Deseo

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Consiguieron la computadora de Todomatsu, y Karamatsu-san empezó a hacer una búsqueda sobre Nyaa-chan, pero usando su nombre real. En un directorio en línea, buscó el nombre de Reika Hashimoto.

— ¿Reika Hashimoto? —Kara-chan preguntó al ver dicho nombre.

—Sí, es su nombre legal. Nyaa-chan es como la llama su abuelo —le contestó Karamatsu-san, hasta que dio con el nombre, y con él una dirección.

—Pero, ¿irás a su casa? ¿No es más fácil que la encuentres en un concierto?

—Los conciertos están llenos de gente, y por tanto llenos de agentes de seguridad. Si hay agentes de seguridad probablemente nos saquen del lugar antes de poder ponerle un dedo encima a Reika.

— ¿Pero para qué quieres eso? ¿Para qué quieres verla en persona?

—Porque ella tiene en su casa la respuesta a mis problemas —dijo anotando en su teléfono la dirección y el número de ella—. Tú me acompañarás.

— ¿Por qué yo? —replicó Kara-chan, resistiéndose a que lo llevara, sin efecto alguno.

—Tú conoces mejor este mundo que yo. Es obvio que hay muchas cosas de este lugar que yo no conozco, así que me servirás de guía.

Sin protestar más, Kara-chan lo siguió. Tuvieron que tomar el transporte público a falta de un auto propio. Era algo que a Karamatsu-san le fastidiaba. Tuvo la suerte de que antes que ocurriera todo, había tomado algunos billetes y los había escondido bien en su saco. Pero el dinero poco a poco se le estaba acabando, y necesitaba hacer algo para obtener más. Tomaron el tren para llegar a donde vivía Nyaa-chan, pero el tramo era largo y la velocidad del tren no era muy rápida.

—Dime, ¿por qué quieres ver a Nyaa-chan de forma tan desesperada? —le preguntó Kara-chan, sentado al lado de Karamatsu-san en el tren.

—Porque ella tiene un abuelo que se dedica a la santería, y fue él quien me trajo a este lugar —Karamatsu-san hablaba en voz baja, viendo por la ventana. Se le había olvidado lo bonito que era su pueblo natal, por lo que aprovechaba esos momentos para observar a detalle para memorizarlo todo.

— ¿Estás diciendo que llegaste aquí por culpa de una brujería? —Kara-chan le preguntó— Pensé que esas cosas no existían.

—Existen, y ve lo que pueden hacer —fue la única respuesta de Karamatsu-san. Al cabo de un par de horas llegaron finalmente a la dirección anotada. No parecía haber nadie en la casa, por lo que Karamatsu-san se vio obligado a forzar la puerta para entrar.

Kara-chan por supuesto, estaba asustado de que alguien viera que forzaban la puerta y fueran arrestados, pero afortunadamente en aquel vecindario vivía gente muy ocupada, que se encontraba todo el día trabajando, por lo cual nadie se percató de nada. Al entrar, Karamatsu-san se encontró con una casa bonita, mucho mejor que la porquería abstracta y bizarra que se había topado la última vez, cuando visitó al anciano. A diferencia de la casa del anciano, la de Nyaa-chan era pulcra, ordenada, además de bien iluminada y sin ningún motivo de algún dios sintoísta o demonio.

—Es muy diferente de como la recuerdo —dijo Karamatsu-san, viendo los alrededores. Faltaba que el anciano no viviera con ella, a pesar de que sabía que Reika era muy apegada a su abuelo. Poco después encontró la respuesta a sus preguntas—. No...

— ¿Qué ocurre? —preguntó Kara-chan, hasta que vio al yakuza parado en frente de un altar.

—El anciano falleció —dijo Karamatsu-san, para luego empezar a tirar y romper cosas del coraje—. ¡El maldito viejo se murió! ¡Dios sabe hace cuánto!

[BL] Reflejo Desconocido [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora