[BL] Reflejo Desconocido [COM...

Від AsukaYagami

27.6K 3.5K 864

Cuando Karamatsu mira su reflejo encuentra algo, o más bien a alguien diferente en él. Poco a poco ese nuevo... Більше

Prólogo
Sueño
Conjuro
Coincidencia
Huésped
Apego
Deseo
Cariño
Sentimientos
Miedo
Recuerdo
Mafia
Tanabata
Fiebre
Desesperación
Espejo
Cura
Lázaro
Torikago
Amor
Kanryo
Epílogo
Pedido grupal | Los Wattys | Mi primer novela
Nuevos pedidos grupales
Extra: Tatuaje
Extra: Tánatos

Búsqueda

870 146 23
Від AsukaYagami

Era por fin el segundo viernes, día de paga, y eso significaba sólo una cosa. Al día siguiente sería finalmente el Tanabata. Karamatsu-san ya después de recibir el dinero de su paga semanal se llevó a Kara-chan a un bar para que pudieran tener una pequeña celebración privada sin el resto de sus hermanos. Aunque a Kara-chan le gustaría que el resto de los sextillizos los acompañaran, Karamatsu-san tenía un punto en no invitarlos, y era que usualmente siempre estaban molestando a Kara-chan a diario, y que éste debía también descansar de esos malos tratos.

Entre copa y copa, mientras la conversación seguía, surgió de nuevo la misma pregunta por parte de Kara-chan.

—Pero no termino de entender, ¿cómo fue que terminaste involucrado en, ya sabes, "todo eso"? —no esperaba una verdadera respuesta, pero Karamatsu-san ya estaba un poco más subido de copas, y con un ademán de mano, le hizo a Kara-chan acercarse un poco a él.

—Todo comenzó con el secuestro de Osomatsu-niisan —empezó a contar Karamatsu-san. Para sorpresa de Kara-chan, su alter yo le empezó a contar cómo fue todo, con cierto lujo de detalle, desde el secuestro, el regreso de Osomatsu, sus primeros trabajos, etc.

Sin embargo, Karamatsu-san se interrumpió por un momento, pagando la cuenta y saliendo con el otro del lugar. Lo tomó de la mano, y en vez de volver a la casa con los demás, se lo llevó al canal de agua, completamente solitario, donde se sentaron a orilla del riachuelo que pasaba. Karamatsu-san se quedó viendo la zona, la forma en que la luna estaba iluminando el agua, mientras sentía la brisa del verano golpear su cara. Incluso cerraba los ojos para apreciar el sonido de los insectos que volaban en las cercanías.

—Después de que empezáramos a trabajar con Osomatsu y Atsushi —Karamatsu-san siguió con el relato—, todo parecía estar en paz, aún para pertenecer a una mafia. Sin embargo, un día, ya... ya no puedo recordar cómo ocurrió todo. Pero, le quedamos mal a algunos proveedores, y a forma de cobrarse, me... me llevaron como su rehén.

— ¿Te secuestraron? ¿Qué edad tenías?

—Dieciocho y medio, supongo. Entonces, éramos muy nuevos en todo eso, y estábamos tan aterrados. Supongo que los demás también lo estaban, pues cuando volví con ellos no me dejaban ni un segundo solo.

— ¿Y te hicieron daño? —Kara-chan sonaba preocupado, pues no se imaginaba qué cosas horribles le hubieran ocurrido a él y a sus hermanos.

—No, no fue mucho... al menos, no fue algo que me dejara un gran daño, ¿sabes? No, no me gusta para nada hablar de esas cosas, ¿por qué no vamos a otro lugar?

Karamatsu-san se levantó de su lugar, y ayudó a Kara-chan a levantarse también. Se fueron caminando, encontrando afiches anunciando un breve concierto de Nyaa-chan el primer día del festival. Pero Kara-san no les prestó mucha atención. Estaba tan sumido en sus recuerdos, en si decirle o no a Kara-chan lo que le había pasado, en si de verdad extrañaba tanto su hogar como para volver, o quedarse en lo que él empezaba a denominar como un "hogar".

Volteó a ver a Kara-chan. Tenía esa sonrisa de nuevo en su rostro. Empezaba a pensar en que siempre se encontraba sonriendo, incluso cuando sus hermanos abusaban de él de alguna forma.

— ¿Qué hay de ti, Kara-chan? —le preguntó, a lo cual el chico de chaqueta y lentes oscuros lo volteó a ver— Tus hermanos abusan siempre de ti, te maltratan e ignoran. ¿Por qué soportas todo eso?

—Bueno, es complicado de contar. Yo los soporto porque los quiero, tengo la confianza en que un día se darán cuenta de que ellos me quieren tanto como yo a ellos, y dejarán de hacer lo que hacen —le dijo colocando las manos tras su nuca, de forma relajada.

— ¿Por qué te tratan así? Ustedes no vivieron absolutamente nada de lo que mis hermanos y yo, no hay alguna razón...

—Hace muchos años tuve un accidente. Estábamos en secundaria, debí tener unos trece años. Dice mamá que casi pierdo la vida esa vez. No recuerdo exactamente qué habrá pasado, ni cuánto tiempo habré pasado dormido, pero sólo recuerdo que en cuanto desperté sólo mamá y papá estaban esperando por mí. Supongo, que los demás habrán tenido cosas importantes qué hacer. Pero, mentiría si dijera que no me enojó ni me entristeció no verlos, o que me empezaran a ignorar frecuentemente.

Karamatsu-san, al saber eso, lo tomó de los brazos para sacudirlo.

— ¿Es que no te das cuenta? Ellos te detestan, ni siquiera se molestaron por verte ni se preocuparon por ti. ¿Por qué tú no lo ves? Hay gente afuera a la que seguramente le importas, pero prefieres seguir atado a ellos —lo miraba a los ojos, viendo los cristalinos ojos del chico de lentes oscuros—. Ven conmigo, nos iremos tu y yo lejos de ellos y me aseguraré de que seas feliz.

Cuando los hermanos Matsuno llegaron a casa del anciano, éste los recibió de inmediato. El viejo no se veía bien de salud, se veía demasiado cansado. Sin embargo, eso no detuvo a los otros de tomarlo por la fuerza y aventarlo al interior del auto. Cuando volvieron al escondite, lo ataron en una silla y empezaron con el interrogatorio.

—Y bien, Karamatsu fue a tu casa, ¿no es así? —Choromatsu fue quien empezó con el interrogatorio, puesto que él era el más calmado en ese aspecto.

—Sí, así es. El joven Karamatsu fue a mi casa —el viejo contestaba cínico.

—Bien, me alegra escuchar que estás cooperando, anciano. ¿Me podrías decir qué pasó cuando él te visitó?

— ¿Qué iría a pasar? Se esfumó. Puf, rompió el espejo que le entregué la vez anterior y Amatsu-Mikaboshi decidió llevárselo. Jaja, no pensaba que cumpliría con el favor tan pronto.

El nombre del demonio hizo que Choromatsu lo viera incrédulo. Karamatsu y el resto podrían creer en todo ese folclore demoniaco, pero Choromatsu no.

—Amatsu-Mikaboshi, ¿eh? A diferencia de mis hermanos, yo no creo en esos cuentos de dioses y demonios, así que, a menos que quieras acabar como tu queridísima nieta, nos vas a decir lo que le hiciste a nuestro hermano.

— ¿Qué le hice? Te lo diré, lo envié lejos, a una dimensión donde sentirá el mismo dolor que yo sentí cuando me entregó la cabeza de mi querida Nyaa-chan.

Los otros hermanos escuchaban afuera del cuarto, y al escuchar esa última declaración, Ichimatsu apretó los dientes y abrió furioso la puerta.

— ¡Lo asesinaste, maldito viejo! —Ichimatsu se lanzó al anciano empezando a golpearlo, a lo que los demás trataron de detenerlo, sin embargo, fue todo en vano. Para cuando lograron quitarle a Ichimatsu de encima, éste ya había matado al viejo.

—Maldita sea, Ichimatsu, ¿no te das cuenta de lo que hiciste? Ahora no sabemos en dónde lo enterró, si es que de verdad lo mató —Osomatsu estaba furioso con el cuarto hermano, sacudiéndolo con fuerza para terminar por darle una bofetada.

—Pues vamos a revisar su casa. Era un viejo bueno para nada, seguramente lo enterró en su patio trasero o lo tiene en algún baúl. Hasta crees que tenía la fuerza o los contactos para deshacerse del cuerpo —a Ichimatsu no le importaba que Osomatsu lo hubiera golpeado, pero le preocupaba mejor otra cosa.

— ¿Qué le diremos ahora a Todomatsu? —preguntaba Jyushimatsu, preocupado por su hermano menor.

Todos quedaron pensativos por un momento. Iba a ser difícil, pero tenían que decirle a Todomatsu lo que habían averiguado al respecto. Es más, posiblemente debía ser él el primero en ver el cadáver de su querido hermano en el dado caso de que todo fuera cierto, o en el caso de que sólo lo tuviera como rehén, fuera el primero en verlo para darle todo el apoyo moral.

Todomatsu dormía en el cuarto del segundo hermano. Hacía días que no comía apropiadamente, y se le notaba ya en su rostro y su físico. Todos lo observaban desde la puerta, hasta que Osomatsu se acercó al menor para despertarlo.

—Todomatsu, despierta. Creo que ya sabemos qué fue de Karamatsu —le dijo acercándose a él, despertándolo gentilmente.

— ¿Qué? ¿Dónde está? —despertó atontado, frotando sus ojos, y viendo a Osomatsu de forma suplicante a su hermano mayor, a su aniki.

—Tenemos que ir a la casa del viejo, y, entonces sabremos bien todo, ¿sí?

Todomatsu no se veía muy esperanzado con dicha respuesta, pero entre el miedo y la desesperación, fue el primero en tomar su abrigo y, después de vestirse tan pronto como le era posible, salió arreando a los demás para ir en la búsqueda de su novio. Preocupados por la sanidad mental de su hermano, los demás lo siguieron a la camioneta, y subieron en dirección a la casa del viejo. Estando allí, revisaron de principio a fin la casa, de pies a cabeza, sin encontrar nada más.

Pero no fue hasta que llegaron al cuarto de los espejos, que sintieron la misma vibra extraña que Karamatsu percibía desde el día de su maldición. Se preguntaron qué era todo eso, y por qué todo se sentía tan pesado en ese lugar.

— ¿Qué hay con todos los espejos? —Ichimatsu preguntó viendo los mismos. No se notaba nada especial en ellos, pero el hecho de verlos ya causaba un miedo extraño en él.

—Se siente algo raro en ellos —le contestó Osomatsu, viendo cada uno, encontrando su propio reflejo en ellos. Estaban por dejarlos por las buenas, hasta que Ichimatsu, al verse en frente de uno y tocarlo, se desmayó al instante. Estuvo inconsciente por un par de segundos, hasta que abrió los ojos de repente, gritando el nombre del segundo hermano.

—Por dios, lo vi. Vi a Karamatsu-ani.... Karamatsu-niisan.

— ¿Qué? ¿Cómo que lo viste, Ichimatsu? —Choromatsu sostenía al muchacho de morado, mientras los demás lo miraban asustados.

—Él... dios, no entiendo nada. Es como si estuviera en un limbo, en otro lugar...

— ¿Un limbo? ¿Entonces está sufriendo? —Todomatsu le preguntó, asustado por su hermano.

—No, él... se veía muy feliz...

Nadie entendió eso último, por lo cual no dejaron de cuestionar al cuarto hermano al respecto. Ichimatsu, en vez de responderle, se quedó viendo el espejo, donde al parecer podía ver con claridad a Karamatsu, quien en esos momentos se vestía y preparaba para ir al festival.

Продовжити читання

Вам також сподобається

1.2K 176 5
Después de su trigésimo cumpleaños, Kim Dokja comienza a escuchar los pensamientos de otras personas cada vez que los toca. Y lo que escucha pensar a...
507K 40.5K 167
~SINOPSIS DE LA 1ª PARTE~ Anya Forger, la adorable y telepática niña, se ve envuelta en un enredo de rumores junto con Damian Desmond, el hijo del pr...
419K 58K 58
El amor puede llegar de manera impredecible... Para aquel Omega que por mucho tiempo creyó que lo había encontrado, vendrá en su demandante e impone...
194K 8.7K 200
Imágenes de mo dao zu Shi