Recuerdo

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Ya llevaban mucho tiempo buscándolo, pero sin éxito. Karamatsu había dicho que iba al médico por unas pastillas para el insomnio, pero jamás volvió. La peor parte, se podría decir, venía cuando trataban de llamarlo a su teléfono y sólo les marcaba "fuera del área". ¿En dónde se había metido?

—Osomatsu-aniki —Todomatsu sonaba muy afligido—, ¿en dónde demonios se ha metido Karamatsu? —el menor sonaba más que estresado. Sus bonitos ojos se habían enmarcado con ojeras, estaba muy pálido y tenía los ojos rojos de tanto llorar.

—Todomatsu, mantén la calma. Estoy seguro que lo encontraremos. No es propio de él dejarse tan fácilmente...

— ¡Eso es lo que me preocupa! ¡En otras circunstancias, Karamatsu no desaparecería! ¡Estoy seguro que le pasó algo!

—Por favor, guarda la calma, Todomatsu —Choromatsu lo tomó por los brazos, llevándolo al sillón a sentarse—. Sí, no es propio de Karamatsu-niisan perderse tanto tiempo. Pero recuerda que él es fuerte, y si algo le pasara, él es totalmente capaz de defenderse por sí mismo.

—Pero...

—Nada de peros, Todomatsu —insistió el tercer hermano—. No has dormido en días, vuelve a tu habitación y te llevaré un té de melisa.

Todomatsu no riñó más y subió. Choromatsu, como se lo prometió, fue a la cocina a preparar una tetera de té de melisa para que se calmara y se durmiera de una vez. Al momento, iba llegando Ichimatsu, tomando a la enorme gata blanca que dormía en el sofá en ese momento.

—Obtuve algo de información. ¿Recuerdan qué fue lo último que Karamatsu hizo? —dijo Ichimatsu, acurrucando a la gata entre sus brazos.

—Lo habíamos mandado a cobrarle a Reika —dijo Osomatsu, sentado en su sillón personal.

—Bien, sabíamos que ella tenía un abuelo. Siempre lo usaba de excusa cuando no pagaba a tiempo. ¿A qué no saben a qué se dedica el viejo?

Todos guardaron silencio, pues si bien supuestamente habían investigado al anciano, no había mucho qué saber sobre su profesión.

—Es un santero. Un brujo negro —soltó Ichimatsu, ante la sorpresa de todos. El impacto de eso fue tal que incluso Choromatsu dejó caer la tetera llena al piso.

— ¡¿Cómo un brujo negro?! Eso es imposible, lo investigamos bien, no trabajaba de nada durante años —Choromatsu le gritó al cuarto hermano, quien siguió hablando.

—Es porque el viejo atiende por medio de su difunta nieta. Ella solía llevarle la información de los trabajos que le solicitaban, llevaba y traía dinero. Por eso el viejo jamás salía de su casa.

—Pero, sugieres que... —Osomatsu dijo, preocupado.

— ¡El viejo pudo deshacerse de Karamatsu-niisan! —gritó Jyushimatsu, quien aunque traía una sonrisa en el rostro, ésta era atípica, lúgubre, incluso sedienta de sangre se podría decir.

—Hay que ir a "visitarlo" para comprobar si él es quien tiene a Karamatsu —Ichimatsu concluyó, dejando ir a la gata a su comedero.

—Pues entonces vamos todos hacia allá, tendremos un poco de diversión esta noche —Osomatsu ya tenía esa sonrisa característica. Cruel y sarcástica, y ese brillo en sus ojos exigiendo venganza. Pero Choromatsu se opuso.

—No podemos ir ahora. No todos, ¿quién cuidará de Todomatsu? Él está destrozado y no lo podemos dejar solo.

—Tienes razón, cariño. Por hoy serás el segundo hermano —le dijo Osomatsu. El de verde tuvo que aceptar, pues nadie cuestionaba nunca al jefe Osomatsu.

[BL] Reflejo Desconocido [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora