentable y que por lo menos tomar mi cabello en una coleta o chongo, no hubiera sido nada malo.

Al verlo quise cerrarle la puerta directo en su rostro, pero también quería abrazarlo en ese instante. No hice ninguna de las dos, en su lugar me quedé viendo sus ojos, ¿de qué color eran? Que sigo creyendo que tienen toques de azul, son tan únicos en mi perspectiva. ¿Únicos? Si hay millones de ojos iguales, pero seguramente no tienen los mismos colores ni esa mirada risueña.

-¡Hola Ana! -me saludo con ese entusiasmo que lo caracterizaba- ¿Te gustaría ir al cine? -preguntó, seguía en la puerta.

-Buenos días igual, he amanecido bien, hermosa como siempre. -le conteste irónicamente y sonreí.

-Eso ya lo sabia. -murmuro, bajando ligeramente la cabeza.

¿Sabía que?
Nos quedamos callados, me hice a un lado y lo tome del brazo, no quería tomarlo de la mano, que ridícula soy. Pasamos a mi habitación y recordé el desorden que había, no podía hacer nada ahora, ya estaba adentro.

-Vamos al cine, iré a cambiarme. -lo deje a mitad de la habitación- Creo que necesito un baño. -murmuré bajo.

-Creo lo mismo, tu cabello es un desastre. -opino, acerco sus manos a mi cabello y tomo un mechón- ¿Plateado? -preguntó extrañado.

En ese momento no sentí nada, me sentí tranquila, calmada, ordenada, como hacía tiempo no había estado. Pude sacar el aire que llevaba de días, sonreí, tenía un peso menos encima, ¿por qué? Ni yo misma sabía.

-Sí, me lo teñiré. -agregó despreocupada y sus ojos me vieron sorprendidos- Es broma, no sé que tenga. -me atreví a reír, una gran carcajada, parecía lunática.

Al parar de reír él me seguía viendo, seguía sonriendo, al igual que yo. Me alejé y tome las cosas necesarias para poder alistarme en el baño y lo necesario para una ducha.
Él camino directo a las cortinas cerradas y las abrió. En ese momento entre al baño, ya dentro me metí a la ducha, no sin antes quedar desnuda. Me bañe con algo de rapidez y al salir comencé a cambiarme y prepararme.

10 minutos después ya estaba lista, tenía frío, mucho al parecer para estar a 20º. Salí, fui directo al ropero y tome un suéter, era de tela delgada, seguramente luego tendría calor. Al voltear me apene un poco, la cama ya estaba hecha y las cobijas con las cuales había dormido los últimos días, muchas al parecer, estaba dobladas a los pies de la cama.

-Gracias. -le agradecí avergonzada.

-No hay problema. -sonrío y señaló el montón de cobijas- ¿Por qué tantas?

-No lo sé, solamente tengo frío y tomo otra más del armario. -dije sin importancia y volví a agradecerle con la mirada por lo de la cama.

Él salió primero y yo después, antes tome una mochila pequeña y solo faltaba pedirle algo de dinero a mi madre. Nos mantuvimos en silencio mientras cruzábamos el pasillo, pero llegando a las escaleras; Augustus salió de su habitación. Estaba con el cabello húmedo y una toalla en su mano derecha, nos vio y sonrío.

-¿A dónde van? -preguntó interesado.

-Al cine. -pause- Bueno, adiós.

Seguimos caminado, sabía lo que iba a decir no sé por qué me tomaba la molestia en ignorarlo.

-¿Puedo ir? -escuche y rodé los ojos, lo sabía.

-Claro. ¿Ya estás listo Gus? -dijo Manu y me reí por el apodo.

-¡Sí!

Contesto, yo seguía recargada en la pared cerca de las escaleras, esperando que terminaran los dos de conversar, pronto un tema de interés comenzó a surgir entre los dos, la música. Me gustaba la música, me relajaba, pero no de la misma manera como a ellos, ni estaba cerca de lo que sentía Manu.

Al verlos pasar por mi lado los seguí, no puede ser posible que seamos tan parecidos. Él ridiculo de mi hermano, llevaba la misma ropa que yo, claramente no era igual, pero en los colores y el tipo de ropa, era la misma. Yo traía un pantalón de mezclilla negro, una blusa naranja y un suéter blanco, claramente a él se le veía mejor.

Llegamos al primer piso, no prestaba atención a su conversación pues no entendía y seguía dando vueltas a lo que sentía ahora, volvía a estar nerviosa y con el pulso acelerado, lo escuchaba y mi piel se ponía de gallina, eso pasaba cuando perdía el sonido de su voz, lo intentaba ignorar, pero sin querer lo buscaba.

Mi mamá estaba en la cocina, al ver su mirada era obvio que no me dejaría salir sin antes haber desayunado una generosa cantidad de comida. Le sonreí y fui a saludarla, tenía hambre, hasta ahora me había dado cuenta, no es como si fuera la chica con más hambre ni que a cada segundo estaba picando algo, comía cuando veía comida, si no la veía o era el tiempo de comer, no lo hacía.

-Ninguno sale de aquí sin desayunar. -nos amenazo y Manu negó- Ni se te ocurra jovencito, y dile a tu hermano que igual venga.

Él asintió y salió, imagino que Josemy lo había traído, Manu todavía no tenía la edad para conducir y aquí creo era más temprana la edad, pero todavía no la alcanzaba. Me senté en el desayunador, en uno de esos bancos altos, que por suerte alcanzaba a la perfección, me colgaban ligeramente lo pies.

Mi madre comenzó a servir platos de Hotcakes, voltee a ver a mis espaldas y al parecer ella llevaba ya bastante tiempo cocinado, le sonreí y ella solamente se me quedó mirando con ¿tristeza? ¿Curiosidad? No sabía decir con certeza que me internaba decir, si es que intentaba hacerlo.

Por la puerta entró una cabellera rubia, me alegré mucho de verla. Necesitaba hablar con ella, pero no quería agobiarla con más problemas.

-Denisse. -sonríe de inmediato y me baje para ir a saludarla.

La abrace con fuerza y bese su mejilla, hacía tiempo que no nos veíamos y ahora se veía un poco más animada, aunque sus ojos seguían medió apagados, me sonrió, y la tome de la mano, la jale y le señale que se sentara a mi lado.

-Hola Josemy, ¿cómo está mi persona favorita? Bien, gracias. -levante la mirada y alguien estaba indignado.

Le lance un beso y él dramatizo atrapándolo con sus dos manos y llevándolo directo a su bolsillo del pantalón.

-Que delicado. -murmuré sonriendo.

Mamá se alegró más de ver la cantidad de adolescentes que había y comenzó a servirnos lo que antes nos había dicho que podíamos elegir. Todos comenzamos a comer entre risas y mi madre se nos unió. En un momento me encontré con la mirada de Manu, nos sostuvimos la mirada y sonreímos, después desvíe mi atención de él y sin parecer muy obvia, recargue mi rostro en mi mano abierta, efectivamente, tenía las mejillas ardiendo.

1 hora después ya estábamos todos ayudando a guardar, lavar y recoger, lo que había utilizado mi madre para cocinar. Ella insistió en que nos ayudaba pero todos negamos y le dimos las gracias por el desayuno, pero ella ya había hecho mucho.

Nos dividimos las tareas para terminar rápido, ya era cerca de medio día y mientras desayunábamos propusimos que después de el cine podíamos ir al parque de diversiones o simplemente dar un paseo por Madrid.

Yo me había ofrecido para lavar los trastes sucios, pero Josemy negó y dijo que mejor ayudará a Manu a limpiar la cocina, afirmó que luego terminábamos enfermos si dejábamos nuestras ropas ligeramente mojadas, los dos lo vimos y le reclamamos.

Augustus había salido, dijo que iría a ver si el abuelo le daba las llaves de su automóvil, pues éramos más y los hermanos Ríos habían sido traídos por su madre, pensé que habían llegado por su cuenta.

-Oye, ¿estás bien con que todos salgamos? -preguntó un Manu avergonzado.

-Claro. -le sonreí y agregué- Me hubiera gustado que pasáramos un tiempo para hablar los dos... -me quedé muda, ¿hablar? Bien, ¿de qué?- ¿Ya sabes a qué universidad quieres ir? -cambie de tema y le sonreí nerviosa.

-Te prometo que un día saldremos solamente los dos. -me aseguró y asentí emocionada- Todavía no sé, quisiera entrar una de bellas artes, pero también me gustan las matemáticas, qué difícil.

-Dímelo a mí.

-¿Y tú? ¿Ya sabes? ¿Te quedarás aquí?

-No tengo idea, en una semana saldré a ver en las universidades que me ofrecieron un lugar. -tome la miel y me dirigí a guardarla- Quisiera Literatura y lenguas extranjeras, pero tengo un dilema con la Psicología.

Lo vi y me sonreí, deja de sonreír. ¿No te das cuenta que te ves hermoso sonriendo?

-Es difícil, más porque ya deberías saber que queremos. -murmuro bajo y me pasó la mermelada.

-Lo sé. -guarde el frasco de mermelada y cerré la puerta de la alacena.

Ya habíamos terminado, y al parecer Josemy y Denisse igual. Mamá ya nos había dado dinero a mi hermano y a mi, pero sabía que seguramente el abuelo ya había aumentado esa cantidad para Augustus.

Nos despedimos de mi madre y le dije que posiblemente hiciéramos una pijamada aquí , ella aceptó y nos advirtió no llegar tarde, que nos divirtiéramos y tuviéramos cuidado.

-Adiós Mamá. -dijimos al mismo tiempo con Augustus.

Cerramos la puerta y al salir mi hermano tenía una sonrisa gigantesca en el rostro, mientras sostenía unas llaves en su mano derecha.

-¿Pediste el seguro? ¿Verdad? -él sabía de qué hablaba.

Negó con esa sonrisa traviesa que tanto temía, no puede ser posible. Llegamos al garage y vi que el automóvil en el que pensaba que nos iríamos no estaba, en su lugar solo el convertible negro de nuestro abuelo. Negué de inmediato.

-¿Y quién conducirá? -le pregunté.

-Josemy, yo no tengo licencia. -levanto los hombros con inocencia y le aventó las llaves al antes nombrado, quien las tomo y sonrío al igual que él.

-¿Tú? -cuestionó Manu- Sabes que mamá te matará si se entera de esto.

-Y no lo hará. -nos guiño para después quitarle los seguros a las puertas y entro primero.

Los demás entramos también, Agustus al lado de Josemy, el muy sin vergüenza ya había tomado hasta sus lentes de sol y le había dado otros a el conductor, mientras que atrás nos sentíamos un poco inseguros.

Manu quedo en la esquina y yo en la otra, dejando a Denisse en el medio, los dos queríamos conversar con ella.

Salimos y pronto comenzó a sonar la música, Roses, parecíamos típicos niños fresa, presumiendo lo que tenían sus padres, por esa razón odiaba las cosas que fueran muy deslumbrantes en el aspecto material, al igual que mi madre las odiaba. Y era un gasto innecesario, podiendo invertir mejor ese dinero, pero este era el dinero de mi abuelo y el decidía que hacía.

Recuerdo que hace unos años mi abuela estaba aquí, ella seguramente se hubiera negado a que mi abuelo condujera este automóvil, pero ya no está y enserio que la extraño.

Mi móvil vibro en el bolsillo de mis Jeans, lo saque y era un mensaje de mi abuela María. La extraño, necesito hablar con ella. Necesito hablar con alguien, quien sea.

-Abuela. 💕

Cielo, ¿cómo estás?

12:56

Sonreí al leer el mensaje, pero al mismo tiempo sentí un nudo en la garganta. ¿Cómo estaba? ¿Físicamente o emocionalmente? Porque creo que la segunda comienza a ser más preocupante que la primera, ni yo misma sé que siento.

+Abuela.💕

Normal, ¿cómo estás tú?

12:57

-Abuela.💕

Como nueva, pronto iremos a visitarlos, porque creo no volverás en un buen tiempo.

13:00

+Abuela.💕

Ya los extraño 😭💖, espero con ansias verlos. Eso creo, por lo menos más de 1 mes.

13:02

Espere unos minutos y ya no contesto, puede que esté ocupada. Deje el móvil en mi regazo y me quedé viendo por la ventana, íbamos pasando todavía por algunas casas, estábamos cerca de llegar al centro, todavía teníamos que ir a un centro comercial y no tengo idea de donde están, no recuerdo mucho y definitivamente no salía mucho cuando estábamos aquí, era solo una niña, no era necesario salir, mi felicidad era jugar todo el día con Manu.

Voltee a mi izquierda, donde estaba él, y hacia lo mismo que yo, ver por la ventana. Finalmente llegamos y todos bajamos. Augustus y Josemy Iban bromeando y sonriendo mientras caminaban hacia las escaleras del estacionamiento, para poder bajar a la parte de abajo.

-¿Y ya le has dicho a tus padres? -solté directo para Denisse.

-No, tengo miedo.

-¿Y tú hermana? ¿Lo sabe? -volví a preguntar y ella asintió.

-Ella es un poco menor, pero dice que todos somos bisexuales. -murmuro- ¿Y si al contarles a mis padres piensan que yo le he metido esas ideas a mi hermana? Aquí no es igual que donde tú vives, Ana. -preguntó insegura y me dolió ver su tristeza.

-Ellos te aman y te aseguro que no importa lo que pase, me tienes a mí. -dijo Manu y tomo su mano, me aclare la garganta- Oh, nos tienes a nosotros. -nos señaló y comenzamos a reír.

Mis oídos solo captaron la risa de Manu, vi su sonrisa gigante y como sus ojos se cerraban ligeramente, sonreí al verlo. Entrelace mi mano con la de Denisse y ella la apretó ligeramente mientras nos veía a los dos.

Así pasó el día, duramos alrededor de 2 horas en el centro comercial y luego fuimos a un parque de diversiones. Ahí intentamos subirnos a la mayor cantidad de juegos posibles, reímos y comimos todavía más de lo que ya lo habíamos hecho en el día.

-¿No tienen hambre? -nos preguntó Josemy.

-¡Hemos comido hace 20 minutos! -le recalque riendo.

-Yo quiero ir a una fiesta. -Augustus nos vio a todos- ¿Alguna sugerencia?

Nadie habló, hasta que el móvil de Josemy comenzó a emitir el irritante sonido que tanto odiábamos todos, tardaba como 10 segundos en parar, solamente con un pitido era suficiente.

-Estamos invitados a una de las más grandes fiestas en Madrid. -sonrío y encendió el automóvil.

-¿Cuál? -preguntó Manu.

-Neón party. -sin más arranco y pronto los árboles del centro se fueron haciendo menos y la carretera nos dio la bienvenida.

-¿Una fiesta de neón a las 7:00 de la tarde?

-No te arrepentirás de asistir Anita. -me contestó Josemy y me removí ligeramente en mi lugar.

-Es un exagerado, solamente es una fiesta. -susurro Manu en mi oído y apretó ligeramente mi mano.

¿En qué momento nuestras manos se juntaron?
Sonreí nerviosa y vi a mi otro lado, ahora yo estaba en le medio. Denisse veía su móvil mientras lo apretaba ligeramente y después lo bloqueo.

-¿Qué sucede?

-Luego te digo. -recargo su cabeza en el la ventana y pronto el sol comenzó a esconderse.

Narrador omnisciente.

Las casas volvieron a hacerse presentes, solo que eran menos y más grandes. Desde donde se encontraban la música ya empezaba a escucharse. Pronto filas de automóviles y colores fluorescentes en las aceras les dieron la bienvenida.

Josemy tenía una de las más grandes sonrisas, había asistido a cada una de estas fiestas desde que se enteró de que existían, estas eran exclusivas y solo cierto tipo de personas eran invitadas, tenias que recibir un mensaje, solo así podías entrar.

También en dichas fiestas se necesitaban ciertos requisitos, la primera y única era estar abierto a nuevas experiencias, chicos y chicas podían experimentar en esas noches, nadie criticaba o eras echado inmediatamente. Lo que pasaba esa noche era peculiar que nadie recordará, y lo vivido ahí, se quedaba ahí.

Era una de las más codiciadas y esperadas del año en Madrid, comúnmente se realizaban al terminar las clases y llegaban a durar cerca de 2 noches. En cada ocasión era en un lugar diferente y reservado.
Josemy ya comenzaba a pensar en la grandiosa noche de diversión que tendría, mientras que Augustus por alguna razón se sentía nervioso.

-Por cierto... -añadió el conductor- Lo que suceda ahí, se queda ahí. -les dedico una sonrisa juguetona a los otros y aparcó en un lugar no tan lejos.

-¿Y por qué es tan esperada? -preguntó una confundida Ana.

-Ahora lo averiguarás. -sonrío Josemy y salió del automóvil.

Los demás lo siguieron, no sabían ni porqué estaban ahí, Augustus leyó un poco de esa fiesta, decían que era un caos total, pero solo eran comentarios de personas que asistieron, por más que busco no había ni una sola fotografía.

Denisse no tenía muchas ganas de escuchar música a muy alto volumen, ni bailar, pero luego pensó en el mensaje que había recibido, su corazón se estrujo ligeramente y deseo que esa noche durara para siempre, quería olvidar. De una forma muy rápida su ánimo se elevó y ya quería tomar un buen trago de alguna bebida alcohólica. Quería olvidar...

Ana y Manu tenían una actitud parecida, Manu nunca había querida asistir, en primera porque lo de tomar y olvidar era insoportable, una vez le pasó y odio no poder recordar que había hecho, la frustración y desesperación lo embargaron aquella mañana y desde ahí dijo no volver a tomar así. Ana tenían una idea de lo que era embriagarse, no por ella, recordó aquella fiesta donde asistió con Megan, había sido un descontrol total e inmediatamente al entrar lo primero que recibías era alcohol.
Ella no bebió más de un poco de agua mineral y algo de alcohol.
En pocas palabras, ella nunca había estado un descontrol como el que viviría en unos minutos y embriagarse no estaba en sus deseos de esa noche.

Al entrar lo primero que se veía eran colores Neón, fiesta de luz negra, pensaron los 5. Let Me Love You se escuchaba a todo volumen, el ambiente era divertido, todavía era temprano. No se podía ver más que rostros y piel resplandecientes, ya estaba oscureciendo y los rostros desaparecían y dejaban paso a pintura en la piel. Inspeccionaron con la mirada, cerca de 3 puestos para bebidas, personas preparándolas, sillones en las orillas.

Una chica y un chico se acercaron a los nuevos, habían captado su mirada desde que cruzaron esa puerta, con ideas en la mente, no sólo de pintura en rostro, y listos para hacer su arte. No les incomodaría nada tocar la piel de aquellos jóvenes.

-¡Bienvenidos a Neón Party! -gritó la chica de cabellos negros, su rostro estaba pintada, no exagerado, había una simetría y sus pestañas resaltaban.

-Nosotros les pintaremos el rostro y cuerpo. -sonrío el joven de cabellos castaños y rizados, entendió sus manos y tomo las de los hermanos Mendes.

-Yo... -murmuro Augustus con las mejillas rosadas.

-Solo tomará unos minutos. -informó aquel joven con una sonrisa juguetona.

A él le llamó la atención aquellos dos, desde que entraron y era una fiesta, sabía lo que era aquella fiesta y que no se podrían negar, tampoco los obligaría, no sería necesaria. La peculiar forma de vestir era gracioso, los dos llevaban la misma ropa, solo que para chico y chica, y entre todos resaltaban sus camisetas naranjas gracias a la luz negra.
Los guió directo hacia un cuarto medio alejado, caminaron por unos 2 minutos, Ana sabía las intenciones de aquel chico, pero seguía riendo mientras veía a su hermano incómodo y con las mejillas rosadas, desearía no haber dejado el móvil en el automóvil.

La habitación estaba iluminada, llena de pintura que seguramente resaltaba en aquella fiesta, era una habitación grande y detrás de ellos estaba la otra chica, quien venían haciendo conversación, pero ella no tomaba las manos de nadie.

Él chico comenzó con Augustus, el tiempo fue algo largo y le pidió que se quitara la sudadera, pinto también sus brazos, algunos trazos y unas tenues líneas en el rostro, se esmeró más con los brazos y el cuello. Al final le dio un beso en la comisura de los labios, dijo que era porque le había agradado como lo dejo.

-¿Tienen novio o novia? -preguntó el chico, era atractivo, cabello rizado, piel blanca, facciones finas y sonrisa con hoyuelos, ojos verdes y labios delgados. Alto, delgado y se veía que tenía fuerza.

-No y ella tampoco. -contestó Augustus por los dos, sabía que la pregunta era para ellos.

-Sí. -contesto Ana al mismo tiempo que su hermano.

Se voltearon a ver con los ojos abiertos y ella quería reír en ese momento, pensó que el diría que sí, pero también había contestado por ella.

No se dijo nada más y la pintura comenzó a resaltar las facciones de la chica, que pronto sería un mar de oscuridad allá afuera, donde solo las partes pintadas serían las observadas. Unos minutos más tarde ella estaba lista, antes de que el chico volviera a acercarse e intentar hacer lo mismo que hace una persona atrás, Manu tomo a Ana de la mano y la jalo hacia él, ligeramente celoso.

-Muchas gracias... -hablo Augustus y espero a que el chico contestara.

-Harry. -sonrío con esos hoyuelos tan tiernos, desde más de un punto de vista.

-Por hacer que mi hermana se vea bien. -bromeo en dirección a Ana y la chica lo empujó ligeramente.

En el momento que Ana busco a Denisse y se dio cuenta de que la chica no estaba ahí, ni tampoco Josemy. Se acercó a la chica de cabello negro y preguntó por ellos. Ella le contesto que se habían retirado hace algunos minutos, le dio las gracias. Al salir alguien tomó su mano, se volteó, Manu.

-Es un lugar muy grande, no sueltes mi mano. -apretó ligeramente su mano- ¿Sí? Yo te acompaño.

-Claro. -sonrío Ana y salieron de ahí, dejando a su hermano solo. Sabría cómo cuidarse, se dijo la chica cuando la música llego a sus oídos con más intensidad.

¿Dónde estás Denisse? Temía que la chica hiciera algo mal, seguía deprimida y una noche para olvidar comenzaba a ser tentador para todos.

Entre los cuerpos moviéndose al ritmo de la música, los colores neón resaltando y el olor a alcohol y sudor, pronto comenzaron a ser parte de la gran fiesta.
La idea de no soltarse la mano se vio interrumpida al pasar entre más y más personas, al darse cuenta de eso se buscaron con la mirada, pero no se encontraron.

Era una fiesta, cada quien quien comenzaba a disfrutarla, Denisse en particular. Ya era el cuarto trago que tomaba, pronto se sintió energética, el calor subió por su cuerpo, sus caderas se movían con la música, y con un trago más y con la idea de olvidar, se alejó de la barra y se adentró al mar de gente bailando. No haría nada de lo que se arrepentiría, solo unos minutos de disfrutar la fiesta no le vendrían nada mal. Nadie recordaría lo que pasó ahí. Ni ella misma... Unas delgadas manos tomaron sus caderas, una cabellera rubia se mezcló con la suya y pronto el calor aumento.
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¡Hola! 😅 ¡LO SIENTO! Por tardar todo ese tiempo en no actualizar, pero sinceramente escribía en tiempos libres y cuando me llegaba la inspiración.
No se preocupen, pronto ya comenzarán las vacaciones, les prometo que actualizare más seguido.
El fin de semana pasado iba a actualizar, pero no pude. En primera no me gustaba el final que le daba a este capítulo, lo volvía a escribir y pensar y pensar, hasta que termine. 😂
¡YA 30K! ¡SON MUCHAS LEÍDAS! Y sus votos y comentarios, oh sus comentarios. :')
También tengo que agregar que me volví a enfermar, que rareza, pero ya estoy mejor. 🤗
Termino estás 2 semanas de exámenes y me leerán más seguido, miren que los estudios son muy importantes para mí.
Por cierto, en la preparatoria estoy aprendiendo más acerca de escribir, no recuerdo si ya se los dije, espero que sí.
¿Qué les pareció el capítulo? ¡A MI ME ENCANTO LA ÚLTIMA PARTE! 😏
¡LAS AMO MUCHO! Tengan un buen inicio de semana y si ya salieron de vacaciones, suertudas. :(
¡Adiós!
PD: ¿Qué película aman para estas fechas? El espíritu Navideño. ❤️🤗

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