Apego

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Conforme pasaba el tiempo les era más difícil mantener a Karamatsu-san oculto. Con tan sólo decir que ya no era posible ocultarlo a sus padres, pues ahora para matar el tiempo, Karamatsu-san le ayudaba a Matsuyo con las labores del hogar. Parecía ser que en especial a Matsuzo, el padre de los sextillizos, le tenía un fuerte aprecio, y nadie podía entender el porqué.

Para los padres de los sextillizos no fue muy difícil el averiguar que algo pasaba, más cuando ninguno de ellos era realmente bueno para mentir, a menos, claro está que fuera una tontería causada por ellos mismos. Y naturalmente, tuvieron que estar enojados al principio, pero tras conocer y ver que Karamatsu-san no sólo era maduro, sino también respetuoso y responsable, terminó por caerles bien a ambos.

Y naturalmente, como pasó con Kamimatsu, ese apego que el extraño estaba ganando con sus padres molestaba a los sextillizos, al punto que ya no veían cómo deshacerse de él. Pero por obvias razones terminaron dejando ese asunto a su hermano.

—Anda, deshazte de él, Kara-chan —le dijo Totty, mientras estaban todos menos Karamatsu-san en la habitación.

— ¿Qué? ¿Por qué tengo que hacerlo yo? —protestó Kara-chan. Era la forma en la que todos, menos Ichimatsu, lo llamaban para no confundirse.

—Porque él eres tú y viceversa —Ichimatsu dijo desde el rincón, jugando con una cola de gato con Nyanko.

Para terminar de convencer, o más bien, obligar a Kara-chan de deshacerse de Karamatsu-san, sin previo aviso más que en ese momento se fueron los cinco a un viaje a aguas termales sin él. Ahora estaba solo con el huésped, y con la extraña y casi imposible misión de deshacerse de él. Al poco rato que ellos se habían ido, Karamatsu-san regresaba con Matsuyo de hacer las compras. Fue cuando estaba ordenando los víveres en la mesa cuando notó ese extraño e inusual silencio. Al asomarse en el cuarto, sólo vio a Kara-chan.

— ¿Y el resto de ninis? ¿En dónde están? —preguntó recargándose en la pared, con la misma mueca indiferente y despreciativa hacia Kara-chan.

—Fueron a las aguas termales por dos días.

— ¿Y por qué no fuiste con ellos?

—Porque no me invitaron —Kara-chan tenía un tono de voz y expresión que dejaba ver que eso era demasiado normal para él. Lamentablemente, eso era demasiado normal para él.

—Toma tu toalla y demás, me vas a acompañar a bañarme —dijo tomando la toalla y jabón que los padres de los sextillizos le habían proporcionado, porque sí, ya lo consideraban como otro hijo.

Kara-chan se sorprendió ante dicha invitación, pero no protestó al respecto y sólo obedeció la orden de su contraparte. Fueron a los baños públicos. Como era de mañana en día de semana, el lugar estaba vacío.

—Pensé que no querías bañarte con ninguno de nosotros —dijo Kara-chan, empezando a quitarse la ropa en los vestidores a la par de Karamatsu-san.

—Cambié de opinión, además hay unas cosas que quiero saber —cuando Karamatsu-san se quitó su camisa, dejó ver por primera vez a Kara-chan un enorme y complicado tatuaje de tigre que tenía en la espalda. Al notar los detalles, el tamaño, y la simbología que rodeaba la cabeza del felino, fue cuando Kara-chan se dio cuenta de qué era esa clase de "negocio" que llevaba con sus hermanos.

Era un yakuza.

Las aguas estaban a una temperatura más que perfecta. Podían emular a la perfección las aguas termales a las que los demás habían ido en ese pequeño baño público. Era todo relajante en ese momento, hasta que el yakuza habló.

— ¿Por qué te hacen eso siempre?

— ¿Eh?

—Tus hermanos. Ellos siempre te pisotean, tan sólo ahora han armado planes de irse de viaje y te han dejado solo en tu casa.

[BL] Reflejo Desconocido [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora